Debido a esta circunstancia es que las obras musicales de verdadero valor, aquellas que se hacen como una necesidad creativa, como un deseo de expresión y una manera de volcar hacia fuera lo que los autores e intérpretes tienen en su alma y en su mente, esa música auténtica, alejada del consumismo industrial y de los medios masivos, esa música, por desgracia, llega a y es apreciada por muy pocos. Al decir esto, no quiero caer en romanticismos baratos o en cursilerías políticamente correctas. Nada más alejado de mis intenciones (también hay música muy mala que se disfraza de alternativa o subterránea). Sólo busco señalar que, por ejemplo, hay discos que de vez en cuando logran una extraña y afortunada amalgama de virtudes, sensibilidad, inventiva, humor, gracia, frescura y gran estatura artística. Es el caso de Frágil, la más reciente obra de la cantante y compositora mexicana Iraida Noriega, esta vez al lado de la cantautora Leika Mochan (Muna Zul) y la poetisa Edmeé García, cuya desenfadada poesía en spoken word es una grata sorpresa.
Fragil no es un álbum de jazz, tampoco de folclor o de world music. Es todo eso y más, mucho más. Las tres mujeres que lo produjeron supieron crear un trabajo originalísimo y variado, con composiciones tan austeras como riquísimas en las que las voces de Noriega y Mochán brillan en toda su plenitud. Baste escuchar temas como “Ajedrez”, “Tibio”, “Roto corazón”, “Sigo intentando” o los covers de “La muñeca fea” de Cri Cri y “Frágil” de Sting”.
Una maravilla que además puede descargarse de manera gratuita en https://soundcloud.com/iraida-noriega/sets/fragil
¿Qué más se puede pedir?
(Publicado hoy en mi columna "Gajes del orificio" de la sección ¡hey! de Milenio Diario)
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