viernes, 31 de mayo de 2019

Gran sesión con La Forja

Hoy al filo del mediodía tuvimos una gran sesión de grabación con los integrantes del grupo mexicano de música española La Forja, conformado por el gran Daniel Rivadeneyra (guitarra), su hermano David (cajón y percusiones) y la voz espléndida de Olinka. Con Daniel ya habíamos grabado la parte de las guitarras el pasado 22 de abril. Ahora se añadieron las percusiones y la parte cantada de Olinka. La canción que trabajamos es "Noches en vela" y quedó preciosa. Un grandísimo trabajo de estos grandísimos músicos por quienes no tengo más que agradecimiento por sus aportaciones, su extraordinaria disposición y su talento. Ya la escucharán en su momento.
  Gracias también, como siempre, a Iris Bringas y Jehová Villa Monroy por el trabajo en el estudio.

jueves, 30 de mayo de 2019

Reversa total

La verdadera cuarta transformación lo estaba siendo nuestro lento y errático ingreso a la democracia; lo de este gobierno es un retroceso vil a los peores tiempos del PRI.

domingo, 26 de mayo de 2019

Esto lo dijo hoy el presidente (aunque usted no lo crea)

"México se fundó hace más de 10 mil años. Con todo respeto, todavía pastaban los búfalos en lo que hoy es Nueva York y ya en México había universidades y había imprenta".

sábado, 25 de mayo de 2019

Cámara húngara: México en el tobogán (Helter Skelter)


Nos prometió un cambio y lo está cumpliendo. Un cambio sin rumbo cierto, vertiginoso, desbocado, desenfrenado, delirante y de bajada, siempre de bajada, como un tobogán interminable. Pero un cambio al fin y al cabo.
   Desde que tomó el poder extraoficialmente, el 1 de julio de 2018, el presidente López Obrador no ha parado en su afán hiperquinético que tiene al país metido en una especie de máquina revolvedora que gira y gira sin cesar, sin que nadie, ni los propios partidarios del tabasqueño, sepan bien a bien o mal a mal cuándo se detendrá y qué será lo que finalmente salga de ahí.
   Los indicios, sin embargo, no son en absoluto prometedores y mucho menos esperanzadores. Todo lo contrario. Ha dicho don López, en repetidas ocasiones, que todos debemos entender una cosa: que el suyo no es un cambio de gobierno sino un cambio de régimen. Lo que no ha dicho es qué clase de régimen tendremos, porque mientras afirma que él es demócrata, institucional, legalista, conciliador y defensor de los derechos de los ciudadanos, incluido el derecho a la libertad de expresión, en los hechos lleva casi once meses (cinco como presidente electo y seis más como presidente constitucional) demostrando exactamente lo contrario. La suya está siendo una presidencia autoritaria, centralizadora e intolerante que día con día divide a los mexicanos, se salta las leyes con memorandos y adjudicaciones directas, amenaza a los que disienten y, lo peor de todo, despoja de recursos a decenas de miles de personas que lo apoyaron, con tal de llevar a cabo proyectos delirantes y económicamente inviables. Como una especie de Robin Hood o Chucho el Roto al revés, quita dinero a la educación, la salud, el ambiente, la ciencia, la cultura y otros sectores fundamentales, para comprar clientelas por medio de pequeñas dádivas y para financiar locuras tan estrambóticas e irracionales como la refinería de Dos Bocas, el aeropuerto de Santa Lucía, el Tren Maya… o Probeis, su instituto beisbolero, al que dotó con un presupuesto de 350 milloncitos de pesos anuales contantes y sonantes, Una shulada.
   Con la ayuda de la Secretaría de Hacienda y, muy especialmente de su implacable oficiala mayor, un personaje escalofriante de nombre Raquel Buenrostro (al parecer el cerebro –es un decir– detrás de la actual parálisis económica), el primer mandatario hace y deshace a su antojo, apoyado en la legitimidad que aún le dan los 30 millones de votos con los que ganó las pasadas elecciones, aunque la decepción y el enojo crecen de manera exponencial entre la gente de a pie, algo que la soberbia de los miopes personeros de la llamada Cuarta Transformación se niega a aceptar y que amenaza con echar por la borda, a mediano plazo, sus planes de permanecer en el poder durante varias décadas.
   La gran duda es si aguantará el país la hecatombe a la que, según todo indica, nos conducen las decisiones del hombre que hoy manda y lo dicta todo (y cuando digo todo, es todo, incluidas las autorizaciones para los viajes de los funcionarios de su gobierno, como lo acaba de experimentar en carne propia la directora de Imcine, María Novaro, quien fue regresada del festival de Cannes porque al jefe máximo le pareció que su estancia allá era un gasto suntuario). ¿Cuál será la respuesta de la gente cuando empiecen a morir los enfermos de cáncer o de VIH por el recorte a los medicamentos? Sobre todo cuando se sabe que sí existen los recursos para comprarlos y distribuirlos, aunque la très sympathique et charismatique oficial Buenrostro se niega a soltar los dineros por quién sabe qué razones esotéricas?
   Muchas personas han empezado a encarar al presidente en los aeropuertos o en los mítines, para reclamarle sus decisiones, y la respuesta de éste ha sido a veces titubeante, a veces evasiva y a veces iracunda. En lugar de diálogo, ofrece chistes o descalificaciones. Sus conferencias mañaneras están cada vez más desprestigiadas y el uso de falsos periodistas paleros (a quienes se ha apoyado ostensiblemente, incluso llevándolos a viajar al lado del presidente o de algunos secretarios de Estado, como el de Turismo, quien recientemente se los llevó a Acapulco) es tan evidente que negarlo cae en el terreno del cinismo. Un cinismo bastante ridículo, pero cinismo al fin y al cabo.
México va en caída libre por el tobogán de la 4T. El presidente lo niega y dice que son calumnias de los conservadores, de los fifís, del “hampa del periodismo”. Negar lo que resulta tan evidente y rehusarse a rectificar tantas malas determinaciones es la mejor receta para empeorar las cosas y precipitar al país en el vacío.
   Helter skelter!, gritarían los Beatles.

