lunes, 30 de abril de 2012

Medianeras

En la noche vi una película argentina que me gustó mucho. Se llama Medianeras y fue dirigida en 2011 por Gustavo Taretto. Una especie de comedia romántica agridulce e inteligente, con muchos apuntes críticos y reflexiones acerca de las relaciones no sólo de pareja sino las relaciones humanas en general, dentro de la actualidad urbana y en el ambiente de la clase media influida por internet, los celulares, las redes sociales y el caos de una ciudad como Buenos Aires, a la que se contempla desde una perspectiva distinta, alejada de cualquier intención turística (de hecho, hay un fuerte cuestionamiento al desorden arquitectónico de dicha ciudad).
  Muy bien actuada por Javier Drolas y la preciosa española Pilar López de Ayala en los papeles principales, formalmente Medianeras también resulta muy interesante, por su fotografía, su edición y la inclusión de dibujos animados en ciertos momentos clave. Gran guión, con algunas frases memorables ("Mensajes de texto: un nuevo lenguaje adoptado para diez teclas que reducen a una de las más hermosas lenguas a un primitivo, limitado y gutural vocabulario"). En fin, una cinta que encuentra claramente marcada por el cine indie estadounidense y europeo y bien podría participar en el festival Sundance (si no es que ya lo hizo).
  "Buenos aires en tiempos del amor virtual", así se anuncia.
  Vale mucho la pena, traten de verla.

domingo, 29 de abril de 2012

Improperios fascinantes (aunque fascistoides)

A lo mejor soy un poco masoquista, pero me divierten algunos de los insultos e improperios que me endilgan cada semana mis trolls, en especial los de extracción pejista. Algunos son tan originales que me pregunto cuál será el mecanismo mental que los lleva a llegar a conclusiones tan fascinantes como la de un tuitero que me dice: "ha de ser muy frustrante sólo tener 2850 seguidores (en Twitter), por eso te cuelgas de AMLO para subir tu rating" o la muy divertida que afirma que me estoy convirtiendo rápidamente en Paty Chapoy. Hay otros comentarios realmente agresivos a los que he terminado por acostumbrarme, aunque algunos llegan a posiciones protofascistas como un tal Mobit que pide: "ya que alguien le pare el pedo a este francotirador de la derecha".
  Entre más los leo, más me convenzo de mi forma de pensar... y de que todos esos cuates han de tener el hígado hecho pedazos.

sábado, 28 de abril de 2012

¿En qué se parecen AMLO y Peña Nieto?*

“Entre las almas y entre las rosas hay semejanzas maravillosas”, reza la vieja canción de Ricardo Palmerín, a la cual podríamos parafrasear de la siguiente manera: “Entre Andrés Manuel López Obrador y Enrique Peña Nieto hay semejanzas más que asombrosas”.
  Mucho hablan los pejistas en contra del candidato de los priistas, como si ambos personajes fueran como el agua y el aceite. Sin embargo, basta con escarbar un poquito para descubrir que esto no es del todo cierto y que, en algunos aspectos, AMLO y EPN hasta podrían ser almas gemelas.
  Empecemos por lo obvio: la extracción priista de ambos personajes. Tanto el uno como el otro vieron la primera luz política en el PRI y si López Obrador (quien es incluso el autor de la letra del “Himno al PRI”) abandonó a este partido para irse al PRD, no fue tanto por sus convicciones políticas… sino porque lo echaron de la presidencia del Revolucionario Institucional en Tabasco. Pero en sus ideas, el tabasqueño es hasta más priista (a la vieja usanza) que el hombre del copete engominado.
  Tanto AMLO como EPN le han huido a los debates. El primero en 2006 y el segundo recientemente. No se les puede reprochar del todo: los candidatos, cuando son punteros, lo que menos quieren es arriesgarse a cometer un error y un debate se presta demasiado a ello.
  También a los dos se les ha acusado de mentirosos. A Enrique, los panistas le han tundido duro en estos días por lo de algunos compromisos incumplidos cuando era el góber copetoso. A Andrés Manuel, muchos lo han criticado por elevar mentiras como la del complot en su contra o los falsos que lanzó contra sus propios representantes de casilla por aceptar, según él, el supuesto fraude electoral de hace seis años.
  Los dos contrincantes también tienen en común que lo suyo, lo suyo, no es la cultura libresca. Mientras que Peña Nieto balbuceó que su libro de cabecera era La Biblia, López Obrador balbuceó a su vez que el suyo era la Constitución Mexicana… o sea: dijeron lo primero que se les vino a la cabeza. De perdis hubieran citado el libro de Josefina.
  Viéndolo bien, entre el Peje y el Gelboy hay semejanzas… maravillosas.

*Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.

viernes, 27 de abril de 2012

Dos ideas con las cuales coincido

"Yo me siento muy libre de las ataduras del amor convencional y muy cercano, al mismo tiempo, a la belleza del amor en libertad".

"Hay que vivir cada instante, no como si fuera el último día de nuestras vidas, porque eso implica un grado de angustia, sino más bien como si fuese el primero".

