martes, 31 de enero de 2023

Quiérola

 

lunes, 30 de enero de 2023

Mi Jan a sus 36


Hoy hace 36 años, mi adorado Jan me convirtió en papá por segunda ocasión. ¡Feliz cumpleaños, amado hijo mío!

domingo, 29 de enero de 2023

Ma vie en un mot


Si tuviera que definir mi vida en pocas palabras, diría que ha sido (y sigue siendo) un esfuerzo por dejar de ser Charlie Brown y tratar de convertirme en Snoopy.

jueves, 26 de enero de 2023

Échappatoire


Me gusta toparme con nuevas palabras, en especial del francés, como "échappatoire" (escapatoria) que no conocía (pronúnciese echapatuag).

miércoles, 18 de enero de 2023

Calabacitas tiernas

Tin Tan y Rosita Quintana en Calabacitas tiernas, de Gilberto Martínez Solares (1949). La película se llamaba en un principio ¡Ay qué bonitas piernas!, pero comercialmente (me imagino que por cuestiones de censura) adoptó el nombre con que se le conoce, basado en el dicho "¡Calabacitas tiernas, ay qué bonitas piernas!". Fue la primera colaboración entre Germán Valdez y Martínez Solares, pareja que sobre todo durante los años cincuenta produciría las mejores películas de Tin Tan (con los espléndidos guiones de Juan García "Peralvillo" y un maravilloso cuadro de actores que incluía al "Carnal" Marcelo, Vitola, Borolas, el enano Tun Tun y Ramón Valdés, entre otros).

lunes, 16 de enero de 2023

Un día de campo a mediados de los sesenta

Me encontré esta foto de 1966 o 1967. Se trata de un día de campo en las cercanías del entonces Distrito Federal, con tías y primos de mi familia materna. En la imagen aparecen mi mamá y sus hermanas (mis tías Michel) Teresa (al fondo), Beatriz (atrás, lado derecho, sin que se le vea el rostro) y Raquel (al extremo derecho de la foto y a espaldas de mi mamá. También aparecemos mi hermano Jorge (lado izquierdo, sólo se ve parte de su cara), mi primo Arturo (haciendo gestos detrás de mi mamá) y yo (en medio, en primer plano). Esos días de campo eran más o menos frecuentes. Tristemente, mi mamá y sus hermanas ya fallecieron, lo mismo que mi hermano Jorge.

martes, 10 de enero de 2023

Mi mamá, a 101 años de su nacimiento

Mi mamá en 1941. La foto es la de su credencial de la Alianza Francesa en esos días. Tenía entonces 19 años y ya vivía en el centro de Tlalpan con su familia, los Michel Ruelas. Nació en 1922, un día como hoy, en Autlán, Jalisco. Este martes hubiera cumplido 101 años, alcanzó a llegar a sus 99.

sábado, 7 de enero de 2023

Nueva tragedia en el metro

Hoy por la mañana se produjo un nuevo accidente en el metro. Dos trenes chocaron entre las estaciones "La Raza" y "Potrero" de la línea 3. Murió una joven de 25 años, hay más de cien heridos y se habla de cuatro personas "atrapadas", sin que se sepa su estado. El accidente ("incidente", le llaman Claudia Sheinbaum, Martí Batres y demás incapaces que desgobiernan a la ciudad) se suma al del horrible derrumbe en la Línea 12, hace casi dos años, que costó la vida de más de veinte pasajeros y por el que hasta el día de hoy no se ha responsabilizado y mucho menos castigado a persona alguna. Desde hace mucho se ha denunciado que la falta de mantenimiento puede provocar accidentes mortales, pero a López Obrador y sus huestes no les importa y desvían los recursos a otras "prioridades". Una pesadilla este gobierno y apenas está empezando el año.

viernes, 6 de enero de 2023

Rosca de Reyes (de chocolate)

Cena tempranera de tardenoche para partir la rosca de Reyes en la nueva casa de Ivette. Su hijo Carlos preparó una muy rica rosca de chocolate (sin muñecos) que degustamos con café. Todo muy sencillo. Estuvimos Ivette, Carlos, Myrna, Jorge y yo. Muy divertida plática (aquí sí se pudo hablar de política). Myrna y Jorge habían pasado por mí y me trajeron de regreso como a las nueve y media. Me dio gusto ver a mis hermanas y los suyos, ya que en Navidad y Año Nuevo no nos habíamos podido ver. 

jueves, 5 de enero de 2023

Primera visita del año

Visita de una nueva amiga, Daryl, aunque ya nos conocíamos desde hace años en Facebook. Desvelada con vino y botanas, muy buena charla. En cierto momento quise preparar palomitas en el microondas y algo pasó con la clavija que hizo corto y se fundió la luz de toda la casa. Tuvimos que pasar la parte final de la velada sin música y sin luz eléctrica, a la luz de dos velas (ver foto, tomada por Daryl). Pero aun así fue muy agradable todo.

martes, 3 de enero de 2023

El de ayer, un día histórico para México

El de ayer fue un gran día para México y lo fue también para la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Por dos razones: una, que por primera ocasión una mujer va a presidir la Corte, en la persona de la ministra Norma Piña. Felicidades a la ministra, felicidades a México. La segunda razón es que otra mujer no va a poder ser presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la persona de la ministra Jazmín Esquivel. Esa es una gran noticia también, porque el gobierno no va a poder apropiarse de la corte y no va a poder manejar a sus anchas la justicia en México. Enhorabuena para México, enhorabuena para la Corte y enhorabuena para todos.

