miércoles, 30 de noviembre de 2011

Mis razones sobre López Obrador

A raíz de mi columna del sábado pasado, me ha llovido cualquier cantidad de mensajes y comentarios, ya sea en las redes sociales o al pie de la página misma de Milenio Diario donde apareció el texto. Hay quienes están de acuerdo con mis dichos, pero hay también una buena cantidad de gente (anónima o que da su nombre) que ha respondido con denuestos, insultos, desprecios, menosprecios y hasta algunos razonamientos respetables.
  Al parecer, muchos no soportan una simple opinión contraria a López Obrador y aparte de lanzarme improperios (“Tu panismo raya en lo cínico”, “Periodista de quinta”, “Tipo senil”, “Hijo de Peña Nieto”, "¿Cuánto te pagan los panistas (o los priistas o los chuchos, o Televisa...", etcétera), algunos tratan de descalificarme porque no soy analista o politólogo sino un mero “opinador” o me retan a contestarles como si yo tuviera la obligación de discutir con cada uno de ellos. El colmo fue alguien que se convirtió en un verdadero acosador, con farragosos párrafos que me exigían le respondiera y le aclarara, a él en particular, mi “odio” contra AMLO. Otros me dicen que lo que digo es indefendible y que por eso no contesto en mi facebook o en mi Twitter. La verdad es que no tengo tiempo y tampoco interés como para meterme en una polémica que sería un diálogo de sordos y que conduciría a donde conducen las discusiones con quienes ya tienen su dogma bien determinado, establecido y cuadriculado: a la nada.
  Pero como veo que algunos insisten y persisten y me dicen que hablo sobre Andrés Manuel desde el prejuicio y la ignorancia, he aquí algunas de las razones por las cuales no quisiera verlo en la presidencia de esta pobre y vapuleada república y que nada tienen que ver con algún odio personal contra su persona.

  1. Porque no es un demócrata. Aunque ahora quiera cambiar de ropaje y venderse como un político pacífico, amoroso y hasta respetuoso del establishment, no se puede olvidar su rabiosa reacción contra lo que en 2006 él y los suyos consideraron un fraude, sus frases histéricas como “¡Cállate chachalaca!” o “¡Al diablo con los instituciones!”, la toma de la avenida Reforma, la descalificación a su propia gente que estuvo en las casillas vigilando los votos, la farsa teatral en la que se ungió como “presidente legítimo”, etcétera.
  2. Por su marcado pasado priista. En sus tiempos como miembro del Partido Revolucionario Institucional (y para decirlo en palabras de Luis González de Alba), López Obrador “se crió en el PRI, mamó del PRI, compuso el himno del PRI, dirigió al PRI-Tabasco, es del peor y más viejo PRI”. Además, posee todas las mañas y artimañas de los viejos priistas, como el hecho de no haber licitado las multimillonarias obras que realizó cuando fue Jefe de gobierno del DF, obras que nunca estuvieron contempladas en el presupuesto, así como no haber informado de sus costos y lograr (con manipulaciones de René Bejarano dentro de la Asamblea de Representantes) que éstos fueran un secreto que sólo podría ser conocido doce años después (doce años cuyo término pronto se cumplirá, por cierto).
  3. Por la gente que lo rodea. ¿Cómo se puede anhelar a un gobierno federal no sólo en manos del tabasqueño sino de sus más allegados? ¿Cómo imaginar -sin sentir escalofríos- el tener como altos funcionarios a personajes como Martí Batres, Dolores Padierna, Ricardo Monreal, Gerardo Fernández Noroña o los dirigentes de un partido como el PT (fundado por los hermanos Salinas de Gortari como un contrapeso para el PRD) o de esa cosa llamada Convergencia? Gente de tal calaña, adueñada del Estado, francamente me horroriza.
  4. Porque no creo en el gatopardismo. Los cambios de imagen que trata de mostrar López Obrador no me los trago. Perdón, pero no son prejuicios sino el hecho de conocer su pasado (el antiguo y el reciente). No hay algo que me diga que está siendo sincero y que no miente. Tengo la suficiente edad como para no chuparme el dedo y para no ser políticamente ingenuo.

