Fue una tarde deliciosa. Alejandro Martínez Gil y Liliana Buneder, del grupo Faralae, vinieron a comer y a convivir a mi casa. A nosotros se sumó mi queridísima Paulina de la Vega. La pasamos de maravilla. Ellos trajeron sushi y Pau un vino blanco espumoso. Al final, estuvimos tocando y a ellos les gustaron mucho mis canciones, tanto que quizá se sumen a mi disco para interpretar "Oye, oye".
Todo genial. Ellos dos se fueron como a las ocho. Pau se quedó para quedar de acuerdo conmigo sobre un ciclo novedoso que se inició justo este día y que espero que sólo traiga buenas cosas.
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