sábado, 9 de abril de 2016

Entre Nuño, AMLO y una CNTE desnuda

Algunos lectores se enojan y me llenan de insultos cada vez que me refiero, de una u otra manera, a Andrés Manuel López Obrador. “Estás obsesionado con AMLO”, me dicen unos. “Si no existiera el Peje no sé de qué hablarías”, acotan otros. Debo admitir que sí existe una obsesión de mi parte, pero no hacia el personaje en cuestión. Lo que me obsesiona son los gravísimos riesgos que correría nuestro país si una persona de sus delirantes características, su incapacidad para el diálogo, su talante de intolerancia y su maniquea visión de las cosas alcanzara la presidencia de la república. Por eso intento señalarlo cada vez que el hombre muestra el cobre.
  Como lo ha mostrado en su afán por aliarse con la Sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, la inefable CNTE, y en su anuncio de que quiere echar abajo la reforma educativa. Aunque la cúpula de dicho sindicato se muestra aún dudosa sobre la conveniencia de aliarse con él, el macuspano insiste y en su obsesiva búsqueda del poder, poco le importa devolver sus privilegios a los mismos que han tenido a estados como Oaxaca y Chiapas en un escandaloso rezago educativo. ¿Y los niños de esas entidades? ¡Que se jodan! Ya verá él que hace por ellos una vez que se instale (imagina) en la silla grande.
  Como era lógico suponer, esto ha provocado una disputa de declaraciones entre el secretario de Educación, Aurelio Nuño, y el archicitado Andrés Manuel (Liópez, le llama Gil Gamés en Milenio TV). Nuño piensa que el pacto AMLO-CNTE es una burla para los alumnos y para los padres de familia y advierte que podríamos volver al pasado siniestro de las plazas hereditarias y demás corruptelas sindicales. Pero López Obrador no ceja, se burla y sigue acusando de todos los males (adivinó usted) a la mafia en el poder y al sistema, ese mismo sistema que utiliza, sin embargo, para tener su muy personal partido político, con todos los recursos financieros y de imagen que él emplea a su antojo, sin que uno solo de sus cercanos se atreva a chistar, so pena de enfrentar su ira y ser arrojado del paraíso mesiánico.
  ¿Algo así queremos a nivel nacional? Yo no.

(Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario)

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