domingo, 28 de febrero de 2010

Trillizas


-Somos hermanas -dijo la primera.
  -Escribimos poemas -continuó la segunda.
  -Poemas a tres voces -concluyó la tercera.
  Habían aparecido ante mí de manera intempestiva, a la salida de la cafetería de la Cineteca Nacional. Eran trillizas, sorprendentemente idénticas, como tres gotas de agua diría el lugar común. Rubias, altas, bien formadas, sonrientes, irresistibles. Y muy jóvenes.
  -Queremos... -dijo la primera.
  -... que leas... -continuó la segunda.
  -... nuestros textos -concluyó la tercera.
  Aparte de su fresca belleza, lo que más me asombró fue su forma de hablar en perfecta y coordinada continuidad, como lo hacían Hugo, Paco y Luis en las viejas historietas de Walt Disney que editaba Novaro cuando yo era niño. Me simpatizó el detalle y acepté su invitación para acompañarlas a su casa.
  -Vivimos solas... -dijo la primera.
  -... es un departamento... -continuó la segunda.
  -... aquí cerca, en Coyoacán -concluyó la tercera.
  El lugar era pequeño y acogedor, cálido y lleno de libros, discos y artesanías de diversas regiones del mundo. Elucubré que las trillizas serían sin duda hijas de familia adinerada y que de seguro habrían pasado largas temporadas en Europa y los Estados Unidos. Me hicieron entrar a una recámara, donde una cama de agua era reina enseñoreada. Me senté en una orilla mientras ellas se descalzaban a un mismo tiempo. Sus pies eran pequeños y delicados, blancos y hermosos. Aquello comenzaba a parecerse al paraíso.
  -Antes de que empecemos a leer... -dijo la primera.
  -... queremos asegurarnos... -continuó la segunda.
  -... de que te encuentres a gusto -concluyó la tercera.
  Una de ellas salió del cuarto y las otras dos acomodaron grandes cojines junto a la cabecera, para que me recargara en ellos. La primera regresó con un vaso en la mano: un ron en las rocas.
  -Sabemos... -dijo la primera.
  -... que es... -continuó la segunda.
  -... tu bebida favorita -concluyó la tercera.
  Me sentía como un maharajá de Las mil noches y una noche, según las llamaba Borges. Licor en mano, recostado sobre los mullidos almohadones, me dispuse a recibir lo que siguiera, así se tratase de una mala lectura de pésimos poemas. Mas no fue así. Las tres angelicales ninfas se colocaron a mi lado, dos de ellas a mis costados, la otra a mis pies. Debo confesar que me desconcerté.
  -… y bien, ¿no van a enseñarme sus escritos? -inquirí.
  Se miraron entre ellas y rieron con graciosa complicidad, como quienes acaban de cometer una travesura.
  -¿Nunca has hecho el amor... -dijo la primera.
  -... al mismo tiempo... -continuó la segunda.
  -... con tres mujeres? -concluyó la tercera.
  No alcancé a responder siquiera. Me desnudaron. Me acariciaron. Me besaron en la boca y en cada intersticio de mi cuerpo. Me hicieron probar las mieles del placer más penetrante y virulento. Las poseí una a una y ellas me poseyeron, sin prisas, sin sonrojos, sin reservas... y todo lo hicieron a tres voces.

sábado, 27 de febrero de 2010

La Riviera Maya y el nuevo club de Toby*


Los iberoamericanos (que no latinoamericanos) seguimos instalados en la época de la Guerra Fría. Los años setenta del siglo pasado aún pesan sobre nuestra idiosincrasia y el antiimperialismo rampante de aquella década es lápida enmohecida que nos negamos a quitar de nuestras cóncavas espaldas. Mientras la mentalidad del resto del mundo gira en otras dimensiones, por estos lares continuamos sumidos en el surrealismo mágico de los patriarcas que desde su otoño ideologico nos gobiernan o nos desgobiernan.
El ejemplo más claro de esto lo tenemos en la reciente reunión de presidentes de Iberoamérica, celebrada en la Riviera Maya. Ahí se dieron cita preclaros miembros del nuevo club de Toby (por aquello de “no se admiten gringos o canadienses”), tipos tan cultos y preclaros como Hugo Chávez, Raúl Castro, Daniel Ortega, Cristina Kirchner y ese nuevo ídolo de los progres coyoacaneros que es Evo Morales.
Lo que resulta extraño y contradictorio es que el presidente mexicano se haya empeñado en ser admitido en este club de la gauche demodée y hasta haya propuesto convertirlo en una nueva organización internacional. Al más puro estilo priista y tercermundista de Luis Echeverría Álvarez, el panista Felipe Calderón mostró un afán iberoamericanoide digno de mejores causas y de manera tácita enseñó que lo-suyo-lo-suyo no es acercarse al horripilante imperialismo yanqui (aunque tengamos tres mil kilómetros de frontera con el mismo) sino a la nación bolivariana que hoy maneja a sus anchas el mencionado gorilita Hugo Chávez.
Claro, por ahí andaban también Lula da Silva, Álvaro Uribe y otros precisos, pero la impresión que queda es que Calderón quiso quedar bien sobre todo con el chavismo. Vaya bochorno.
Líderes muy diferentes entre sí los que se reunieron en Playa del Carmen, aunque bien vistas las cosas, al final algunos de ellos tienen algo en común: haber sido personajes de Los Simpson o de South Park.

*Publicado hoy en mi colunna "Cámara húngara" de Milenio Diario.

viernes, 26 de febrero de 2010

Buena tocada


Las cosas van mejorando. Cada vez acude más gente al Ruta 61 y anoche tuvimos una buena entrada y un excelente concierto. El grupo sonó sólido y algunas dudas que nos estaban invadiendo comenzaron a disiparse. El público quedó muy contento y nosotros también. Todo listo para lo que esperamos sea una gran tocada, el próximo viernes 26 de marzo -dentro de un mes exacto-, en el mismo lugar pero con una serie de sorpresas. Entre las amistades que acudieron hoy estuvieron Mónica Isabel Pérez, América Pacheco, Alain y Hallet (con un amigo suyo de San Luis Potosí), Luis Alberto (del taller de rock y periodismo que estoy impartiendo) y el maestro Raúl de la Rosa (acompañado de su esposa), quien cumplió con su promesa de irnos a ver. Claro, también estaban Denisse, Myrna y los papás de Carolina, aparte de varias personas que no conocíamos. La verdad es que salimos muy satisfechos y renovados.

