Jan debutó hoy como DJ en Tokio, Japón, y al parecer le fue de maravilla. Espero tener pronto más detalles.
Como a las seis me vi con Julio Patán en el café Rococó de la Condesa, a un costado del Parque España. Todo muy bien, amenísima charla con uno que otro chismillo del medio. Me regaló un ejemplar dedicado de su libro más reciente: Cocteles con historia, y yo lo invité a ser presentador ahora que aparezca la reedición de Matar por Ángela, lo que aceptó gustoso. De hecho, me invitó a su programa Final de partida en Foro TV (Canal 4), para hablar de la novela. Genial.
De ahí me fui en un taxi al Salón de la Plástica Mexicana, en la calle de Colima, en la Roma, para asistir a la inauguración de la exposición sobre la obra del pintor y escultor Federico Cantú, abuelo de mis queridos Adolfo y Fede Cantú. Ahí me vi con mi mejor amiga, quien iba muy linda. Saludé a doña Elsa, la mamá de Adolfo, una señora a la que adoro y a quien hacía muchos años que no veía. Me dio mucho gusto volver a encontrarla. Se ve muy bien conservada. Claro que saludé a Adolfo también y a su querida Malena.Todo fue muy emotivo y mi mejor amiga nos hizo un par de fotos.
Ella y yo salimos de ahí como a las nueve y me invitó a cenar a un restaurante de comida zapoteca, donde probé por primera vez los chapulines, en un taco con salsa picante. Pasables. Fue, la cena, una estupenda coronación para un día lleno de cosas buenas y agradables.
Llegué aquí como a las once y media.
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