jueves, 31 de mayo de 2012
Comida con mi hijo Jan
Hoy vino Jan a visitarme y fuimos a comer al Potzolcalli que está cerca de mi casa. Mi adorado hijo se quedó sin chamba y anda en busca de un nuevo trabajo. Pero lo veo con muy buen ánimo y con el suficiente optimismo para salir adelante. Cominos rico y hablamos de varias cosas. Regresamos un rato al depto y estuvimos aquí platicando un poco más y viendo algunas cosas en la computadora, hasta que se fue en su bici rumbo a su casa. Me dio mucho gusto que viniera. Quedamos en reunirnos más seguido.
miércoles, 30 de mayo de 2012
El adiós a Tatuarte
Hoy fui a dejar mi recibo a Toukán, el último al parecer para la revista Tatuarte, en la cual escribía la sección de discos bajo el seudónimo de Ramiro Quai. Fueron muchos años de hacer dicha sección a la que bauticé como Perforadiscos (ya que le revista era sobre tatuajes y perforaciones), pero que por alguna razón nunca apareció así (sigo pensando que era un buen nombre). Su directora, mi queridísima y entrañable amiga Karem Martínez, quien fue fundadora de La Mosca en la Pared junto conmigo en 1994 y no sólo eso, sino que fue la primera persona que supo del proyecto, leyó mi propuesta al respecto y logró que Jaime Flores se interesara en el mismo, me avisó del fin de la revista desde días antes. Fueron ciento veinte números los que salieron, cuatro menos que La Mosca. Qué triste, pero son decisiones que se toman arriba y a veces uno nada puede hacer por evitarlas.
martes, 29 de mayo de 2012
Jis
Un gran cartón del enorme caricaturista tapatío y buen cuate en facebook. Compañero de Milenio, donde publica cada semana.
lunes, 28 de mayo de 2012
Dos fragmentos poéticos de Bonifaz Nuño
Tengo una debilidad por la poesía amorosa de Rubén Bonifaz Nuño. He aquí dos fragmentos de su largo poema de 1958 "El manto y la corona":
Porque tú lo mandaste al
despedirnos,
porque soy cosa tuya, he
procurado
no sufrir. He querido que no
sientas
ningún dolor por causa mía
en este dedo chico de tu mano
que es hoy mi corazón. Porque
te quiero
te digo: “No he sufrido”.
Dejo ya de escribirte
para seguir pensando en ti.
Comienzo
a tratarte de “usted” en mi
memoria.
Usted no me ha olvidado;
Yo la estoy esperando. Usted lo
sabe.
[...]
Cuando me he despedido
de ti, después de un día de
tenerte,
y camino de gusto por las
calles,
ay, cómo compadezco
a los que tú no amas, que no
saben.
Y me dan ganas de abrazarlos
a todos, de gritarles que la
vida
es buena; que tú vives, que
debemos
obligatoriamente ser felices.
O de echarme en el suelo boca
arriba
con los ojos cerrados,
y cuando alguno llegue a preguntarme
si algo me pasa, contestar: “Es
sólo
que soy feliz porque la quiero.”
domingo, 27 de mayo de 2012
Caballo de guerra
Linda película, con ese estilo dulzón y hasta de pronto cursi que distingue a su director, Steven Spielberg, pero entretenida, espectacular, muy bien filmada y en momentos, sí, conmovedora. War Horse es un buen filme, en el que se narra la historia de un caballo (Joey) y cómo va pasando de dueño en dueño hasta inmiscuirse en la Primera Guerra Mundial. Un poco -o un mucho- en el estilo de cintas como El rifle o El violín rojo, en las cuales un objeto (en este caso más bien un animal) pasa de mano en mano y da pie a diferentes historias unificadas por el propio objeto (o animal), la película nos hace pasar un par de horas muy amenas y emocionantes. La historia es la adaptación de una novela infantil homónima de Michael Morpurgo y tiene un estupendo cuadro de actores. Bastante recomendable si se quiere pasar un buen rato.
sábado, 26 de mayo de 2012
Estudiantes*
Uno los mira y no puede dudar de su entusiasmo, de su
frescura, de una espontaneidad que se ve sincera en la enorme mayoría de ellos,
de ellas. Gente hermosa, sonriente, rumbosa. Gritan, cantan, caminan, corren,
saltan. Son jóvenes, rebosan vida, alegría, jolgorio. Son coloridos,
ingeniosos, divertidos. Hacen de sus marchas happenings, una fiesta de voces,
cantos, lemas, consignas. Río de vitalidad que brota como un torrente y lo
inunda todo a su alrededor. Uno los mira y quiere confiar en ellos, en su
enjundia, en sus deseos por un país mejor, por un México justo, pacífico,
democrático… y sin embargo…
Hay algo
que me brinca en estas manifestaciones estudiantiles, las que se iniciaron
después de la infortunadísima visita de Enrique Peña Nieto a la Universidad
Iberoamericana. Quiero creer en ellas y de hecho creo en la buena voluntad de
la mayor parte de quienes acuden a las mismas. Sé que lo hacen con
autenticidad, con generosidad, con magníficas intenciones… y sin embargo…
¿Qué es lo
que no termina de convencerme? ¿Por qué no puedo comparar esto con el
movimiento estudiantil de 1968? Vamos, ni siquiera con la primavera árabe.
Dicen –e insisten mucho en ello– que son apartidistas. No obstante, varias de
sus peticiones corresponden, exactas, con las de uno de los candidatos a la
presidencia. “¡Queremos que el debate sea en cadena nacional!”, exigen. Lo
mismo que exige López Obrador. Dicen que las encuestas son manipuladas. Lo
mismo que dice AMLO. Acusan de vendidos a los mismos medios y periodistas que
acusa de vendidos la gente del tabasqueño. Piden que se vote en forma
consciente y gritan “¡ni un voto al PRI!”. ¿Apartidistas? No lo parece.
