Me gusta el cine de Wes Anderson. Lo descubrí tardíamente, pero a partir de entonces lo he frecuentado con mucho gusto. Me encantaron Rushmore (1998), The Royal Tenenbaums (2001) y The Darjeeling Limited (2007), pero no tanto Fantastic Mr. Fox (2009) que me resultó un poco aburrida. También vi su estupendo corto Hotel Chevalier (2007). Me faltan tres cintas suyas (Bottle Rocket de 1994, The Life Aquatic with Steve Zissou de 2004 y Moonrise Kingdom de 2012), pero la que vi hoy, The Great Hotel Budapest (2014), me encantó en verdad.
Exuberante y excéntrica como el estilo mismo de Anderson, la película es una preciosidad estilística, pero la historia (fantástica y fascinante) también atrapa y mete al espectador -o al menos a mí como tal- en un mundo irreal, como de historieta o cuento, ese mundo tan del realizador tejano. Llena de colores apastelados y de personajes sorprendentes y entrañables, El gran Hotel Budapest cuenta con un reparto espléndido (desde el gran Ralph Fiennes hasta el debutante Toni Revolori, pasando por actorazos como F. Murray Abraham, Mathieu Amalric, Willem Dafoe, Jeff Goldblum, Harvey Keitel, Jude Law, Edward Norton, Léa Seydoux, Tilda Swinton y Tom Wilkinson, así como los actores insignia de Wes Anderson: Bill Murray, Owen Wilson, Adrien Brody y Jason Schwartzman).
No narraré la historia del filme, pero las aventuras, los escenarios, el ritmo, la fotografía, el sentido del humor, la ambientación de época, todo se conjunta para hacer del mismo una experiencia magnífica.
No dejen de verla, en especial si son seguidores del cine de este singular director.
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