¿Las escribí durante alguna charla por internet o las tome de alguna parte? La verdad, ya no me acuerdo. De cualquier manera, las suscribo convencido.

jueves, 26 de abril de 2012

Jorge, cuatro años después

Jorge, por allá de 1966 o 1967, sentado sobre el Dodge 1950 de mi papá.
Hoy se cumplen cuatro años de la muerte de mi hermano Jorge. ¿Qué puedo decir que no haya escrito ya los 26 de abril de 2008, 2009, 2010 y 2011? Lo extraño y me sigue doliendo, sobre todo porque él debería seguir viviendo. Lo siento presente, como siento presentes a mi padre, a mi hermano Sergio y al resto de mis ya varios muertos entre los García, los Michel y algunos grandes amigos. Desde donde esté él, desde donde estén los demás, sé que nos miran... y nos protegen.

miércoles, 25 de abril de 2012

Belleza americana

Luego de varios años de haberla visto en el cine, volví a ver American Beauty, la portentosa película de Sam Mendes filmada en 1999 y estelarizada por el enorme Kevin Spacey, la siempre espléndida Annette Bening, la estupenda Thora Birch y la bellísima Mena Suvari (en aquel tiempo una inquietante Lolita).
  Lejos de envejecer, la cinta se mantiene vigente en esta enrarecida historia de rebeldía contra la mediocridad, la alienación, la hipocresía y la moral establecida. Es un filme lleno de humor negro (negrísimo) y de sensualidad, una oda a la vida que se esconde detrás de los muros de los convencionalismos sociales. Una de las grandes obras cinematográficas de finales del siglo pasado. Divertida. Dramática. Agridulce. Dura. Implacable. Impecable. Una obra maestra.

PD: El soundtrack es maravilloso, con canciones de Elliot Smith, los Beatles, Annie Lennox, Bob Dylan, The Who, Eels, Bobby Darin, Free, The Guess Who, Bill Withers, Betty Carter, Peggy Lee, Gomez y algunos más.

martes, 24 de abril de 2012

Respuesta a Carlos Reyes López*


Mi estimado Hugo: te conozco desde hace mucho tiempo gracias a tu faceta de escritor. Yo era un fan from hell de La Mosca impresa, he leído tu blog durante largo tiempo y en verdad me asombra tu animadversión hacia AMLO, tanta animadversión que resulta sospechoso. ¿Será que ya te compraron? ¿Será que ya te cooptarón? Todo esto te lo digo con todo el respeto del mundo e incluso cariño por ser el director de una revista que me dio tanto. ¡Saludos y mis mejores deseos!


Carlos: te contesto por el tomo respetuoso de tus palabras, aunque me ofendan preguntas como "¿será que ya te compraron, será que ya te cooptaron?". No entiendo por qué algunos no pueden concebir que uno dé su opinión libremente, así vaya a contracorriente de la de muchos en las redes sociales. Mi animadversión, como la llamas, hacia AMLO no está basada en el odio, tampoco en la irracionalidad y mucho menos en eso que tú sospechas (¿será que el león siempre cree que todos son de su condición?).
   Puedes creerme o no, pero nadie me paga por escribir lo que escribo o por pensar lo que pienso. Tampoco recibo línea en el periódico donde colaboro. Llevo más de doce años de escribir en Milenio y jamás me han cambiado una letra de mis columnas y mucho menos me han dicho que escriba o no de determinado asunto o con determinada orientación. Escribo con absoluta libertad y soy responsable de mis opiniones.
   En efecto, no pienso que López Obrador sea la mejor opción para México. En él veo a un egomaniaco obsesionado por el poder y que realmente se concibe como un nuevo Benito Juárez. Si él llegara a la presidencia, veo a un mandatario déspota que no permitiría la disidencia, que coartaría la libertad de expresión y que nos llevaría, él sí, hacia un pasado de corte priista, más priista aún que Peña Nieto.
   Critico a López Obrador desde la izquierda, porque para mí no es un hombre de izquierda sino un nacionalista revolucionario, según se entiende esto desde la cultura priista.
   En fin, tengo muchas razones para pensar que México no merece a alguien como él y nadie me dicta ese pensamiento. Llevo más de cuarenta años como observador e incluso como militante de la política (pertenecí al Partido Mexicano de los Trabajadores en los años setenta) y creo conocer bastante bien el talante de los políticos de este país. Por eso no pienso votar por ninguno de los candidatos a la presidencia en julio... y mucho menos por AMLO.

Te mando un saludo.

PD: ¿Sabes por qué critico más a AMLO que a los otros dos? Porque además de todo, me interesa el futuro de la izquierda en México. Anhelo a una izquierda moderna y a tono con los tiempos que vive el país y que vive el mundo. Andrés Manuel destrozó y dividió a la vieja izquierda y llenó de antiguos priistas (muchos de ellos de extracción salinista, por cierto) al PRD. La sigue dividiendo con MORENA. Por eso me enfoco más en él. Peña Nieto y Josefina son hasta anodinos a su lado. Además, las redes sociales se encargan de tundirlos un día sí y otro también (a veces creo que hasta injustamente). Pero tomaré en cuenta tu sugerencia cuando crea pertinente hacerlo. Un abrazo.