Yo tampoco
voy a votar por el PRI y celebro esta súbita explosión juvenil (si bien me
queda claro que no representa a TODA la juventud mexicana). Lo único que me
desconcierta es ese afán por decir que no apoyan a candidato alguno. En ese
sentido, nada pierden con reconocer algo que resulta tan obvio.
Ojalá
mantengan la misma actitud festiva y pacífica de aquí al 1 de julio y a
posteriori. Confío en que lo harán.
*Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.
*Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.
viernes, 25 de mayo de 2012
Californication 5
También terminé de ver la quinta temporada de Californication, igual de buena que las otras cuatro. Este es otro programa que me encanta. Su cinismo y su desparpajo, además de su nivel de transgresión y de amoralidad son refrescantes. Una maravilla, con ese personaje tremendamente delirante que es Hank Moody (interpretado por el gran David Duchovny). Bueno, casi todos los personajes ahí son delirantes. Una serie divertidísima y cáustica a más no poder, de esas que hay que tener y que se pueden ver y reveer, una y otra vez.
jueves, 24 de mayo de 2012
Shameless 2
Terminé de ver la segunda temporada de una de mis series favoritas de todos los tiempos: Shameless, en su versión estadounidense. Si la primera temporada fue fantástica, ésta lo fue todavía más. No conozco programa de televisión más irreverente y transgresor, sin necesidad de quererlo evidenciar (como hacen South Park y otras). Como siempre, las historias extraordinarias, los guiones ingeniosísimos, la ambientación perfecta, la dirección impecable y las actuaciones sublimes. Sexo, violencia, vicios, delito pero también amor, solidaridad, ternura, belleza. Todo ello en la sórdida zona sur de un Chicago marginal y empobrecido.
La familia Gallagher es un canto a lo guarro conmovedor y a lo noble ojete. Lo que cada uno de sus miembros hace para vivir, convivir y sobrevivir literalmente no tiene madre. El gran William Macy, Jeremy Allen White, Cameron Monaghan, Emma Kenney, Ethan Cutkosky, Shanola Hampton, Steve Howey, Justin Chatwin, Laura Slade Wiggins, Zack McGowan, la increíble Joan Cusack y la bellísima y espléndida Emmy Rossum (sigo enamorado de Fiona) conforman un elenco perfecto, entrañable, magnífico. Una serie que hay que ver y tener y que dudo que alguna vez pase por la tele abierta. Espero con ansias la ya anunciada tercera temporada.
La familia Gallagher es un canto a lo guarro conmovedor y a lo noble ojete. Lo que cada uno de sus miembros hace para vivir, convivir y sobrevivir literalmente no tiene madre. El gran William Macy, Jeremy Allen White, Cameron Monaghan, Emma Kenney, Ethan Cutkosky, Shanola Hampton, Steve Howey, Justin Chatwin, Laura Slade Wiggins, Zack McGowan, la increíble Joan Cusack y la bellísima y espléndida Emmy Rossum (sigo enamorado de Fiona) conforman un elenco perfecto, entrañable, magnífico. Una serie que hay que ver y tener y que dudo que alguna vez pase por la tele abierta. Espero con ansias la ya anunciada tercera temporada.
miércoles, 23 de mayo de 2012
Buen miércoles
Desayuné con Adolfo Cantú en el Vips y platicamos largo y tendido para ponernos al día. Quedamos en hacer algunas cosas juntos, hablamos de política, rememoramos cosas, nos pasamos algunos chismes de mutuos conocidos. En fin, todo muy divertido.
Más tarde fui a Nexos por mi cheque de este mes, de ahí al banco y tras larga y calurosa caminata llegué al depto. Alain ahí la lleva en Quintana Roo. Un buen día.
Más tarde fui a Nexos por mi cheque de este mes, de ahí al banco y tras larga y calurosa caminata llegué al depto. Alain ahí la lleva en Quintana Roo. Un buen día.
martes, 22 de mayo de 2012
Mi odio por Donna Summer y Robin Gibb
No se me malinterprete. No es que haya trasladado el
actual encono político a los terrenos de la música ni que me quiera ensañar con
la memoria de dos figuras tan recientemente desaparecidas.
Lo que
sucede es que al enterarme de las muertes de Donna Summer y Robin Gibb, vino a
mi mente lo aborrecible que me resultaba la música disco por allá de mediados
de los años setenta del siglo pasado. En verdad la odiaba. Como roquero a
ultranza que era yo en esa época (bueno, de una y muchas maneras lo sigo
siendo), la irrupción de esa musiquita rítmica y edulcorada me pareció
vomitiva. Las estaciones de radio nos inundaban con aquellos beats repetitivos
y aquellas orquestaciones cursilísimas… y agréguense los pasos de baile, las
coreografías, las vestimentas, los peinados, Travolta, ¡uf! Aquello era
horripilante (y se pondría peor en los ochenta). Muchos lo veíamos como un
verdadero atentado contra "la pureza" del rock. Era música de fresas y para
fresas. Vacía. Hueca. Desechable. Detestable.
¿Eran
radicalismos de un joven fundamentalista (yo tenía veinte años en 1975)? ¿Habré
madurado y cambiado mi parecer luego de tanto tiempo? Sí… y no.
Debo
aceptar que ya no me dan punzadas en el estómago cuando suenan las notas de
“Hot Stuff” o de la inefable “Staying Alive”, con las tipludas voces de los
hermanos Gibb. Incluso puedo reconocer en la música disco ciertos valores de
producción y hasta que marcó una época dentro de la música popular, etcétera.
Pero ponerme a escucharla, sentir que me trasmite algo…, no, en absoluto.