viernes, 24 de mayo de 2019

Concha Michel

El famoso doodle de Google rinde homenaje el día de hoy a Concha Michel, cantante vernácula, militante del Partido Comunista mexicano, feminista, compositora, dramaturga, ensayista y aventurera, nacida justo hace 125 años en Villa de la Purificación, muy cerca de Autlán, en Jalisco, donde en 1922 nacería mi madre, Rebeca Michel Ruelas. Y pues sí, Concha era tía de mi mamá, a quien le llevaba 27 años. En mi novela Emiliano (2017) escribí una escena en la que aparece Concha, cantando un corrido a Emiliano Zapata, en una fiesta en honor a Diego Rivera. Nomás les quería contar.

Tomado del Milenio de hoy:

Google realizó un homenaje con un doodle animado a Concha Michel, una música, folclorista y activista mexicana que este 24 de mayo cumpliría 120 años.
  En su página principal, Google muestra la imagen de parejas bailando, así como personas realizando manifestaciones y una más en el centro que toca la guitarra.
  De acuerdo con la compañía, Concha Michel cantó duetos con Frida Kahlo, interpretaba para John D. Rockefeller, modelaba para Diego Rivera y viajó por el mundo apoyada sólo por su voz y su guitarra.
  Este doodle creado por la artista, Emilia Schettino, celebra la vida de la mexicana que naciera el 24 de mayo de 1899 y quien se enamoró de la música a muy temprana edad, por lo que aprendió a cantar y tocar la guitarra en un convento católico fundado por su abuelo.
  Su rebeldía e inquietud llevaron a la mujer a liderar y organizar una fuga de novicias, rompió con el molde de las mujeres jóvenes del México de ese tiempo, a quienes se les exigía pureza, pudor, recato y honestidad.
  Michel fue conocida por su vestimenta indígena, llevaba vestidos bordados con pelo trenzado al estilo de las mujeres tehuanas de México. Viajó por todo el país, aprendiendo canciones tradicionales y cantando sus propios corridos o baladas revolucionarias, convirtiéndose en una de las pocas mujeres que cantaban esta forma en ese momento.
  Durante la década de 1930, viajó a los Estados Unidos donde actuó en el Museo de Arte Moderno y en la gran casa de Rockefeller. Las ganancias de sus actuaciones pagaron viajes a Europa y la Unión Soviética, donde conoció a pensadoras feministas como Clara Zetkin y Alexandra Kollontai.
  En 1950, estableció el Instituto de Folklore en Morelia, Michoacán, como parte de un esfuerzo de por vida para preservar la cultura indígena de México. Como lo puso en su autobiografía, “el mundo era mi universidad; mi graduación voluntaria, mi experiencia fue directa, confirmada por la vida".
  Concepción Michel murió el 27 de diciembre de 1990 en Morelia, Michoacán.