  No hablo pues desde el prejuicio. Esas son mis muy personales razones para descreer de AMLO y estar seguro de que no votaré por él en 2012. No creo que sea la opción después de este par de sexenios tan desastrosos. Mi razón y mi conocimiento de la historia de México (y mi muy subjetivo instinto político también) me indican que el país caería aún más abajo de donde lo están dejando los gobiernos panistas (a los que hay que reconocerles, sin embargo, que han mantenido una estabilidad económica que no se vio entre 1970 y 1997). Eso es lo que yo pienso, simplemente, sin la menor intención de pontificar o de creer que poseo la verdad absoluta. No soy tan soberbio. Sólo estoy preocupado por el destino de mi país.

martes, 29 de noviembre de 2011

Fotos en Milenio

A partir del 1 de enero de 2012, Milenio Diario ofrecerá algunas novedades en su diseño gráfico y por ello, quienes ahí colaboramos como columnistas fuimos convocados para una sesión fotográfica individual. La idea es renovar las fotos que aparecen a un lado de nuestros respectivos artículos y que nos tomaron en 2006 (algo habremos cambiado algunos en estos cinco años). Me tocó ir hoy a la una de la tarde y una muy amable fotógrafa (Sara Cruz) me hizo posar para ella. Resultó bastante divertido. Ya veremos los resultados muy pronto.
  En la redacción saludé a José Luis Martínez, Alicia Quiñones, Tacho, Óscar y Jairo Calixto Albarrán, con el que estuve platicando y bromeando un buen rato. También pasé con Claudia Amador y el buen Guillermo. Me gusta ir a Milenio, siempre salgo de buen humor.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Cuarta sesión del curso

Cuarta sesión de mi curso sobre la historia crítica del rock que se hace en México. Esta vez el tema fue el rock nacional durante los años ochenta y pudimos ver cómo en el periodo que va de 1981 a 1990 hubo diversas tendencias en el género, desde el rock rupestre hasta el metalero, sin dejar de pasar por los últimos estertores de los hoyos fonquis, los primeros esbozos electrónicos, el efímero surgimiento del subsello Comrock y la llegada de la ola popera española-argentina que lo cambió todo y creo la percepción (sobre todo en la siguiente década) de que el rock había nacido no en el delta del río Mississippi, sino en la desembocadura del río de La Plata. Con ello (incluidos los aportes de Timbiriche y Flans) nació el rockcito mexicano.
  Escuchamos música de Down Fillet, Rockdrigo, el grupo No, Luzbel, Size, Chac Mool, Casino Shangai, Ritmo Peligroso, Kenny y los Eléctricos, Jaime López, Cecilia Toussaint, Botellita de Jerez, El Personal, Caifanes, Maldita Vecindad, Real de Catorce, Gerardo Enciso y Ninot. Una sesión reveladora.

domingo, 27 de noviembre de 2011

Con Dixo

Carlos Andrade, de Dixo, me invitó a participar en una mesa redonda sobre medios impresos, dentro de las actividades por el sexto aniversario de esa conocida productora de podcasts. La mesa tuvo lugar en el Telmex Hub, en Isabel la Católica, en pleno centro histórico. Participamos Máfer Olvera (Sonidos Urbanos, Frente), Francisco Zamudio (Kuadro), Mauricio Hammer (Círculo Mix Up) y yo, con un moderador (Héctor Padilla). Resultó muy interesante y se grabó para ser subida posteriormente al sitio de Dixo. Eso fue ayer sábado. Hoy domingo, fui a Tlalpan a ver a mi mamá y también pasé, como siempre, a casa de Rosa, donde vi a ésta, a mis hijos, a Dereck, a Rosita y a Hallet. Fue un buen fin de semana,

sábado, 26 de noviembre de 2011

¿Un Peje con piel de oveja?*

A pesar de que hay quienes dicen que debemos otorgarle el beneficio de la duda y creer (la palabra creer, en este contexto, resulta clave) en la posibilidad de que el hombre haya cambiado y en verdad sus palabras sean auténticas y sinceras, como simple ciudadano y observador de la realidad política mexicana, yo no puedo hacerlo. ¿Cómo creer en la cuasi religiosa prédica de una república del amor, si lo que veo en él y en muchísimos de sus seguidores es un lenguaje (verbal y corporal) y unas actitudes que contradicen a cualquier discurso amoroso y me topo, por el contrario, con un rencor que raya en el odio contra todo aquel que ose criticar la palabra divina del Mesías y oponerse a sus designios?
  Andrés Manuel López Obrador se presenta ahora como una especie de sacerdote hippie, con túnica psicodélica, aroma a pachuli y el cabello lleno de flores; un neo franciscano, pero no en el sentido de San Francisco de Asís, sino del San Francisco sesentero de Scott McKenzie. Que me disculpe su intolerante feligresía (que de seguro me lapidará amorosamente, apenas lea esta columna), pero yo no le creo, no me trago su nuevo discurso y me niego a cerrar los ojos para aceptar que con su flamante disfraz de oveja moderada y conciliadora deje de ser lo que en esencia es: el mismo Peje de siempre, con todo lo que ello significa para bien y sobre todo para mal (y si no, al tiempo).
  En ese sentido, lo que más le convino a Marcelo Ebrard fue no haber quedado como candidato para el 2012 de esa entelequia que son “las izquierdas”. Estoy seguro que él lo sabe. No hubiera podido vencer al actual candidato del PRI. Mejor dejarle a Andrés Manuel el tigre de la rifa y esperar con paciencia los seis años que faltan para la siguiente contienda electoral. No es que dé yo como un hecho que Enrique Peña Nieto será el próximo presidente de la república, pero sus posibilidades son más altas que las de ningún otro candidato, incluido López Obrador. ¿Es esto bueno o malo para el país? No lo sé. Sin embargo, ¿qué sería peor: un México priista o un México chavista?
  Ahí les dejo la pregunta, yo me voy a escuchar un disco de Donovan.

*Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.

viernes, 25 de noviembre de 2011

25 de noviembre

El 25 de noviembre fue durante casi dos décadas una de las fechas más importantes de mi vida. Hablo de entre 1974 y 1991, ya que un día como ese, en el año 74 del siglo pasado, empecé a andar con Rosa, la madre de mis hijos, y a partir de entonces se constituyó en la fecha de nuestro aniversario. Si no nos hubiéramos divorciado en septiembre de 1992, hoy mismo estaríamos cumpliendo nada menos que treinta y siete años juntos. Paradójicamente, hoy día nos llevamos mucho mejor que cuando estuvimos casados y eso me parece muy sano. Los dos hijos que tuvimos fueron lo mejor de nuestra relación, aparte de muchos momentos buenos. Por ello, el 25 de noviembre sigue siendo para mí (y creo que para ella también) una fecha significativa y entrañable.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Al final del día

Hay expresiones que de pronto se ponen de moda y todo mundo empieza a usarlas y a repetirlas, sin reparar en su corrección o su incorrección gramatical. Es el caso de ese horror tan empleado en los medios de comunicación electrónicos que es la frase (casi muletilla) “al final de cuentas”, con la contracción “al” como si se tratara de “a el final de cuentas”… y no, el artículo “el” sale sobrando porque se habla no de algo que termina (que en este caso sería “al final”) sino de un enunciado sinónimo de “por lo tanto” o de “en consecuencia”. La expresión correcta es “a final de cuentas” o “a fin de cuentas”, con la preposición "a" sola, sin el posterior artículo determinado en contracción.
  Pero por si lo de “al final de cuentas” no fuera suficiente, ahora escucho y leo a muchos “comunicadores” que dicen y/o escriben una variante igualmente espantosa y tomada de la expresión inglesa “at the end of the day”, es decir, “al final del día”, frasecita que se está extendiendo como plaga en radio, televisión y medios impresos con cosas como "Al final del día, yo pienso que el mejor concierto del año fue el de..." o "Al final del día, lo mejor es que con estos fríos nos abriguemos bien", etcétera.
  A final de cuentas, por eso estamos como estamos.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Denisse, mes y medio después

Fue algo extraño. Lo fue para los dos. Denisse vino por otra parte de su ropa y fue raro volver a verla después de algo así como cuarenta y seis días. Ambos estábamos un poco nerviosos. Todo estuvo muy tranquilo. No hay rencores de mi parte. Platicamos bien, nos tomamos un café y permaneció aquí tres o cuatro horas. Hubo algo de irreal en su presencia, como lo hay por su ausencia. ¿Nos amamos aún? Sí, sin duda. Pero las circunstancias impiden que estemos juntos. Lo acontecido en octubre fue demasiado fuerte. En fin, no abundaré al respecto. Puedo decir que fue grato verla, aunque resultó difícil también. Fui a dejarla al metrobús como a las seis de la tarde, para ayudarla con su mochila. Tal vez en diciembre la vuelva a ver. Seguramente así será.

martes, 22 de noviembre de 2011

Radio en suspense

Hubo algunos problemas en el seno de Tu Radio on Line. En lo que se resuelven, el programa de La Mosca en la Radio tendrá que esperar. Yo creo que reanudamos el primer martes de diciembre. Así las cosas. Ni hablar.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Tercera sesión del curso

Llegamos a la mitad del curso "Historia crítica del rock hecho en México" que estoy dando en el Centro Cultural Woody Allen de la colonia Roma. La sesión de hoy, la número tres, estuvo muy divertida a mi entender. Hablamos de los siniestros años setenta, década en la cual el rock nacional fue condenado al ostracismo y sumido en el infierno de los hoyos fonquis, época de malas grabaciones, regular música y gente de la dudosa calaña de Paco Gruexxo y otros siniestros "gerentes". Para ilustrar musicalmente tan negra etapa puse música de Toncho Pilatos, La Fachada de Piedra, El Tarro de Mostaza, Nuevo México, Nahuatl, los Dug Dug's, Cosa Nostra, Mr. Loco, Three Souls in My Mind, Paco Gruexxo y la Tlatelolco Rock Simphony, La Cruz, Al Universo, Mara, Dangerous Rhythm, Sombrero Verde, Un Viejo Amor y Ernesto de León (este último con un blues en homenaje a Sergio Villalobos, líder del Hangar Ambulante, fallecido en 1971, cuando creyó que podía volar y se lanzó al vacío desde la azotea de su casa).
  Al salir de ahí pasé a casa de Majo, quien me invitó a cenar. Muy agradable charla con mi entrañable amiga (y compañera de aventuras editoriales) ya de tantos años (doce, para ser exactos).

