Desayuné esta mañana con Fernando Rivera Calderón, como solemos hacer de vez en vez para actualizarnos sobre nuestras respectivas vidas. Fue muy agradable verlo. Sigue lleno de actividades, como siempre, y con proyectos muy interesantes. Le platiqué de un par que yo traigo entre manos. Siempre son gratas y aleccionadoras nuestras charlas, aunque esta vez no fue tan larga y lo noté un poco cansado. Me dio gusto el encuentro.
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