jueves, 25 de febrero de 2010

Resonancias


Olvidé contar que la semana pasada, Denisse y yo fuimos al Teatro Santa Catarina, en Coyoacán, para ver la obra Resonancias de Héctor Mendoza. Yo no me sentía del todo bien, pero accedí a ir porque mi niña tenía que cumplir con una especie de deber escolar al ver esa puesta en escena. Uno hubiera pensado que al ser una pieza de alguien tan prestigiado como "el maestro" Mendoza e incluso dirigida por él mismo, veríamos una maravilla teatral, llena de arte, sensibilidad, espíritu creativo. Nada de eso. Al contrario. Lo que tuvimos que presenciar fue una larguísima historia sin sentido, aburrida, vacua y muy mal actuada. Plana hasta la náusea, parecía más una obrita escolar, hecha por alumnos de secundaria, que una escenificación montada por profesionales. Una tomadura de pelo. Nada más. Cuando menos ese día cobraban a sólo treinta pesos la entrada. Pero ni se acerquen por ahí.

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