Divertidísima película de Guy Ritchie que repite la fórmula de sus anteriores Lock, Stock and Two Smoking Barrels (1998) y Snatch (2000), en cuanto al enfrentamiento de diferentes grupos de delincuentes, bandas y mafias que pelean todos contra todos por algún botín. En el caso de RocknRolla (2008) la manzana de la discordia es la riqueza inmobiliaria de Londres y un cuadro antiguo que subitamente desaparece.
Como casi siempre en Ritchie, la habilidad narrativa es magnífica y los apuntes irónicos resultan en verdad delirantes. El retrato de personajes es francamente espléndido, con tipos (y tipas, en el caso de la sensual y desalmada Stella, la temible y fría contadora interpretada por la guapísima morena Thandie Newton) entrañables en su intrepidez o su torpeza, en su maldad o su simpatía, en su inteligencia o su estupidez.
Violenta, hiperquinética, complicada, brillante, la cinta no da tregua y nos lleva de un lugar a otro, de una situación a otra con un vértigo infernalmente jocoso y brutalmente sardónico, hasta su repentina conclusión. Destacan personajes magníficos, como ese Archy (Mark Strong) flemático e implacable, ese Lenny Cole (Tom Wilkinson) corrupto y soberbio, ese Johnny Quidd (Toby Kebbell) punketo y lamentable (el único y verdadero RocknRolla), ese Uri Omovich (Karel Roden) mafioso y sofisticado o ese One Two (Gerald Buttler) que es el antihéroe supuestamente galano de la historia.
Cada que veo los filmes de Guy Ritchie sigo sin entender cómo pudo realizar ese bodrio que es Swept Away (2002), con su entonces esposa, Madonna. Bueno, creo que con mencionar este último nombre yo mismo me respondí.
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