sábado, 19 de noviembre de 2011

¡Muera la mafia en el poder!*

Aunque ya pasó una semana desde que se dio el atraco, la indignación persiste a nivel nacional y la sangre de todos los mexicanos bien nacidos hierve tan sólo al recordar la manera como se consumó tan cínico y desvergonzado robo en despoblado.
  Muchos no han podido dormir bien desde entonces. Otros han llorado de rabia, de impotencia, al saber que un pequeño aunque poderoso grupo de mafiosos fue capaz de burlarse de las preferencias populares y consumar un fraude escandaloso, como si no supiéramos que los votos fueron manipulados con la eficacia de aquellos antiguos mapaches priistas del pasado, ese pasado que está regresando con la fuerza de un tsunami.
  Cuanta razón tienen los que hoy toman la definición de López Obrador para nombrar a ese grupito de delincuentes de cuello blanco que hace y deshace a su antojo. Sí, se trata de una mafia. Es la mafia en el poder, esa misma que ajena a los sentimientos del pueblo, no repara en mientes para llevar a cabo sus transas y trastupijes. Todo con tal de salvaguardar los oscuros e inconfesables intereses de unos cuantos poderosos, quienes saben amafiarse cada vez que ven en riesgo sus posiciones.
  Así se llevó a cabo el atraco del fin de semana pasado, una de las fechorías más ruines y descaradas de que se tenga memoria y que hará  que ya nadie vuelva a confiar en los que tienen en sus manos las votaciones y sus conteos. Poco les importó a esos canallas que tantos medios de comunicación estuvieran al pendiente de la cerrada contienda. Han alcanzado tales niveles de desvergüenza que ni siquiera les sonrojan sus trampas.
  ¿Cómo no entender las quejas, las acusaciones, los lamentos de la parte afectada, cuya victoria fue negada para levantarle la mano a quien no lo merecía? Tengo los nombres de quienes urdieron este virtual michoacanazo y los voy a revelar desde mi indignación ciudadana: Glen Trowbridge, Dave Moretti y Robert Hoyle. Fueron esos jueces, al servicio de la Organización Mundial de Boxeo, los que le birlaron el campeonato a Juan Manuel Márquez para darle el triunfo a Manny Pacquiao.
  La historia los juzgará.

*Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.

viernes, 18 de noviembre de 2011

Bicarbonato

Recuerdo que una vez mi mamá me comentó: “El Cuate Serrano dice que su secreto para conservar la salud es tomar cada noche una cucharadita de bicarbonato de sodio”. El Cuate Serrano era un amigo de mis papás, un señor muy simpático y afable, compañero de copas de mi padre, de quien ya escribiré en mi blog Pretérito imperfecto. La cosa es que aquel consejo se me quedó grabado en el inconsciente durante décadas, sin que yo lo pusiera en práctica. Hasta que hace algunos años empecé a sufrir agruras, sobre todo en las noches, con ese horrendo reflujo que en ocasiones llega a quemar la garganta. Entonces recordé las palabras del Cuate Serrano y empecé a tomar una cucharadita de bicarbonato antes de acostarme. Santo remedio. Desde entonces, jamás he vuelto a padecer agruras o reflujo. Yo les paso al costo este remedio que a mí me ha resultado excelente durante largo tiempo (recuerden que uno de los medicamentos clásicos para el malestar estomacal, el Alka Seltzer, está hecho a base de bicarbonato de sodio) y les paso también al costo que según algunos estudios médicos, este polvito puede matar algunas células malignas, por lo cual podría constituir un excelente medio para prevenir el cáncer. No lo sé, sólo lo leí, pero no lo dudaría.
  … y ya que mencionaba el apellido Serrano, en la divertidísima serie española de televisión Los Serrano que hasta hace un par de años pasaba por Cadena 3, hubo un capítulo en el cual dos de los personajes viajaban a los Estados Unidos y al llegar al aeropuerto de Nueva York y serles revisado su equipaje, les encontraban una bolsita con un polvo blanco que hacía que los detuvieran, al pensar los guardias que se trataba de cocaína. Los muy ingenuos baturros se habían llevado una dosis de bicarbonato para curarse el estómago.
  Así, pues, dos consejos: 1. No cenen mucho y tomen una cucharadita de bicarbonato de sodio antes de irse a la cama. 2. Cuando viajen al extranjero, mejor lleven Alka Seltzer… o cómprenlo allá.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Cerveceando artesanalmente