No hay más
odio de mi de mi parte hacia Donna Summer o Robin Gibb. El punk llegó a tiempo
para salvar la dignidad del rock y devolverme la salud mental. Lamento ambas
muertes, pero no la permanencia de su música, aun cuando sé que a millones les
encanta y que hasta los Rolling Stones grabaron cosas tan lamentables como
“Emotional Rescue”.
Así que no
me lo tomen a mal. Sólo soy el portavoz de algunos cuantos rocanroleros
disidentes que en cierto momento gritamos: ¡Muera la música disco!”.
*Publicado hoy en mi columna "Gajes del orificio" en la sección Hey! de Milenio Diario.
*Publicado hoy en mi columna "Gajes del orificio" en la sección Hey! de Milenio Diario.
lunes, 21 de mayo de 2012
Perder amigas
Siempre me he preciado de tener muchas y muy buenas amigas. Así ha sido sobre todo durante digamos la década más reciente. Con algunas tengo una relación muy estrecha, con otras no tanto. Las hay a quienes veo con cierta frecuencia y a otras sólo de vez en cuando. Las hay de carne y hueso y las hay virtuales (que con el tiempo llegan a convertirse en carne y hueso). En general las quiero mucho y de varias soy una especie de doctor corazón (por alguna razón les doy confianza). Todo estaba bien con ellas y lo sigue estando, menos con algunas con quienes de pronto, por cuestiones partidistas -ya que no podría decir que ideológicas-, he tenido ciertas diferencias.
Varias de ellas son antipeñistas y otras además abiertamente pejistas y se irritan cada vez que hago comentarios en Milenio, en este blog o en facebook. Con algunas he tenido discusiones y al menos ya van tres a quienes temo haber perdido por un buen tiempo, si no es que para siempre. Gajes del oficio de opinar de la manera como lo hago (hoy me decía Fernando Rivera Calderón, por teléfono, que cómo me gusta provocar... y sí, me gusta). Sin embargo y por fortuna, hay otras amigas que saben dialogar y otras más que concuerdan conmigo, entre ellas dos que son importantísimas en mi vida.
Hace seis años, en 2006, mis dos hermanos varones dejaron de dirigirme la palabra por completo, me echaron de sus vidas, por su filiación lopezobradorista. Uno falleció en 2008, el otro en 2010. Se me fueron sin que pudiéramos volver a hablar. No me querían ver, por mis críticas periodísticas a AMLO y por no creer en el supuesto fraude contra éste. Fue terriblemente doloroso y triste que se rompiera una unidad fraternal, una hermandad de décadas, de toda la vida, por causas en el fondo tan baladíes.
Las tres amigas que dejaron de hablarme no tienen real importancia en mi vida, pero son un signo de cómo la intolerancia y el rencor partidista se incuban dentro de una atmósfera de odio y encono. Eso nadie me lo ha contado, lo he vivido en carne propia. Lamentable, sí, pero así están las cosas.
Varias de ellas son antipeñistas y otras además abiertamente pejistas y se irritan cada vez que hago comentarios en Milenio, en este blog o en facebook. Con algunas he tenido discusiones y al menos ya van tres a quienes temo haber perdido por un buen tiempo, si no es que para siempre. Gajes del oficio de opinar de la manera como lo hago (hoy me decía Fernando Rivera Calderón, por teléfono, que cómo me gusta provocar... y sí, me gusta). Sin embargo y por fortuna, hay otras amigas que saben dialogar y otras más que concuerdan conmigo, entre ellas dos que son importantísimas en mi vida.
Hace seis años, en 2006, mis dos hermanos varones dejaron de dirigirme la palabra por completo, me echaron de sus vidas, por su filiación lopezobradorista. Uno falleció en 2008, el otro en 2010. Se me fueron sin que pudiéramos volver a hablar. No me querían ver, por mis críticas periodísticas a AMLO y por no creer en el supuesto fraude contra éste. Fue terriblemente doloroso y triste que se rompiera una unidad fraternal, una hermandad de décadas, de toda la vida, por causas en el fondo tan baladíes.
Las tres amigas que dejaron de hablarme no tienen real importancia en mi vida, pero son un signo de cómo la intolerancia y el rencor partidista se incuban dentro de una atmósfera de odio y encono. Eso nadie me lo ha contado, lo he vivido en carne propia. Lamentable, sí, pero así están las cosas.
domingo, 20 de mayo de 2012
Un inquietante poema de Bukowski
El genio de la multitud
Por Charles Bukowski
Hay suficiente traición y odio, violencia,
necedad en el ser humano corriente
como para abastecer cualquier ejercito o cualquier jornada.
Y los mejores asesinos son aquellos
que predican en su contra.
Y los que mejor odian son aquellos
que predican amor.
Y los que mejor luchan en la guerra
son -AL FINAL- aquellos que predican PAZ.
Aquellos que hablan de Dios
necesitan a Dios.
Aquellos que predican paz
no tienen paz.
Aquellos que predican amor
no tienen amor.
Cuidado con los predicadores
cuidado con los que saben.
Cuidado con aquellos que están siempre
leyendo libros.
Cuidado con aquellos que detestan
la pobreza o están orgullosos de ella.
Cuidado con aquellos de alabanza rápida
pues necesitan que se les alabe a cambio.
Cuidado con aquellos que censuran con rapidez:
tienen miedo de lo que no conocen.
Cuidado con aquellos que buscan constantes
multitudes;
nada son solos.
Cuidado con
el hombre corriente
con la mujer corriente.
Cuidado con su amor.
Su amor es corriente,
busca lo corriente.
Pero es un genio al odiar
es lo suficientemente genial
al odiar como para matarte, como para matar a cualquiera.
Al no querer la soledad
al no entender la soledad
intentarán destruir
cualquier cosa
que difiera
de lo suyo.
Al no ser capaces
de crear arte
no entenderán
el arte.
Considerarán su fracaso
como creadores
sólo como un fracaso
del mundo.
Al no ser capaces de amar plenamente
creerán que tu amor es
incompleto
y entonces te
odiarán.
