viernes, 31 de julio de 2020

Pulp Fiction

Luego de muchos años, volví a ver Pulp Fiction (1994), la película emblemática de Quentin Tarantino, y cómo me divertí. Sus delirantes situaciones y sus fantásticos diálogos siguen conservando la frescura de su humor negro a más de un cuarto de siglo de distancia. Las actuaciones de John Travolta, Uma Thurman, Eric Stoltz, Samuel L. Jackson, Bruce Willis, Harvey Keitel, Christopher Walken, Rosanna Arquete, Ving Rames, María de Madeiros, Amanda Plummer y Tim Roth no tienen par (por cierto, también aparece el gran Steve Buscemi, pero por su atavío es difícil reconocerlo) y el tono de cómic (o de revista pulp) no para en toda la cinta, a pesar (o debido a) su estructura que va y viene del presente al pasado.
  Violenta, sangrienta, sarcástica, cínica, sórdida, descarnada, implacable, deliciosamente boba y provocadora, llena de homenajes al cine serie B, con una banda sonora hoy mítica, Pulp Fiction confirma su calidad de clásica instantánea y, sí, de filme de culto.
  Regresé a ella debido a que Netflix decidió quitarla a partir de agosto y quise verla antes de que eso sucediera. Ahora sé que tendré que conseguirla como parte de mi videoteca.
  “Silencios incómodos. ¿Por qué creemos que es necesario hablar de tonterías para estar cómodos?" (Mia Wallace).

jueves, 30 de julio de 2020

Sobre los neointelectuales orgánicos

Esto lo escribí hace dos años y aunque en menor grado, creo que sigue siendo cierto:

"Podría creerse que las clases más desprotegidas son las que más se inclinan al pensamiento mágico; sin embargo, después de las pasadas campañas electorales y luego de sus resultados, veo que en realidad son los llamados sectores ilustrados de clase media y clase media alta los que abrazan hoy esa clase de pensamiento y creen a pie juntillas que a partir de diciembre todo se va a resolver de manera mágica, gracias a la voluntad y el poder de un solo hombre, de un Salvador iluminado e infalible".

martes, 28 de julio de 2020

Sergio 75


Hoy 28 de julio mi hermano Sergio habría cumplido 75 años de edad. Desde acá abajo, la familia lo recuerda todos los días con gran amor y dulce nostalgia. No sé cómo estaría viviendo la pandemia, pero seguramente ya estaría pensando en traducirla en una nueva película. Te extrañamos, Serge, mon frère.

lunes, 27 de julio de 2020

Nos amis

Por la mañana me llegó al cel una nota sobre las series y películas que Netflix va a retirar a partir de agosto. Entre ellas descubrí un documental cuya existencia desconocía: Eagles of Death Metal: Nos Amis (Our Friends). Lo acabo de ver. No saben que maravilla. Doloroso, pero una joya. Tomando como punto de referencia el ataque terrorista del 13 de noviembre de 2015 en "El Bataclán", de París, durante un concierto del grupo estadounidense Eagles of Death Metal, el filme nos lleva de la mano a los orígenes del grupo, surgido gracias a la amistad que desde adolescentes tienen esos dos personajazos que son Jesse Hugues y Josh Homme (sí, el líder de Queens of the Stone Age), y cómo las Águilas fueron creciendo hasta llegar a la trágica presentación parisina, en la que resultaron asesinadas 89 personas, entre público asistente y gente del staff del grupo. Se trata de un gran documento, prácticamente narrado por los propios Hugues y Homme, que culmina con el emotivísimo y conmovedor concierto del grupo en el Olympia de París, tres meses más tarde, con varios de los sobrevivientes como invitados. Vale muchísimo la pena, en verdad.

domingo, 26 de julio de 2020

Murder!

