Desde la primera vez que lo escuché, con su hermoso disco Tigermilk de 1996, Belle & Sebastian me pareció una especie de continuación de la obra de ese gran trovador británico, hoy casi olvidado, que es Donovan Leitch (sí, el mismo Donovan de “Sunshine Superman”, “Jeniffer Juniper”, “Barabajagal”, “Cosmic Wheels”, “Atlantis” y tantas otras maravillas). Ambos son escoceses, ambos tienen un gusto exquisito y ambos son capaces de crear melodías de una belleza arrobadora. Por si fuera poco, Stuart Murdoch, líder y compositor de Belle and Sebastian, posee una voz casi idéntica a la de Donovan, lo cual no deja de ser sorprendente.
Este proyecto, surgido en Glasgow a mediados de los años noventa, posee una rica discografía, cuya novena muestra es el álbum Girls in Peacetime Want to Dance (Matador, 2015). Se trata de una obra tan llena de riqueza musical como las ocho anteriores (recomiendo muy especialmente If You’re Feeling Sinister de 1996, The Boy with the Arab Strap de 1998 y The Life Pursuit de 2006), pero con una ligera variante que la distingue de todas sus antecesoras y que muy seguramente se debe al trabajo como productor, por primera vez con el grupo, de Ben H. Allen, quien ha trabajado con Animal Collective y Washed Out, entre otros.
Esta vez, Belle and Sebastian no apuestan sólo por su clásico rock pop de hondas raíces folkies, sino que incorporan elementos de la música dance y la electrónica, lo que da como resultado una colección de piezas muy interesantes y en verdad brillantes. Girls in Peacetime Want to Dance recorre todo un mundo de ritmos y sonoridades y lo refleja en piezas tan finas como “Nobody’s Empire”, “The Cat with the Cream”, “The Everlasting Muse”, “Ever Had a Little Faith?” o la sublime “Play for Today” que cuenta con la hermosa voz invitada de Dee Dee Penny de las Dum Dum Girls.
Irónico, alegre, sutil, luminoso, el nuevo disco de Belle and Sebastian (quienes a fines de este mes se presentan en el DF) los confirma como una de las propuestas más inteligentes e interesantes de los años más recientes.
(Publicado hoy en mi columna "Gajes del orificio" de la sección ¡hey! de Milenio Diario)
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