Al contrario de lo que sucede con el rock –que en México es rockcito (con sus honrosas excepciones que no hacen más que confirmar la regla) –, el jazz que se hace en nuestro país ha gozado desde siempre de una magnífica salud. Me refiero al jazz en todas sus variantes y una de ellas, con gran fuerza en la escena nacional desde hace más de una década, es la del jazz funk, subgénero en el cual destacan proyectos como Troker, Los Músicos de José, 3MotherFunkers, Pilaseca, Telefunka y el que hoy nos ocupa: Sr. Mandril.
Con una fusión de jazz, rock, funk y ritmos afroantillanos; con bajeos y teclados que dan cuerpo y sustancia a su música (debidos a Ramsés Ramírez), guitarras que transitan del jazz al rock sin escalas (cortesía de Germán González), percusiones calientes y exactas (ejecutadas por Edgar Torres en la batería y Chepo Valdez en las congas), metales cortantes y exactos (cortesía de Pablo Delgado en el sax y Alex Sánchez en la trompeta) y flautas que remiten lo mismo a Herbie Mann que a Ian Anderson (interpretadas por la siempre espléndida María Emilia Martínez); con una serie de composiciones contagiosas, variadas y perfectamente matizadas, Sr. Mandril aparece en 2015 con su quinto álbum de larga duración, La especie del ojo funky, editado por la disquera Intolerancia con el apoyo del Fonca y Conaculta.
Se trata de un disco tan bueno como su inmediato antecesor, Cinema Mandril (Intolerancia, 2013), con la diferencia de que esta vez no se recurre al uso de elementos electrónicos y el sonido es, digamos, más orgánico. Eso no obsta para que haya experimentaciones o se corran riesgos en la manera de componer o de realizar los arreglos (como en la intensa y hasta un tanto siniestra “Botón del sol (El tercer ojo)”.
Diez son los cortes que conforman a este nuevo plato y no hay desperdicio en uno solo de ellos. Desde el inicial “Agente Especial SM” hasta el concluyente “Gato negro”, pasando por “Tiro Loco”, “Bong”, “Sunset” o “La 77”, el jazz y el funk brotan en perfecta conjunción y nos mueven (literalmente) a explorar más de la discografía de esta estupenda agrupación defeña.
(Publicado hoy en mi columna "Gajes del orificio de la sección ¡hey! de Milenio Diario)
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