martes, 28 de mayo de 2013

Daft Punk en modo random

Creo que después del nuevo disco de David Bowie, ninguno había despertado tanta expectación como el Random Access Memories de Daft Punk (Columbia), aparecido la semana pasada.
  Francamente, desconocía que este proyecto electrónico surgido en Francia hace veinte años y cuyos integrantes aparecen siempre con cascos futuristas, además de que sus rostros son prácticamente desconocidos por las mayorías (aunque sabemos que sus dos integrantes son los DJ Thomas Bangalter y Guy-Manuel de Homem-Christo), tuviera tantos millones de seguidores en el mundo.
  El caso es que estos parisinos finalmente pusieron en circulación su flamante producción discográfica y la respuesta general ha sido más que buena. No es para menos, porque el álbum es en verdad estupendo y quizás un tanto diferente a lo que muchos hubiesen esperado. Es decir que Daft Punk, lejos de repetir fórmulas, decidió realizar un homenaje a algunos de sus héroes musicales, muy especialmente a los cuasi legendarios Georgio Moroder y Nile Rodgers, grandes figuras en la creación y la producción de la música disco de los años setenta. Pero el homenaje no se limitó a mencionarlos (como alguna vez hicieron en el tema “Teachers”, de su disco debut Homework de 1997), sino en tenerlos como colaboradores en varios de los temas que conforman a este Random Access Memories (como los excelentes “Give Life Back to Music”, “The Game of Love”, “Contact” o “Giorgio by Moroder”).
  En efecto, tanto Moroder como Rodgers tienen participación en el plato, como la tienen otros invitados de lujo: Paul Williams (¿lo recuerdan, de El fantasma de la ópera?), Panda Bear, Pharrell Williams, Todd Edwards, Chilly Gonzales, DJ Falcon y hasta Julian Casablancas de los Strokes.
  Daft Punk ha logrado un gran álbum, electrónico, sí, pero con grandes dosis de pop y, también, de referencias claras a la música disco, aunque sin caer en obviedades o menciones baratas. Por el contrario, nos encontramos ante un trabajo muy fino, elegante, exquisito, suntuoso… y divertido.
  Un espléndido retorno de este peculiar dueto, con vocoder incluido.

(Publicado hoy en mi columna "Gajes del orificio" de la sección ¡hey! de Milenio Diario).

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