Hoy vi Murder!, la tercera película sonora de Alfred Hitchcock, filmada en Inglaterra en 1930. Qué joya. Con influencia del impresionismo alemán pero con un toque irónico que ya dejaba ver el estilo del realizador. La historia de una actriz a quien acusan de asesinar a una colega y amiga suya, con todos los agravantes en su contra. Incluso ella no recuerda los hechos y no sabe si mató o no a su compañera. Sólo una persona está convencida de su inocencia y hace todo para revelar la verdad. Buenísima. ¡Y pensar que fue filmada hace 90 años! La vi en la plataforma de Mubi que siempre tiene filmes excelentes en exhibición.

sábado, 25 de julio de 2020

Con Jaime Ades, diez años ha

Hace diez años exactos de esta presentación que tuve al lado del buen y querido Jaime Ades en el Foro del Tejedor, cuando éste aún estaba en El Péndulo de la Zona Rosa. Curiosamente, en la imagen aparezco como si fuera guitarrista zurdo. Fue un buen concierto. Gran recuerdo.

jueves, 23 de julio de 2020

Tengo al diablo en mí


Cuenta Keith Richards en su biografía Vida que muchas de las canciones de los Stones nacieron a partir de una frase encontrada por ahí. Hace cinco años, en un día como hoy, mi amiga Marianne Morgendorffer escribió en su muro "Baby baby, siento el diablo en mí..." y le comenté que iba a componer un blues basado en esa frase. No tenía aún la música siquiera, pero de pronto, al juguetear con la guitarra en tonalidad abierta de Sol (la misma que usa Richards y que su libro me hizo descubrir), me salió un riff al que se acomodó la frase de Marianne –aunque la acorté a "Siento al diablo en mí"– y que hizo que saliera un blues estilo Delta del Mississippi, muy diferente a los que he escrito antes (para empezar, es mi primera pieza en open G). La letra surgió después y la escribí (tres estrofas) en diez o quince minutos, por ahí de las tres y media de la madrugada (son siempre mis horas más creativas). Así, de pronto, tuve una nueva composición que juega con la figura del diablo en la encrucijada, como el que según la leyenda se topó con Robert Johnson. Es un bluesecito, por supuesto. Helo aquí, en simple demo.

miércoles, 22 de julio de 2020

El tabasqueño impasible

Debe haber sido hace unos 22 o 23 años, no lo recuerdo bien. Había quedado de verme con mi amigo Fedro Carlos Guillén en el Sanborns de Plaza Loreto y llegué un poco antes de las nueve de la mañana, en compañía de Rosa, mi ex mujer. En eso, en la mesa de al lado se sentó un personaje a quien yo había visto en fotos y en algunos noticiarios de la tele. Arribó solo, vestido sencillamente y con discreta actitud. Sin embargo, miraba su reloj con insistencia. Era claro que esperaba a alguien. “¿Ya viste quién es?”, le dije a mi ex. “Sí, López Obrador”. No tengo muy claro si ya en ese tiempo era presidente del PRD, pero Andrés Manuel no llamaba la atención de la gente y al poco rato recibió a la persona que aguardaba y desayunaron tan campantes como cualquier parroquiano. Nunca imaginé en ese momento que, con el transcurrir de unos cuantos años, aquel hombre tranquilo e impasible iba a convertirse en ave de todas las tempestades.
  Una noche de 2003 o 2004, vi una entrevista que Adela Micha le hizo al entonces jefe de gobierno del Distrito Federal. Todo un duelo entre periodista y funcionario. López Obrador seguía manteniendo esa apariencia discreta que le vi aquella mañana de 1997 o 1998 en el restaurante del Sanborns, pero había algo en él que lo desmentía. No sé si era esa sonrisilla irónica (“¿Por qué se ríe?”, le preguntó en algún momento Micha) o la manera como evadía –ya desde entonces– algunas preguntas o esa mirada retadora que de repente aparecía en sus ojos. El caso es que su personalidad ya me intrigaba y no sabía si sentir confianza o desconfianza de él.
  Poco después de ver la entrevista con la Micha escribí en mi columna de Milenio: “Alguien que como el de Macuspana suscita tal división de opiniones y sensaciones, me causa desconcierto. Suena trilladísimo, pero a AMLO desde hace mucho se le ama o se le odia, se le acepta sin reservas o se le rechaza sin contemplaciones. Despierta ilusiones o despierta miedo. Se rodea de gente respetable, pero también de personajes siniestros e indeseables. El periódico de la izquierda progre lo idoliza y el diario más oficialista lo ataca tiro por viaje. Para unos es Pedro Infante y para otros es Wolf Ruvinskis. Para unos es como las Chivas y para otros como el América.
  “¿Cómo nos iría con Andrés Manuel López Obrador en la presidencia de la república? ¿Mejor que con Ernesto Zedillo, peor que con Vicente Fox? ¿Sería como Ricardo Lagos o resultaría un nuevo Hugo Chavez, a quien por cierto también le encanta el beisbol? ¿Vale la pena correr el riesgo?”.