En la noche me fui con mi gran amiga Letto de tour chelero. Nos vimos en el metrobús "Sonora" y de ahí nos adentramos en la colonia Roma, por todo San Luis Potosí, hasta llegar a la calle de Jalapa, donde entramos a un lugar en el que venden lo que llaman cervezas artesanales. No me gustó del todo el sabor de la que me tomé (me recordó a una horrible cerveza belga que bebí en París con mi cuate Andrés Soto, en 2004, aunque ésta estaba menos peorcita) y había demasiado ruido en las bocinas (supuestamente era música electrónica, pero muy gacha). Como no se podía casi ni platicar, decidimos mudarnos de antro y pasamos a una cantina mucho mejor, La Nacional, en Jalapa y Querétaro. Ya no me arriesgué y me tomé un par de Montejos. La música más variada, a menor volumen y bastante divertida (desde Los Locos del Ritmo hasta Mike Laure, pasando por Pedro Infante, Tin Tan y Pérez Prado). Charlamos mucho, nos pusimos al día en mil cosas y compartimos una ensalada de nopalitos con tortillas que nos cayó de maravilla. Como a las once nos fuimos al metrobús de nuevo, donde cada uno tomó en dirección distinta. Letto hacia el norte y yo hacia el sur. Bueno, es un decir, porque no pude subirme al convoy que arribó largo rato después, atascadísimo de pasajeros, y como el siguiente iba a tardar no sé cuanto debido a la hora que era, me salí y regresé en un taxi a la casa. La pasé muy bien. Letto es de esas amigas que adoro y que perdurarán toda la vida.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Mi sobrina la irreverente

Leyla, mi queridísima sobrina, sigue pasándola de maravilla en Inglaterra y como prueba están las siguientes fotos que se tomó en el museo de cera de Madame Tussauds, en Londres, y en las cuales demuestra su falta total de respeto hacia algunas personalidades históricas. Qué barbaridad.



martes, 15 de noviembre de 2011

Los veintinueve de Alain...

... y los cuarenta y dos míos. Sí, hoy mi hijo mayor, Mario Alain, cumplió veintinueve noviembres, mientras que yo llegué a cuatro décadas y dos años de haber compuesto mi primera canción -"Please Be True", misma que puede ser escuchada en mi blog Canciones de amor y desamor (y otras tonterías)-, tema que escribí en 1969. Alain festejará su cumpleaños en forma este sábado, con gran reven electrónico al lado de sus cuates; hoy lo hizo a nivel familiar, en casa de su mamá. Día feliz de doble aniversario.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Segunda sesión del curso

Del curso sobre historia crítica del rock que se hace en México, quiero decir. Estuvo muy bien, bastante divertida, esta vez en el salón principal. Vimos desde la época del a go-go, con música de los Belmonts, los Rockin' Devils y los Hooligans, hasta el festival de Avándaro (con música entre otros de El Ritual, Peace and Love, El Pájaro Alberto, Love Army, La Revolución de Emiliano Zapata, los Dug Dug's, El Amor, Tequila y Bandido), no sin antes pasar por grupos más oscuros y "existencialistas" como Los Monjes o los Ovnis. Creo que fue bastante ilustrativo.
  Como se me hizo temprano antes de la clase, pasé a una farmacia frente al metrobús "Chilpancingo" y por ahí adquirí en DVD tres películas magníficas: Amarcord de Fellini, La danza de los vampiros de Polanski y Whatever Works de Woody Allen. Ya en el propio centro cultural idem (es decir, Woody Allen), me hice de una copia original de Miller's Crossing de los hermanos Coen.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Roqueritos sangrones*

Uno de los síntomas más evidentes del infantilismo que durante años ha padecido el rock que se hace y se deshace en México es su sempiterna sangronería. Muchos (¿demasiados?) de los roqueros, cumbiancheros, poperos, baladeros, gruperos, skaseros y demás especímenes que pueblan el curioso mundillo del rockcito nacional se especializan en ser eminentemente sangrones, tanto que en ese sentido podríamos considerarlos gores… y no por sangrientos, sino por su espesa y pesadísima hemoglobina. Tres casos en especial ejemplifican lo que planteo.