miércoles, 22 de mayo de 2019

Una pelirroja

Hay horas de la noche en las cuales la actividad suele hacerse más febril. Esto tiene que ver tanto con los días laborables como con las jornadas de supuesto descanso. Cuando trabajo, me gusta meterme de lleno en la misión creativa que significa dirigir, coordinar, diseñar, llevar a buen puerto a una sección diaria de cultura y espectáculos. Esto quiere decir, por otro lado, que me contraría ser interrumpido por cosas que en esos momentos nada tienen que ver con mis tareas. Fue debido a ello que en un principio me irrité cuando aquella pelirroja invadió mi cubículo y sin la menor consideración, me desconcentró de lo que hacía.
  –Una caricia por tus pensamientos -fue lo que me dijo, con una familiaridad que exasperó mi cotidiana neurosis.
  Era bella, sin duda alguna. Más que bella. Su rostro y la parte visible de su pecho combinaban a una piel blanquísima con una enorme cantidad de pecas. Sus ojos eran verdes, acuáticos, y reflejaban una intensidad que me obligó a dejar todo lo que estaba haciendo y contemplarla.
  –¿Nos conocemos? -pregunté.
  –No –respondió ella en seguida, para agregar no sin cierta retadora ironía:– ¿Importa acaso?
  Me quedé mudo. ¿De qué se trataba aquella súbita aparición, aquella sonrisa desafiante? Me tomó de la mano y siguió con su río de palabras.
  –No te preocupes. No vine a traerte poemario alguno ni a pedirte que me des la oportunidad de publicar en tus páginas. Tampoco busco trabajo. De hecho, estoy aquí para ofrecerte algo que no puedes rechazar.
  Un repentino dejo de fastidio me hizo acomodarme en mi silla.
  –Creo que no entiendo –le dije, sin ocultar mi desconfianza.
  –Yo sé que estás muy a gusto en este periódico, pero pienso que te queda chico; con tu inteligencia, tu capacidad y tu talento deberías estar dirigiendo algo mucho mejor.
  Mis reservas se transformaron en franco recelo.
  –Perdóneme, señorita, pero yo no tengo intención alguna de dejar mi trabajo. La verdad estoy muy ocupado y...
  –No seas ridículo –me atajó con tono seco e incluso agresivo–. La oferta que te traigo es algo que jamás se repetirá en tu vida.
  Llevaba desabotonados los dos ojales superiores de su roja blusa de seda y al inclinarse hacia mí, pude darme cuenta de que no llevaba sostén. Sus senos eran espléndidos en su epidérmica firmeza.
  Quise ser paciente, aunque a cada momento me sentía más irritado, a pesar de la incontestable hermosura de la intrusa.
  –Mire, no quiero ser maleducado o grosero con usted, pero no me interesa lo que quiera decirme... y ahora, si me permite...
  Iba a darle la espalda, cuando me tomó con fuerza por un hombro.
  –No estoy jugando.
  Su voz poseía una violencia apenas contenida y continuó ante mi pasmo.
  –¿Quién carajos te crees para despreciarme? Un mugriento periodista como tú debería estar de rodillas y darme las gracias por ofrecerle la posibilidad de alejarse para siempre de la grisura en que se encuentra.
  En aquel instante, más que enojo sentí azoro. La agraciada pelirroja despotricaba como histérica, al reclamar mi falta de interés por un ofrecimiento que yo aún ignoraba.
  –Muy bien, señorita..., ¿o señora? ¿De qué se trata su maravillosa oferta? –le dije con fallida pretensión irónica. Ella pareció calmarse y me miró con sonrisa de superioridad, como si asumiera que me había derrotado.
  –De la oportunidad con la cual soñaste toda tu vida. Mira esto.
  La tipa sacó de su bolso una revista de temas "femeninos", de muy defectuosa factura, cuyo título me era por completo desconocido, y la puso en mis manos. Yo cada vez entendía menos.
  –¿Qué es esto? –pregunté con expresión de desconcierto.
  –¿Cómo qué? ¿No lo ves? ¡La mejor publicación para mujeres que hay en este país! –respondió ella enardecida.
  –¿Y?
  –¿Pues qué no te das cuenta? ¡Vengo a ofrecerte que seas nuestro jefe de redacción!
  Me quedé mudo, boquiabierto, sin reacción alguna, con mi vista fija en sus ojos verdes, ansiosos por ver salir de mi boca la aceptación inmediata. Inmediata y agradecida. Pero eso nunca sucedió, aunque traté de ser hipócritamente gentil.
  –Muchas gracias, pero no me interesa.
  Esta vez fue ricitos de fuego quien se quedó atónita, sin capacidad para dar crédito a lo que yo acababa de decirle. Tuve entonces que repetírselo y fui con toda intención más explícito.
  –Pierde su tiempo conmigo. No estoy interesado en su revista, ni en la temática que maneja; mucho menos en ser su jefe de redacción. Porque me imagino que usted es la directora.
  Su fino rostro enrojeció más que su cabellera.
  –Me habían dicho que eras un perfecto imbécil y me lo acabas de demostrar. Pero además de eso eres un soberbio. ¿Qué pretendías, idiota? ¿Ser tú el director?
  Por fin me harté de sus insultos, de sus insolencias sin fin. La tomé no sin brusquedad por un brazo y la conduje hacia el elevador. Los compañeros que atiborraban la sala de redacción nos miraban confundidos. Oprimí el botón y las puertas se abrieron casi en seguida. La mujer no insistió más. De hecho, adoptó una actitud resignada. Antes de despedirse para siempre, me miró con un dejo de inesperada tristeza y pude escuchar sus últimas y melancólicas palabras.
  –Es una lástima. ¡Tenía tanto antojo de coger contigo encima de mi escritorio!