martes, 21 de julio de 2020

La dama del perrito

Nunca había leído el cuento "La dama del perrito", de Anton Chejov. Lo leí esta tarde. Una belleza esta historia de amor clandestino entre un hombre maduro e infelizmente casado que vive en Moscú y una mujer joven e infelizmente casada que vive cerca de San Petersburgo. Se conocen en Yalta, cuando ambos pasan unos días en ese puerto ruso (a ella se le conoce como "la dama del perrito", porque pasea todas las tardes por el malecón acompañada de su poodle), sostienen un affaire y se separan. Cada uno regresa a su lugar de origen y parece que ahí termina la aventura. Sin embargo él (Dmitri Dmitrich Gurov) empieza a pensar cada vez más en ella y decide ir a buscarla al pequeño pueblo en que vive. La ve durante una función de teatro, comprende que está enamorado y la aborda cuando ella se queda a solas un momento. Ella (Anna Serguéevna) le pide que se vaya, para que su marido no los descubra, pero le promete ir a visitarlo a Moscú. Y así lo hace: se ven cada dos o tres meses y se vuelven amantes de hotel. Se aman pero saben que no tienen futuro... o quizá sí. Ahí concluye el cuento, con final abierto, que en principio podría parecer insulso y plano, pero que en manos del arte narrativo de Chejov se convierte en una joya. Me encantó... y perdón por revelar la historia.

lunes, 20 de julio de 2020

De mal en...

Esto lo escribí hace un año y las cosas hoy están peor:

Yeidckol, Noroñas, Epigmenio, Ackerman, Irma Eréndira, Gibrancito, Attolini, Taibo II, Facundo malo, el español Mendieta, Sanjuana, la Nahle, Romo, Bartlett, la Buenrostro, la Padierna, Bejarano y varios más, incluido por supuesto el propio López... ¿De verdad no estamos en un mal, pésimo sueño, del que tarde o temprano vamos a despertar para entender que sólo fue una pesadilla? Porque esto cada día que pasa se pone peor y el país no va a aguantar.

domingo, 19 de julio de 2020

Lolita

Después de años de querer hacerlo, luego de varios intentos que se quedaron en las primeras páginas, al fin leí Lolita, la emblemática novela que Vladimir Nabokov escribió en 1955, el año en que yo nací.
  Fue una lectura por momentos (los más) abrumadora e intensa y por momentos (los menos) tediosa y cansada. No puedo decir que me pareció una de las mejores novelas que he leído en mi vida, pero sí que es un grande y largo relato que está más centrado (mucho más) en la personalidad obsesiva de su personaje principal y narrador omnisciente, Humbert Humbert, que de la propia Dolores Haze, la niña de doce años de la que se enamora perdidamente este profesor de origen europeo, quien decide seducir y casarse con la madre de la niña con tal de estar cerca de ésta, su nínfula (término al parecer inventado por el propio Nabokov).
  Quiere el destino que la señora Haze muera al poco tiempo, arrollada por un automóvil al salir furiosa de su casa, luego de descubrir que su esposo tiene intensos deseos sicalípticos para con la infanta, y como Humbert es el padrastro de Dolores, de Lolita, de Lo, el hombre aprovecha la situación para mostrarse ante la sociedad como su protector paterno, aunque casi de inmediato establece una relación sexual con la menor y se la lleva a un largo recorrido, de dos años, por todo el territorio estadounidense. No seguiré contando lo que pasa después, para no ser tan spoiler, pero a partir de que ella se escapa de su tutela y él se dedica a buscarla por años, la novela cae en un marasmo que sólo recupera la chispa cuando él la encuentra al fin, ya de 17 años, casada y embarazada, viviendo en la pobreza.
  ¿Me gustó el libro? Sí, pero no me entusiasmó demasiado. Quizás esperaba más de él, aunque sé que el estilo de Nabokov es ese, bastante denso en muchos momentos, con largas disquisiciones que no son del todo amenas.
  Por último, he aquí una buena definición del personaje de Humbert que hace Juan Bonilla, el autor del prólogo en la edición que leí:
   “Es alguien que no sabe contener su pasión, que es capaz de perderlo todo por conseguir lo que ama, a pesar de que no ignora que lo que ama es agua que puede contener entre las manos sólo unos segundos y que acabará resbalando, dejándole tan sólo en la piel un rastro de humedad”.

