Después de leer esta voluminosa novela, me queda claro que Enrique Serna es uno de los mejores escritores mexicanos de la actualidad. Debo confesar que antes sólo había leído su magnífica El miedo a los animales (1995), pero me queda claro que debo entrarle al resto de su obra narrativa.
El seductor de la patria (1999) cuenta, a manera de autobiografía testimonial, la vida de Antonio López de Santa Anna, pero lo hace valiéndose de técnicas escriturales interesantísimas que sin convertirla en una novela lineal (hay constantes idas y venidas entre las diferentes etapas biográficas del controvertido personaje), sí le dan una estructura lógica, en la que las contradicciones de las diferentes voces narradoras se dan de manera fluida y dialéctica.
Ampliamente documentado (al final hay una muy completa bibliografía, algo inusual si de novelas hablamos, así sea una novela histórica), el libro es no sólo ilustrativo sino también muy ameno y divertido. La construcción de personajes es espléndida y no sólo en el caso de Santa Anna (perfectamente retratado, sin maniqueísmo alguno, en sus "buenas y malas" ambiciones), sino también en lo que respecta a los personajes secundarios, desde sus familiares y allegados, hasta sus aliados y enemigos políticos.
El seductor de la patria es un relato apasionante, como apasionante es el segmento histórico que narra y que abarca cerca de ochenta años de rica historia mexicana con todas sus glorias y sus miserias, sus actos heroicos y sus traiciones. Al final, si Antonio López de Santa Anna -quien se hizo llamar, entre otras cosas, Su Alteza Serenísima- fue un héroe o un villano, queda en uno como lector decidirlo. Como narrador, Serna no toma partido o al menos no lo hace evidente.
Una novela seductora.
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