martes, 21 de mayo de 2019

Cámara húngara: Juego de gansos

Jon Snow: El mundo que necesitamos es un mundo de misericordia.
Daenerys: Y lo será.
Jon Snow: No, no es sencillo ver algo que no ha existido.
Daenerys: Será un mundo bueno.
Jon Snow: ¿Cómo lo sabes? ¿Cómo sabes que será bueno?
Daenerys: Porque yo sé lo que es bueno.
De Game of Thrones, capítulo 06, Temporada 8, HBO.

Los dos últimos capítulos de la extraordinaria serie Juego de Tronos (GOT, por sus iniciales en inglés) me hicieron imposible no pensar en la actual realidad política mexicana. Las similitudes entre lo ahí ocurrido y lo que ocurre hoy en nuestro país resultan asombrosas. El ansia de poder absoluto de la reina Daenerys Targaryen; su empecinado empeño por hacerse del trono de los siete reinos; su idea de que ella es la dueña de la verdad y la única que sabe lo que conviene a sus súbditos; su manera de no escuchar a quienes la aconsejan y de dejarse llevar por sus impulsos, sus caprichos y sus ideas cerradas; la forma aplastante de lograr su obsesiva meta; el sentirse ungida para ser la única guía de su pueblo; su convencimiento de que está cumpliendo con un destino histórico que traerá la felicidad a los suyos; su odio mortal contra quienes se oponen a ella y su obsesión por destruir a esa especie de mafia en el poder a la que llama La Rueda; su triunfalista y cuasi populista discurso ante los suyos, luego de conseguir la victoria, literalmente, a sangre y fuego, y la respuesta unánime de éstos, vitoreando con fanatismo cada una de sus promesas; hasta el cabello blanco de esta empoderada y arrogante Madre de los dragones… Muchas, quizá demasiadas similitudes.
   A pesar de todo lo que se ha criticado a los guionistas de la última temporada de Juego de tronos, por sus varias incongruencias y por el modo como resolvieron la suerte de los distintos personajes de la serie, hay en esos seis postreros capítulos, especialmente en los dos finales, varias lecciones de política que deberían hacernos reflexionar (revísense los diálogos de dos escenas por demás significativas del sexto capítulo: la de Tyrion Lannister y Jon Snow en el calabozo donde Daenerys ha recluido al primero, acusado de alta traición, y la del propio Jon Snow con Daenerys a un lado del trono de hierro, una parte de cuya conversación cito al principio de esta columna y que culmina con la pregunta del hijo bastardo de Ned Stark: “¿Y todos los que no saben que esto es bueno?”, a lo que la reina khaleesi, convencida de que sólo ella y nadie más que ella tiene la razón, responde: “No tienen opción”.
   El final de Game of Thrones muestra cómo la soberbia exaltada y el envanecimiento intolerante e intransigente pueden cegar a una líder de multitudes hasta el punto de transformarla en una peligrosa amenaza, incluso para quienes creían sinceramente en ella, y que cuando las cosas son de esa manera, necesaria y fatalmente tienden a terminar muy mal. Así lo dice no sólo la literatura realista o fantástica, sino también la larga historia de la humanidad.
   “No hay techo para ella, lo quiere todo”, advirtió Tyrion a un confundido Jon Snow.
   Así el juego de tronos, así el juego de gansos.