*Publicado originalmente en mi biografía de facebook.

lunes, 23 de abril de 2012

La tercera es la vencida

Tercera y última sesión con Daniel Espinosa, el magnífico quiropráctico y masajista terapéutico. Mi espalda ya está prácticamente bien y ahora mi salud depende de los ejercicios que debo practicar (bastante tranquilos por cierto). Fue un aliviane haber entrado en contacto con este entusiasta amigo que realmente sabe lo que hace y en cuyas manos, literalmente, me puse y pude recuperarme. Lo seguiré visitando esporádicamente.

domingo, 22 de abril de 2012

Más que una buena cinta dominguera

Bajo el oligofrénico título de Picardías estudiantiles (¡Dios de mi vida!), por la noche vi la película Fast Times at Ridgemont High, filmada en 1982 por la directora Amy Hackerling con guión nada menos que de Cameron Crowe, quien a principios de los ochenta se metió de incógnito en una preparatoria de San Diego, California, para escribir su libro-reportaje del mismo nombre.
  La cinta es muy divertida y mucho más inteligente de lo que sugiere su estúpido título en español y participan actores entonces muy jóvenes y desconocidos que con el tiempo lograrían una gran fama, entre ellos Sean Penn, Judge Reinhold, Eric Stoltz, Forest Whitaker, Nicolas Cage (cuando aún se llamaba Nicolas Coppola) y las preciosas Phoebe Cates y Jennifer Jason Leigh.
  A pesar de su aparente ligereza, en 2005 el filme fue elegido por el Registro Nacional de Películas de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos para formar parte de su acervo, al considerarlo como una obra "cultural, histórica y estéticamente significativa". Algo tendrá para que esto haya sucedido.
  Yo la recomiendo (puede verse en Netflix).

sábado, 21 de abril de 2012

Los amorosos*

Dice Jaime Sabines, en su famoso (y hasta choteado) poema, que “los amorosos son los que abandonan, son los que cambian, los que olvidan” y por lo visto, también los que insultan e injurian sin contemplaciones.
  Uno no puede escribir un mero artículo de opinión que cuestione a su ídolo tropipop, a su mesiánico Niño Anacleto, porque de inmediato se lanzan al ataque con el cuchillo entre los dientes y el rencor a flor de piel. Son los amorosos de hoy, hijos de una república del amor que al parecer lo es sólo de nombre, ya que en los hechos sólo parece supurar odio, inquina, rabia. ¿Que exagero? No lo creo y para muestra bastan algunos botones.
  Hace ocho días escribí en este espacio un texto (“AMLO y la irrealidad”) y he aquí las amorosas reacciones de algunos amorosos tuiteros (la ortografía y la redacción son las originales):

@SilverlightPro: ya basta de decir tantas estupideces contra Lopez Obrador, eres un traidor vendepatrias.

Izquierdista Pensador @Ing_Villanueva: La realidad es que usted es un jodido derechista que ataca y compara con argumentos francamente vanos. Cuanto le pago calderon?

Adan Trejo @adant23: en cuanto te vendiste? Quieres otros 70 o 12 años de crisis, devaluaciones, desempleo, inseguridad?

victor hugo camacho @victorhugocama2: amigo con todo respeto creo que no tienes argumentos fidedignos creo que eres un bribon no eres objetivo

Georgy DaSilva @Viajeastral: Es normal toda la basura que hablas sobre Andrés Manuel. Que se podría esperar de alguien como tu. Y además trabajas en Milenio jaja

  No es que me asusten los improperios, lo que me brinca es la incongruencia entre el discurso amoroso del líder y el discurso de odio de sus fanáticos. ¿Ellos son los que quieren arribar al poder? ¿Para qué? ¿Para denostar a todo aquel que no comulgue con su jefe entronizado? ¿Para llevar el denuesto más allá y convertirlo en motivo de persecución? La historia está llena de ejemplos al respecto.
  Los amorosos callan… a quienes no piensan como ellos.

*Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.

viernes, 20 de abril de 2012

RockAMLOver

Dios los hace y ellos se juntan (o dos tipos de cuidado).
  Por cierto, ¿no fue este individuo el mismo que le mentó la madre a Marcelo Ebrard? Me refiero al que aparece a la derecha.