Y su odio será perfecto
como un diamante resplandeciente
como una navaja
como una montaña
como un tigre
como cicuta
Su mejor
ARTE.
sábado, 19 de mayo de 2012
La anomia y el huevo de la serpiente*
A decir verdad, al igual que el 99.99% de los mexicanos,
hasta antes de la visita de Enrique Peña Nieto a la Universidad Iberoamericana
yo no había escuchado la palabra anomia, esa misma con la cual, con maliciosa
picardía, un estudiante quiso
provocar que el candidato priista volviera a resbalar como lo hizo en la
Feria del Libro de Guadalajara, cuando no supo citar tres libros que habían
cambiado su vida.
Para paliar
mi ignorancia, acudí al diccionario de la RAE y he aquí lo que encontré:
anomia1.
1. f. Ausencia de ley.
2. f. Psicol. y Sociol. Conjunto
de situaciones que derivan de la carencia de normas sociales o de su
degradación.
anomia2.
1. f. Med. Trastorno del lenguaje que
impide llamar a las cosas por su nombre.
Dudo que
cualquiera de los otros tres candidatos conociera el significado de la dichosa
palabra (bueno, en una de esas Gabriel Quadri sí) y seguro se hubieran quedado
con la misma cara de juat que tenía EPN al escucharla, pero creo que sí se
podría aplicar a la actual situación electoral. Por ejemplo, la definición
médica es aplicable a todos los contendientes, habida cuanta de que en sus
discursos parecen impedidos de llamar a las cosas por su nombre, mientras que
la definición psicológica y social me recuerda aquel momento inolvidable en el
cual López Obrador mandó al diablo a las instituciones, al igual que hoy ha
mandado al diablo a la piel de oveja de su república amorosa y ha comenzado a
desacreditar al IFE de manera temeraria, en algo que parecería la preparación
del escenario para sus protestas post electorales (id tomando vuesas
providencias, vecinos y habituales del Paseo de la Reforma).
Estamos
ante un caso de anomia que parece anemia: anemia en el respeto a la democracia
y anomia ante el desprecio por la decisión que tomen el 1 de julio la mayoría
de los electores, si la misma no favorece al ex candidato del amor.
De pronto,
me da la impresión de que los ultras del pejismo están incubando el huevo de la
serpiente.
*Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.
viernes, 18 de mayo de 2012
Homeland
Me vi casi de corridito, cada noche, la serie Homeland de la casa televisora Showtime. Impresionante. Tensa. Un thriller político y de espionaje al más alto nivel. Basada en la serie israelí Hatufim, narra la historia de un sargento gringo, Nicholas Brody, quien es hecho preso en Irak, nación en la cual durante ocho años es aislado y torturado, hasta que logran rescatarlo y llevarlo de regreso a los Estados Unidos, donde se le recibe como a un héroe. Todo parece perfecto, pero la agente Carrie Mathison que trabaja para la CIA recibe un informe acerca de que un terrorista llegará a su país para llevar a cabo un atentado y ella sospecha que el hombre es precisamente Brody. Ahí arranca todo y se desarrolla una historia de esas en las que uno está siempre al filo de la butaca (o de la silla, porque la vi en mi compu), llena de retruecanos y vueltas de tuerca, sin maniqueísmos, en la que hay intriga, traición, violencia, sexo, engaños, pasión, problemas familiares, trastornos psicológicos, en fin. El resto de los personajes está muy bien delineado y uno mantiene al aire contenido hasta el final de la temporada (en la que no se resuelven las cosas del todo, para dar paso a una segunda parte que al parecer ya se está filmando y se estrenará en septiembre).
Brody es interpretado por el estupendo Damian Lewis, mientras que el papel de la intensa y desquiciada Carrie lo desempeña la gran Claire Danes. La secuencia inicial, la de los créditos, es genial. Vaya que Showtime sabe hacer series de primerísima calidad.
Brody es interpretado por el estupendo Damian Lewis, mientras que el papel de la intensa y desquiciada Carrie lo desempeña la gran Claire Danes. La secuencia inicial, la de los créditos, es genial. Vaya que Showtime sabe hacer series de primerísima calidad.
jueves, 17 de mayo de 2012
miércoles, 16 de mayo de 2012
Carlos Fuentes
Falleció inesperadamente Carlos Fuentes y a lo largo del día se han dicho mil cosas acerca de él. Los medios y las redes sociales se han llenado de informaciones, recuerdos y opiniones que no viene al caso repetir. Yo prefiero recordarlo como lector que fui suyo, sobre todo en mi adolescencia y juventud, cuando entre los catorce y los dieciocho años leí La muerte de Artemio Cruz, La región más transparente, Las buenas conciencias, Los días enmascarados, Zona Sagrada y Aura (las tres primeras en aquellas ediciones originales del Fondo de Cultura Económica que tenía mi hermano Sergio en su biblioteca y de la cual tanto abrevé). Ixca Cienfuegos y Artemio Cruz se me quedaron marcados para siempre, al igual que algunos de los cuentos de Los días enmascarados (como "Chac Mool") y la noche en que leí Aura, a principios de los setenta, en la soledad de mi cuarto de madera en la casita donde vivía con mi familia, en la calle Magisterio Nacional, en el centro de Tlalpan: la leí de un tirón, en unas tres horas, y al terminarla quedé tan tenso y nervioso que no pude dormir.
Luego vendría para mí el Fuentes polemista, analista político y sus múltiples artículos en diversos medios. Sólo hace algún tiempo empecé a leer Los años de Laura Díaz pero no la he terminado.
Lamento la muerte de este gran literato, no mi favorito entre los escritores mexicanos, pero sí uno de los más importantes. Falleció en plena forma, cuando aún tenía toda su fuerza creativa intacta.
Una gran pérdida para la cultura mexicana.