domingo, 19 de mayo de 2019

De gansos, maromas y chamucos

Aunque me incliné por ver el partido León-América (el León ya es finalista y va contra Tigres), de pronto me estuve asomando al Canal 22 (para ver de qué se trataba Me canso ganso y de paso ver los primeros cinco minutos del programa El chamuco que ya pasa en el 22 y en TV UNAM) y a las diez al Canal 11, en el que se estrenó una cosa llamada La maroma estelar, conducida (es un decir) por Hernán Gómez. Mi conclusión es que ser zalamero hasta la ignominia, incluido el escribir canciones de amor para AMLO, sí reditúa y que el dinero de los impuestos sirve para que los más lambiscones del régimen reciban presupuesto y seguramente buenos sueldos para ser las nuevas estrellas de la 4T en los medios públicos (¿por qué no lo intentan en los medios privados y pelean por el rating? No, perdón, esa es una idea fifí: mejor la seguridad que les da papá gobierno siempre y cuando lo sigan alabando). Ahora, por ejemplo, John Ackerman tiene programas en TV UNAM y en Once TV, seguro con muy buena paga en ambos, y Gibrancito va que vuela para ser el nuevo Carlos Monsiváis, en el sentido de que es el ajonjolí de todos los moles con sus siempre confusas, somníferas e insoportables opiniones (Gibrán fue anunciado hoy por Facundo 2 como colaborador fijo en La maroma estelar). No duden que pronto se incorporen a las tres televisoras entes más delirantes aún, como Lord molécula, La atleta keniana, El ranchero caliente y el Chapucero. Pobre país.

sábado, 18 de mayo de 2019

La mosca y yo: Constanza Rojas

La Mosca es mi cómplice porque publica mis cuentos. Es mi fiel informante y enriquecedora de mi soundtrack personal. ¿Qué sería de mí vida sin la música? A diferencia de muchos de mi edad, quienes se han estancado en ciertos grupos que les recuerdan una etapa especifica de su vida en la que se sentían muy felices (ya me imagino atorada en Guns ‘n Roses), yo trato de buscar nueva música, aunque muchas veces lo nuevo es copy paste y revoltura de otras cosas. Hace diez años ni me pasaba por la cabeza escribir en una revista, adoraba el grunge y quería ser como  Courtney Love. Cómo cambian las cosas. Espero que La Mosca siga siendo mi cómplice y mi informante por muchas décadas más, para dicha de todos los melómanos como yo.

Constanza Rojas Caballero

viernes, 17 de mayo de 2019

Dos opiniones sobre las mañaneras

Leo en las redes dos opiniones acerca de las conferencias mañaneras de YSQ y no sé cuál es más chistosa, si la de un antipejista ("Ver la mañanera es divertido, porque es como ver 'Ensalada de locos', el programa de los setenta") o la de un amlover ("Millones de mexicanos madrugamos cada mañana para ser testigos de la historia"). Creo que la segunda da más risa.

martes, 14 de mayo de 2019

IDEPURO

Cuando escuché que en su mañanera de hoy AMLO anunció la creación del Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado (¿IDEPURO?) pensé que era una nota falsa, un chistorete más de los que acostumbra. Pero no: lo declaró en serio. Ojalá incluya la devolución por parte de los gringos de la mitad del territorio mexicano que se robaron, con todo y Hollywood (en la foto, la reacción de la tía Roberta al enterarse de tamaña ideota).

lunes, 13 de mayo de 2019

SD y DPR

A Cayo Julio César le gustaba ser llamado Supremo Pontífice y Dictador del Pueblo Romano. Se podría adaptar el nombre e incluirlo en un nuevo artículo de la Constitución. Seguro Mario Delgado, Martí Batres y Ricardo Monreal gustosos se encargarían de lograr los votos necesarios para su aprobación en las Cámaras. ¿Cómo ven? ¿Lanzamos la propuesta?