1. El caso de los apelativos. Por alguna extraña razón, una buena parte de las bandas mexicanas, al presentar a sus integrantes, se limita a mencionar sus nombres de pila, así, sin apellidos, como se estila entre los grupos más plastificados del pop. Así, cuando los entrevistan o deben identificarse, lo hacen como Aldo, Pipo, Waldo, Arsenio, Cristóbal, Pompilio, Pedrito o cualquier nombre sin apellido. ¿Es una manera de aceptar su anonimato o de decir que forman parte de un grupo y que por ello las individualidades poco importan? No, nada que ver. Su egocentrismo y su altanería (palabra que rima con patanería) jamás les permitiría semejante actitud. Es, tan sencillo como eso, una mera sangronería. Porque creen que su solo apelativo basta para ser conocidos y reconocidos. Si al escuchar los nombres de John, Paul, George y Ringo los asociamos de inmediato con los Beatles, ¿por qué no podemos relacionar a Billy, Rodrigo, Rubén y José con, digamos, Motel? Pues porque para ser reconocidos por el simple nombre de pila hay que haber logrado una real trascendencia. En el rock que se hace en México, decir Saúl nos remite de inmediato al caifanesco y jaguaresco chamán Hernández y decir Rita nos hace remontarnos a la imagen de la recién desaparecida cantante de Santa Sabina. Pero son muy escasos los que pueden destacar con nada más que su simple nombre, despojado de patronímico. Quienes lo pretenden desde la medianía de su escaso o nulo talento no son más que unos… sangrones.

2. El caso de los gestos. Pídanle a un roquerito mexicano que pose para una foto y de inmediato pondrá en funcionamiento todo un arsenal de caras y gestos que en otro contexto nos haría pensar en una persona oligofrénica y seriamente dañada de sus facultades mentales. Quién sabe por qué extraña razón o por cuál retorcido mecanismo que se dispara en el interior de sus cerebritos, los músicos de rock nacionales (y de otras nacionalidades, hay que decirlo), en cuanto se enfrentan a la lente de una cámara fotográfica, gustan de adoptar posiciones corporales retorcidas, acompañadas de señas con los dedos y gestos faciales que van desde el arqueamiento de las cejas hasta el fruncimiento de la nariz y la apertura máxima de la boca para dejar salir la lengua. Esto es “muy roquero”, piensan (es un decir), y de ese modo se muestran de las más ridículas y grotescas maneras. Se trata, sin dudarlo, de otra manifestación de irremediable sangronería y una muestra de infantilismo que raya, como mencioné líneas atrás, con la oligofrenia.

3. El caso del divismo. Graba un disco, aparece en un videoclip, sé entrevistado en Telehit, forma parte del elenco del Vive Latino o simplemente súbete a un escenario y con ello bastará para sentirte toda una diva. Ese es al menos el razonamiento que se hacen muchísimos roqueritos mexicanos y que los hace cambiar su comportamiento de la noche a la mañana, para transformarse en sangrones por antonomasia que miran de arriba a abajo al resto de los mortales, desprecian con arrogancia a los periodistas y creen que la humanidad entera debe rendirse ante ellos. Sujetos como estos sobran en la escena del rockcito nacional. Divismo, ¡cuántas sangronadas se cometen en tu nombre!
  En fin. La enorme sangronería de los roquerines mexicanos produce tal cantidad de hemoglobina que la hace digna de un filme de Darío Argento. Se trata, no cabe duda, de un fenómeno plenamente gore.

*Publicado este mes en mi columna "Bajo presupuesto" de la revista Marvin.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Champurrado de cocoa*

Para quien esto escribe, el mayor misterio del proceso electoral michoacano que culmina este domingo, el más grande enigma de dichas elecciones, no es de dónde salen los recursos de las campañas de los candidatos o si el crimen organizado está metido en el proceso, no; para mí, la mayor incógnita es el origen del apodo de la aspirante del PAN. ¿De dónde proviene el sobrenombre de María Luisa Calderón Hinojosa? ¿Quién se lo puso y por qué razones? Porque eso de ser apodada Cocoa y andar por el mundo con semejante mote, no cualquiera.
  Según relató ella misma a un noticiario en Sahuayo (tierra de zombis), le dicen así porque “mi piel es del color del chocolate, de la cocoa, como la piel de todos los mexicanos. Viene de la similitud entre el color de la piel y el color del cacao, la fruta mexicana por excelencia y de la cual se obtiene el chocolate”.
  Por fin, ¿cacao o cocoa? Porque, estrictamente, la palabra cocoa no existe en el diccionario. Pero bueno, eso al fin y al cabo es pecatta minuta. La cosa es que al parecer (al menos esa es la versión oficial), a la hermana del presidente Calderón le dicen Cocoa por su piel achocolatada, “como la de todos los mexicanos”, afirmación que convierte automáticamente en apátridas a aquellos que tenemos la piel paliducha, rojiza, blanquecina o amarillo-verdosa (y hasta a los güeros de rancho que abundan en Michoacán).
  Pero entre que son peras o son semillas de cacao, doña Cocoa tiene muchas posibilidades de ganar y de ser la sucesora del perredista Leonel Godoy –quien a muchos da la impresión de haber gobernado víctima del pánico– y aunque el PRD acaba de decir que ella y su consanguíneo son un peligro para Michoacán, además de denunciar que el PAN pretende (en descarado cocoa wash) “sembrar el miedo en las elecciones”, a menos que pase algo sorprendente, este fin de semana en Morelia se podría decir “gobernadora habemus”.
  ¿Cómo sería Michoacán sin el sol amarillo y con un champurrado de cocoa como dieta atolera durante seis años? Viéndolo bien, ese es un misterio más insondable aun que el del apodo de la señora Calderón.
  ... aunque falta ver qué dice el PRI.

*Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Tacones en el armario

A las siete estuve en la Gandhi para asistir a la presentación del libro Tacones en el armario de Mónica Soto. Me invitó mi amiga por facebook, la actriz Maya Mazariegos, quien realizó un monólogo antes de la presentación en sí. Estuvo divertido y me dio gusto conocer a Maya. También platiqué un poco con la autora. Allá me encontré con mi amiga Ana y nos regresamos juntos en un taxi, al igual que anoche.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Exposición de autorretratos

Mi amiga Ana me invitó a la inauguración de una exposición de autorretratos en la Casa de la Cultura Jaime Sabines, en San Ángel, y me lancé en la noche para airearme un poco. Allá la encontré y estuvimos viendo los treinta y ocho cuadros de igual número de pintores que integran la muestra. No recuerdo los nombres de los artistas. Sobra decir que la calidad de las obras es irregular. Hay cuadros muy buenos, otros más o menos y otros de plano bastante chafitas (cuando menos dos no sé cómo pasaron el control de calidad). Estuvimos ahí hasta las diez. Platicamos con algunas personas y al final tomamos un taxi juntos. Ella se quedó en el metro Barranca del Muerto y yo me seguí hasta la casa. Estuvo divertido.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

La Mosca en la Radio, programa 56

Al fin, después de tres meses y trece días, se reanudaron las transmisiones de La Mosca en la Radio. Ya ayer anuncié aquí mismo la música que puse y que pueden escuchar con tan sólo darle clic al podcast de abajito. Hubo un buen número de oyentes y mucha interacción con ellos y ellas por facebook y meebo. Lorna estuvo en los controles y me dio un aventón de regreso. Me gustó mucho regresar al micrófono y al programa.

martes, 8 de noviembre de 2011

El regreso de La Mosca en la Radio

Hoy por fin, después de tres meses y trece días, La Mosca en la Radio regresa, por las acostumbradas frecuencias de Tu Radio on Line (dar click en la letra azul), con su emisión No. 56. Mil factores tuvieron que ver en esta ausencia, pero lo importante es que estamos de regreso. El programa de hoy estará dedicado a la música que ha aparecido -o que ha llegado a mis oídos y mis entendederas- en estos recientes tres meses. Pondré canciones de los discos de 2011 de Feist, Beirut, Wild Flag, The Antlers, The War on Drugs, St. Vincent, Stephen Malkmus & the Jicks, Death Cab for Cutie, The Kills y Kitty, Daisy and Lewis. Música buena y variada en estilos y propuestas. Va a estar bueno. Los espero de seis de la tarde o ocho de la noche. Estaré en contacto directo con ustedes esas dos horas, por medio del chat de facebook. Ojalá me acompañen.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Inicio de curso

Comenzó mi curso sobre la historia crítica del rock en México, en el Centro Cultural Woody Allen (adoro el nombre) de la colonia Roma. Aunque son pocos alumnos aún, todo estuvo muy bien y estuvimos hablando de los orígenes del rock en nuestro país, con todo el contexto que había desde mediados de los cincuenta hasta principios de los sesenta. Digamos que abarqué de 1955 a 1962 o 63, cuando la invasión de los baladistas ñoños. Todo fue ilustrado con música (Gloria Ríos, Pablo Beltrán Ruiz, los Sinners, los Teen Tops, los Locos del Ritmo, los Crazy Boys, los Rebeldes del Rock, Julissa, Óscar Madrigal, César Costa, Manolo Muñoz, Angélica María, Enrique Guzmán y otros). Creo que estuvo divertido.

domingo, 6 de noviembre de 2011

De perros y sustitutos del pene

- ¿Qué raza de perro tienes?
- La peor. Es un salchicha. Ya sabes, es un sustituto del pene para mí.                         
-Oh, yo habría pensado que en ese caso tendrías un gran danés.

