Buena parte de la opinión pública tiende a la absolutización de los acontecimientos. Lejos de reconocer que todo hecho es relativo en el tiempo y que una nueva noticia suele tapar y reemplazar a otra que en su momento fue estelar, se suele considerar que el presente siempre será presente y nunca se convertirá en pasado, a pesar de la fatal demostración práctica de que eso es falso.
Valga el anterior galimatías (creo que ni yo me entendí) para mostrar que una nota, como el actual affaire Aristegui, opaca a una inmediatamente anterior, como el affaire Ayotzinapa. Basta con mirar a los medios de comunicación y asomarse a las redes sociales, tan amantes del trending topic: en el ánimo de quienes siguen las noticias (una minoría, comparada con el grueso de la población nacional), doña Carmen ha borrado (quién iba a decirlo) a los normalistas desaparecidos.
Hace no mucho tiempo, el movimiento #YoSoy132 parecía destinado a una trascendencia revolucionaria y hoy es apenas un vago y anecdótico recuerdo. Eso para no irnos más hacia el pasado.
En fin, el caso es que lo de hoy es el asunto de Carmen Aristegui contra MVS, con todas las percepciones, opiniones, intereses y chismes que lo rodean. No simpatizo con el estilo periodístico de la conductora (demasiado parcial y tan obviamente militante), pero tampoco me parece bien que haya sido privada de su espacio en los medios. Sin embargo, lo que de plano parece un disparate demencial es la propuesta de algunos de sus simpatizantes para lanzarla como candidata independiente a nada más y nada menos que la presidencia de la república.
Ya existen una página en facebook y una petición en Change.org para tal efecto y aunque parezca una broma delirante, para muchos la cuestión va muy en serio.
Lo que me encantaría saber es qué piensa Andrés Manuel López Obrador (tan protegido siempre por Aristegui) de dicha propuesta. ¿Se convertirá Carmen en la principal rival de don Peje para obtener la candidatura presidencial de Morena? Estaría de antología y le pondría un sabroso sabor a la carrera por el 2018. Es una cosa de locos, lo sé, pero ojalá que ella se atreva.
(Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario)
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