sábado, 1 de marzo de 2008

Obama en las alturas*


Algunos piensan que se trata del mismísimo Anticristo que consumará el fin de la civilización y llevará al mundo a una larga época de oscurantismo y destrucción. Dicen que no es posible que un joven de raza negra y religión musulmana se pueda convertir en presidente de los Estados Unidos de América. Para colmo está su nombre: Obama. Por una letra y se llama Osama, como Bin Laden, el mayor enemigo internacional… de los Estados Unidos de América.
Barack Obama, quien este martes podría convertirse en el virtual candidato del Partido Demócrata a la presidencia yanqui, despierta sentimientos encontrados entre los estadounidenses. Como que no estaba presupuestado alguien con sus características dentro de las tradicionalmente predecibles y aburridas elecciones norteamericanas. Alguna vez Jesse Jackson, otro hombre de color (negro), quiso llegar a la Casa Blanca y lo botaron a las primeras de cambio. Ahora las cosas podrían tener otra tonalidad y un individuo de la misma raza estaría en posibilidades de arribar a Washington.
No será tan fácil. Obama tendría enfrente a un clásico WASP (White Anglo-Saxon Protestant y no We Are Sex Perverts, aunque nunca se sabe), el actual senador John McCain, quien según las encuestas, vencería con cierta facilidad al carismático Barack de todos los políticamente correctos tan querido.
Pero, ¿qué sucedería si gana Obama? ¿Se apoderarían los musulmanes del Capitolio, el Pentágono y hasta el mismísimo Hollywood? ¿Se impondría la religión de Alá como la única oficial en los esteits? ¿Tendrían que andar las gringas con la cara cubierta merced al uso forzoso de la burka? ¿En lugar del Día de Gracias se celebraría el natalicio de Mahoma? ¿La capital del mundo ya no sería Nueva York sino La Meca?
Lo peor es que como en México le copiamos todo a los gabachos, igual en las próximas elecciones alguno de los partidazos lanza como candidato a un seguidor del Islam. Digo, ya de por sí algunos políticos mexicanos dizque de izquierda son más fundamentalistas que el propio Bin Laden.
Oj Alá que no.

*Publicado hoy en mi columna "Cámara Húngara" de Milenio Diario.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

"Dicen que no es posible que un joven de raza negra y religión musulmana se pueda convertir en presidente de los Estados Unidos de América."

Eh...Osama de hecho no es de religión musulmana, sino cristiano.

Anónimo dijo...

Por cierto, una nota interesante (obama diciendo enfrente de una audiencia cristiana que la homofobia no es, precisamente, cristiana. Es difícil no simpatizar con políticos que no tienen miedo de no decirle a la gente lo que quiere oir). Va link: http://www.towleroad.com/2008/02/barack-obama-te.html

PD: Soy el mismo de arriba pero me da flojera "loggearme".

Unknown dijo...

Da pena ajena la ignorancia de usted respecto a la cultura contemporanea estadounidense. No se cuántos años ha vivido usted allá, pero su estancia obviamente no sirvío para darle un entendimiento adecuado para publicar su opinión en un periodico. Su perspectiva ya caducó hace mucho tiempo, señor. Ya no es una simple cuestion de WASP vs. negro, la sociedad estadounidense es mucho más dinámica que usted piensa. Sus comentarios estan llenos de errores que nada más sirve para fomentar más ignorancia entre los mexicanos. Como periodista, como escritor, su ejemplo es lamentable. ¿Usted cree que la sociedad gringa mueve al mismo ritmo que la sociedad mexicana? con las mismas caritas que aparecen en los periodicos día tras día, año tras año. ¿Obama un musulman? ¡Aprende de lo que escribe, señor! Lástima para Milenio, lástima para este país, que esté tipo de basura sea publicada. De veras, da pena ajena.

Anónimo dijo...

Saludos Hugo.

Continuo la conversacion que iniciamos abajo. Dices...

"Imposible y falaz comparar a un diario tan tendencioso e ideologizado como el que dirige Carmen Lira con el "New York Times"."

Pues, como todo, todo depende de tu punto de vista. Tu dices que La Jornada es un periodico tendencioso y ideologizado."

Pues, eso es precisamente lo que muchos (Derechistas) dicen del New York Times. Preguntale a un egresado de Hillsdale College o un catedratico del Heritage Foundation, y te juro que diran que el New York Times es "tendencioso y ideololgizado", y que Pinch Sulzburger esta "destruyendo" el periodico.

Pero esta critica no es nueva. Desde que un reportero del periodico (en mi opinion, el rotativo mas influyente del mundo) publico una serie de articulos elogiando a Stalin en los 30s, y supuestamente encuburiendo el famine, la Derecha nunca ha perdonado al periodico.

En la misma forma que tu dices que La Jornada es tendenciosa, la derecha (republicanos) dicen lo mismo del NYT.

Ahora, continuemos con el PRD, Marcelo y AMLO. No son perfectos, como tampoco los Democratas lo son en EEUU. Pero la politica no se trata de perfeccion. Se trata de una serie de disyuntivas entre varias opciones.

Y en Mexico, la unica opcion que es viable para alguien de la CentroIzquierda es el PRD. El unico partido que reconoce que, para prosperar una economia necesita el Estado para guiarla es el PRD.

Me acuerdo cuando Clinton aumento la tasa maxima del ISR (aplicable solo a los hogares comodos) al 39.6%. La Derecha lo acuso de Comunista. El Wall Street Journal argumento que iba a hacer desplomar el Capitalismo.