sábado, 18 de julio de 2020

Dos series estupendas

Terminé de ver dos series: The Sinner (tres temporadas, en Netflix) y Truth Be Told (primera temporada, en Apple TV). Ampliamente recomendables las dos.
  The Sinner, protagonizada por el gran Bill Pullman, es oscura y tensa, con un detective lleno de fracturas personales y problemas psicológicos que de una u otra manera se involucra emocional, indeseable e imprácticamente con aquellos a quienes debe perseguir. Buenísima.
 Truth Be Told arranca de manera un tanto confusa, pero va tomando ritmo y el final es de alarido (me quedé helado). Protagonizada por un elenco de lujo (Octavia Spencer, Aaron Paul, Lizzy Caplan, Ron Cephas Jones, Elizabeth Perkins), también es oscura, además de física y sicológicamente violenta. Me encantó.
   Si pueden ver ambas, no dejen de hacerlo.

viernes, 17 de julio de 2020

10 grandes canciones que cumplen 20 años

2000. El último año del siglo XX, aunque muchos lo quieran ver como el primero del siglo XXI. Como sea, un año mítico, visto desde el pasado anterior al mismo, y quizás anecdótico, visto desde el presente. Ese año, en México se produjo la histórica derrota electoral del Partido Revolucionario Institucional y la llegada a la presidencia de la república del candidato panista Vicente Fox. Fue un momento en el que muchos pensamos que en verdad había sucedido un cambio político en el país, aunque con el paso de los años siguientes se vio que esto resultó muy relativo. En el entonces Distrito Federal, el perredista Andrés Manuel López Obrador asumía el cargo como Jefe de Gobierno. En 2000 nació, también en México, el diario Milenio, al tiempo que en Brasil eran detenidos la cantante Gloria Trevi y su productor, Sergio Andrade, acusados de rapto, secuestro y violación de menores. Mientras tanto, en Rusia llegaba al poder Vladimir Putin, al ser elegido presidente por primera vez, en tanto que en Venezuela Hugo Chávez se reelegía en la presidencia. Ya en noviembre, el republicano George W. Bush se convirtió en primer mandatario de los Estados Unidos. En contrapartida, en Perú Alberto Fujimori fue destituido como presidente de ese país andino. En Sidney, Australia, se llevaron a cabo los vigésimo séptimos Juegos Olímpicos.
  En el año 2000, Mario Vargas Llosa publicó su novela La fiesta del Chivo, Humberto Eco Baudolino, Arturo Pérez-Reverte El oro del rey y La carta esférica, Philip Roth La mancha humana, Ernesto Sabato La resistencia, José Saramago La caverna, Roberto Bolaño Nocturno de Chile, Jo Nesbø Petirrojo, Xavier Velasco Luna llena en las rocas, Kenzaburō Ōe Renacimiento, George R. R. Martin Tormenta de espadas y J.K. Rowling Harry Potter y el cáliz de fuego.
  Woody Allen dirigió Small Time Crooks y se estrenaron películas como Gladiador de Ridley Scott, Memento de Christopher Nolan, Requiem por un sueño de Darren Aronofsky, Erin Brockovich de Steven Soderbergh, Alta fidelidad de Stephen Frears, Casi famosos de Cameron Crowe, Billy Elliot de Stephen Daldry, El tigre y el dragón de Ang Lee, Dancing in the Dark de Lars von Trier, In the Mood for Love de Wong Kar-wai y Amores perros de Alejandro González Iñárritu.
  En 2000 murió el historietista estadounidense Charles M. Schulz, creador de Peanuts. También fallecieron el escritor Yehuda Amijai, los músicos Screaming Jay Hawkins, Ian Dury, Ofra Haza, Julie London, Kirsty McColl, Jean-Pierrre Rampal, Franck Pourcel, Tito Puente, Johnny Taylor, Paul Young y Benjamin Orr; el político canadiense Pierre Trudeau, el cineasta francés Claude Autant-Lara, la actriz Loretta Young, los actores Vittorio Gassman, Walter Matthau, Alec Guinness y Richard Mulligan y el ex atleta olímpico checo Emil Zátopec. En México, se produjeron los decesos del pintor Gunter Gerzso, los escritores Fernando Benítez y Jesús Gardea, la escritora Pita Amor, el cineasta Juan Ibáñez, el dramaturgo Héctor Azar, la coreógrafa Amalia Hernández, el compositor Cuco Sánchez, el cantante Manolo Muñoz, el locutor deportivo Fernando Marcos, los políticos Carlos Castillo Peraza, Alfonso Corona del Rosal y Fernando Gutiérrez Barrios, la activista Gaby Brimmer, el banquero Manuel Espinosa Yglesias, las actrices Libertad Lamarque, Virma González y Meche Barba, el actor y locutor Carlos Amador, el actor cómico Enrique Cuenca “El Polivoz”, el cantante popular Mike Laure, el luchador Blue Demon, el beisbolista Aurelio Rodríguez y el ex jefe policiaco Arturo Durazo.
  Veamos ahora una decena de las canciones más importantes del año 2000.