jueves, 25 de febrero de 2010

Resonancias


Olvidé contar que la semana pasada, Denisse y yo fuimos al Teatro Santa Catarina, en Coyoacán, para ver la obra Resonancias de Héctor Mendoza. Yo no me sentía del todo bien, pero accedí a ir porque mi niña tenía que cumplir con una especie de deber escolar al ver esa puesta en escena. Uno hubiera pensado que al ser una pieza de alguien tan prestigiado como "el maestro" Mendoza e incluso dirigida por él mismo, veríamos una maravilla teatral, llena de arte, sensibilidad, espíritu creativo. Nada de eso. Al contrario. Lo que tuvimos que presenciar fue una larguísima historia sin sentido, aburrida, vacua y muy mal actuada. Plana hasta la náusea, parecía más una obrita escolar, hecha por alumnos de secundaria, que una escenificación montada por profesionales. Una tomadura de pelo. Nada más. Cuando menos ese día cobraban a sólo treinta pesos la entrada. Pero ni se acerquen por ahí.

miércoles, 24 de febrero de 2010

Día de la bandera


Cuando yo iba a la escuela, en mi niñez y mi adolescencia, el 24 de febrero era un día muy especial, lleno de ceremonias cívicas. Se nos inculcó el amor a la llamada enseña patria, a la que honrábamos todos los lunes con la jura a la bandera. La verdad es que sí se emocionaba uno al ver al también llamado lábaro y cantar el himno nacional. Creo que hoy las cosas han cambiado y entre las nuevas generaciones no existe ese amor sincero por la bandera verde, blanco y roja, a la que se le asocia más con la selección mexicana de futbol y el patrioterismo inducido por las televisoras. Yo no profeso el nacionalismo a ultranza, pero sí me siento orgulloso de haber nacido en este país. A pesar de los pesares.

martes, 23 de febrero de 2010

La Mosca en la Radio 23


Hoy por fin volvimos a transmitir La Mosca en la Radio, después de dos semanas de ausencia. Lo dediqué a Massive Attack y su extraordinario álbum Heligoland de reciente aparición. Cabe mencionar que fue el último programa en las actuales instalaciones de TuRadiOnLine. A partir del próximo martes, haremos la emisión desde la nueva sede de la estación. Aquí les dejo el programa en dos versiones, la de zSHARE se puede descargar.



zSHARE - La Mosca en la Radio 23.mp3

lunes, 22 de febrero de 2010

Ecos de "Los senderos del blues"


Ya no conté cómo nos fue el viernes en el programa Por los senderos del blues que conduce Raúl de la Rosa en Horizonte 105.7. Se suponía que estaríamos una media hora y que si bien nos iba, tocarían un par de temas de Los Pechos Privilegiados. No fue así. Acudimos Giuliana Vega y yo y estuvimos desde las ocho hasta las diez de la noche -es decir, las dos horas que dura la emisión-, en amena charla con el maestro De la Rosa, quien decidió transmitir las seis canciones que llevábamos ("Algo prohibido", "Ando perdido", "El blues del destino", "Me iré a casa temprano", "Razones de peso" y "Voy camino a casa"). Nos dijo que le gustaron (y que nos lo haya dicho una autoridad en el blues como es don Raúl, significa mucho). En la plática surgieron anécdotas, ideas, opiniones varias. En fin, valió mucho la pena haber estado en las instalaciones del Instituto Mexicano de la Radio y aparecer en un programa así de prestigiado. Desde aquí agradezco sobremanera la invitación.

domingo, 21 de febrero de 2010

Cuatro libros para el Bicentenario


Ya que oficialmente por todas partes nos bombardean con el dichoso Bicentenario, no está por demás recomendar cuatro libros divertidos, amenos, excelentemente escritos, cuatro joyas de la literatura y la historiografía mexicanas. Dos tienen que ver con la Guerra de Independencia y dos con la Revolución. Dos están escritos por un guanajuatense y dos por un chihuahuense. Ambos escritores ya no están entre nosotros y es una lástima. Me refiero a Jorge Ibargüengoitia y José Fuentes Mares. Del primero, recomiendo sin dudarlo Los pasos de López y Los relámpagos de agosto, un par de novelas sin desperdicio, con esa saludable visión sardónica que tenía el escritor y que aquí se despliega para contarnos las vicisitudes de los independentistas mexicanos (en Los pasos...) y de los que se fueron a la bola en 1910 (en Los relámpagos...). Ambas geniales. No menos buenos aunque muy distintos son los dos libros de Fuentes Mares: Las memorias de Blas Pavón y La revolución mexicana (memorias de un espectador). En los dos, por medio de un personaje ficticio, este singular historiador que era un gran narrador nos lleva de la mano por las principales incidencias de nuestro siglo XIX (en Blas Pavón) y de la revolufia (en la segunda).
Dos libros que recomiendo sin ambajes y con la seguridad de que su lectura servirá para tener una mirada más crítica de la historia de México, sobre todo de esa historia oficialista llena de personajes de bronce, estatuarios, maniqueos, aburridos y solemnes.

sábado, 20 de febrero de 2010

Las alianzas y el surrealismo rampante*


Este desgarriate de las alianzas ínter (¿o infra) partidistas sólo es posible en un país en el cual el surrealismo ha hecho su nido. No porque ese tipo de matrimonios entre agrupaciones políticas de distinto signo e ideología no se dé en otros países donde la democracia forma parte de la vida cotidiana de los ciudadanos, sino porque en México se ha convertido, sobre todo a últimas fechas, en un indigesto coctel en el cual se entremezclan ingredientes que cualquiera en su sano juicio no combinaría, so pena de sufrir una severísima indigestión.
Hasta hace unas semanas, imaginar que los espurios y los legítimos (usted escoja cuáles son cuáles, estimado lector) se dirigieran siquiera la palabra en un tono civilizado era cosa impensable, fruto de una mente más desvariada que la de, precisamente, algunos espurios y algunos legítimos. Pues ahora resulta que por un golpe de chistera cómico-mágico-musical, espurios y legítimos bailan al mismo compás y juegan ingenuas rondas infantiles tomaditos de la mano.
Los vemos felices de la vida en Oaxaca, en Puebla, en Veracruz y en Hidalgo, mientras como infantes traviesos hacen rabiar y patalear a los señores priistas, quienes miran con desconfianza y desprecio a esas alianzas y hasta las califican de engendros contra natura.
No veo mal que los partidos se alíen, algo que incluso está contemplado en la ley. Pero sí brinca que quienes se abracen y besuqueen sean los mismos que antier se decían enemigos mortales. Además, si la idea de estas uniones es la de evitar el regreso del PRI y en el fondo se trata de un ensayo para impedir que el candidato de este partido gane la presidencia en 2012, la lógica anuncia que éste se las verá con un candidato único de los espurios y los legítimos. Por lo que se me ocurre la siguiente pregunta: ¿si este candidato resulta ser Andrés Manuel López Obrador, contará con la bendición y el apoyo del PAN y del presidente Calderón?
Que alguien me lo explique, por favor, porque yo ya me hice bolas.

