sábado, 27 de octubre de 2007
Mole de caderas*
Acabo de regresar de un viaje a la muy bella y tranquila ciudad de Tehuacán, Puebla, a donde fui invitado para dar unas charlas a estudiantes universitarios sobre periodismo y literatura (todo a causa de esta columna y de mi novela "Matar por Ángela") y esos dos días en los cuales estuve ausente del Distrito Federal y en los que no leí periódicos o vi noticiarios televisivos me desconectaron brevemente de la realidad política nacional.
No se crea que esa desconexión me llenó de angustia por no saber sobre las últimas travesuras de Chente Fox o acerca de las broncas internas en el PRD (Gerardito Fernández Noroña –fundamentalista entre los fundamentalistas y puro entre los puros- ya agarró de punching bag a Ruth Zavaleta y dicen que eso le va a costar la vocería del sol azteca). Tampoco me preocupé mucho de la suerte de Manuel Espino luego de renunciar a la reelección para mandamás del PAN y menos aún me inquieté por las oscuridades del Plan Mérida, ¡mare!
Fue más divertido olvidarme de todo, disfrutar de la compañía de mi cómplice de viaje y asistente (la sinigual P) y conocer algunos aspectos de la realidad tehuacana, como la lucha electoral por el municipio, en la que el PRI parece llevar ventaja sobre el PAN, debido a la chafez del candidato blanquiazul, un cuate llamado Sergio Gómez, quien es igualito a Mel Brooks y al que sus adversarios acusan de tener un zoológico en casa y de su desmedido amor por los animales (no comments). Hay otro candidato más que folclórico, conocido como “El Poeta”, y quien contiende por Alternativa. No tiene posibilidades de ganar, pero en los debates le hace la vida de cuadritos a los otros candidatos.
En Tehuacán, probamos el muy sabroso mole de caderas y nos contaron que hace dos años, Mario Marín acudió a la llamada Ceremonia Étnica de la Matanza (de chivos) y tuvo que bailar –como se estila- con un enorme macho cabrío que, parado, tenía la misma estatura física del góber precioso, quien no soportó el peso y rodó por los suelos. Sin duda, un caso de justicia chivera.
*Publicado hoy en mi columna "Cámara Húngara" de Milenio Diario
Hola, Mr. Hugo, interesante su blog. Mi deseo mas grande como escritor amateur es colaborar en su grandiosa revista, tengo algunos escritos, y si usted lo desea se los puedo mandar para que los revise.
ResponderBorrarooye. no te quiero arruinar tu delicioso mole.. pero sabes q para hacerlo dejan sin agua a los chivos.. y los alimentan con grandes cantidades de sal??
ResponderBorrar