1.- “The National Anthem”. Radiohead. Proveniente de su álbum Kid A, esta poderosa composición experimental está basada en un bajo persistente, con una gran influencia del jazz, incluso del free jazz à la Charlie Mingus. Caótica y ruidosa, es una muestra de lo que el quinteto inglés estaba haciendo en el año 2000.

2.- “Street Fighting Man”. Rage Against the Machine. En 2000, el combativo grupo angelino grabó Renegades, un álbum de covers a los que revistió de su restallante estilo, con elementos de rap y heavy rock, como podemos escuchar en esta clásica pieza de los Rolling Stones.

3.- “Beautiful Day”. U2. Tema abridor de su disco All That You Can’t Leave Behind, esta hermosa y emotiva composición del cuarteto irlandés se convirtió en un impensado éxito masivo que volvió a poner a U2 en la cima de la popularidad mundial. Según Bono, la canción trata sobre perder todo pero encontrar alegría en lo que todavía se tiene.

4.- “Darling Lorraine”. Paul Simon. Un triste relato de amor. La historia de una pareja dispareja, sus inicios amorosos y sus rompimientos hasta el desgraciado final es lo que narra Simon en esta pieza con lejanos ecos africanos a la Graceland. Una extraña y poco conocida perla del músico y compositor neoyorquino.

5.- “Glitter In Their Eyes”. Patti Smith. Acompañada por Tom Verlaine en la guitarra y Michael Stype en los coros, Smith logró un sólido rock que rememora sus mejores tiempos de garagera poética. Parte del álbum Gung Ho, esta “Brillo en sus ojos” brilla por sí misma.

6.- “Razor Love”. Neil Young. Bellísimo y sutil tema del trovador canadiense para su álbum acústico Silver & Gold de ese 2000. Una canción de amor, de amor afilado que corta pero que te hace externar palabras como “realmente me alegras el día con las pequeñas cosas que dices” o “tengo fe en ti, es el tipo de amor que corta limpiamente”. Un tema etéreo, conmovedor.

7.- “Ex-Girlfriend”. No Doubt. Rock pop en su esencia. Escrita por la front woman del grupo, Gwen Stefani, la canción habla sobre su entonces pareja, el cantante del grupo Bush, Gavin Rossdale. Con líneas como “siempre supe que terminaría siendo tu ex novia / Espero tener un lugar especial entre todas las demás / Sabes que me enferma estar en esa lista / pero debería haber pensado en eso antes de besarnos”. Dos años después, sin embargo, se casaría con él.

8.- “Paranoia Key of E”. Lou Reed. Uno de los álbumes menos apreciados del ex Velvet Underground es el Ecstasy, justo del año 2000. Sin embargo, se trata de un trabajo estupendo y más que interesante, del cual este track abridor es un claro ejemplo. Un rock muy a la Reed: seco, duro, acompasado, transformador.