jueves, 19 de abril de 2012

Breaking Bad

Terminé la larga pero placentera actividad de ver, completitas, las cuatro primeras temporadas de esta serie que me habían recomendado ya y que nunca vi en su momento. Genial, espectacular, llena de tensión y de un humor negro verdaderamente sangriento y delicioso, la historia de Walt White (interpretado por el gran Bryan Cranston), un casi anónimo profesor de química en una preparatoria de Albuquerque, enfermo de cáncer y quien decide dejar a su familia una herencia que crea materialmente al convertirse en fabricante de metanfetaminas, es una joya de la televisión mundial.
  Los personajes son sensacionales, desde al socio de Walt -el extraordinario Jesse Pinkman (Aaron Paul), un ex estudiante junkie que casi se roba la serie- hasta los miembros de su familia -su  mujer, su hijo incapacitado, su cuñada cleptómana y su concuño, rabioso agente de la DEA- y, sobre todo, los villanos, muy especialmente el de la las temporadas 3 y 4, ese impasible y ojetísimo Gus Fring de quien el genial Giancarlo Esposito hace una creación memorable.
  Escrita y producida por el talentosísimo Vince Gilligan, Breaking Bad es una joya imperdible de la TV. Altamente adictiva.
  En los Estados Unidos está por estrenarse la quinta temporada. La esperaré con impaciencia.

miércoles, 18 de abril de 2012

Para quienes se quejan de las encuestas

Me encuentro con una página muy curiosa en internet: Intrade.com. Para todos aquellos que dicen que las encuestas sobre los candidatos a la presidencia de le república están manipuladas y exageradas, al poner al abanderado del PRI en un aplastante primer lugar, muy lejos de los del PAN y el PRD, este sitio  se especializa en realizar pronósticos de todo tipo (desde políticos y deportivos hasta de las finanzas, la farándula o el clima) y tiene un apartado dedicado a México (dar click aquí: Winner of 2012 Mexican Presidential Election) en el que su evaluación señala lo siguiente:

Enrique Peña Nieto: 75.0 %
Josefina Vázquez Mota: 19.9 %
Andrés Manuel López Obrador: 2.3%

No tengo idea de cómo sacaron esos promedios, pero el caso es que así están los momios en los Estados Unidos. Qué locura.

lunes, 16 de abril de 2012

Leyla's tour

Luego de su estancia de cerca de cinco meses en Londres, para tomar un curso de inglés, Leyla ha dedicado las más recientes semanas (en total serán cerca de diez) a recorrer Europa, gracias a las amistades que hizo en Inglaterra. Ya pasó por Bélgica, Holanda, Francia, Mónaco, Suecia, Austria, Alemania, República Checa y ahora mismo debe estar en Italia. Creo que sólo le faltan Portugal y de nuevo Francia, ya que de París se regresa a México. La foto que engalana este post es de Berlín. Me da mucho gusto que mi queridísima sobrina esté teniendo esta experiencia que bien se merece y que se ha ganado a pulso con el esfuerzo de años de trabajo (empezó muy pequeña en el doblaje). También me da enviada de la buena, por supuesto.

domingo, 15 de abril de 2012

Leonard Cohen: el blues del optmista*

“Dar sentido a la vida no es algo definido, sino una actividad que no tiene fin”.

Leonard Cohen.