viernes, 19 de febrero de 2010

Por los senderos del blues


Ahí estaremos esta noche, como invitados, Los Pechos Privilegiados, en Por los senderos del blues -nada que ver por supuesto con El sendero del Peje-, el programa especializado que conduce el legendario Raúl de la Rosa (gran promotor del blues en México) y que se transmite todos los viernes de ocho a diez de la noche por las frecuencias de Horizonte 107.9, en FM. Ojalá lo escuchen.

jueves, 18 de febrero de 2010

Jeudi simplement


El de hoy fue un día tan tranquilo que no hay mucho que anotar. Todo bien, por fortuna. Un jueves. Nada más.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Texto escrito en un papelito


"Si sino es destino, nací en 1955, el año en que para muchos surgió el rock y en el que se publicó Lolita de Vladimir Nabokov".

martes, 16 de febrero de 2010

Óscar D'León y Twitter

No sé si es un comercial, una buena puntada o una nueva canción, pero este tema del salsero Óscar D'León sobre Twitter está realmente simpático. Se los comparto para que lo gocen, lo sufran, lo critiquen o lo ignoren.

lunes, 15 de febrero de 2010

Diez y seis


Un año cuatro meses. Hoy los cumplimos. Dieciséis cómodas mensualidades (y nos auguraban el fracaso).

domingo, 14 de febrero de 2010

Subtitulajes


Se supone que uno de los privilegios de la televisión de paga es su mayor calidad con respecto a la televisión abierta. Falacia total. Cierto que esta última es en su mayor parte un asco, pero cierto es también que el cable tiene canales que presentan un sinfín de deficiencias. De hecho, se supondría que si uno cubre una cuota mensual no debería haber comerciales en las frecuencias televisivas de paga. No obstante, eso sólo sucede en los llamados canales premium. En fin. Lo que sí resulta francamente molesto es la pésima calidad del subtitulaje de las series que trasmiten señales como Sony, Warner o Fox, por mencionar a tres de las más populares. No sólo hay de pronto hasta faltas de ortografía o ignorancia cuando se menciona el nombre de algún personaje y lo escriben todo alrevesado. Lo más molesto es la moralina que impera en los subtítulos y que transforma a un "son of a bitch" en un "qué barbaridad" o a un "fuck you" en un "púdrete", con lo que le arrebatan toda gracia a las comedias o toda intensidad a las series dramáticas. Tengo entendido que dichos subtitulajes se hacen en países como Venezuela o Argentina, pero qué malos e incultos son quienes los pergeñan y ni qué hacer para protestar, más allá de escribirlo en un blog como éste.

sábado, 13 de febrero de 2010

Si Chalco fuera Haití*


Se anuncia, para la semana próxima, la celebración del festival musical Un corazón de México para Haití, en solidaridad con los damnificados por el terremoto ocurrido en ese país hace algunas semanas. Desde que esa tragedia tuvo efecto, miles de mexicanos cooperamos de una u otra manera para ayudar a “nuestros hermanos haitianos”, según se debe decir si queremos lucir políticamente impolutos. La ayuda llegó cuantiosa a la Cruz Roja, a la embajada de esa nación y a cientos de centros de acopio. Cuando un diputado perredista a quien apodan El Chuko se atrevió a hacer una broma sobre la negritud haitiana, el temible peso inquisitorial de las buenas conciencias progres cayó sobre él y le costó no sólo el desprestigio social sino su expulsión de las filas del PRD. “No queremos a racistas en nuestro partido”, salió a decir estentóreamente, ante cámaras y micrófonos, el presidente de ese partido, el inefable Jesús Ortega. Hasta ahí, todo correcto, correctísimo.
La semana pasada, el mal tiempo se ensañó con buena parte del centro de nuestro país, especialmente con Michoacán, el Estado de México y el Distrito Federal. Las lluvias feroces ocasionaron desbordamientos de ríos, inundaciones, deslaves, muertes. Miles son los damnificados en lugares como Angangueo, Chalco, Ciudad Nezahualcóyotl, el noreste del DF. Hay gente que todo lo perdió y sin embargo…
¿Dónde está la movilización masiva para recabar víveres y medicinas? ¿Dónde los festivales, los bailes para recaudar fondos? ¿Dónde se halla la tradicional solidaridad del pueblo mexicano hacia “nuestros hermanos”… mexicanos? ¿Se nos agotó con lo de Haití? Vaya, ni siquiera hubo un Chunko que hiciera algún comentario indignante sobre los damnificados michoacanos, mexiquenses y defeños. ¿Será que viste más ayudar a un habitante de Puerto Príncipe que a uno del Valle de Chalco?
“Luz de la calle, oscuridad de la casa”, reza el viejo refrán. Nunca tan cierto como hoy.

*Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.

viernes, 12 de febrero de 2010

Saúl Hernández y yo


Miro la portada del primer ejemplar de La Mosca en la Pared, con Saúl Hernández en primerísimo plano, y pienso que no deja de ser irónico que haya sido el entonces cantante de Caifanes quien apareciera en esa histórica carátula. Lo digo porque desde hace años se me atribuye una especie de odio en contra del autor de "La célula que explota" y sé que él mismo piensa que algo personal tengo en contra suya. Nada más alejado de la realidad. Cierto que nunca me gustó Caifanes y mucho menos me gusta Jaguares, cierto también que desde principios de los noventa, en mi columna "Bajo presupuesto" del diario El Financiero, critiqué los discos de los primeros y que seguí haciendo lo mismo, en La Mosca, con los segundos. Las canciones caifaneras y jaguarescas me parecen en su mayor parte deficientes (aunque acepto que hay algunas más o menos buenas, sobre todo en El nervio del volcán) y sus letras me resultan terriblemente pretenciosas y llenas de seudopoesía y de metáforas ridículas. Pero siempre critiqué a esas dos bandas (y a muchas otras más, como La Maldita Vecindad, Café Tacuba o Control Machete, por ejemplo) desde un punto de vista musical, jamás desde la perspectiva personal. Nada, pues, tengo contra la persona de Hérnández. Al contrario. Cuando en 1994 estaba yo haciendo un libro que me solicitó Editorial Planeta (el volumen iba a llamarse Rock bajo palabra), con entrevistas a los integrantes, sí, de La Maldita Vecindad, Café Tacuba, El Tri, Santa Sabina y Caifanes, al querer entrevistar a estos últimos, me topé con la negativa de Alejandro Marcovich ("Si el libro fuera tuyo, no tendría problema para darte la entrevista; pero como va a ser de una editorial que va a obtener un lucro de ella, no puedo dártela de manera gratuita", me dijo el guitarrista, palabras más, palabras menos). Al enterarse de esto, fue el propio Saúl Hernández quien me buscó para darme la entrevista y de ese modo pude hacerla, en la casa donde éste vivía, si mal no recuerdo por el rumbo de la colonia Las Águilas. Obviamente no me cobró un centavo y es algo que siempre le agradeceré. Años más tarde, en 1996 o 1997, ya en la segunda época de La Mosca, volví a entrevistarlo y debo decir que todo el tiempo fue amabilísimo conmigo. No tengo entonces razón alguna para sentir rencor contra él. No obstante, como periodista, editor y crítico, tuve que escribir mis opiniones cada vez que un disco de Caifanes o Jaguares me parecía malo y en la revista ironizamos más de una vez al ver a éstos en la portada de Eres, por ejemplo. La cosa es que en el ánimo de muchos se creó la idea de que yo odiaba a Saúl y sobran aún quienes están convencidos de ello. Una amiga reportera estaba empeñada hasta hace poco en hacernos una entrevista a los dos juntos, lo cual no dejaría de ser simpático. En fin, son reflexiones que me vinieron a la mente al ver esa primera portada de La Mosca en la Pared. Nunca dejará de sorprenderme cómo las percepciones de la gente, aun cuando partan de falsas premisas, terminan por convertirse en netas incontrovertibles.

jueves, 11 de febrero de 2010

Hace ya dieciséis años


Fue un día cómo hoy, 11 de febrero, pero de 1994. Después de más de un año de planeación y de arduos trabajos, presentamos el primer número de La Mosca en la Pared (ver imagen), en un antro llamado El Antro que se situaba en Huipulco, Tlalpan. Hubo más de quinientos invitados y tocaron seis bandas, entre ellas Guillotina, La Oveja Negra, Mística, Limbo Zamba y el debut de Los Pechos Privilegiados con su alineación original. Por ahí tengo el video de aquella noche, en un cassette VHS. Jamás nos imaginamos la historia que tendría la revista y mucho menos que duraríamos tantos años en circulación. Hoy estamos en internet, aunque no quitamos el dedo del renglón y tal vez -sólo tal vez- algún día retornemos al papel. Pero fue hace ya más de tres lustros de aquella fecha que hoy significa tanto para tantos. Hay nostalgia, pero hay también satisfacción y esperanza. Dieciséis años. Se dice fácil.

miércoles, 10 de febrero de 2010

El taller a la mitad


Hoy fue la clase número diez de las veinte que constituyen el Taller de Rock y Periodismo que estoy impartiendo en Baktún, Arte y Cultura. Todo va muy bien y creo que los alumnos inscritos se divierten y aprenden en cada sesión. Yo estoy contento por ellos y por cómo todo va caminando. Hay quienes me preguntan si daré otro al terminar éste. La idea es iniciar un segundo taller en abril, por si quieren irse preparando para entrar. Más adelante daré los detalles, pero gracias por su interés.

martes, 9 de febrero de 2010

Programa pospuesto


La gripe no acaba de soltarme y no me dejó salir en la noche para ir a hacer el programa de La Mosca en la Radio. El tema iba a ser "Canciones de desamor", con piezas de 10cc, Kaiser Chiefs, Bob Dylan, los Rolling Stones, Radiohead, Placebo, Weird Al Yankovic, Ben Folds Five, los Smiths, John Lennon, Phil Collins, Ani DiFranco, Lily Allen, Modest Mouse, The Mountain Goats, Basement Jaxx, Fiona Apple y Ugly Kid Joe. Pero lo haré dentro de ocho días. Pienso que va a gustarles. Recuerden: por Tu Radio On Line.

lunes, 8 de febrero de 2010

Pues como como


Aparece en una película de Tin Tan, sólo que no recuerdo en cuál de ellas. Están él y otros personajes en plena conversación, con un aparato de radio encendido (o así lo recuerdo más o menos), cuando de pronto la voz del locutor radiofónico los hace callar al decir con voz estentórea: "¿Cómo que cómo como? ¿Que cómo como? ¡Pues como como!". Es un momento hilarante.

domingo, 7 de febrero de 2010

Santos Santos


Va a sonar a oportunismo chafa, pero hoy yo no sólo le iba a los Santos de Nueva Orleans en su juego contra los Potros de Indianápolis, sino que los neoorleansinos siempre han sido mi segundo equipo de la NFL, después de los hoy más que grises -¡snif!- 49s de San Francisco. Créaseme o no, el hecho es que disfruté enormemente la victoria santista en el Super Bowl que vi completo con Denisse (ella lo vio más por solidaridad conmigo que por gusto, je) y me emocioné con esa última intercepción de Tracy Porter cuando parecía que Peyton Manning iba a empatar el partido y llevarlo a tiempo extra. Genial. Qué bueno por los Santos, qué bueno por Drew Brees, qué bueno por Nueva Orleans y por su gente y por sus grandes músicos, como Fats Domino, Allen Toussaint y Dr. John, entre otros muchos. En cuanto al espectáculo de medio tiempo, pues... Yo que soy amante de The Who desde hace varias décadas, me sentí no muy satisfecho con la actuación de Pete Townshend, Roger Daltrey y músicos que los acompañaron. Un potpurri medianamente logrado, muchos efectos de luces y cohetes y una actuación más bien fría. La verdad, me gustó mucho más el partido.