9.- “Hate to Say I Told You So”. The Hives. Garage y punk se funden con fuerza, a la manera escandinava de The Hives. El grupo sueco se dio a conocer mundialmente con su segundo disco, Veni Vidi Vicious, con un rock que entusiasmó a muchos, aunque al final se diluyó en el mar de los one hit wonders. No obstante, a veinte años de distancia la canción conserva su irreverente y desafiante encanto adolescente.

10.- “Mad Dog God Dam”. Elastica. El post punk a la brit pop de Elastica se volvió más pronunciado y ruidoso en su segundo (y último) trabajo discográfico, el excelente The Menace. Si ya en su álbum debut homónimo de 1995 había mostrado su gran potencial, el grupo liderado por Justine Frischman se despidió (y es una lástima) del firmamento musical con piezas tan buenas e interesantes como esta.

(Publicado el día de hoy en "Acordes y desacordes", el sitio de música de la revista Nexos)

jueves, 16 de julio de 2020

Una madre judía

Estoy leyendo Una historia de amor y oscuridad, el libro de memorias del escritor israelita Amos Oz. Son más de 900 páginas, pero es una de esas obras literarias que uno quisiera que nunca terminaran. Aún no llego a la mitad, pero no me corre prisa alguna. Estoy saboreando cada página, cada párrafo, cada frase, cómo hacía mucho no saboreaba un libro (y miren que he estado leyendo varios estupendos). Su tono es melancólico, con detalles repentinos de ese humor judío tan característico y disfrutable (pienso en Philip Roth, en Isaac Bashevis Singer, incluso en los cuentos de Woody Allen). En fin, una maravilla. He aquí un párrafo sobre la madre de Oz.

lunes, 13 de julio de 2020

La forma del agua

Novela negra italiana, este divertido libro de Andrea Camilleri narra la primera aventura del investigador policíaco siciliano Salvo Montalvano. No diré que es una narración extraordinaria, pero sí que resulta divertida y sin demasiadas pretensiones. Crimen, política y humor se entremezclan en este relato que invita quizás a leer otro libro de Camilleri, aunque no corra prisa para ello.

domingo, 12 de julio de 2020

El estafador

Terminé de leer esta vertiginosa y corta novela negra del gran James M. Cain. Muy lejos de la calidad y la profundidad de su El cartero llama dos veces (1934), esta The Embezzler (1944; edición de Bruguera de 1985) es sin embargo muy intensa y jala la atención del lector de principio a fin (el final-final, por cierto, es bastante curioso). Cain es un maestro del género y sabe como llevarte y traerte a su antojo. Diría que una novela buena a secas.

sábado, 11 de julio de 2020

Un viejo lector de "La Mosca" se queja

¿Porque usas seudónimos? Recuerdo que en La Mosca había textos de una tal Alejandra Tovar, me fascinaban, descubrí música increíble en sus columnas y yo siempre me la imaginé como una señora guapetona con buenos gustos musicales, la idealicé muchas veces; decía “caramba, esta señora es perfecta”. Años después descubrí horrorizado que eras tú con uno más de tus seudónimos. Aún así la música y que conocí y la experiencia de leer esos textos fue perfecta.
  (No es queja, es anécdota).


Gerardo Nájera Ortiz.

viernes, 10 de julio de 2020

“Yo, Ennio Morricone, he muerto”