Ahora, hay que preguntarnos, que paso durante sus cuatro anos? Prosperidad como EEUU jamas habia visto.

Ahora, que dicen acerca de Hillary y Obama. Lo mismo que decian contra B. Clinton. De hecho, ya han comenzado a comparar a H. Clinton con Hugo Chavez.

Gracias a Dios, en EEUU las cadenas de TV abierta no se prestan al juego de la Derecha, como he dicho que se presta en Mexico. De hecho, ni FoxNews, una cadena que solo se ve via cable, es tan conservadora como los noticieros de Televisa y Azteca.

Daniel Franco dijo...

ZZZZzzzzzz... iba a poner algo sobre toda esta nueva polémica del blog, pero mejor voy a seguir leyendo Condorito...

Anónimo dijo...

Que cosas tan jocosas, un escritor que se considera de izquierda dando su opinion en un periodico derechista, eso si es bien transgresor ehh..

Hugo García Michel dijo...

Una de las mayores y más falaces idioteces que escucho desde julio del año pasado: que "Milenio" (el periódico donde entre otros escriben Pablo Gómez, Ricardo Monreal, Marcela Gómez Zalce, Rafael Tonatiuh y Jairo Calixto Albarrán) es un diario de derecha.

Anónimo dijo...

Al grano don Hugo, el punto aquí no es si Milenio es o no de izquierda. ¿Qué responde a las demás críticas? ¿Nada?

Anónimo dijo...

Saludos. Uno periodico no se define por sus columnistas o invitados (op-eds). Se define por sus editoriales (osea, opinion del Consejo Editorial) y por su primera plana. Nadie puede negar que los editoriales de Milenio (Carlos Marin) y que su primera plana son de los MAS UltraDerechistas de todo Mexico.

Cuando Bush intento privatizar el sistema de Seguro Social, todos los dias en la primera plana del NYT leias como esto iba a negativamente impactar a los mas despotegidos del pais. En las editoriales del diario, leias el gran fracaso que ha tenido Chile con su privatizacion.

Ahora, cuantas notas denostando la privatizacion de las pensiones del ISSSTE leyeron en Milenio. Los pensionados sufrieron un recorte del 50% en sus pensiones, y nada en Milenio. Carlos Marin se pronuncio al respecto? Escribio como son mucho muy supeior los sistemas de reparto (beneficios definidos)?

La Jornada si lo hizo. Tambien el New York Times cuando Bush intento hacer lo que la Derecha logro.

Pero Milenio no dijo nada.

Por eso mismo, Milenio es un periodico de la Derecha.

Anónimo dijo...

Les dejo un de los muchos editoriales (no columna) publicado por el New York Times, alrededor del tiempo que Bush intento hacer lo que Calderon logro. Les hago una pregunta. Aparte de La Jornada, cual otro periodico se pronuncio asi?

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http://www.nytimes.com/2006/12/31/opinion/31sun1.html?_r=1&oref=slogin

Editorial

And Now, a Word From Chile ...

Published: December 31, 2006

Everyone who followed the debate about privatizing Social Security back in 2005 has vivid memories of the Chilean model. Sometimes it seemed impossible to get through any discussion of fixing Social Security without hearing a free-market paean to the way Chile had given its workers control over their own retirement investments, followed by a demand that the United States get on the same boat.

Therefore, it seems worthwhile to note that the Chileans are now bailing water.

The Chilean government recently announced that in 2007 it plans to pursue far-reaching reforms aimed at creating a larger government role in Chileans’ old-age security. The reforms are urgently needed. It has been nearly a generation since the regime of Gen. Augusto Pinochet began to supplant Chile’s government-supported retirement system with a plan for Chilean workers to save 10 percent of their salaries in private accounts. Today, roughly half of Chile’s labor force has either not participated or has not accumulated enough to generate what the government considers a minimum payout of about $140 a month.

The overarching problem for Chile — and the real lesson for the United States — is that private savings are not a substitute for a guaranteed core tier of old-age support. The first measure of success of a retirement system is not how much certain individuals manage to sock away, but whether the system as a whole provides basic dignity for all. By that measure, Chile’s privatized system has failed and Social Security has succeeded.

Social Security does need some changes to protect it over the long term. The best solution would involve a combination of modest benefit cuts and modest tax increases, which could be phased in gradually over decades and could guarantee a government benefit that replaces about 30 percent of preretirement income on average, compared with a replacement rate of about 35 percent today.

Getting there would require sacrifices from both political parties. Republicans would have to give up on their privatization efforts. And the Democrats would have to control their knee-jerk tendency to preface any discussion of Social Security with a pledge never to cut anyone’s future retirement benefits. President Bush will also have to go further if there is to be any chance of progress while he is still in office. Tax increases must be a part of any plausible Social Security reform mix. Unfortunately, the president appears unalterably opposed even to something as overdue as raising the cap on earnings that are subject to Social Security tax.

As long as tax increases are off the table, severe benefit cuts become unavoidable. If the gap in Social Security’s finances were closed through benefit cuts only, the average worker’s payout would equal only about 10 percent of preretirement earnings. Such bare-bones benefits would signal the end of Social Security, as surely as would privatization.

As the debate unfolds anew in 2007, another vital lesson to remember from the Chilean experience is that institutions, once dismantled, are not easily restored.