sábado, 6 de febrero de 2010

Carta a un diputado constituyente*


(Para el diputado Emiliano Celso García Estrella -1876-1951-, representante del V Distrito Electoral de Sinaloa en el Congreso Constituyente de 1917).
Querido abuelo: aunque nunca tuve el gusto de conocerte en persona, ya que falleciste cuatro años antes de que yo viniera al mundo, no dejo de sentirme orgulloso cada vez que evoco tu nombre y tu figura. Suelo recordarte cada 5 de febrero, día de la Constitución, porque participaste en las históricas sesiones que dieron forma y sustancia a nuestra Carta Magna y porque conozco tu trayectoria como revolucionario, misma que te permitió estar en la ciudad de Querétaro en aquel 1917.
  Sé de tu nacimiento en El Fuerte, Sinaloa, donde se dio tu labor como agricultor, lo mismo que tu interés por el periodismo y la poesía, además de tu militancia floresmagonista y las persecuciones que sufriste por oponerte a la dictadura de Porfirio Díaz. Fundaste el periódico El Reporter, para luego sumarte al maderismo, en 1910, como comandante del grupo guerrillero Leales del Fuerte, con el que participaste en la toma de Navojoa. Con el triunfo de Madero, fuiste elegido presidente municipal de tu ciudad natal, pero el cuartelazo de Victoriano Huerta te puso de nuevo en pie de guerra y te sumaste al Plan de Guadalupe de Venustiano Carranza, con quien te uniría una entrañable amistad. Los huertistas te aprehendieron y estabas a punto de ser fusilado, cuando tus hombres te salvaron providencialmente. Al triunfo de la revolución, fuiste alcalde de El Rosario y uno de los cinco representantes sinaloenses en el Congreso Constituyente de 1917, para más tarde ser senador de la república y nuevamente diputado, en la XXVIII Legislatura.
  Me pregunto cómo verías a este México de 2010, tan diferente al que tú conociste, aunque tal vez igual de convulso y sin rumbo. Por ahí se dice que hace falta una nueva Constitución. Yo pienso que bastaría con retomar el espíritu que dio origen a la actual y hacer que por fin se cumpliera. Mas para eso hacen falta hombres honestos y comprometidos como tú, mi querido abuelo.

*Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.

viernes, 5 de febrero de 2010

Una cuestión de aritmética


Veamos. Las cuatro mujeres más importantes de mi vida, después de divorciarme, han sido todas bastante menores que yo y sus edades tienen una especie de progresión aritmética. A la primera (llamémosla Y) le llevaba -le llevo- 14 años. Luego vino M, 23 septiembres más chica que yo. Le siguió P, con 29 agostos de diferencia entre ella y éste que escribe. Ahora estoy con Denisse, mi niña, quien es 35 noviembres más joven. 1969, 1978, 1985, 1990: los años de nacimiento de cada una de ellas. Interesante tendencia. Me hace sonreír.

jueves, 4 de febrero de 2010

Jorge Ayala Blanco de la A la Z*


A punto de llegar a los sesenta años de edad y recién cumplidos treinta y nueve de haber publicado su primer texto, el crítico de cine más polémico del país responde el siguiente cuestionario alfabético.

Autor de diecisiete libros (el más reciente, La fugacidad del cine mexicano) y colaborador actual de la sección de cultura del diario El Financiero, Jorge Ayala Blanco se dedica a la crítica de cine "desde el 20 de enero de 1963". Nacido en Coyoacán, D.F., el 25 de enero de 1942, es hijo de "una ex niña popis del Colegio Teresiano que se llamaba Carmen Blanco" y de Leopoldo Ayala, quien "se educó con los curas, fue secretario de Joaquín Arcadio Pagaza y fundó una escuela secundaria humanista al estilo antiguo, porque creía en 'la enseñanza democrática a través del latín y del griego'. Era un latinista bastante excepcional, aunque desgraciadamente no lo conocí: murió cuando yo tenía ocho años".
Pocos lo saben, pero Ayala Blanco estudió Ingeniería Química en el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y Lengua Francesa en el Instituto Francés de América Latina (IFAL). A los dieciocho años dirigió el cine club del IPN y en 1965 recibió la beca del Centro Mexicano de Escritores ("gracias a la cual dejé la ingeniería química y me dediqué a escribir"), donde tuvo como maestros a Juan Rulfo, Juan José Arreola y Francisco Monterde. Fue ahí donde escribió su primer libro alfabético sobre la cinematografía nacional: La aventura del cine mexicano. Para entonces ya había iniciado su labor docente como profesor en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC), a donde ingresó en 1964 ("acudí para inscribirme como alumno y me la dieron de maestro") y del cual es hoy profesor decano e investigador.

