sábado, 21 de julio de 2007
Noches árabes
Nunca imaginé esta mañana, al levantarme, que mi día iba a terminar con una cena en Santa Fe, en un muy lujoso restaurante de comida árabe, sentado en la misma mesa con el ex perredista Marco Rascón, mientras miraba a Fernando Rivera Calderón bailar la danza de los siete velos junto a tres odaliscas. Pues así fue.
Luego de un día casero, en el cual sólo salí para pagar Cablevisión y en el que hablé por teléfono con mis muy amadas L y M, a las seis de la tarde me lancé en Metrobús y taxi al CNA, para asistir a la presentación del disco “La gruta de Baba” de Juan Pablo Villa, en el auditorio Blas Galindo. Fue un concierto de poco más de una hora, a teatro casi lleno, en el cual, solo y su alma en el escenario, Villa mostró sus extraordinarias dotes, auxiliado por un looper que reproducía su voz al infinito y diversos implementos, incluida una especie de manguera de la que sacaba sonoridades muy graves e intensas. La música de Juan Pablo no es sencilla de apreciar y puede resultar incluso chocante para un escucha convencional. Sin embargo, si uno se abre y deja a un lado los prejuicios, el disfrute es absoluto, ya sea en las piezas en las cuales canta, grita, hace sonidos guturales y toda clase de malabares vocales o en esas dos canciones cardenches (de la sierra de Durango) verdaderamente maravillosas que son “Yo ya me voy a morir a los desiertos” y, sobre todo, la prodigiosa y bellísima “Al pie de un árbol”. La respuesta del público fue estupenda y la ovación final resultó más que merecida para este originalísimo intérprete. Al final pude saludarlo (pronto lo entrevistaré para La Mosca), al igual que a mis cuatachas Dora Juárez y Leika Mochán de Muna Zul. Ahí me encontré con Fer Rivera, quien iba con Claudia -su esposa- y sus dos hijitos, Fernando y Mateo. Fue en ese momento que me invitaron a ir con ellos hasta Santa Fe, para conocer el restaurante árabe Al Andaluz, donde todos los viernes de agosto se presentará El Palomazo Informativo. Acepté y nos lanzamos para allá, no sin antes pasar por Jimena, la hermana de Fernando, a la Campestre Churubusco. En seguida, largo pero rápido trayecto hasta los más lejanos rumbos del poniente capitalino, donde el DF se transforma en imitación de Houston. El restaurante de marras se encuentra ubicado en la Plaza Santa Fe y el dueño, un árabe con toda la pinta, nos recibió lleno de amabilidad y nos dio una mesa, a la cual no tardaron en llegar gran cantidad de platillos deliciosos y exóticos (todo gratuito, porque íbamos invitados). Luego se sumaron a la mesa Marco Rascón y otras tres personas. Aquello fue un banquete y no tardó en empezar la música tradicional de Medio Oriente, con tres guapísimas bailarinas ataviadas como odaliscas –qué cuerpazos- que al final pusieron a danzar con ellas a medio mundo (el lugar estaba casi lleno). Yo fui de los pocos que permanecieron en su lugar (qué fresa, lo sé), pero todo estuvo divertidísimo. Salimos y Fer y Claudia me dieron un aventón a mi depto. Fue una noche (árabe) muy alucinante.
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6 comentarios:
Siempre que leo lo que escribes... me transportas... besos hartos.. como siempre... ¿Quien soY?
Pues no tengo idea... ¿Alguna pista aunque sea de aterrizaje?
Mire que chingon!...se ve que se la pasa de lo lindo en "la ciudad de la diversion" aparte que se ve que tiene buen diente, saludos y espero que la comida y las odaliscas hayan producido algo en su cerebro para que ponga a The Arcade Fire en portada o le dedique un articulito a Carrie (quien?)...pues visite mi blog y deje algun comment ok?
saludos desde Mty.
mmm... y si te mando un BESO ENORME... hartooo ENORME sabrias??? jajaja....
Si al parecer es usted muy tragon por lo que leo pero esta bien ahi q comer de todo y las mujeres o benditas mujeres al parecer son parte importante de su Vida, Felicidades por sus 2000 Visitas
Saludos
Xilot
Anonima 1. Humm, creo empezar a sospechat quién eres... ¿Acaso te voy a ver el sábado o de plano ando muy perdido?
Anonima 2: No soy tan tragón como parezco dar a entender en mi texto; respecto a las benditas mujeres, sí, son mi mayor felicidad.
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