  Sobre la flamante presidenta de la Corte Suprema de México, dice una nota de hoy en el diario español El País, firmada por su corresponsal Elías Camhaji: "Progresista, feminista y distante de la Cuarta Transformación. Norma Piña será la primera mujer al frente del Poder Judicial en México. La nueva presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha sido vocal en su defensa al derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos y de la comunidad LGBT y se ha pronunciado a favor del uso recreativo de la marihuana. Piña llegaba también con el cartel de ser una ministra incómoda para el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, como la candidata que más veces había votado en contra de proyectos que favorecían al Ejecutivo en los últimos tres años, y con la bandera de reafirmar la independencia del máximo tribunal frente a las presiones y críticas del presidente. 'Represento a las mujeres', dijo instantes después de ser electa para ocupar el cargo durante los próximos cuatro años".

lunes, 2 de enero de 2023

Los 102 años de mi padre

Mixcoac. 2 de enero de 1921. El interior de la casona era un agitado hervidero de gritos, órdenes, carreras y nerviosismo. Cuando llegué, el portón principal se encontraba abierto y entré sin que alguien reparara en mi tímida presencia. Varias mujeres iban y venían, entraban a la casa y salían al patio para cruzarlo a toda prisa, como si algo muy importante o muy grave estuviera sucediendo.

Yo no podía entender la razón de todo aquello y avancé hacia una fuente sin agua, a la mitad del jardín principal, donde una pequeña niña de unos siete años permanecía sentada y miraba con gesto de fastidio e indiferencia la alarma general que se vivía en la sobria residencia.
Al verme, me revisó de arriba a abajo con gesto poco amable y sin decir palabra alguna.
–Buenos días –le dije.
Nada respondió.
–Soy Esteban Leyva. Tengo una cita con don Emiliano García.
Ella siguió mirándome, los ojos clavados en mi rostro, con un dejo de desafío agresivo y burlón. Traté de no dejarme intimidar por una chiquilla de esa edad y le hablé con pretendida firmeza.
–Él me está aguardando. No quiero hacerlo esperar.
Silencio total que me obligó a cambiar de táctica y a endulzar la voz.
–¿Eres su hija? ¿Cómo te llamas?
Sólo entonces accedió a responder, con voz meliflua y aflautada, a la vez que seca y hasta un tanto insolente, al tiempo que remarcaba la primera palabra de su sentencia.
–Era su hija, ya no lo soy.
Mi desconcierto pareció aumentar su mal ánimo.
–¿Cómo dices? No te entiendo.
Ella se limitó a alzarse de hombros y descubrió un pequeño escarabajo que con torpes pasos cruzaba entre dos prados, por uno de los senderos de piedra que iban en diagonal de la fuente a los corredores de la casa. Sin el menor miramiento, se adelantó y lo aplastó de un pisotón. Luego volvió a mirarme, más desafiante aún y exasperantemente callada.
Fue en ese momento que resonó una potente voz masculina.
–¡Esperanza, ¿dónde te metiste?!
Un hombre alto, erguido, de piel blanca, con cuidado bigote de puntas y cabello ligeramente despeinado salía de una de las habitaciones. Iba en mangas de camisa y en su semblante se reflejaba cierta preocupación que se tornó en molestia al ver a la indolente mocosa.
–¿No te dije que me trajeras una manta?
Fue en ese instante que reparó en mí, pero no pudo saludarme debido a la grosera respuesta de la pequeña niña.
–¡Yo no tengo por qué obedecerte! ¡Ya no soy tu hija!
–¡Chamaca del demonio! ¡No sé lo que te pasa! ¡Ve y haz lo que te digo!
–¡No! –respondió ella con un grito y echó a correr hacia lo que parecía ser una caballeriza, situada en la parte trasera de la propiedad.
Apenado, se secó el sudor de la frente con un pañuelo, medio sonrió y se dirigió a mí.
–Usted debe ser el periodista de "El Universal" que mandó el amigo Palaviccini.
–Esteban Leyva a sus órdenes, señor diputado –respondí, al tiempo que le extendía mi mano. Él la estrechó con fuerza y cordialidad.
–Perdonará usted el desorden en que nos encontramos, pero mi mujer está a punto de dar a luz y todo se ha vuelto un caos.
–Mil disculpas por ser tan inoportuno. No sabía que…
–No se preocupe. Las disculpas se las debo dar yo, pero usted sabe: aunque uno ya las espera, estas cosas suceden muy de momento.
Una mujer apareció en la puerta por donde había salido don Emiliano y lo hizo sobresaltarse.
–¡Patrón, patrón! ¡Ya nació! ¡Es un niño, un varoncito!
Jamás olvidaré la sonrisa de felicidad que se dibujó en el rostro de aquel hombre de cuarenta y cinco años y toda una vida de entereza y lucha contra la adversidad, según había yo averiguado días antes, al platicar con un par de legisladores que habían sido compañeros suyos en el Congreso Constituyente de hacía cuatro años en Querétaro.
–Lo dejo, señor diputado. Mejor regreso otro día que sea más propicio –le comenté, dispuesto a salir a la calle.
–De ninguna manera, Esteban. Pase a la sala que en unos momentos estoy con usted. Tiene que brindar conmigo por el nacimiento de mi primer hijo varón.
Su dicha era tan grande y su invitación pareció tan sincera que no pude negarme.
–Allá lo espero entonces –le respondí.
(Inicio de mi novela Emiliano, publicada en 2017, en que narro de manera imaginaria el momento en que nació mi papá, hoy hace 102 años)