sábado, 11 de mayo de 2019

Cámara húngara: Morena y la casita de los horrores

Toda casa tiene una o más plantas. La lúgubre casona de Morena posee dos: la planta baja y la planta alta, pero también hay en ella un sótano bastante descuidado que despide los más fétidos hedores.
En cada una de dichas plantas, como en dantescos círculos del infierno, habitan diferentes personajes, una colección de seres que parecen arrancados del teatro del absurdo de Ionesco y del teatro esperpéntico de Valle-Inclán.
   Así, grotescos esperpentos, extravagantes adefesios y ridículas estantiguas constituyen buena parte de la insólita y chocarrera galería de entes que conforman la fiel e incondicional (cuando menos hasta el momento) corte de los milagros que rodea al presidente Andrés Manuel López Obrador. Veamos a algunos de quienes viven en cada uno de los niveles de tan peculiar y contrahecha edificación.
   1. Empecemos por la planta alta. Ahí se encuentran los privilegiados e influyentes del régimen, personajes cercanos al líder que ocupan diversas posiciones dentro de la nomenklatura morenaica. Entre ellos hay nombres tan discutiblemente conspicuos como los de Yeidckol Polevnsky, Martí Batres, Gerardo Fernández Noroña, Epigmenio Ibarra, Jesús Ramírez, Jenaro Villamil, Rafael Barajas, Sanjuana Martínez, Tatiana Clouthier, John Ackerman, Irma Eréndira Sandoval, Paco Ignacio Taibo II, Manuel Bartlett, Octavio Romero, José María Riobóo, Javier Jiménez Espriu, Rocío Nahle, María Elena Álvarez-Buylla, Layda Sansores, Dolores Padierna, René Bejarano, Mario Delgado, Armando Guadiana, Napoleón Gómez Urrutia y, last but not least, Elba Esther Gordillo. Como diría el filósofo Pompín Iglesias en uno de sus más paradigmáticos apotegmas: “¡Qué bonita familia!”.
   2. En la planta baja se encuentra gente de menor importancia, de reducida cuantía, pero que realiza una labor empeñosa a pesar de su proverbial medianía y su estridente grisura. Se trata sobre todo de jóvenes que, de no haber ganado su jefe las pasadas elecciones de julio, ni en sus sueños más húmedos habrían alcanzado el grado de exposición mediática del que hoy gozan sin más merecimiento que su abierta y desatada lambisconería. Son como voceritos lacayunos que tratan de explicar y justificar los yerros que un día sí y otro también comete Su Alteza Serenísima. ¿O es que alguien con dos dedos de frente cree que si AMLO no hubiera arribado a la presidencia, individuos tan opacos y fanatizados como Gibrán Ramírez, Hernán Gómez, Antonio Attolini, Abraham Mendieta o los increíblemente anodinos muchachos y muchachas defensores de la 4T que aparecen en programas como Punto y contrapunto, de Foro TV, tendrían la efímera y relativa fama de que gozan hoy día? Son una obvia imposición oficialista.
   3. Finalmente, en los sótanos llenos de penumbra y sordidez se hallan unas criaturas viscosas cuya simple existencia se asemeja a una pésima broma y que han ido surgiendo al calor de la mediocridad informativa que fomenta la posverdad obradorista. Me refiero a ese inenarrable muestrario entomológico que conforman los llamados “youtubers de izquierda”, quienes de izquierdistas tienen lo que Donald Trump posee de amor por los inmigrantes mexicanos. Sujetos inenarrables a los cuales periodistas como Julio Hernández (alias “Julio Astillero”) han bendecido y dado cobijo, al considerarlos como “las nuevas voces” del periodismo mexicano (y no lo dijo a manera de sarcasmo). De ese modo, los sótanos (y las cloacas) de la casa morena están infestados de seres como “El chapucero”, “El quesadillero”, “El charro político”, “El caporal”, “El mariachi ninja”, “La oro sólido” y otros por el estilo, con un discurso rastrero y primitivo, aderezado con un maniqueísmo galopante. Cuentan con miles de seguidores en YouTube, es cierto, pero eso no habla de su calidad como informadores u opinadores, sino del analfabetismo político de quienes cerrilmente los toman en serio (hace poco, varios de ellos se unieron para rendir homenaje a quien consideran un guía, un gran pensador y un intelectual lleno de luces: nada menos que el inefable Alfredo Jalife. Con eso queda dicho todo). A estos vloggeros los acompañan, en las catacumbas de la casona, los seudo periodistas paleros que se sientan todos los días en las primeras filas de las conferencias mañaneras del presidente y a los que la sabiduría popular ha bautizado con sobrenombres como “los locos Adams”, “la keniana”, “el ranchero caliente”, “la gordita del fleco”, “lord molécula”, etcétera. Caricaturescos ejemplares de una fauna supuestamente reporteril que es como el fruto de una pesadilla de la cual el país no puede despertar.
   Al final, tras revisar los nombres y sobrenombres de los personajes que habitan los dos pisos y el sótano de la casa morena, sólo se me ocurre formular una pregunta, ingenua si se quiere: ¿qué mente perversa y delirante fue capaz de realizar semejante casting?