Luego vendría para mí el Fuentes polemista, analista político y sus múltiples artículos en diversos medios. Sólo hace algún tiempo empecé a leer Los años de Laura Díaz pero no la he terminado.
Lamento la muerte de este gran literato, no mi favorito entre los escritores mexicanos, pero sí uno de los más importantes. Falleció en plena forma, cuando aún tenía toda su fuerza creativa intacta.
Una gran pérdida para la cultura mexicana.
martes, 15 de mayo de 2012
McCartney
Más allá de la cursilería de llamarlo Sir Paul o Macca,
más allá de que su espectáculo es prácticamente el mismo que viene presentando
desde hace diez años (y que puede verse en DVD en los estupendos Back in the US
de 2002 y The Space within Us de 2006), más allá de eso, el simple hecho de que
se trate de un beatle –uno de los dos sobrevivientes, ambos felizmente en plena
actividad, como lo confirma Ringo Starr con su All Starr Band que se presentó
el año pasado en el Auditorio Nacional y que entre sus músicos tiene a leyendas
como Edgar Winter, Gary Brooker (Procol Harum) o Gary Wright (Spooky Tooth)–,
la sola circunstancia de estar frente a una leyenda viviente de la música
popular del siglo pasado hace que uno se rinda ante la belleza de su música,
tan variada como deliciosa, tan diversa como reconfortante. Paul McCartney es
un clásico y aunque de pronto salga con canciones simplonas (John Lennon las
calificaba como musak), el público y la mayoría de los críticos terminan
(¿terminamos?) por perdonarle todo.
Fue este mi
segundo encuentro con McCartney (lo vi en el entonces Foro Hermanos Rodríguez,
en1993, cuando su primera visita a México, y he vuelto a verlo, el martes 6 de
mayo, en el Estadio Azteca) y fue un encuentro feliz. Porque eso es lo que hace
el ex escarabajo en el fondo: brindar felicidad a lo largo de casi tres horas
de música brillante, entrañable, irresistible, divertida.
A sus casi
setenta años de edad, el tipo mantiene una energía de veinteañero y lo que proyecta
en el escenario, al lado de sus espléndidos músicos, es una alegría que
contagia y que logra trasladar al escucha a otros tiempos quizás idealizados,
pero que permanecen en el inconsciente colectivo como reflejo de una época
mítica en la que las utopías parecían posibles. Sus composiciones son ya
patrimonio de la humanidad, son nuestras, nos pertenecen.
Me siento
afortunado por haber estado ahí hace una semana. Fue un concierto inolvidable,
un espectáculo memorable, un encuentro feliz con ese genio generoso y sonriente
que es Paul McCartney.
Estuvo,
para decirlo en sus propias palabras, de poca madre.
*Publicado hoy en mi columna "Gajes del orificio" de la sección Hey! de Milenio Diario.
lunes, 14 de mayo de 2012
Al Caribe
Alain y Hallet se fueron hoy en la tarde a Quintana Roo, en donde van a trabajar durante algún tiempo. Ya menos triste que ayer, hablé con mi hijo al mediodía, antes de que se fuera al aeropuerto, a donde los llevo Gerardo. Ni hablar. Espero que les vaya muy bien y que todo salga como ellos lo planearon. Sabes que te amo, mijo. Estaremos en contacto.
domingo, 13 de mayo de 2012
Comida de despedida a Alain
Rosa hizo una comida de despedida para Alain y para Hallet ahora que parten hacia una aventura laboral al Caribe mexicano. Fue todo muy lindo y emotivo (y muy rico: las viandas estuvieron buenísimas). Estuvo casi toda la familia y la pasamos muy bien, aunque Rosa no puso evitar las constantes lágrimas. En algún momento me ausenté para ir a ver a mi mamá y regresé en una hora. Ya en la nochecita, me vine en metrobús con Jan, Hallet y Alain, quienes iban a una reunión. Al despedirme del Aleno, antes de bajarme en mi estación, me quebré, se me hizo un nudo en la garganta y no pude casi emitir palabra. Creo que la mamitis de Rosa se me contagió... Espero que les vaya muy pero muy bien.
sábado, 12 de mayo de 2012
Un debate salvajemente carpero*
Contra lo que muchos sesudos analistas opinan, para mí lo
más importante del debate del pasado domingo 6 de mayo no fue la frondosa
edecán y su generoso escote. No. Lo verdaderamente trascendente fue que se
recuperó algo que parecía haberse perdido y que esa noche volvió a hacerse
presente, para regocijo de todos los mexicanos: la prodigiosa capacidad de la
clase política para el humorismo involuntario.
¡Qué
refrescante fue saber que ellos, los políticos, aún poseen ese know how, esa
sabiduría para brindarnos grandes momentos de diversión, solaz y esparcimiento.
Lejos de ser aburridas, esas dos horas consiguieron dar, a quienes no vimos el
Morelia-Tigres o esa cosa enferma que es Pequeños gigantes, la certeza de que
no todo está perdido y que la polaca regresa por sus fueros, para volver a ser
el espectáculo cómico por excelencia en este país.
Los
ejemplos abundaron a lo largo de los ciento veinte minutos que duró el debate y cada uno
de los contendientes puso de su parte para darle sabor y color al gran chou.
Ahí estuvo Peña Nieto y su insistencia en que no le daba tiempo para decir lo
que quería y sus acusaciones de “son dos contra uno” (por un momento, me acordé
de Labastida y su queja de “me dijo Lavestida”) o Josefina y su gag persistente
pero indemostrable de que ella es diferente o Mr. Quadri y su chistoso
desmarque de los políticos (“mírenlos, se la pasan peleando entre ellos”). Sin
embargo, el momento de la noche lo puso AMLO, cuando quiso denunciar los
oscuros intereses que manejan a EPN y mostró una foto… ¡de cabeza!
