Terminé de leer esta preciosa colección de ensayos breves de Hugo Hiriart, un libro lleno de encanto y sabiduría, de sutileza y humor, de frescura y melancolía, de inteligencia y erudición.
Discutibles fantasmas habla de muchas cosas, algunas "trascendentes", otras insólitas y otras, las más, cotidianas. Habla de literatura y de mitología, pero también de niños, de animales, de instrumentos musicales, de matemáticas, de filosofía y hasta de futbol. Va del antiguo Egipto a la contemporaneidad de los años noventa del pasado siglo, época en que fueron escritos los pequeños y deliciosos textos de Hiriart, supongo publicados previamente en algún diario o revista, aunque no lo dice.
Editado por Era en 2001, Discutibles fantasmas es un volumen de menos de ciento cincuenta páginas que no tienen desperdicio. No diré que todos los ensayos me encantaron, porque hay algunos -los menos, eso sí- incluso hasta ligeramente aburridos, pero en su mayoría se trata de brillantes y agudas disquisiciones escritas en un tono tan despreocupado como ameno, llenos de sutil ironía que al final nos dejan con una sonrisa en los labios y -más importante aún- en el alma (o en la mente, si es usted ateo gracias a Dios).
Son cuarenta y dos ensayos (que casi nunca rebasan las tres o cuatro páginas cada uno), divididos en seis partes, además del prólogo: "Lenguaje", "Fantasmas", "Animales y artefactos", "Rarezas", "Niños" y "Autobiográficos". Entre los que más me gustaron están "El oso", "Discos", "El teclado infantil", "Números delirantes" y "Merecido homenaje al fagot", pero hay otros igualmente deliciosos.
La pluma de Hugo Hiriart es una de las más singulares de la literatura mexicana y remite un poco a Juan José Arreola y un poco, también, a Jorge Ibargüengoitia. Una maravilla.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario