Terminé de leer esta magnífica novela corta de Rafael Pérez Gay, publicada en 2013 por Seix Barral. Es autobiográfica y narra la relación del autor con su hermano mayor, el intelectual José María Pérez Gay, quien falleciera pocos años atrás. Fina, exquisita, escueta, concisa, amena, con rasgos de humor a veces negro, El cerebro de mi hermano es un relato de feliz añoranza y de bella nostalgia por el ser amado que se ha ido. Un canto a la vida, a pesar de que la muerte es el tema central que pesa y se encuentra siempre presente.
Debo decir que en lo personal el libro me tocó, porque me hizo recordar mi propia vivencia con mi hermano Sergio. Hay muchas similitudes entre la relación de los hermanos Pérez Gay y la mía con mi consanguíneo: la diferencia de edades (una década en mi caso, un poco más en el de Rafael), el gran cariño y la enorme empatía a lo largo del tiempo y la ruptura final entre ambos por razones ideológicas (en las que tuvo que ver, infelizmente, Andrés Manuel López Obrador). También está, claro, la muerte, aunque José María tuvo una larga enfermedad que lo fue deteriorando y Sergio falleció casi de súbito, sorpresivamente.
De regreso a la novela (de hecho, no me queda claro si en sentido estricto es una novela), Pérez Gay la estructuró con rompimientos temporales y diversos recursos literarios que rehuyen la linealidad (¿se puede decir así?). Hay muchos apuntes sobre la familia y los allegados a ambos, hermosas remembranzas sobre el DF en los años sesenta y setenta, calor, color y, como ya dije, humor.
Un libro entrañable.
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