Cabe decir
que esa imagen, en la que Peña Nieto y Carlos Salinas departen en una boda,
lleva años de circular en internet (o sea que nueva-nueva no es) y que lo único
que prueba es que ambos personajes fueron invitados a la misma fiesta. Pero qué
divertido fue, sobre todo cuando el propio Enrique le dijo a Andrés Manuel:
“Está al revés”).
Ya saboreo
el debate del 10 de junio próximo, porque seguro que los cuatro fantásticos
sabrán regalarnos todavía más y mejores momentos de chunga y pachanga. The show
must go on! (aunque sea, lástima, con otra edecán).
*Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.
viernes, 11 de mayo de 2012
Sobre EPN en la Ibero
Algunas consideraciones derivadas de los hechos ocurridos
durante la visita de Enrique Peña Nieto a la Universidad Iberoamericana:
–Quienes siempre se han quejado de la campaña de odio
contra AMLO en 2006, ahora arman su propia campaña de odio contra EPN.
–Tratar de convertir el incidente de este viernes en un
hecho histórico (ya hay quienes hablan de “la heroica Ibero”) es una exageración y un despropósito.
–Los enemigos de Peña Nieto hablan tanto de él que esa
mala publicidad terminará por convenirle al candidato del PRI y se reflejará a
su favor en las encuestas.
–Me queda claro que lo cool del momento es odiar a Peña
Nieto.
jueves, 10 de mayo de 2012
miércoles, 9 de mayo de 2012
martes, 8 de mayo de 2012
McCartney en el Azteca
Logré acreditarme de última hora para el concierto de Paul McCartney, hoy en la noche, en el Estadio Azteca. Fui con Denisse. Nos vimos aquí y nos lanzamos en metrobús hasta la parada Ayuntamiento, en Tlalpan, para caminar a San Fernando y de ahí tomar un taxi que nos dejó en Ferrocarril y Cuescomate. Es decir que llegamos por la parte de atrás del estadio, a fin de evitar Periférico. Llegamos a las siete y media, nos acreditó Marco Barreda y al poco rato estábamos instalados en el área de prensa. El concierto inició cerca de las nueve y fue una experiencia fantástica. Escribiré del mismo el próximo martes, en mi columna "Gajes del orificio", en el Hey! de Milenio.
Salimos después de las doce, pasamos a que Denissia se comprara una playera y caminamos hasta Huipulco y luego, sobre Calzada de Tlalpan, hasta poquito después de Periférico. Conseguimos un taxi y rodeamos por San Fernando e Insurgentes hasta poco después del Eje 6, desde donde caminamos a casa. Fue una noche estupenda.
Salimos después de las doce, pasamos a que Denissia se comprara una playera y caminamos hasta Huipulco y luego, sobre Calzada de Tlalpan, hasta poquito después de Periférico. Conseguimos un taxi y rodeamos por San Fernando e Insurgentes hasta poco después del Eje 6, desde donde caminamos a casa. Fue una noche estupenda.
lunes, 7 de mayo de 2012
Con Sofía Niño de Rivera
Por la tarde me encontré con mi amiga y ex colaboradora moscosa, Sofía Niño de Rivera, quien es hoy día una destacada comediante en esa especialidad que es la stand up comedy. La cité a las cuatro en el café Las Orquídeas de la colonia Condesa, justamente para entrevistarla acerca de su labor en ese campo. Fue muy grato volver a verla después de varios años y muy interesante platicar con ella sobre lo que hace. La entrevista es para la revista Milenio Semanal y espero entregarla pronto, para que salga en fechas más o menos próximas. Todo un gusto reencontrarme con Sofía.
domingo, 6 de mayo de 2012
¿Pubertad, divino tesoro?
Dicen que es la peor edad, aquella en la cual más se
sufren las vicisitudes de la vida. Cierto: entre los trece y, digamos, los
diecisiete años la existencia se puede volver dura, implacable, difícil, sobre
todo para aquellos que cultivan una inseguridad personal que los convierte en
seres tímidos, apocados, objetos de abusos y vejaciones de todo tipo (eso que
ahora se conoce como bullying).
No diré que
fui un púber tan infortunado, pero sí era yo extremadamente tímido (en especial
con las mujeres, cosa que he superado por fortuna) y en muchos aspectos llegué
a ser lo que hoy se conoce como un nerd (ya saben: retraído, introvertido,
aplicado, bien portado, lector insaciable, etcétera). Puedo decir que cuando
tenía trece o catorce años, si algo salvó mi vida, aparte de la literatura, fue
el rock. Hablo de la segunda década de los años sesenta. Para mi fortuna, mi
pubertad corrió entre 1967 y 1972, lo que significa que me tocó vivir, justo en
su momento, la aparición de grandes discos (desde el Sgt. Pepper de los Beatles
hasta el Who’s Next de The Who, el Dark Side of the Moon de Pink Floyd o el
Ziggy Stardust de Bowie, entre muchísimas otras maravillas, varias de las
cuales pude adquirir apenas aparecieron) y se dio también al tiempo que se
desarrollaban los movimientos estudiantiles en México, Francia, los Estados
Unidos y otros países y que acontecían la liberación sexual, el auge de la
psicodelia, la aparición de la minifalda, la lucha contra la guerra de Vietnam
y la celebración de los festivales de Woodstock y Avándaro.
Mi primer
texto fue publicado cuando era un mocoso de quince años, en 1970. Fue en la
revista Mexico Canta que dirigía Carlos Baca y el texto era una reseña bastante
malita sobre el álbum Tarkus de Emerson, Lake & Palmer. Pasarían cerca de
nueve años para que volviera a aparecer un artículo mío en algún medio. Un
año antes, había empezado a componer canciones y en 1972 (mi último año
puberto) tuve a mi primer grupo, un trío de voces y guitarras acústicas llamado
Octubre, en el que tocábamos canciones mías en español. Transcurrirían más de
veinte años para que volviera a formar una agrupación, en este caso Los Pechos
Privilegiados, en 1994.