jueves, 9 de mayo de 2019

Grandes discos de 1969: "The Live Adventures of Mike Bloomfield and Al Kopper"

Los inconmensurables Mike Bloomfield y Al Kooper en este álbum doble en concierto que fue como una especie de continuación del Super Session de 1968. The Live Adventures of Mike Bloomfield and Al Kopper (1969) significó tambien el debut discográfico de Carlos Santana, quien toca blues en un par de cortes, al tener que sustituir a Bloomfield cuando este se puso en estado "inconveniente". Un álbum difícil de conseguir.

martes, 7 de mayo de 2019

Ni hablar

Nada que decir, nada que justificar. El Liverpool desapareció al Barcelona y mereció el resultado. Messi no existió; Jordi Alba estuvo fatal; Coutinho..., en el intrascendente papel de Coutinho; ni siquiera Ter Stegen pudo salvarnos. Equipazo el de los Reds de Jürgen Klopp y gran lección de futbol. Y qué decir de ese público: conmovedor hasta las lágrimas. Ni siquiera me siento triste ante tal demostración. Al contrario. Ojalá mañana gane el Ajax, puede ser una final de ensueño.

lunes, 6 de mayo de 2019

De transgresiones y rock

Leo por ahí que "la banda más transgresora y rocker de México son los Tigres del Norte". Lo cual me lleva a preguntar: ¿para hacer rock necesariamente hay que ser transgresor? Cierto que algunas letras de Chuck Berry y Little Richard eran transgresoras, como lo son muchas de Bob Dylan, de Jefferson Airplane,de Country Joe and the Fish, de Nirvana o de Pearl Jam. Sin embargo, el rock va mucho más allá de esa actitud de transgresión, porque, antes que todo, es un género musical y como tal no tiene por qué ser subversivo o contestatario. Qué bueno que haya un rock con sentido político, pero qué bueno también que haya otro que no lo es. Los Tigres del Norte no son roqueros, decirlo es una estupidez. Ellos hacen música norteña y son muy respetables en lo suyo. Pero el rock es otra cosa.

domingo, 5 de mayo de 2019

It´s Frightening

Dicen que lo suyo es el “honky tonk calypso”, cualquier cosa que eso signifique. Algunos los comparan con grupos como Clap Your Hands Say Yeah. Lo cierto es que este sexteto neoyorquino hace una música que si bien no puede calificarse de absolutamente original, si tiene un toque distintivo. Tal vez sea el uso de dos bateristas y de un piano con funciones más percusivas que armónicas, tal vez sea el estilo de sus composiciones, con un gran énfasis en los beats de los tambores. El asunto es que luego de un espléndido primer disco (Fort Nightly, 2007), estos singulares Conejos blancos regresan con It’s Frightening (Say Hey, 2009) y lejos de desmerecer lo que hicieron hace dos años, lo repiten y lo mejoran, gracias a la calidad de cada uno de los diez temas que conforman a este larga duración. Desde el primer corte, el sorprendente “Percussion Gun”, una de las mejores canciones del año a mi modo de ver (tan buena como la contagiosa “Kid on My Shoulders” de su album anterior), White Rabbits nos hace saber que estamos ante una agrupación desafiante, con una propuesta enérgica que mana lo mismo del rock de los setenta que del music hall, del reggae que del math rock. Un disco lleno de inventiva y fuerza.