En estos tiempos de exaltación a la juventud, tiempos en los que lo joven se idealiza, se sobrevalora y se sublima en detrimento de lo viejo y su identificación con la decadencia, el declive y la inutilidad, no deja de resultar refrescante que un septuagenario ponga la nota creativa y demuestre, una vez más, que el talento y la sensibilidad poética no están peleados con la edad, con el paso de las décadas.
  Leonard Cohen tiene setenta y siete años y no sólo sigue en plena actividad como músico y poeta sino que acaba de grabar un álbum extraordinario, con un título tan irónico como intencionado: Old Ideas (Columbia, 2012). Se trata de una colección de diez composiciones espléndidas, en las que este nacido en Montreal en 1934 da rienda suelta a su inagotable inventiva y recorre diversos géneros musicales en medio de arreglos tan austeros como exactos, para presentar un disco que raya en esa imperfecta perfección a la que sólo llegan los autores que lo han trascendido casi todo.
  Lúcido y a la vez oscuro, quien a mediados de los años sesenta del siglo pasado se iniciara como poeta y más tarde decidiera convertirse también en músico llega con su décimo octavo opus en estudio y nos regala un tesoro lleno de belleza y sarcasmo, de agudeza analítica y de capacidad para conmover a lo más profundo del alma.
  Estas viejas ideas en realidad resultan nuevas. Porque no estamos ante un remake de los primeros discos de Cohen. Aunque permanece el inconfundible estilo que conocimos en álbumes como Songs of Leonard Cohen (1968), Songs from a Room (1969) y Songs of Love & Hate (1971) o incluso en The Future de 1992, la voz resuena más gutural que nunca y hay un alcance y una profundidad hasta ahora inéditos. Es claro que el hombre sabe que se encuentra en la última etapa de su existencia y por ello le canta a la vida y a la muerte, al amor y a la enfermedad. Pero no se crea que lo hace de manera triste y decepcionada. Todo lo contrario. De hecho, estamos ante uno de los trabajos más optimistas y coloridos de este músico, con canciones llenas de momentos lúdicos y de admirable entusiasmo en los que se permite burlarse de sí mismo con alegre desenfado pero también expresar frases de inusitada esperanza.
  Old Ideas da inicio con “Going Home”, en la que una música sublime es el marco para que Cohen cante con voz a la vez tierna y cavernosa frases en las que habla de sí mismo en tercera persona: “Me encanta hablar con Leonard / es un deportista y un pastor / Un perezoso bastardo que vive dentro de un traje… / Él quiere escribir una canción de amor / Un himno al perdón / Un manual para vivir en la derrota”. El hermoso coro femenino no hace sino servir como contrapunto frente al autoescarnio.
  “Dime otra vez cuando vaya llegando al río / y sea llevado al límite de mi sed… Dime otra vez cuando esté limpio y sobrio / … cuando haya visto a través del horror / … cuando la suciedad del carnicero / sea lavada por la sangre del cordero / … dime que me amarás entonces / amén”, canta en el segundo corte, “Amen”, una preciosa y dura plegaria en medio de un acompañamiento de jazz lento (escobillas percusivas incluidas).
  De ese modo va transcurriendo este disco que mucho tiene también de religioso y místico. Así lo demuestran temas excelsos como “Show Me the Place” o esa absoluta y exultante maravilla que es “Come Healing” (si esos coros no son interpretados por ángeles, de verdad no sé de dónde provienen).
  Hay lugar en el álbum para la música tradicional norteamericana, ya sea el blues (en la sabrosísima y cachonda “Darkness”), el folk (en la preciosa y desencantada “Crazy to Love You”), el folk campirano (en la falsamente ingenua “Banjo”) o el country western (en la evocadora “Lullaby”, una curiosa canción de cuna que parecería sacada del Nashville Skyline de Bob Dylan).
  Old Ideas culmina con la que quizá sea la pieza musicalmente más discreta del álbum. “Different Sides” tiene, sin embargo, una letra peculiar: “Nos encontramos en lados diferentes / de una línea que nadie trazó / … ambos decimos que hay leyes para obedecer / Sí, pero francamente no me gusta tu tono / Tú quieres cambiar la manera como hacemos el amor / Pero yo quiero dejar eso por la paz”. Parece una canción de enojo contra alguien, extraña elección para terminar un disco.
  Se dice que Leonard Cohen dejó varias composiciones fuera de este trabajo y que las guarda para un siguiente plato. ¿Será un segundo Old Ideas o se tratará de algo que pudiera llamarse New Ideas? Tal vez no pase mucho tiempo antes de que lo sepamos.

*Publicado el día de ayer en el suplemento Laberinto de Milenio Diario.

sábado, 14 de abril de 2012

AMLO y la irrealidad*


Lo que declaró Andrés Manuel López Obrador el jueves pasado, ante el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas, más que sorprenderme me confirma la visión que desde hace seis años tengo acerca de él. Su pronunciamiento en contra de las reformas estructurales (y el candidato “de las izquierdas” mencionó “reformas estructurales” con un tonito de ironía y desprecio) se encuentra dentro de su lógica retrógrada y aislacionista que en el fondo busca regresarnos a las épocas del nacionalismo revolucionario y, de algún modo, trata de convertir a México en una isla separada de las tendencias globales, un poco a la manera de lo que era Albania en los años setenta del siglo pasado o de lo que hoy es Corea del Norte: naciones desconectadas, ajenas a la integración global.
  Si algo urge en este país –y sobre ello existe un cada vez mayor consenso– es precisamente la instrumentación de las reformas estructurales. No hay otro modo de dejar atrás estos quince años de inmovilismo y estancamiento. Andrés Manuel predica que el país accederá al progreso con el simple expediente de la austeridad y el combate a la corrupción, a mi modo de ver una absoluta falacia.
  Sé que los incondicionales del Peje aplaudirán su postura “firme y decidida ante los malditos empresarios que quieren apoderarse del país”, etcétera, pero México no puede permitir convertirse en una Bolivia o una Venezuela, en lugar de seguir el camino de naciones iberoamericanas como Chile y Brasil. El reto es modernizarnos, no regresar a los tiempos de Luis Echeverría y José López Portillo (cuando el buen AMLO era un feliz priista).
  Esa es la irrealidad de López Obrador. Sigue instalado en su mundo mesiánico y de ahí nadie lo saca. Ha creado su propia realidad, ajena a la realidad real (su lema de campaña debería ser: “Si la realidad no se ajusta a lo que yo digo, peor para la realidad”), y continúa con el mismo discurso de hace años, edulcorado con conceptos engañabobos como lo de su república amorosa.
  En ese sentido, menos mal que va en el tercer lugar de las encuestas…, aunque estas tampoco encajen con su realidad.

Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.

jueves, 12 de abril de 2012

Dolor digestivo

Lo que son las cosas. Estoy ya casi bien de mi espalda y algo me hizo mal al estómago. Hacía literalmente años que no me dolía el vientre y esta vez me pegó tan fuerte que tuve que acudir a la ayuda de mi amiga doctora Gennis y a la compañía de alguien que por fortuna vino a cuidarme. Espero sentirme mejor mañana. Estuvo feo.

martes, 10 de abril de 2012

Nuevas adquisiciones

Sorpresivamente, mi más reciente pedido de Amazon llegó hoy, a menos de un mes de haberlo hecho (el anterior y primero que hacía tardó cerca de tres meses y hasta llegué a darlo por perdido). Su arribo me hizo muy feliz y no es para menos. Dos DVD y un libro, todo maravilloso.
  En primer lugar, Woody Allen, a Documentary, un documental sobre uno de mis cinco directores favoritos de todos los tiempos, en dos discos llenos de extras, entrevistas, escenas inéditas y obviamente, toda la historia de Allen hasta Midnight in Paris. Aún no lo veo, ya se los comentaré en su momento.
  Luego está La noche americana de François Truffaut, otro de mis cinco realizadores favoritos de todos los tiempos en una de las cintas suyas que más me gustan, con el gran Jean Pierre Leaud, Jacqueline Bisset, Jean Pierre Aumont y el propio Truffaut. Es una preciosidad que ahora que vuelva a ver les reseñaré aquí.
  Por último, el libro The Great Movies (Tomo 1) de Roger Ebert, uno de los mejores y más prestigiados críticos de cine de los Estados Unidos quien pasa revista a cerca de cien películas clásicas en pequeños y precisos (y preciosos) ensayos que incluyen desde Casablanca y El ciudadano Kane, hasta Manhattan, El padrino, Qué bello es vivir, 2001 Odisea en el espacio, Un perro andaluz, Taxi DriverPsicosis, La pandilla salvaje, La dolce vita.., en fin. Una absoluta maravilla.
  ¿Cómo no sentirme feliz en este martes soleado?

lunes, 9 de abril de 2012

Nueva sesión con el quiropráctico

Hoy fui por segunda vez con el quiropráctico (y masajista terapéutico) y fue genial, porque me oprimió levemente un par de vértebras y con ello logró que al fin se me quitara el dolorcito que traía desde hace un mes. No se me ha quitado del todo, pero sí disminuyó muchísimo y al parecer se irá quitando poco a poco hasta desaparecer. Las vértebras estaban oprimiendo a un nervio y eso era lo que me molestaba tanto. Es buenísimo el maestro Daniel Espinosa.

domingo, 8 de abril de 2012

Un gatito en París

Durante mi primer viaje a Europa, en 2004, en el que estuve en París, Londres y Amsterdam, parte de mi estancia en la capital de Francia fui alojado por Maxim, un amigo ruso que además de economista de profesión era en ese entonces (y hasta donde sé lo sigue siendo) guitarrista y cantante del grupo Utopium, en el que mi amigo mexicano Andrés Soto es guitarrista principal.
  Su piso, ubicado en la Rue de l'Agent Bailly No. 3, casi a los pies del Sacre-Coeur y muy cerca de Montmartre, era diminuto y me prestó un catre para dormir en él. Pero fueron días muy buenos y divertidos. Una mañana, estaba yo sólo en el departamentito y me preparaba a salir para hacer uno de mis recorridos por la ciudad, cuando al asomarme a la ventana que daba al patio central de aquel viejo edificio de apartamentos me pareció ver a un lindo gatito. Ahí estaba, frente a mí, parado en la ventana de la vivienda vecina. Fue cosa de tomar la cámara (de rollo, por cierto) y tomar la foto. Pudo quedar mejor en cuanto a la composición, pero creo que de todos modos es bonita.

sábado, 7 de abril de 2012

Los temblores de Josefina*

Semana Santa ha sido un verdadero calvario para Josefina Vázquez Mota. Tanto que la candidata panista a la presidencia de la república se vio forzada a suspender su gira de hoy sábado por Veracruz y encerrarse en su cuarto de guerra para replantear una campaña que le está resultando de franca pesadilla.
  Desde su desastroso inicio en el Estadio Azul hasta sus broncas con las quesadilleras de Tres Marías apenas hace un par de días, doña Chepina no ha visto la suya y ya se habla, sotto voce, hasta de su posible reemplazo (aunque no veo cómo la llegada, digamos, de Ernesto Cordero pudiera mejorar al PAN en las encuestas).
  Lo que la candidata blanquiazul ha mostrado en los medios, sobre todo en las implacables pantallas televisivas, es una imagen vulnerable, dubitativa, insegura, incluso temerosa, con un discurso poco convincente y lleno de generalidades que expresa muy poco por no decir que nada.
  Un momento que me parece especialmente grave es el que sucedió el martes pasado, cuando la buena señora se encontraba reunida con Alejandro Martí y diversos especialistas en materia de seguridad. Hablaba don Alejandro cuando de pronto Josefina pareció sentir algo y se mostró un tanto alarmada. Alguna cosa comentó nerviosa a la persona que estaba a su izquierda. En la nota que pasaba la televisión, se dijo que lo que había sentido era una réplica del temblor de ese mismo día, aunque nadie más pareció darse cuenta de ello. El caso es que a partir de ese momento, la candidata se desconcentró por completo del acto en que se encontraba. Incluso pidió hablar desde su silla, sentada, y aun cuando hizo un intento por ir al estrado, terminó por regresar a su asiento, siempre titubeante y con el rostro demudado.
  Se ha dicho que estaba agripada, que se le bajó la presión. Lo que yo vi fue que se asustó con el temblor y el pánico la paralizó. Mala señal para alguien que pretende llegar a la presidencia de la república y desde ahí afrontar problemas mucho más graves que un temblorcito.
  Los temblores de Josefina han puesto a temblar a los panistas. Tienen razón en estar preocupados.

*Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.

viernes, 6 de abril de 2012

De un comunista francés

“Los comunistas no hemos construido algo duradero: ni sistema político ni sistema económico ni colectividades humanas ni ética —ni incluso estética. Hemos querido dar cuerpo a las más altas aspiraciones humanas y hemos dado a luz a monstruos históricos”.

Paul Noirot.

jueves, 5 de abril de 2012

Rushmore

No conocía esta que es la segunda película del gran Wes Anderson (The Royal Tanenbauns, 2001; The Darjeeling Limited, 2007; Fantastic Mr. Fox, 2009 et al). Filmada en 1998, narra la historia de un excéntrico y precoz estudiante de quince años (Max Fisher, interpretado por un muy joven Jason Schwartzman) que en la secundaria de Rushmore trata de abarcar cualquier cantidad de actividades extracurriculares mientras descuida los estudios. El tipo brilla en los más diversos ámbitos a la vez que reprueba todas las materias. Siempre en riesgo de ser expulsado por el director del colegio, quien sin embargo lo aprecia, se hace amigo y luego rival de un extraño industrial (genialmente protagonizado por Bill Murray) y ambos pelean por el amor de la bella profesora de un jardín de niños (encarmada por la actriz británica Olivia Williams).
  La historia principal está aderezada con una gran cantidad de subtramas y ese humor agridulce tan característico de Anderson. La fotografía ya tiene ese colorido brillante y hasta un tanto irreal del resto de las cintas del realizador y la música, como siempre en su cine, está perfectamente elegida (incluir esa antigua y casi olvidada pieza de los Kinks que es "Nothin' in the World Can Stop Me Worryin' Bout That Girl" resulta un enorme acierto).
  Un filme estupendo, cálido, conmovedor, divertido. Un gran hallazgo.

miércoles, 4 de abril de 2012

Hay comentarios que te dejan mudo


Nunca dejaré de asombrarme con el nivel de ciertos lectores al argumentar -es un decir- en contra de algunos de los textos que publico. He aquí un ilustrador ejemplo. Se trata de alguien que se identifica como Ordinario (sic) y que ayer respondió así al articulo que publiqué en Dixo.com titulado "Nunca he ido al Vive Latino". Sus comentarios son de antología chauvinista (la ortografía es la original):

"ps si el vive latino es un festival
sobrevalorado, y si cada ves un remedo varato de los festivales gringos y europeos, tiene fallas de audio, produccion y todo eso.
creo que en muchos festivales del mundo hay fallas no?
nada es perfecto!
que si el vive latino cada ves se vuelve mas caro es cierto.
pero diganme algo de quien la culpa?
ahora el señor este de la mosca en la pared
quien diablos te pide tu opinion?
date cuente tu revista ya no existe
eres un fracaso como critico.
si a ti no te gusta algo mejor callate
si te no te gusta el borreguismo mexicano
ps si vives en mexico largate de aqui.
los tiempos de los shows de 150 personas ya pasaron ahora
casi todos los shows son masivos!
no por ke tu apellido materno sea michel
eres mejor que todos los mexicanos  
asi que callate la boca, guardate tus recuerdos y largate a festivales que a ti te gusten y deja de joder a los demas".

Aleluya.

