Protagonizada por las unas magníficas Ofelia Guilmain y Sonia Furio y basada en una historia de Emilio Carballido, la película narra la historia de dos hermanas solteronas que viven en Córdoba, Veracruz, y atienden una pequeña tienda que les puso su hermano mayor (un muy divertido Víctor Junco). El enamoramiento equívoco de una de ellas es lo que da sustancia a la anécdota principal y no contaré detalles por si la quieren ver (está en YouTube en una copia muy decente). Pero lo más disfrutable de la cinta es el retrato de costumbres provincianas que hace, con un sentido del humor muy fino y a la vez filoso, con diálogos de antología y una atmósfera placentera y llena de simpatía.
Si bien la trama podía haber caído fácilmente en el melodrama ramplón, Pastor tiene la suficiente sabiduría como para mantener un tono de suave ironía (ligeramente ibargüengoitiana) y amable distancia.
Una obra cinematográfica casi tan buena como la adaptación del mismo Julián Pastor de Estas ruinas que ves (1978) del propio Jorge Ibargüengoitia. Se las recomiendo.
1 comentario:
Ah, qué buen recordatorio. Gracias Hugo por tan breve cálida nota.
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