Ayala Blanco de la A a la Z
-Amores perros. Película fascista-moral de gran éxito. Película abominable. Película apantallapendejos que evidentemente abrió brecha. Es una película con un marketing casi tan feroz como el de las películas norteamericanas y el principio de la grandilocuencia del cine mexicano. Todo mundo cree que es el inicio de un nuevo cine mexicano, cuando en realidad es la culminación de la vieja truculencia del cine mexicano.
-Buñuel (Luis). Relación amor-odio de toda la vida. Sus películas me gustan por épocas y las detesto también por épocas. Ensayo de un crimen me parece uno de los bodrios más asquerosos que he visto en mi vida, sobre todo después de leer la novela de Rodolfo Usigli. Sin embargo, Nazarín me resulta fascinante. Creo que las películas a la española de Buñuel son las mejores, en realidad siempre fue un gachupa. Lo conocí personalmente. Era un tipo rarísimo que caminaba en un pedestal pero en el fondo se burlaba de su propia gente. A nadie detestaba más que a los rieras y a los péreztourrents que le lamían las patas todos los días. Tenía un sentido del humor envidiable. Él era todos sus personajes: tan celoso como Arturo de Córdoba en Él, tan rabioso como el ciego de Los Olvidados. Se sentía muy frustrado sexualmente porque las mujeres más bellas de México, que eran las actrices del cine mexicano, todas ellas se le habían lanzado y ninguna había logrado nada con él (¡imagínate a Lilia Prado, a Miroslava!). A la única que se tiró fue a Jeanne Moreau... que era lesbiana.
-Crítica. La crítica de cine es una delicia, un ejercicio, un juego. Cada película te lanza un desafío y lo tratas de responder con la crítica. Es una sed de conocimiento. Es intentar el máximo rigor con el máximo de juego. Es lo más impreciso y lo más preciso.
-Director. Yo creo que finalmente la teoría del cine de autor se sostiene. El verdadero autor de una película es el que le da sentido y ése es el realizador. El guión, por perfecto que sea, no garantiza una buena cinta. Es la visualización y es el manejo estructural lo que produce una buena cinta. Simplemente, la manera como se resuelve una secuencia sólo la puede dar quien concibe plástica y dramáticamente todos los discursos de la película. El director es la figura clave de una película.
-Época de oro del cine mexicano. Cuando escribí La aventura del cine mexicano, que es la primera revisión de la época de oro del cine mexicano, nadie hablaba de tal "epoca de oro". Es un término que empezó a usarse a finales de los sesenta. Se trataba más bien de la idealización de los jóvenes cineastas echeverristas hacia el cine del pasado (que nunca pudieron superar, por supuesto). Nadie sabe fechar la época de oro del cine mexicano. Yo la fecharía más o menos del final del cardenismo al final de alemanismo, es decir, del 39 al 52. ¿Qué pasó en esa época? Ante todo, surgió una súper industria que se dio el lujo de ser imperialista en América Latina y que impuso una serie de estereotipos que se llamaban estrellas y que eran excelentes además. Había un enorme talento de gente extraordinariamente ignorante. Un policía como Roberto Gavaldón que hacía las películas más exquisitas o un bailarín folclórico como Emilio "El Indio" Fernández o panaderos como los Rodríguez que compraron equipos de sonido. Gente que venía de las actividades más inopinadas, sin formación académica alguna, y sin embargo, hacián películas con una intuición impresionante, como Alejandro Galindo. Claro que también había quienes tenían una formación cultural, como Fernando de Fuentes o la gente que escribía los guiones: Xavier Villaurrutia, Mauricio Magdaleno, etcétera. Aunque los mejores eran Pedro de Urdimalas y los que recogían el lenguaje popular. La epoca de oro del cine mexicano es inagotable para mí, siempre descubro nuevas películas. Mi película emblemática de la época clásica es Los hermanos del Hierro de Ismael Rodríguez, a pesar de que llegó tarde en términos cronológicos, pues es de 1961.
-Fugacidad. Término tomado de la Ingeniería Química. Muchos me preguntan que de dónde saqué un título tan poético para mi libro más reciente (La fugacidad del cine mexicano, Grijalvo, 2001), cuando lo saqué de mi antigua profesión. Se trata de un fenómeno que se da en cierto tipo de reacciones químicas. La palabra fugacidad me gustó porque siempre elijo un término que te da la idea de lo que quiere ser el cine mexicano y no logra serlo, lo que deseamos ser y lo que somos, y precisamente fueron películas, las de los noventa, que quisieron permanecer y, sin embargo, fueron películas fugaces, películas que la gente no veía. También es la idea de que el cine se nos fugó, se esfumó, se volvió volátil. La industria misma desapareció.
-García Riera (Emilio). Un pobre tipo. Dedicó toda su vida a ver el cine mexicano y nunca supo que buscaba en él. Un falso analista que lo único que hacía era fichas. Incapaz de tener un mínimo método de juicio. Incluso ya en sus últimos libros, el hecho de autocastrarlos, de hacer ediciones expurgadas. Eso me parece lo peor que le puede suceder a un ser humano: autocastrarse. Pero finalmente lo merece la historia oficial del cine mexicano... escrita por él mismo.
-Hollywood. Relación de amor-amor. Sin duda el gran Hollywood sigue siendo un referente. Descubrir la manera de entretener a la gente en todos los niveles. Puedes ver las películas de Hollywood incluso como melcochas, como el melodrama en todas sus formas, sea aventurero, sea romántico, sea cómico y, sin embargo, lo puedes rascar por otras partes y las películas tienen un nivel de reflexión sobre la sociedad norteamericana muy por encima de los datos externos. La maravilla de poder hacer que una obra se comunique con todo el mundo por ser lo suficientemente ligera, agradable y amena y, al mismo tiempo, interesar a la gente que busca una mayor conceptualización. Por ejemplo, Frank Capra y Qué bello es vivir. Es un ensayo filosófico sobre el individualismo en la sociedad norteamericana. Como ningín filósofo lo ha podido hacer. Hollywood es una bella nostalgia, aunque lo que actualmente estamos viviendo es el posthollywood y ésa es otra cosa.
-Ironía. Quien la ha definido de manera formidable es Yakelevich: "Ironía es decir las cosas que detestamos como si realmente creyéramos en ellas". Sin ironía y sin humor la vida sería imposible de ser vivida. El horror de la cultura mexicana es la falta de humor. No hay ironía en Octavio Paz. La hay en cambio en Alfonso Reyes, cuando menos en las cosas que no publicaba que eran fascinantes. La ironía es un arma ofensiva y defensiva. Es una fuga y un encuentro. Es esa posibilidad de descubrir la contradicción de todo lo viviente. Es la mejor forma de referirse a todo lo que existe. La idea de que cuando éramos jóvenes creíamos que nuestra vida iba a ser una epopeya de la inteligencia y se convirtió en una farsa de la impotencia. Esa es la peor ironía de la Tierra.
-Jorge Ayala Blanco. Me veo como una sed de conocimiento cinematográfico. Eso me mantiene vivo y alegre. La posibilidad de siempre renovarme por medio de las películas. El mejor obsequio que me hizo la vida fue regalarme toda la historia del cine mexicano y que a los veintitrés años pudiera yo escribir un libro definitivo sobre ello.
-Kane (El ciudadano). La película que trató de ser destruida y que le costó la carrera a Orson Welles. Sin embargo, no pudo ser destruida, lo que sí sucedió al otro Ciudadado Kane que le destruyeron a Michael Cimino: Las puertas del cielo (1980) que es la gran película del cine norteamericano, el verdadero Nacimiento de una nación que duró dos días en cartelera y la retiraron, porque es la película más detonante, lo que sigue de El ciudadano Kane, la revisión de la historia del Oeste norteamericano como la imposición de una minoría de poder en contra de todas las minorías, el exterminio de los inmigrantes por los dueños de los grandes pastizales de Wyoming. Es un prodigio: el nuevo Ciudadano Kane que fue destruido. esa es la verdadera K.
-Lacras. La gran lacra del cine nacional es la cultura oficial. Todos los descendientes de los garcíarieras, los castrados que se sienten críticos de cine y en realidad son promotores y todavía son dueños de las escuelas de cine como el CCC o del festival de Guadalajara, incrustados de por vida en el Imcine, etcétera. Otra lacra es la existencia de un cine gubernamental. La función del Estado no es hacer películas sino crear las condiciones para que sean redituables. Con lo cual tendrían que sacar al cine del Tratado de Libre Comercio (TLC). Que el cine deje de ser un servicio y empiece a ser de nuevo una industria, cosa que no se logrará hasta que no se salga del TLC que nos regaló Salinitas.
