viernes, 22 de octubre de 2021

¿Serieadicto?

Con las series me sucede lo mismo que con los libros: tengo varios en proceso de lectura y de pronto me topo con otro, lo empiezo a leer, me engancho y lo añado a mi pila de volúmenes (físicos o electrónicos). Hace cuatro días, me asomé a tres series de HBOMax (Succesión, Manifest y My Brillant Friend) y una de Netflix (Everything Sucks) y me atraparon. Cierto que en estos días terminé dos (la alucinada Brand New Cherry Flavor y la muy simpática Never Have I Ever...), pero entre las diversas plataformas fácil estoy viendo veinte emisiones (quizá más... y eso sin contar YouTube). ¿Es algo común o debo acudir a terapia?

jueves, 21 de octubre de 2021

Duda shakesperiana

 

martes, 19 de octubre de 2021

Celeste Batel

Me impactó mucho enterarme hoy del fallecimiento de Celeste Batel, la esposa del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas. Tuve la oportunidad y el gusto de conocerla en 2017, cuando el ingeniero me invitó a su apartamento de Polanco para intercambiar libros (yo le regalé un ejemplar dedicado de mi novela Emiliano y él a su vez me obsequió uno, también dedicado, de su obra Cárdenas por Cárdenas). Pude charlar un buen rato con los dos esposos y me llevé la mejor de las impresiones, por su amabilidad, sencillez y calor humano. Recuerdo que él y yo nos tomamos un vaso de whisky (que preparó el propio ingeniero) y ella una taza de té. También esa noche conocí a Camila, la hija menor de ambos, muy linda y sonriente. Al final, me hice un par de fotos con el ingeniero Cárdenas y fue precisamente Celeste quien nos las tomó. Lamento muchísimo en verdad saber que ella ya no está entre nosotros y desde aquí envío un fuerte abrazo a Cuauhtémoc Cárdenas y a sus hijos. Qué triste noticia.

domingo, 17 de octubre de 2021

Curso

El mes próximo voy a impartir este curso virtual de cuatro sesiones, una cada jueves a partir del 4 de noviembre. Quienes deseen inscribirse, favor de hacérmelo saber por mensaje directo. El cupo es limitado. Será un placer realizarlo y estar en contacto directo con ustedes.

sábado, 16 de octubre de 2021

Playball

Yo: Como (seudo) aficionado al beisbol (aunque me gusta, puedo disfrutarlo y lo entiendo perfectamente, no me apasiona) he sido un tanto cambiante (si bien en México siempre le fui a los Tigres..., hasta que se fueron del ex DF). En grandes ligas, mi primer equipo fue el de los Atléticos de Oakland (aquellos famosos y simpáticos bigotones de los años setenta). En los ochenta me llegó la fernandomanía y le fui a los Dodgers de los Ángeles. Ya en los noventa, me volví seguidor de los Bravos de Atlanta y en la pasada década mis simpatías estuvieron con los Gigantes de San Francisco. Hoy día estoy completamente desconectado y no sé siquiera cuáles equipos pueden ser los contendientes en la Serie Mundial (que no sé qué día empieza, aunque es el llamado Clásico de Octubre). Lo único firme es que me caen mal los Yankees y por tanto, quizá mi equipo actual podría ser el de los Medias Rojas de Boston.

jueves, 14 de octubre de 2021

Placebo

Tengo como 20 años con esta playera que regalamos en una promoción de La Mosca y hasta ahora me la puse.

viernes, 8 de octubre de 2021

Born Under a Bad Sign

“Born under a bad sign
I been down since I begin to crawl
If it wasn't for bad luck,
I wouldn't have no luck at all”.