Cuando yo
era púber, el rock lo era también de alguna manera (una de las fechas
históricas reconocidas señala que el género nació en1955, con el tema “Rock
Around the Clock” de Bill Haley y sus Cometas…, y yo nací ese mismo año). En
cuanto al rock nacional, aparecido por allá de 1958, éste vivía apenas la
transición entre la infancia y la adolescencia…, transición de la cual parece
no haber salido del todo, luego de más de medio siglo transcurrido.
¿Qué pasa
con el rock que se hace en México, por qué sigue sin alcanzar ya no digamos
la madurez, sino al menos ciertos rasgos que lo alejen de su sempiterno
infantilismo? Se me dirá que sigo anclado en el mismo discurso de hace veinte
años, cuando acuñé el término “rockcito” en mi columna de la sección cultural
de El Financiero y cometí la osadía de poner en tela de juicio la música de
bandas intocables como Caifanes, Café Tacuba (y no Tacvba, por el amor de
Dios), Fobia o La Maldita Vecindad, entre otras. El problema, sin embargo, no
es que yo esté anclado en el tema: es el propio rock que se hace en México el
que no avanza, el que continúa estancado, el que en muchos aspectos tiende a
retroceder (de ahí su involución de rockcito a rockcitito y aun a otros
diminutivos peores).
Salvo
contadas excepciones, no existen en México grupos y solistas de rock con un
nivel capaz de igualar la calidad artística y la creatividad del rock que se
hace en otros países. Esto nos habla de carencias comparables a las que tiene
un púber. Los roqueros mexicanos en su mayor parte se preocupan más por la
forma que por el contenido, más por la apariencia que por la sustancia y así ha
sido desde que los Teen Tops grabaron “La Plaga”.
“Juventud,
divino tesoro”, dice el viejo verso de Rubén Darío. No obstante, en el caso de
la pubertad (y peor aún la del rock que se hace en nuestro país), yo no estaría
tan seguro de ello.
*Publicado este mes en mi columna "Bajo presupuesto" de la revista Marvin.
sábado, 5 de mayo de 2012
Lo que Chente Fox quiso decir…*
Esta vez no hay razón para que Rubén Aguilar, ex vocero
presidencial, salga a explicarnos lo que quiso decir su antiguo jefe. Vicente
Fox ha sido extrañamente perspicaz en estas últimas semanas y lo que declaró
acerca de la inutilidad de los mítines políticos me parece tan lúcido como
exacto.
A estas
alturas y como lo hacen todos los partidos, reunir a dos, cinco o diez mil
personas, muchas de ellas acarreadas, para que un candidato les eche un
discurso lleno de lugares comunes y frases huecas, mientras los infelices se
derriten al rayo del sol en espera de una torta y un Boing de guayaba, resulta
un despropósito.
El ex
presidente ha andado muy activo y muy presente en los medios y lejos de
reprochárselo, creo que habría que darle las gracias porque ha resultado más
incisivo, preciso, colorido y simpático que cualquiera de los contendientes por
la presidencia.
Genio y
figura, ni hablar.
* * * * *
Más que la decisión de TV Azteca (a todas luces
provocadora, por supuesto) de anteponer un partido de fut al debate de mañana
domingo, lo que más me llama la atención es la histeria desatada en las redes
sociales. No porque no la esperara (ya se sabe de la hipersensibilidad de
jarritos de Tlaquepaque de los políticamente correctos), sino porque cada vez
llega a extremos más surrealistas y reveladores. Eso de exigir cadena nacional
para el debate, en el fondo revela una vocación por el autoritarismo y un deseo
inconsciente por regresar a los tiempos cuando la RTC era el órgano rector
dominante y La hora nacional hacía que todos apagáramos la radio los domingos a
la misma hora. Curioso: los que propugnan que bajo ninguna circunstancia debe
regresar el PRI se comportan como priistas de la vieja escuela. Cosas veredes.
* * * * *
Murió Eduardo Valle, “El Búho”, verdadero hombre de
izquierda, con quien en los años setenta compartí algunos años de lucha en el
Partido Mexicano de los Trabajadores. Todavía nos manteníamos en contacto por
internet. Lo lamento mucho en verdad. Un abrazo solidario para los suyos.
*Publicado hoy e mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.
viernes, 4 de mayo de 2012
jueves, 3 de mayo de 2012
miércoles, 2 de mayo de 2012
¡Mi reino por una aguja!*
En el Evangelio según San Mateo, se refiere esta célebre
sentencia de Jesús: “Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja a
que un hombre rico entre al reino de los cielos”. La frase ha sido usada
políticamente a conveniencia y si la cito aquí es porque, hasta hace algunos
años, era más fácil que un ricachón entrara al cielo a que un coleccionista de
álbumes de vinil pudiera conseguir una aguja para su tocadiscos.
Convengo:
el juego de palabras está bastante jalado de los pelos, pero nos conduce a la
idea central de este texto: las dificultades que había hasta hace no mucho
tiempo para que alguien que tuviera aún su vieja tornamesa y algunos elepés o
discos de 45 revoluciones pudiera reemplazar la aguja que permite escucharlos.
Hagamos un
poco de historia. Con el advenimiento del disco compacto a mediados de los años
ochenta del siglo pasado, muchas personas que poseían notables colecciones de
lo que se conocía como acetatos –ya fuesen en su versión LP (Long Plays) o EP
(Extended Plays) – tomaron la decisión de deshacerse de las mismas. Quienes nos
negamos a ello y optamos por conservar a sangre y fuego dichas colecciones
fuimos vistos como quedados, anticuados, gagás o tecnológicamente
retardatarios.