Ennio Morricone, uno de los más grandes compositores italianos contemporáneos, falleció la madrugada del pasado lunes 6 de julio, a los 91 años de edad. El autor de algunas de las bandas sonoras más célebres de la historia del cine murió en una clínica de la ciudad de Roma, debido a complicaciones surgidas a raíz de una caída que le fracturó el fémur.
  A manera de despedida, el músico dejó una carta obituario, con la instrucción de que fuese publicada en la prensa de su país después de su deceso. La misiva fue leída ante los medios por su abogado y gran amigo, Giorgio Assumma.
  Hijo de un trompetista, Morricone nació en 1928, en el seno de una familia de clase media baja. Su padre solía tocar en clubes nocturnos, como parte de una orquesta, y fue él quien lo inició en la música y lo ánimo a componer cuando el niño apenas tenía seis años de edad. Ya en la adolescencia, Ennio ingresó al Conservatorio de Música de Roma y pocos años después empezó a trabajar como arreglista de canciones comerciales en el sello RCA Victor. De ahí pasó al cine y comenzó a escribir música para películas. Fue entonces que conoció al realizador Sergio Leone, con quien formaría una mancuerna legendaria.
  Leone estaba fascinado por el tema “Degüello”, de la banda sonora de Dimitri Tiomkin para la cinta de 1959  Río Bravo, de Howard Hawks, y pidió a Morricone que compusiera algo parecido para su western (o spaghetti western) Por un puñado de dólares, de 1964. La pieza se convirtió en el tema principal de la película. Director y compositor no se separaron y alcanzaron su cúspide fílmica y musical con la hoy clásica El bueno, el malo y el feo (1969) y la composición “The Ecstasy of Gold”.
  A partir de entonces, surgieron en Italia y el mundo entero imitadores del estilo creado por Morricone (muy distinto al de Tiomkin). Sin embargo, el romano evolucionó hacia otros estilos y empezó a trabajar con nuevos cineastas italianos, como Sergio Corbucci, Sergio Sollima, Gillo Pontecorvo, Elio Petri y el francés Henri Verneuil. Pero su paso a la internacionalización se dio cuando creó la música de la cinta Novecento (1976), de Bernardo Bertolucci.
  Su llegada triunfal a Hollywood se produjo con la composición de la banda sonora de Días del cielo (1978), de Terrence Malick. Fue su primera nominación al Oscar, aunque no lo ganó.
  Para la década de los ochenta, el trabajo no le faltaba y en 1984 escribió la finísima partitura de la grandiosa Érase una vez en América, otra vez al lado se Sergio Leone. La consagración llegaría a las manos del gran Ennio dos años más tarde, gracias a la música de La Misión, dirigida por Roland Joffé. A decir del crítico español Juan Carlos Jiménez, “esta es una de las grandes bandas sonoras de todos los tiempos y sería una obra de referencia para nuevos compositores como Hans Zimmer”.
  Vendrían colaboraciones con Brian de Palma (Los intocables, de 1987) y Giuseppe Tornatore (Cinema Paradiso, de 1988). Morricone estaba en lo más alto de su carrera y su fama y para fines de los ochenta y principios de los noventa vinieron trabajos que consolidaron su prestigio, como Búsqueda frenética de Roman Polanski (1988), ¡Átame! de Pedro Almodóvar (1990), Bugsy de Barry Levinson (1991), En la línea de fuego de Wolfgang Petersen (1993) y Lobo de Mike Nichols (1994).
  En 2006, Ennio Morricone recibió un Oscar, galardón que se le había negado tres veces, aunque se trató de un trofeo honorífico que celebraba toda su obra. No obstante, en 2013 Quentin Tarantino convenció al compositor italiano de realizar la banda sonora de su cinta Django desencadenado y más tarde de Los ocho más odiados (2015), trabajo este último que le concedió por fin el tan negado premio de la Academia.
  La sorpresiva muerte de Morricone en estos tiempos de pandemia y de confusión, de crisis generalizada en el mundo, duele por la trascendencia y la nobleza humana del personaje. Su repercusión en el cine del siglo pasado y parte de este es innegable. Tanto que hubo películas que para atraer al público, además de anunciar a su realizador y sus actores, resaltaban que la música era del gran Ennio, cuyos trabajos también se han presentado (y se seguirán presentando) en salas de concierto, al lado de las obras de Mozart, Beethoven, Brahms y tantos otros genios de la música.
  Para terminar, he aquí la emotiva y conmovedora carta que poco antes de morir escribió Ennio Morricone para los suyos y para el mundo.