sábado, 4 de mayo de 2019

Cámara húngara: El Partido Conservador

Un día sí y el otro también, durante sus inefables conferencias mañaneras, el presidente de la República insiste en la existencia de un imaginario Partido Conservador que se conjura en su contra para atacarlo y tratar de debilitarlo.
   Obsesionado con su acartonada y maniquea visión de la historia de México, que parecería fruto de sus lecturas de las cartografías que venden en las papelerías, el primer mandatario ha dividido al país en dos bandos y de esa manera de ver las cosas parten todos sus juicios y, sobre todo, sus prejuicios.
   Se trata de un punto de vista basado en una bipolaridad histórica que proviene de la segunda mitad del siglo XIX, cuando en el país existían dos bandos políticos que se disputaban el poder: el Partido Liberal, de corte progresista y pro estadounidense, y el Partido Conservador, de corte ultramontano y pro europeizante.
   Esa visión divisionista de la historia mexicana fue la que se nos enseñó a muchos por medio de los libros de texto gratuitos, en los años en que gobernaba el PRI como partido prácticamente único. En ella, se nos decía que había dos clases de personajes históricos: los héroes buenos, broncíneos e impolutos y los villanos malvados, impíos y de mala entraña. Cuauhtémoc en oposición a Cortés, Morelos en oposición a Calleja, Juárez en oposición a Maximiliano, Madero en oposición a Díaz, etcétera. No había matices, no había zonas grises, los liberales eran los buenos-buenos y los conservadores eran los malos-malos.
   Mucho ha avanzado la historiografía mexicana por fortuna y hoy día cualquier historiador serio no toma en cuenta esa partición absurda que, sin embargo, continúa imperando en buena (o mala) parte del inconsciente colectivo. Hidalgo y Zapata siguen siendo considerados como personajes prácticamente perfectos, mientras que a Iturbide o Miramón se les adjudica toda clase de vicios y maldades.
   Esta visión priista de la historia de México, en su versión más burda y reduccionista, es la que ha adoptado Andrés Manuel López Obrador y es la que pregona cuando trata de dar lecciones en sus mítines o en sus diarias conferencias mañaneras. Por supuesto, él y su partido (en ese orden) pertenecen al lado bueno, al lado liberal, izquierdista y progresista (aun cuando los hechos no los avalen), mientras que a sus adversarios (como gusta llamarlos) los ha englobado del lado malo y derechista y los denomina, satisfecho, como el Partido Conservador.
   Las preguntas que surgen entonces son: ¿existe en México tal partido? ¿Todos aquellos que no están de acuerdo con la manera de gobernar o desgobernar de López y Morena son por necesidad conservadores? Ambas cuestiones se responden solas y cualquiera con un mínimo de inteligencia sabrá resolverlas. Lo importante aquí es más bien preguntarse qué debe hacer ese cada vez más amplio sector de la ciudadanía que se opone al obradorismo y sus cotidianos dislates.
   Resulta claro que los partidos políticos de supuesta oposición a Morena se encuentran debilitados, desconcertados, desorganizados, algunos incluso al borde de la inanición y la quiebra. No hay en este momento un sólo partido capaz de reunir a quienes rechazan al actual gobierno, a pesar de la urgencia, cuando menos a mediano plazo, de constituir una oposición organizada. ¿Por dónde vendrá esta? Difícil saberlo. Aún no surgen organizaciones civiles y mucho menos líderes capaces de encabezar esa labor que poco a poco se vuelve más ingente (increíble que a escasos cinco meses de gobierno ya se vuelva urgente una oposición).
   Los políticos de siempre carecen de la necesaria presencia y el indispensable prestigio que se requiere para liderar un movimiento de esta envergadura. No dudo que con el tiempo empiecen a surgir nuevas caras o que de las inevitables divisiones y defecciones del morenismo aparezcan quienes se opongan al líder máximo. Por el momento, la inteligencia y la paciencia son los elementos principales que yo veo para el surgimiento de una verdadera oposición al régimen, el cual no tardará en comenzar a fragmentarse por los sectarismos de siempre y porque Morena está constituido por corrientes absolutamente disímbolas y hasta contrapuestas que, tarde o temprano, entrarán en conflicto y lo harán de manera cada vez más virulenta. Al tiempo, como suele decirse.
   El Partido Conservador imaginado por la febril y delirante mente de López Obrador no existe. Una o varias oposiciones en ciernes, en cambio, ya están ahí, cuando menos en estado larvario. Dejemos que surjan de manera natural. Hagámoslo con inteligencia, hagámoslo con paciencia.

jueves, 2 de mayo de 2019