Siempre me acuerdo de este diálogo de Manhattan de Woody Allen (1979) cuando veo a la gente que pasea a sus perros. Aparte de que parece que son los canes los que sacan a caminar a sus dueños, desde hace mucho me ha parecido algo ridículo y hasta humillante –y no para dichas mascotas, sino para el género humano– eso de andar con el perrillo encadenado por las calles. Bueno... y cuando recuerdo la supuesta teoría freudiana del perro como sustituto del pene para las mujeres, más risa me da. Basta cruzar el parque México de la colonia Condesa para saber de qué estoy hablando.


sábado, 5 de noviembre de 2011

Ebrard y el sueño cumplido del Macho

¿Cuántas veces nos burlamos de él cuando insistía en ello? ¿En cuántas ocasiones pusimos en duda su estabilidad emocional y su equilibrio mental cada vez que declaraba que al final lograría su meta, esa meta que a cualquiera con dos dedos de frente le parecía imposible que ese hombre tan peculiar pudiera conseguir? Sin embargo, ahí está. A punto de ver cumplido, este mismo mes, su máximo sueño.
  Bueno, está bien. En realidad no es exactamente lo que él quería, no en sentido estricto. Pero lo conocemos y de seguro sabrá darle vuelta a la tortilla y presentarnos esto como un logro más en su larga trayectoria, quizás el más grande de todos.
  No, no me refiero a Marcelo Ebrard y a la encuesta a la cual se someterá este domingo, al lado de Andrés Manuel López Obrador, para ver quién de los dos será el próximo candidato presidencial del PRD y partiditos que lo acompañan. Claro que el actual Jefe de Gobierno del Distrito Federal también ha manifestado tener su propio sueño imposible, a pesar de que ponerse con Pejón a las patadas es cosa arriesgada y peligrosa. Sin embargo, tampoco es como para considerar que por ello el buen Carnal se encuentre mal de sus facultades emocionales y mentales (aunque ante su previsible derrota, sí podría voltear la tortillita y declarar que ha obtenido un honroso segundo lugar… en una contienda de dos).
  No hablo pues de don Marcelo, sino de Hugo Sánchez, el Macho, ese inefable personaje que al fin ha visto realizado su impossible dream y se convertirá nada menos que en director técnico del Real Madrid. Obvio, no del equipo merengue de José Mourinho –nadie está tan loco como para darle ese puesto al Huguín–, pero sí del Real Madrid Región 4 que por estos días participará en un cuadrangular de futbol indoor en el Deportivo Chapultepec.
  ¿No es maravilloso? He aquí una gran lección de vida para todos, incluido el estimado maese Ebrard: los sueños, cuando se persiguen con ahínco, finalmente se pueden lograr. Aun cuando ese logro resulte medio chafita.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Una foto inédita de Sergio

Me la hizo llegar Carlo Brigante por medio de Twitter. Se la tomó a mi hermano, según me escribe, en 1996. Clásica foto de Sergio en una marcha. Aunque no lo conozco, obviamente se lo agradezco a Carlos. Espléndido detalle.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Viejo diario

Me topé con el diario que escribía por allá de 1974 y lo estoy leyendo como si fuera un libro. Son ¡once! cuadernos y en ellos (apenas voy en el segundo) redescubro a un Hugo absolutamente distinto y a la vez absolutamente idéntico al de hoy. Cuántas inseguridades, cuánto fanatismo político, cuántos prejuicios ideológicos... Era yo un monstruito izquierdoso y a la vez un moralista de espanto. Mi visión de la realidad era muy otra a la actual. Es divertido, aleccionador y... un tanto friqueante. Vaya con el HGM de hace tres décadas y media.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Día de muertos

El dos de noviembre no es un día en que especialmente recuerde a mis fieles difuntos, porque -y lejos del lugar común- yo los tengo muy presentes día a día y noche a noche, en especial a los más próximos y más prójimos. Sin embargo, sí es el día en que refrendo mi amor por las festividades mexicanas de estas fechas y sigo abominando de la manera como tantos de mis paisanos olvidan esto y adoptan acrítica y hasta estúpidamente al Halloween para disfrazarse de la manera más ridícula y cursi. Vuelvo a hacerlo constar.

martes, 1 de noviembre de 2011

¿... y el programa de radio, apá?

Si todo sale como debe ser, lo más seguro es que a partir del próximo 8 de noviembre, luego de una ausencia de prácticamente tres meses, La Mosca en la Radio vuelva al aire por Tu Radio on Line, en su horario habitual de los martes, de seis de la tarde a ocho de la noche. Regresaremos con el programa No. 56 y espero que de ahí ya nos sigamos. Habrá más variedad, con entrevistados en algunas emisiones y voces invitadas en otras. Yo espero que les guste. Por lo pronto, en el arranque comentaré y pondré música que ha aparecido de agosto para acá. Los espero.