martes, 3 de abril de 2012

Nostalgia de la antinostalgia*

Nostalgia se llamaba un antiguo programa de televisión que se trasmitía por Canal 13, cuando éste era parte de Imevisión y aún le pertenecía al gobierno. Lo conducía Jorge Saldaña, dentro de ese bloque de emisiones culturales hechas con mínima producción y enorme creatividad e inteligencia que recibía el nombre de Sábados con Saldaña. Eran los años setenta y ochenta, tiempos en los cuales en México dominaba el PRI, ese ogro filantrópico (Octavio Paz dixit) que hoy se dispone a retomar el poder y por el que muchos nostálgicos suspiran con una fruición digna de mejores causas (aunque no sepamos cuáles sean éstas).
  En Nostalgia, Saldaña (quien continúa en la brega a sus más de ochenta años y hasta tuitea con un entusiasmo un tanto trasnochado) presentaba a viejos cantantes de boleros y música “romántica”. El programa sigue causando añoranza entre los viejos televidentes.
  La nostalgia sirve. La nostalgia da seguridad. Nos consuela ante lo que no comprendemos del presente y lo que tememos del futuro. La gente de la generación que me precede (la de quienes en los sesenta andaban en sus veinte y hoy son ya sexagenarios) no deja de extrañar a la llamada década dorada –la del hippismo, la revolución sexual, la lucha por los derechos civiles, los movimientos estudiantiles, las libertades irrestrictas, el paraíso psicodélico y “el mejor rock” que se ha producido en la historia–, mientras que la generación que me sigue (la de los que eran veinteañeros en los ochenta y hoy sobreviven sus cuarenta y tantos) aún suspira por ese horrendo decenio de oscuridad política (Reagan, Thatcher, Salinas de Gortari), crisis económica, desempleo, conservadurismo, restricción de las libertades, falta de perspectivas, una moda francamente inenarrable y un rock pop inocuo, basado en los sintetizadores y las cajitas de ritmos; sus integrantes extrañan esos años y hasta organizan fiestas en las que sin temor al ridículo se disfrazan de “ochenteros”.
  Aferrarse a la nostalgia no es la mejor manera de vivir la vida. Vale, está bien conmoverse con Los años maravillosos o Clásico TV, con los discos de acetato o las películas en cassettes Beta. El pretérito tiene un gran valor y conocer la historia resulta fundamental para comprender el aquí y el ahora y para hacer proyecciones hacia el porvenir. Sin embargo, ser un fundamentalista del todo-tiempo-pasado-fue-mejor no parece lo más saludable.
  Tengo amigos y parientes que en su juventud gustaban apasionadamente del rock y dejaron de escucharlo en cuanto se volvieron adultos convencionales. Cambiaron a los Beatles por Luis Miguel, a Janis Joplin por Daniela Romo y a Pink Floyd por Vicente Fernández. Para ellos, el rock se detuvo en el tiempo y no les interesó seguir su evolución. Conozco a muy pocos contemporáneos míos (fui veinteañero durante la segunda mitad de los años setenta y la primera de los ochenta) que sepan lo que los jóvenes actuales realizan musicalmente. Ni siquiera les interesa saberlo. Ellos se lo pierden.
  Atados a su arcaica nostalgia, jamás han escuchado ya no digamos a Broken Social Scene, The Kills, The Streets, Feist o My Morning Jacket, sino ni siquiera a Radiohead, Björk, Sonic Youth,  Pulp o Blur (mi querido amigo, el escritor Fedro Carlos Guillén, parece bromear cuando dice con su acostumbrada campechanería que él se quedó en los Carpenters…, pero es cierto).
  Yo que siempre he pugnado por el conocimiento de la historia del rock y que me he burlado de quienes piensan que éste nació en los años noventa junto al Río de la Plata, pugno también por seguir actualizado y escuchar lo que hoy se está haciendo. Porque si bien la nostalgia puede ser un valor, la antinostalgia lo es de igual manera. Darse el placer de escuchar, por ejemplo, a The Who y The Decemberists, a Nirvana y TV on the Radio es algo que muy pocos hacen. Pasado y presente pueden convivir sin contradicciones. Las contradicciones están en nuestra cabeza y suelen convertirse en telarañas. La nostalgia puede enriquecer, pero también puede empobrecer y esto último, por desgracia, es lo que sucede con mayor frecuencia.

*Publicado este mes en mi columna "Bajo presupuesto" de la revista Marvin.

lunes, 2 de abril de 2012

Masaje terapéutico

Dados mis dolores de espalda que ya se han prolongado más de la cuenta y ante el nulo efecto de pastillas y consultas médicas, acudí con un masajista terapéutico y quiropráctico que me recomendó Rosita como la panacea y cuyo consultorio se encuentra muy cerca de la estación "Corregidora" del metrobús, ya en el sur profundo defeño, en plena delegación de Tlalpan.
  Se llama Daniel Espinosa y debo decir que me dio muy buena impresión. Su masaje y los ejercicios que me puso me alivianaron bastante, aunque aún persiste la molestia. Pero me dijo que debo seguir con los ejercicios (de estiramiento) y en tres sesiones quedaré listo. Lo que tengo es una discopatía en la región lumbar, pero es muy leve y se puede curar justo con ejercicio y algunos cambios en la dieta. Parece que todo saldrá bien. Me cito de nuevo para dentro de ocho días.

domingo, 1 de abril de 2012

Una reunión familiar cumpleañera

Luego de semanas de posponerla, hoy llevamos a cabo en mi depto la reunión familiar para celebrar al alimón el cumpleaños de mi hermana Ivette (27 de febrero) y el mío propio (26 de marzo). Fue esta tarde y vinieron mi mamá, mis hijos Alain y Jan, mi nuera Hallet, mis hermanas Myrna e Ivette, mi prima Irma, mis sobrinos Axel y Carlos y mi cuñado Jorge.
  Estuvo divertido. Mucha plática, comida para picar, cervezas y refrescos y, por supuesto, el pastel de rigor, uno de esos prodigiosos (en este caso de chocolate) que elabora Ivette (quien es pastelera y galletera, es decir repostera, de profesión). Myrna trajo muchas de las fotos que tomó en su reciente viaje por Inglaterra y Francia (su hija, mi sobrina Leyla, aún permanece en Europa). En síntesis, un muy grato festejo el de este domingo.