-Maestro. Vampiro. Yo vampirizo a todos los jóvenes. Las treinta y ocho generaciones que he conocido en el CUEC y las mil generaciones que he conocido en otros lugares son una experiencia invaluable. Empecé a ser maestro por accidente. Fui a pedirla como alumno y me la dieron como maestro. En 1964, fui al CUEC con Pepe de la Colina -uno de mis más acérrimos ex amigos-, quien era maestro del Centro. Me llevó a preguntar qué se necesitaba para entrar como alumno. En ese entonces yo ya estaba publicando crítica de cine, ya tenía la idea de escribir La aventura del cine mexicano. Pepe era miembro del consejo técnico de la escuela y ahí fue propuesta Nancy Cárdenas para que diera clases en el CUEC. Pepe la detestaba porque no se las había dado. Pero, ¿cómo se las iba a dar si era lesbiana? Además, no tenía por qué dárselas. La odiaban él y Riera, gratuitamente. Entonces Pepe me propuso como maestro y entré para que no entrara Nancy Cárdenas. Yo me enteré de esto muchísimos años después, por supuesto. Si no, no hubiera permitido eso. Yo apreciaba mucho a Nancy. Tenía más tanates que todos aquellos. Fue la primera mujer que se declaró lesbiana públicamente. Admirable mujer, con un enorme talento teatral. Desgraciadamente, entré de esa manera al CUEC. Empecé a dar clases y me gustó. Cuando todo el mundo salió huyendo en el año 68, yo me quedé, hasta convertirme en el maestro decano del CUEC. Hoy doy clases de Historia del lenguaje cinematográfico, Análisis cinematográfico y Análisis de estilo cinematográfico, además de hacer investigaciones, lo cual me permite ser miembro del Sistema Nacional de Investigadores desde 1988.
-Nuevo cine mexicano. Un invento sexenal, ¡pero desde hace seis o siete sexenios! He conocido siete "nuevos cines mexicanos", uno por sexenio. Es una ridiculez y además es una crueldad, porque la gente cree que en verdad existe un nuevo cine mexicano y los cándidos adolescentes creen que van a llegar a ser Poncho Cuarón. No quieren ser como Poncho Cuarón..., ¡quieren ser Poncho Cuarón! (quien lo único que quiere es dejar de hacer cine norteamericano para hacer películas en México). Es patético hablar de "nuevo" cine mexicano en el peor momento del cine mexicano.
-Oficialismo. Fascinación y fobia visceral. Es fascinante ver todas las deformaciones que puede tener una cultura hecha por capricho de funcionarios, con todas las posibilidades de la deformación. ¿Puede haber algo tan aberrante como hacer la apología del peor vendepatrias de la historia de México? Hacer una película para reivindicar a Antonio López de Santa Anna. No es posible. Solamente la cultura oficial puede hacer eso. ¿Qué ha tenido que pasar para que se llegue a eso, o para que un retrasado mental pueda hacer películas como Otaola o la república del exilio de Raúl Busteros? ¿Cómo es posible que existan películas oficiales como De piel de víbora de Marcela Fernández? ¿Qué es lo que sostiene todo eso? La cultura oficial, la aberración pura, pero eso sí: una aberración muuuy diversificada.
-Público. A veces comparto la idea de que el público de cine nunca se equivoca. La gente tiene buen instinto, aunque cae en todas las trampas. Yo nunca he dejado de sentirme parte del público. Una buena disciplina es ver siempre al cine como público. La cartelera ofrece al público una película como El señor de los anillos: ¡el tedio puro! Mercadotecnia que se acaba en quince minutos. Lo demás son persecusiones babosas. Te da lo mismo que sean elfos o euros o lo que sea. Ese es el público que cae y se deja manipular. El público es la máxima inteligencia y la máxima estupidez al mismo tiempo.
-Quimeras. La quimera del cine mexicano es querer abarcarlo todo en una sola película. Desconocer lo que realmente es la grandeza humana y confundirlo con la grandilocuencia. La grandilocuencia es la gran enfermedad en toda la historia del cine mexicano, desde María Candelaria hasta Crónica de un desayuno.
-Ripstein (Arturo). Desgraciadamente, ya no puedo contrademandarlo. Ya pasaron los diez años. Podía haberlo contrademandado por daños y perjuicios. Por supuesto no lo haría, sería entrar a su propio juego. Él es el fascista, yo me abstengo. Pero le estaré eternamente agradecido porque me regaló una enorme cantidad de amigos en el año 91. Él fue quien hizo el ridículo y finalmente cada vez sus películas son más decrépitas y me dan la razón, aunque sea el heredero de todo el cine oficial. El cine de Ripstein existirá mientras haya burócratas que crean en él y le laman las patas.
-Salas de cine. Añoranza pura. Las viejas salas eran verdaderas catedrales. Las maravillosas salas que yo conocí de niño, sí las añoro y no sé por qué se destruyeron. La última que queda es la obra maestra del art decó arquitectural mexicano que es el cine Teresa, hoy una sala porno. Recuerdo las salas de mi barrio, de la colonia Santa María, como el Majestic chico y el Majestic grande. La clase media iba al Majestic grande y los niños teníamos prohibido ir al Majestic chico porque iban las sirvientas, quienes en el intermedio bailaban. Daban tres películas mexicanas y se bailaba en el cine. Era fascinante. La gente iba a vivir al cine, se emperifollaba como si fuera a la ópera pero iba al cine (o iba al cine Ópera, por supuesto). Salas maravillosas que ya desaparecieron, como aquellos grandes jacalones que venían desde los años veinte, como el Monumental o el Odeón, todas esas grandes salas que eran los grandes lujos de una época. Parecían imposibles de llenar y se llenaban. O las salas kitsch como el cine Cairo que al entrar lo primero que encontrabas eran sarcógafos o el cine Isabel, en Santa María la Redonda, a donde iban todas las prostitutas con sus padrotes. Era genial. Todo eso ya no existe. Las salas se han vuelto multiplex trasnacionales que son como mall movies. La gente va al mall y se mete a ver una película como consumir cualquier otro producto de plástico.
-Truffaut (François). Es el genio de la ternura. Me pareció abominable en una época de mi vida. Pero he vuelto a ver sus películas y son maravillosas. Las dos inglesas y el continente, La mujer de al lado y La historia de Adelle H. son de una profundidad y de una inteligencia que obviamente no tienen las películas que nos deslumbraban al principio, como la cursilería de Jules y Jim o La piel suave que es la cosa más sangrona de la Tierra. Algunas de sus obras son sensacionales. El niño salvaje es casi Herzog. Creo que murió en su mejor momento.
-Universidad. Haber estudiado en el Poli me parece formidable, porque me dio un extraordinario rigor y me permitió evitar el rollerismo universitario. ¿Qué se estudia en la Universidad? Todo y nada. Aprenden lenguajes esotéricos que parecen comunicación. Algunas veces fui de oyente a la UNAM y me pareció que los maestros eran unos farsantes, tomadores de clase, dictadores de bibliografías. Finalmenmte se iban a limar las uñas, mientras los alumnos daban la clase. En el Poli estaba acostumbrado a otra cosa. Ahí, si no sabías te callabas. A la semana siguiente regresabas y ahora sí sabías, porque te habías pasado toda la semana investigando. Era otra actitud.
-Video. Se creyó en un momento que iba a ser el sida del cine y se convirtió en la mejor forma de perpetuarlo. La posibilidad de tener en casa dos mil películas en cassettes de ocho horas y volver a verlas cuando se me pegue la gana, me parece formidable. En los años cincuenta o sesenta, añorábamos la posibilidad de tener una biblioteca de películas. Ya la podemos tener y eso es maravilloso. Además, la enseñanza del cine se revolucionó totalmente gracias al video. Es uno de mis grandes placeres y una de mis grandes manías... y claro: diga sí a la piratería. El video pirata es uno de los grandes descubrimientos de la economía mexicana.
-Woody Allen. El más grande masoquista de la historia del cine. Gran profeta del fracaso. Un cineasta extraordinaraimente inventivo. Crea un nuevo lenguaje cinematográfico en cada filme. Me hacen reír más sus primeras películas, pero me gustan más las últimas... y me quedo con La rosa púrpura del Cairo.
-Ximena y Camila. Mi hija y mi nieta, quienes representan para mí la posibilidad de volver a ser niño sin dejar de tener mi edad.
-Yoyes (La). La peor película oportunista que he visto en mi vida. Está dirigida por una catalana de nombre Helena Taberna. Trata sobre la posibilidad abortada de una mujer que quiere reinsertarse en la vida social después de haber sido etarra. Es la cinta más abominable, políticamente hablando, que he visto.
-Zeta. Pienso llegar a la zeta en mi serie del cine mexicano. Me va a costar trabajo darle el título, porque hasta ahora han sido femeninos y me gustaría ponerle El zapatazo del cine mexicano.