domingo, 1 de enero de 2023

2022, un balance

Se fue 2022. Se fueron doce meses en los cuales hubo de todo. Sin embargo, el balance en lo personal y en lo familiar, al final fue bueno. Ya en el plano nacional y mundial resultó otra cosa. 

En lo personal, fue un año que comenzó muy difícil para mí, debido a un problema que tuve con la Comisión Federal de Electricidad y que tardó cuatro meses en resolverse (nunca lo mencioné en las redes hasta hoy). Por fortuna y gracias a una funcionaria de la propia institución (un ángel que llegó desde el cielo para rescatarme) todo se solucionó de la mejor manera. En esos terrenos, el resto del año fue muy tranquilo.

Justo también a inicios del año, una amiga iba a mudarse temporalmente a mi casa pero algo extraño sucedió y no pudo ser. Me entristecí por el hecho, pero al final resultó en algo positivo, ya que surgió algo que haremos juntos este 2023 y que difícilmente hubiera sucedido si se hubiera quedado. Es un proyecto precioso para la segunda mitad del año.

En lo familiar, todo tranquilo y sin mayores sobresaltos con mis hijos, mis hermanas y el resto de la familia. Lo mismo puedo decir de mis amistades. Como siempre sucede, algunas se alejaron (sin desaparecer) y otras nuevas llegaron. En lo sentimental, como no estoy enamorado de alguien en particular (desde 2016, año en que digamos que sí me enamoré fuertemente de cierta mujer), puedo decir que fue este un año lleno de paz y tranquilidad emocional (el enamoramiento suele traerme sobresaltos y a estas alturas de mi vida no sé si se me antoja ya eso, creo que no). Lo que sí es que amo enormemente a muchas personas, sobre todo de mi familia más cercana, y amo también a mis amigas más entrañables, cuatro de ellas en particular). 

En el trabajo todo resultó estable también. Espero lograr más cosas y ampliar lo laboral en este nuevo año.

En los terrenos del arte y la creatividad, siguieron saliendo más canciones de mi disco “Nunca es tarde” (sólo faltan dos de las 16 que lo conforman y hay 14 que ya se pueden escuchar en plataformas como Spotify, Apple Music, Tidal, iTunes y otras similares). Gracias absolutas doy a Jehová Villa Monroy y a Iris Bringas, mis generosos socios en este proyecto. Por otra parte, con la ayuda invaluable de mi maravillosa y espléndida amiga Paulina de la Vega, logré publicar dos libros por medio de Amazon (ya explicaré otro día por qué me incliné por esa opción y no por las editoriales tradicionales). Los libros en cuestión son mi novela “La suerte de los feos” y el recopilatorio “El rockcito y yo” que ya se pueden adquirir precisamente por medio de Amazon. Ojalá gusten adquirirlos y leerlos, amigas y amigos. Para 2023 espero sacar otros dos libros: la reedición de “Matar por Ángela” o de “Emiliano” (aún no lo decido) y otro volumen recopilatorio con reseñas de discos que he escrito a lo largo de más de 30 años. Al mismo tiempo, estoy trabajando en dos nuevas novelas (una de vampiros y otra sobre París) y en otros proyectos librescos y musicales para los años venideros.

Un año, 2022, que debo calificar entonces como bastante bueno en lo personal, lo familiar y lo laboral. Ya en lo nacional e internacional, todos conocemos el desastre del actual gobierno y los mil conflictos mundiales que siempre existen. 2023 será un año clave para definir muchas cosas que vendrán para México y el mundo en el futuro cercano y desde un punto de vista periodístico e histórico sin duda serán de enorme interés.

PD: Dos cosas que me ayudaron a sobrellevar el año con buen ánimo y alegría: The Warning y su música y el Barcelona y su futbol (a pesar de lo irregular que ha sido este último). También espero muchas cosas buenas de ambos en este año que comienza, aunque el empate del sábado pasado en el derby contra el Español resultó un tanto decepcionante. Bueno, pero fue todavía en 2022.