Booker T. Jones / William Bell


“Nací bajo un mal signo, he estado jodido desde que comencé a gatear”, cantaba con todo su poderío el gran Albert King, en ese tema clásico del blues que es “Born Under a Bad Sign” que el propio King se encargó de inmortalizar. Aunque no se lamentaba del todo al exclamar con ironía: “Si no fuera por la mala suerte, no hubiera tenido suerte en absoluto”.
  ¿Mejor tener mala suerte con tal de que haya alguna suerte en la vida?
  La pregunta puede ser profundamente filosófica y terriblemente fatalista. Pero de eso canta en esencia el blues: de tristeza, de miseria, de sufrimiento, de traición, de sangre, de sudor, de lágrimas, de falta de perspectivas: de mala suerte. No es para menos. El blues nació en lo más pobre de lo pobre: los campos de esclavos del sur profundo estadounidense. Es la música de la gente más lastimada y envilecida, música surgida de las jornadas de trabajo de sol a sol, de los malos tratos de los amos blancos y sus capataces, de vivir en pocilgas, de padecer desde el nacimiento hasta la muerte. Eso tenía que verse como mala suerte, como pésimo destino, como nacer bajo un mal signo –y aquí recomiendo la lectura de la estupenda novela El ferrocarril subterráneo (The Underground Railroad, 2016) de Colson Whitehead que hace un impactante retrato, entre realista y realista mágico, de la esclavitud en el sur profundo de Estados Unidos).
  El blues es pesimista desde la base y el blues es el padre del jazz y del rock and roll –y de todo lo que hoy llamamos rock. ¿Ha permanecido por tanto esa visión negra (en todos los sentidos de la palabra) en la esencia del género? ¿Persiste ese bad sign entre los que han escrito y siguen escribiendo blues, rock y todos sus derivados? En buena parte es así.
  Cuando los blancos hicieron suyo al rhythm and blues primigenio –no ese híbrido de espanto al que soy se conoce como r&b (pronúnciese ar-and-bí)– y lo mezclaron con ciertas dosis de country and western, la tristeza y la melancolía no se alejaron. Cierto que en el naciente rock and roll había muchas melodías optimistas y muchos intérpretes bobalicones, pero su verdadera fuerza seguía apegada a las raíces del deep south y del delta del río Mississippi. El signo de la fatalidad y la mala suerte estaban ahí y eso lo vemos en una enorme cantidad de composiciones de músicos blancos de origen anglosajón: desde Bob Dylan y Grateful Dead hasta los Avett Brothers y Jack White, pasando por una larga lista que incluye a Janis Joplin, Jim Morrison, Tom Waits, Leonard Coen, Joni Mitchell, Eric Clapton, Joe Cocker, Led Zeppelin, Pink Floyd, Neil Young, Nick Cave, The Clash, Dire Straits, U2, Mother Love Bone, Sonic Youth, Nirvana, Pearl Jam, Elliott Smith, Bruce Springsteen, Jeff Buckley, Radiohead, etcétera, etcétera. Todos músicos blancos. Todos con una visión negra (o muy negra) de la vida. Todos nacidos bajo un mal signo que se refleja en sus letras y en su música.
  Por supuesto que ese bad sign del legendario blues compuesto por Booker T. Jones y William Bell no es una marca fatal y negativa. Todo lo contrario. Es lo que ha permitido al rock mantener su autenticidad en un mundo dominado por el utilitarismo, la superficialidad, la frivolidad y el consumismo. Es lo que le da sentido a una vida como la de Kurt Cobain y a su trágico final.
  Cobain, como pocos, encarna a esa mala suerte de la canción que da título a esta columna. A 27 años de su violento fallecimiento, cuando apenas tenía 27 años de edad; de esa autoinmolación que a muchos aún parece incomprensible, habría que buscar un motivo y verla de la misma manera en que el líder de Nirvana veía a su existencia: como un absoluto sinsentido.
  “La suerte no existe”, rezan los libros de superación personal. “Cada quien es el arquitecto de su propio destino”. ¡Ja! Esa es una gran falacia y el blues y el rock, desde sus más profundos infiernos, están ahí para contradecirla.
  “Hard luck and trouble is my only friend / I been on my own ever since I was ten” (La mala suerte y los problemas son mi único amigo / he estado solo desde que tenía diez años), prosigue cantando Albert King. ¿Quién es el señorito que se atrevería a desmentirlo?

(Publicada el día de hoy en "Acordes y desacordes", el sitio de música de la revista Nexos)

jueves, 7 de octubre de 2021

The Warning - DISCIPLE

 

Esta noche, The Warning presentó su EP Mayday, primera mitad de lo que será su nuevo y tercer LP, aún sin nombre. El nuevo video es asombroso y la canción impresionante. Por ahora, aquí la dejo para deleite de todos.

sábado, 2 de octubre de 2021

Vergonzoso

Lo del Barça es una vergüenza y las dudas y contradicciones de Laporta para despedir ¡ya! a Koeman no tienen explicación. A este paso, nos echan de la Champions en el próximo partido y ni a la Europa League se podrá aspirar. Ya no hablemos de la Liga o la Copa del Rey que se ven cada vez más utópicas. Un equipo que juega a nada. Mala defensa, mala media, mala delantera pero, sobre todo, pésima dirección técnica y penosa directiva. De la derrota de hoy (2 a 0) ante el Atlético de Madrid (con el mismísimo Luis Suárez -al que corrieron de mala manera Koeman y Bartomeu- haciéndonos un gol y poniendo una asistencia), sólo rescato a Gavi, un canterano de 17 años que juega espléndidamente. En fin, yo ya me resigné a que al menos este año está perdido (y todavía declara Laporta que sostendrán a Koeman, ¡Dios mío!).