Difícil habría sido pensar, por allá de 1959, que aquel adolescente suizo de quince años que idolatraba las canciones de Chuck Berry terminaría siendo compositor y ejecutante de una música completamente alejada del primigenio rock n’ roll del creador de “Maybelline” y “Johnny B. Good” y que en lugar de elegir a la guitarra eléctrica como su instrumento, se inclinara por los primeros sintetizadores que surgieron en la segunda mitad de la década de los sesenta del siglo veinte.
No sólo eso: Dieter Moebius sería considerado con el tiempo como el padre de un subgénero musical basado en el uso de instrumentaciones electrónicas y ritmos secos, surgido una década después (of all places) en la Alemania de la posguerra y de la guerra fría.
Padre (o si usted prefiere pionero) del krautrock, Moebius fue un personaje importantísimo, fundamental para la historia de la música alemana de la centuria pasada y de la historia del rock en general.
Dieter Moebius nació en San Galo, Suiza, el 16 de enero de 1944. De joven emigró a Bruselas, Bélgica, para estudiar arte y en 1968 se trasladó a la zona occidental de Berlín, Alemania, para estudiar en la Akademie Grafik y para llevar a cabo sus primeros estudios e incursiones como intérprete y compositor de música experimental basada en la electrónica. Para sostenerse, trabajaba como cocinero en un restaurante de la ciudad.
Un año más tarde, conoció a Hans-Joachim Roedelius y Conrad Schnitzler y se unió a ellos para conformar el trío de ambient-electrónico Kluster, con el que grabaría el disco Klopfseichen (1970), que dos años más tarde, al abandonarlo Schnitzler, cambiaría la letra inicial de su nombre para llamarse Cluster. La música que hacía el ahora dueto resultaba difícil de digerir para el escucha común, pues no hacía coqueteos con el rock –y mucho menos con el pop–, por lo que no logró la aceptación que sí tuvieron agrupaciones similares como Can, Neu! o, por supuesto, Bauhaus. Lo de Moebius y Rodelius fue desde sus inicios una propuesta en extremo vanguardista, dirigido a un público minoritario y selecto, y en esto tuvo mucho que ver su productor, Conrad Plank, quien los llevó a la composición muy estructurada de largos y densos pasajes atmosféricos.
En su excelente libro Krautrocksampler, Julian Cope definió la música de Cluster como “globos atmosféricos de sonido”, lo cual no deja de ser tan abstracto como el propio estilo del dueto. Es necesario escuchar discos como Cluster II (1972), Zuckerzite (1974) o Sowiesoso (1976) para que dicha definición pueda quedar un poco más clara y definida.
Moebius y Roedelius trabajaban muy bien juntos y lo hicieron a lo largo de muchos años. No obstante, en ocasiones gustaban de colaborar con otros músicos. Es el caso de Michael Rother, integrante de Neu!, con quien se presentaban como Harmonia, otro proyecto muy importante dentro del krautrock, creador de álbumes como Musik from Harmonia (1973) y Deluxe (1975),
Nada tiene de extraño que, un poco más tarde, también Brian Eno los buscara. Esto sucedió en 1976, cuando el ex integrante de Roxy Music y ya para entonces un músico experimental reconocido en todo el mundo trabajara con ellos en la ciudad de Forst, donde Cluster tenía su búnker, antes de dirigirse a Berlín para colaborar en la famosa y hermética triada discográfica alemana de David Bowie, conformada por los álbumes Low (1977), Heroes (1977) y Lodger (1979). En ellos, pero sobre todo en el primero, resalta la influencia de la música que creaba la mancuerna Moebius-Roedelius. De hecho, en ese mismo tiempo y de manera simultánea, Eno volvió a trabajar con el dueto para producir los larga duración Cluster and Eno (1977) y After the Heat (1979).
Ya para principios de los años ochenta, cada uno de los músicos (es decir, Moebius y Roedelius) comenzó a trabajar por su lado y aunque Cluster no sería disuelto oficialmente hasta 2010, a partir de entonces colaboraron muy poco juntos.
Moebius tendría aún más de tres décadas de intensa labor musical prolífica e innovativa. Trabajos como Material (1981), Strange Music (1982), Double Cut (1983), Tonspuren (1983, considerado por muchos especialistas como el primer disco de techno), En Route (1986), Blotch (1999), Kram (2009), Another Other Places (2014) o su postrer Nidemonex (2014) así lo demuestran.
Dieter Moebius falleció el pasado 20 de julio, a la edad de 71 años. Hasta el momento se desconocen las causas de su deceso, pero queda claro que se trata de una gran pérdida para el krautrock, para el techno (que él prefiguró), para el rock y para la música contemporánea toda.
(Publicado hoy en la sección "El ángel exterminador" de Milenio Diario)
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