domingo, 4 de enero de 2015

Reflexiones de nuevo año

1. A punto de cumplir quince años de vivir solo (aunque con mucha gente querida cerca), me doy cuenta de que no tener pareja no me hace en absoluto infeliz y de que no me hace falta tener una mascota como algunas amigas bien intencionadas me han sugerido (¿un gato o -peor- un perro en mi casa? ¡Qué horror!). Aparte de mi constante actividad escritural y musical y mis muchas amigas (benditas sean todas ellas), sigo encontrando cálida compañía cotidiana en la lectura, en los discos, en las películas... y en las series televisivas: gracias les doy a las que vi este año y a las que sigo viendo: True Detective, House of Cards, Mad Men, The Shield, The Killing, Orange Is the New Black, The Borgias, Dereck, Weeds, Girls, How I Met Your Mother, Lilyhammer, Marco Polo y, mis predilectas: Californication y Shameless US. Qué maravilla que existan Netflix y Cuevana Storm.

2. En lo personal, 2014 fue un año muy productivo. Escribí cerca de ciento cincuenta textos, entre columnas y artículos que fueron publicados en Milenio Diario, Nexos, Marvin, Laberinto y, más recientemente, la revista Etcétera. Escribí nueve canciones (letra y música). Avancé en las dos novelas que estoy trabajando. Leí una docena de libros. Eché a andar mi propio sitio en internet: Rojo y negro (rojoynegro.com.mx). Descubrí en un cajón dos novelas cortas (una muy joseagustiniana y la otra de corte infantil) y algunos relatos que escribí entre los diecisiete y los diecinueve años y de los cuales ya no me acordaba (y que me parecen rescatables). Algunos proyectos, sobre todo musicales, no fructificaron, pero aún pueden retomarse. La Mosca volvió a echarse a dormir y su futuro es incierto aunque no necesariamente fatal. Viene para la primera mitad del año una sorpresa bibliográfica con Editorial Lectorum y hay otros proyectos editoriales más. El balance de trabajo es bastante bueno y positivo y las ganas de seguir adelante permanecen intactas.

3. Lo único jodido de este año fue la cuestión política que ha llevado a la polarización irracional, al fomento del odio y a la creación de percepciones manipuladas. Tener y mantener una posición contraria a la de la mayor parte de mis amistades hizo que muchos amigos y amigas se alejaran de mí y, en algunos casos, hasta que me bloquearan de sus redes sociales (yo bloquee también a algunas personas, pero era gente con la que no tenía la menor amistad real). En algunos casos me duele este alejamiento y el vacío que han creado a mi alrededor por negarme a seguir a la masa políticamente correcta. Ni hablar, es el costo de tratar de ser congruente. Por fortuna, mucha gente que incluso no coincide conmigo ha dado más importancia a la amistad que a las opiniones y se mantiene cerca (aunque algunos hagan tremendos corajes cuando me leen). Son los gajes del oficio de un opinador y tampoco es algo que me llame a sorpresa. Algunos amigos y amigas regresarán seguramente cuando baje la marea: otros ya no. Tant pis.

4. No es la primera vez que lo hago, pero esta vez decidí volver a pasar la noche de Año Nuevo conmigo mismo y nadie más. Tranquila y felizmente entré a la cocina para prepararme una pasta con cebolla, queso y tocino, una ensalada, unas pechugas rellenas de queso y frutos secos, sidra y uvas. Me agrada hacer eso, es una manera sana y tranquila de convivir con uno mismo.

5. No me gusta caer en los lugares comunes de estas fechas, pero supongo que resulta inevitable. Sé que para muchos 2014 no fue un buen año y les mando todos mis ánimos para que se recuperen y tengan un 2015 lleno de logros, satisfacciones y alegrías. Ojalá el país no siga en la pendiente en que se encuentra, aunque es difícil que no sea de ese modo cuando hay elecciones a medio año y el rencor se encuentra a flor de piel. Pero seamos optimistas. Que haya mucha salud, mucho amor y el dinero suficiente para pasarla bien. Mucho empleo, muchas oportunidades y muchos proyectos logrados. Gracias a quienes están cerca de mí, a mis hijos, mi familia García Michel, mi familia Hellion, mis parientes, mis amigos (pocos), mis amigas (muchas), mis compañeros de trabajo en los diferentes medios en los que colaboro (en todos me tratan de maravilla) y hasta quienes no me tragan que son legión. Un abrazo para todos, un beso para todas y por aquí seguiremos dando lata.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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