Yo, Ennio Morricone, he muerto. Lo anuncio así a todos los amigos que siempre me fueron cercanos y también a esos un poco lejanos que despido con gran afecto.
Pero un recuerdo particular es para Peppucio y Roberta, amigos fraternos muy presentes en estos últimos años de nuestra vida.
Hay solo una razón que me empuja a despedirme de este modo y a tener un funeral privado: no quiero molestar.
Saludo con mucho cariño a Inés, Laura, Sara, Enzo y Norbert por haber compartido conmigo y con mi familia gran parte de mi vida.
Quiero recordar con amor a mis hermanas Adriana, Maria y Franca y sus seres queridos y hacerles saber cuánto las quise.
Un saludo lleno, intenso, profundo a mis hijos Marco, Alessandra, Andrea y Giovanni, mi nuera Mónica y a mis nietos Francesca, Valentina, Francesco y Luca.
Espero que entiendan cuánto los he amado.
Por último María (pero no última). A ella renuevo el amor extraordinario que nos ha mantenido juntos y que lamento abandonar.
Para ella es mi más doloroso adiós.


(Publicado el día de hoy, con mi sinónimo Julián Sorel, en la sección "Acordes y desacordes" de la revista Nexos)

jueves, 9 de julio de 2020

Porfirio Díaz según Carlos Tello

Terminé de leer Porfirio Díaz, su vida y su tiempo: La guerra (1830-1867), primer tomo de la larga biografía que emprendió Carlos Tello acerca de este personaje fundamental de la historia de México. El volumen abarca la vida de Díaz desde su nacimiento y su infancia en Oaxaca, hasta su juventud y su papel como soldado durante la guerra de Intervención y Reforma como hombre de confianza de Benito Juárez. 

  Llena de datos y detalles, la biografía de quien llegaría a ser presidente de México durante 30 años resulta muy amena y nos presenta a un Porfirio en toda su dimensión humana, con sus virtudes y defectos, sus odios y sus amores (y amoríos). Nada que ver con la visión maniquea que maneja la historiografía oficial que decidió colocarlo en el papel de villano y enemigo de la nación, cuando no fue nada de eso.

  Gran libro y espero pronto seguir con el segundo tomo.

  Muy recomendable.

miércoles, 8 de julio de 2020

¿Coincidencia?

Portada de Close to the Edge (1972), del grupo de rock progresivo británico Yes, y portada de Artaud (1973), del grupo de rock progresivo argentino Pescado Rabioso. Cualquier semejanza ¿es mera casualidad?

martes, 7 de julio de 2020

Malditos croissants


Lo que vengo a descubrir a estas alturas de mi vida (cortesía de Juventud Cristiana Antisectas... Juro que así se llama).

domingo, 5 de julio de 2020

Este amor

Grabé esta canción originalmente en 2007 (la compuse un año antes), junto con mi grupo Los Pechos Privilegiados, en el estudio de la escuela de música DIM que dirigía el extrañado José Luis Domínguez. La grabamos junto con otras catorce piezas en lo que constituiría nuestro disco 34 B-lues.
  Diversas circunstancias fueron atrasando la masterización del material, el cual se quedó en el proceso de mezcla. Luego sobrevino el fallecimiento de José Luis, en 2016 y las canciones se perdieron en el estudio.
  Sin embargo, yo las tengo todas en mp3 y mi amigo Hervey Torres se ofreció más que generosamente a masterizarlas. Esta es la primera que trabaja y el sonido quedó muy bien, muy superior al original. Ahora esá en formato WAV y eso ya permite moverlo en diversas plataformas. Le hice este video para presentarlo públicamente.

sábado, 4 de julio de 2020

¿El mejor disco de rock en español?

Vi en YouTube un video en el que se menciona a los 100 mejores discos de rock en español según una extraña votación de mucha gente. El primer lugar es el disco Artaud (1973), del grupo argentino Pescado Rabioso. Como no tenía idea de la existencia de ese disco y jamás había escuchado a ese grupo, lo busqué en Spotify para oír lo que supuse una maravilla, dados los comentarios vertidos en el video de marras. Y pues... ¿Eso es lo mejor que se ha hecho en el rock en español? ¿Les cae? ¡Pero si es la cosa más aburrida del mundo! Hasta los Caifanes y la Maldita tienen mejores discos. Bueno, hasta Zoé, je.
   Entre más escucho a los grupos iberoamericanos de rock, más me convenzo de la superioridad infinita de The Warning. Por eso no hablan de ellas o las ningunean, mientras en Estados Unidos y Europa son cada vez más reconocidas.

PD: La portada de Artaud me parece una mala copia de la portada del Close to the Edge de Yes, aparecido un año antes.