Luego de un exhaustivo análisis, basado en una metodología estrictamente científica, se me ocurren algunas teorías que explicarían la razón por la cual la selección mexicana de futbol fue eliminada por Holanda del Mundial de Brasil, lo que provocó nuestra actual depresión nacional.
–La teoría del complot. Es parecida a la que en un principio manejó Miguel Herrera, convertido de “Piojo” en “Pieje”, y tiene que ver con una confabulación de la FIFA, el Comité Organizador, la Comisión de arbitraje y los Iluminatis, quienes habrían decidido que México no ganara ese juego, porque se habría enfrentado a Costa Rica y un partido con dos equipos de la Concacaf no garantizaba el debido rating.
–La teoría del Maracanazo. Los brasileños temían al seleccionado mexicano porque ya les tomó la medida y a lo largo del torneo hicieron todo lo posible (anularle goles, no marcarle penales a favor y sí en contra, amonestar con dos amarillas y provocar la suspensión del “Gallito” Vázquez, nuestro jugador más importante en la media cancha) para que no avanzara y no llegara a la final, en la que sería capaz de producir un nuevo Maracanazo.
–La teoría de las cámaras legislativas. Celosos por la falta de atención que la gente les presta cuando están a punto de aprobar las leyes secundarias de las reformas energética y de telecomunicaciones, los legisladores mexicanos se movieron por debajo del agua para comprar a los árbitros y buscar así que la gente encendiera el Canal del Congreso.
–La teoría del mal fario. Es la teoría de Fernando Marcos (“¡¿Por qué nos tiene que pasar esto, por qué siempre a nosotros?!”). La mala suerte nos persigue y no podemos escapar de ella. Por eso la selección está como está, por eso el país está como está. La historia patria confirma ese mal fario que se refleja en todo.
–La teoría del árbitro acalorado. El árbitro portugués marcó el penal para evitarse los treinta minutos de los tiempos extras bajo el sol inclemente, el calor insoportable y la humedad asfixiante de la ciudad de Fortaleza. “¡Que se jodan! Yo quiero una chela helada en la sombrita y con aire acondicionado”, debe haber pensado el nazareno a la hora de pitar la pena máxima contra México.
Esas son mis cinco teorías. Si no comparte alguna de ellas conmigo, entonces al menos repita el nuevo mantra mexicano: “¡No era penal!”.
PD: Loor a la genial chavita que hizo lo mejor del Mundial: componer la canción “Pinches holandeses”. Una gloria.
(Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario).
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