*Artículo aparecido en la revista Milenio Semanal a principios del año 2000. Hoy Jorge Ayala Blanco esta por cumplir sesenta y ocho años de edad y cuarenta y siete de haber publicado su primer texto.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Una cantante llamada Magos Herrera


Lo que es el paso de los años. El jueves 25 de mayo de 1995, escribí lo siguiente en el diario que por aquel entonces llevaba, en referencia a una noche en la cual acudí al Arcano, un antro jazzero que estaba en la avenida División del Norte, a la altura de Coyoacán: "La música de primera. Primero tocó el grupo Pintura Fresca, dirigido por un guitarrista apodado Betuco. Buenísimos. Una onda entre Spiro Gyra y Pat Metheny. Luego apareció la banda Americanerías, en la que toca el sax mi amigo Alberto Delgado. Su onda es funk, con algunas piezas tipo bossa nova en las que acompañan a una buena cantante llamada Magos Herrera". Pues sí, fue la primera vez que supe de Magos, quien por entonces hacía sus pininos. ¿Cómo imaginar que ocho o nueve años después iba yo a iniciar una cordial amistad con ella y que llegaría -Magos- a las alturas interpretativas en las que ahora se encuentra? Increíble.

martes, 2 de febrero de 2010

El lado oscuro de la luna según los Flaming Lips


Esta noche, en La Mosca en la Radio presenté el álbum The Dark Side of the Moon de los Flaming Lips. El flamante homenaje de Wayne Coyne y compañía al álbum más célebre de Pink Floyd pudo ser escuchado completo, además de algunas otras sorpresas musicales. Aquí está el programa, esta vez en su versión en video para ver qué les parece.

lunes, 1 de febrero de 2010

El edificio en donde el tiempo se detuvo


Recordaba ayer en este blog que estoy cumpliendo ya diez años de vivir en el apartamento que renté a finales de 1999 y ocupé exactamente el 31 de enero de 2000. Una década ya en este lugar. Por Dios que pasa rápido el tiempo. Aunque no por el edificio donde habito. De verdad. Casi todos los vecinos que estaban cuando llegué, permanecen en sus hogares. En su mayoría es gente adulta que parece estacionada en una misma edad. Sólo en los pocos niños y niñas, hoy casi todos convertidos en adolescentes, noto el transcurrir de estos años. En algunos deptos ha habido mudanzas, claro, pero digamos que la mayoría de los inquilinos siguen siendo los mismos. Eso está bien. Proporciona cierta estabilidad verlos siempre. Como nunca me he metido en problemas y soy un vecino discreto que con nadie se mete y no anda en chismes, todos me saludan amables. Estoy cierto de que desde hace mucho se habla de mí por lo bajo, debido a la gran cantidad de amigas que me han visitado a lo largo de estos años, en su mayoría muy jóvenes y casi siempre atractivas. Hoy debo estar en boca de más de uno, por mi relación con Denisse y la notoria diferencia de edades que hay entre ambos. Sin embargo, me respetan y las cosas no pasan de una que otra miradilla suspicaz o alguna sonrisa maliciosa. Me gusta vivir aquí. El edificio tiene cierta magia (debe haber sido construido en los años sesenta) y el apartamento es pequeño pero bonito, iluminado, calientito en invierno y fresco en verano. Quienes me visitan suelen decir que se sienten muy a gusto aquí. Es un buen sitio para vivir.