Quien esto
escribe (o sea, yo) tenía una colección de unos mil quinientos elepés, aunque al
divorciarme a principios de los noventa y dividir las cosas con mi hoy ex
esposa, me quedaron unos ochocientos. Pero pude mantener conmigo el tocadiscos Sony que
adquirí hace cerca de treinta años y que todavía conservo en la sala del apartamento
donde habito.
Conforme
los discos de 33 y 45 revoluciones fueron desapareciendo de las tiendas, ya
fuesen especializadas o viles supermercados, escucharlos se volvió cada vez más
complicado, sobre todo si la aguja del brazo de la tornamesa se desgastaba
hasta quedar inservible. Por un muy largo tiempo, en México, sustituir a ese
pequeño y delicado adminículo se volvió misión imposible. Yo tenía un par de
repuestos y logré mantener viva la posibilidad de escuchar mis viniles (y no
vinilos, por el amor de Dios), pero muchísima gente no pudo hacerlo y terminó
por guardarlos como objetos decorativos o francas antigüedades.
Lo mismo
pasó con los tocadiscos, ya fuesen los portátiles (aquellas maravillas que se
cargaban como un maletín y podían desplegarse con el simple expediente de abrir
los broches que unían a las bocinas con la tornamesa) o incluso los que venían
en las viejas consolas, aquellos estorbosos aunque entrañables muebles que
adornaban las salas, primero de las casas de la gente pudiente y, más tarde, de
las de las familias clasemedieras de los años sesenta y setenta. Para no hablar
de los “aparatos de sonido”, esos armatostes (como mi Sony) que además de la
tornamesa incluían radio (en AM y FM) y doble casetera.
La
proliferación del disco compacto y la desaparición paulatina del disco de vinil
y de los tocadiscos hizo que los fabricantes de agujas prácticamente se
extinguieran. Todas aquellas tiendas ubicadas en la calle de República del
Salvador, en el Centro Histórico del DF, a donde uno iba a comprar sus agujas,
desaparecieron también o dejaron de venderlas. Parecía un hecho tan inevitable
como irreversible.
No tengo
pruebas para asegurarlo, pero creo que lo que nos salvó fue el surgimiento del
rap y la música electrónica. Los intérpretes de estos géneros comenzaron a usar
tornamesas, ya sea para sus scratches o sus sampleos. De pronto, los discos de
vinil volvieron a cobrar importancia y hoy día, muchos grupos y solistas en el
mundo sacan ediciones de sus álbumes en ese formato. En nuestro país, tiendas
como Mix-Up ya cuentan con departamento de discos de 33 revoluciones. Algo que
habría parecido insólito hasta hace muy poco.
Conseguir
agujas para las tornamesas ya no resulta tan difícil. En la propia República
del Salvador existe el llamado Tunel de la electrónica, donde se pueden
adquirir diversos modelos. Asimismo, en los grandes centros comerciales, como
Perisur, hay locales especializados en sonido que las venden. Los tocadiscos
también han regresado (hay unos en imitación madera, muy simpáticos y
accesibles, que venden en las tiendas de Carlos Slim).
Así pues,
el disfrute incomparable que resulta de escuchar un disco LP no sólo ha vuelto
a ser posible, sino que no tardará en imponerse como eso que algunos exquisitos
llaman moda vintage. El solo placer de escuchar la caída de la aguja sobre la
superficie del acetato ya no es materia de nostalgia y está ahí, al alcance la
mano.
Ya no hay
razón para gritar con angustia: ¡mi reino por una aguja! Basta con ir a
comprarla a la vuelta de la esquina.
*Publicado hoy en la sección "El ángel exterminador" de Milenio Diario.
martes, 1 de mayo de 2012
Huicholes en fuga*
Debo a Rafael Tonatiuh, quien la semana pasada subió
varios videos de esta agrupación en su página de facebook, el descubrimiento de
Huicholes Musical. “Traen un show más chido que Radiohead”, comentó el gran
Tona con una ironía que, sin embargo, no está exenta de verdad.
Recuerdo
entre mis lecturas de adolescencia los cinco tomos de Los indios de México de
Fernando Benítez y quizás el que más me impactó es el dedicado a los huicholes
de la Sierra Madre Occidental, en los límites entre Jalisco y Nayarit, y sus
ceremonias con el peyote, presididas por sus chamanes o marakaames.
Con aquella
imagen que me hice de ellos, ver de pronto a Huicholes Musical sí que me provocó
asombro y una gran sonrisa. Pero no una sonrisa condescendiente o sarcástica,
de esas que los políticamente correctos emplean para condenar a todo aquello
que se sale de sus prejuiciosos parámetros. Seguramente no faltará quien se
queje de la transculturización o de la forma como estos músicos adaptan sus
raíces y los instrumentos musicales de su etnia (en especial el violín) para
tocar una extraña fusión que incluye música grupera, quebradita, cumbia y hasta
hip hop, todo ello combinado con los sones autóctonos de la región wixárica.
El
resultado no deja de sorprender y divertir. Ellos se visten con sus coloridos y
característicos trajes de manta, pero no con un afán caricaturesco (no son
Chano y Chon o Régulo y Madaleno), sino con orgullo y alegría, mientras tocan
con profesionalismo y buenas dotes vocales e instrumentales.
No es una banda nueva, ya que se formó en 2005, en el pueblo de Santa Catarina, municipio de Mezquitix, Jalisco, y al parecer es en los Estados Unidos donde han logrado su mejor cartel. Tampoco son un grupo para escuchar en Radio Educación, sino más bien en la Zeta o la Ke buena, pero no me parece en absoluto una propuesta despreciable. Es más, los recomiendo para el próximo Vive Latino (digo, si invitan a Enjambre, pues…).
Busque a
Huicholes Musical en You Tube (su canción “El punto com” es imperdible). Usted
tendrá la mejor opinión.
*Publicado hoy en mi columna "Gajes del orificio" de la sección Hey! de Milenio Diario.
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