Hablo de Sleater-Kinney, la triada también noise y grungera conformada por Corin Tucker, Carrie Brownstein y Janet Weiss que retorna después de diez años de ausencia discográfica con su octavo álbum en veinte años de existencia (el homónimo Sleater-Kinney, su primer larga duración, data de 1995, mientras que el inmediatamente anterior, The Woods, fue grabado en 2005).
El trío se había mantenido en una especie de semi cladestinidad subterránea y fue siempre un grupo de culto. No obstante, es muy posible que con este No Cities to Love (Sub Pop, 2015) llegue a una audencia mucho mayor y no sólo por el disco en sí, sino porque Brownstein es ahora mundialmente conocida como co-estelar de la serie “indie” de televisión Portlandia, al lado del comediante Fred Armisen (Saturday Night Live) que en México se puede ver por el canal de paga I-Sat.
Tan sólo el divertido video de su primer sencillo (la canción “No Cities to Love”) ha logrado un gran impacto, por la presencia en él de varias estrellas jóvenes del cine y la televisión actuales, entre ellas Ellen Page, Sarah Silverman, Andy Samberg, Natasha Lyonne, Brie Larson y el músico J. Mascis de Dinosaur Jr. (búsquelo usted en YouTube).
A su pesar o no, Sleater-Kinney ha llegado a las ligas mayores del mainstream, pero lo hace sin renunciar a su estilo y con la calidad artística que proporcionan los años. Es como si sus integrantes dijeran: “somos maduras, pero punks” y lo demuestran a lo largo de escasa media hora, mediante diez piezas sin desperdicio, entre las que destacan, además del corte ya mencionado, canciones como “Price Tag”, “No Anthems”, “Bury Our Friends” y “Fangless”.
Un álbum estupendo.
(Publicado hoy en mi columna "Gajes del orificio" de la sección ¡hey! de Milenio Diario)
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