Independiente e hiperrealista, The Myth of the American Sleepover de David Robert Mitchell (2010) es un filme que muestra un retrato de la aburrida realidad de un grupo de jóvenes de los suburbios de Detroit, a lo largo de la última noche de verano antes de ingresar a sus nuevas escuelas o a la universidad, noche en la que se revientan, deambulan, conversan, se seducen, sueñan, sufren. Mitchell trata la historia con una mirada neutra y casi documental, lo cual la hace ciertamente muy interesante y aunque tiene influencias de la enorme American Graffiti de George Lucas (1973), el tono es mucho menos humorístico y desatado y mucho más, digamos, naturalista.
Sin actores conocidos, la película narra varias historias que se entrecruzan de manera constante y entre las que destacan la de las dos chavitas "feas" (o poco agraciadas, aun cuando una de ellas no lo es tanto) que buscan aventura en el faje y el alcohol, la del chavo tímido que se obsesiona con una niña rubia hasta que logra dar con ella y tener la oportunidad de besarla, cosa que de pronto se niega a hacer, o la del dieciochoañero que se reencuentra con unas preciosas hermanas gemelas a quienes conociera años atrás y que lo ponen en un predicamento sexual.
No es precisamente una comedia, no en el sentido hollywoodense del término, como lo podrían ser la muy buena Dazed and Confused de Richard Linklater (1993) o la saga boba y escatológica (aunque en momentos divertida) de American Pie.
Este Mito de la pijamada va más allá y en su lento andar, retrata el vacío y el tedio de los teenagers suburbamos de la clase media estadounidense. Vale la pena.
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