No entiendo esa fijación censora que tienen facebook e Instagram respecto a los pezones femeninos. En Instagram hay mucha gente que sube fotos de mujeres hermosas y desnudas. Pueden verse a plenitud sus nalgas, sus piernas, sus vientres, sus pechos... Bueno, sus pechos sólo parcialmente, porque siempre habrá una estrellita, una ruedita, una manchita o de plano un tachón para ocultarles los pezones.
¿Qué es lo que espanta a los gringos que manejan esas redes sociales? Se supone que se trata de gente joven y liberal. ¿Entonces? ¿Cuál es el horror que les causa que podemos ver un par de bellos pezones? ¿A quién puede dañar? ¿Por qué en el caso de los torsos masculinos no opera esa censura, cuando los pezones de los hombres son muy similares a los de las damas?
Pezones rosados, pezones oscuros, pezones pálidos, pezones grandes, pezones diminutos, pezones tan tenues que se confunden con la piel de la teta o tan erguidos que resaltan con orgullo y en desafiante contraste con el color de su entorno. Yo los encuentro bellos, inspiradores, seductores, venerables, sagrados; dignos de homenaje, de contemplación, de adoración.
Acariciables, besables, mordibles. fuente de placer infinita para quien los ostenta y para quien logra poseerlos con la mano, con la boca, con la lengua.
Hagamos el elogio de los nobles pezones y neguémonos a aceptar que una runfla de frustrados sexuales trate de borrarlos de la realidad. De los pezones recibimos el primer alimento, el primer calor, el primer amor. Justo es que sigamos amándolos por el resto de nuestra existencia.
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