Hay expresiones que de pronto se ponen de moda y todo
mundo empieza a usarlas y a repetirlas, sin reparar en su corrección o su
incorrección gramatical. Es el caso de ese horror tan empleado en los medios de
comunicación electrónicos que es la frase (casi muletilla) “al final de
cuentas”, con la contracción “al” como si se tratara de “a el final de
cuentas”… y no, el artículo “el” sale sobrando porque se habla no de algo que
termina (que en este caso sería “al final”) sino de un enunciado sinónimo de
“por lo tanto” o de “en consecuencia”. La expresión correcta es “a final de
cuentas” o “a fin de cuentas”, con la preposición "a" sola, sin el posterior artículo determinado en contracción.
Pero por si
lo de “al final de cuentas” no fuera suficiente, ahora escucho y leo a muchos
“comunicadores” que dicen y/o escriben una variante igualmente espantosa y
tomada de la expresión inglesa “at the end of the day”, es decir, “al final del
día”, frasecita que se está extendiendo como plaga en radio, televisión y
medios impresos con cosas como "Al final del día, yo pienso que el mejor concierto del año fue el de..." o "Al final del día, lo mejor es que con estos fríos nos abriguemos bien", etcétera.
A final de
cuentas, por eso estamos como estamos.
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