domingo, 1 de enero de 2023

2022, un balance

Se fue 2022. Se fueron doce meses en los cuales hubo de todo. Sin embargo, el balance en lo personal y en lo familiar, al final fue bueno. Ya en el plano nacional y mundial resultó otra cosa. 

En lo personal, fue un año que comenzó muy difícil para mí, debido a un problema que tuve con la Comisión Federal de Electricidad y que tardó cuatro meses en resolverse (nunca lo mencioné en las redes hasta hoy). Por fortuna y gracias a una funcionaria de la propia institución (un ángel que llegó desde el cielo para rescatarme) todo se solucionó de la mejor manera. En esos terrenos, el resto del año fue muy tranquilo.

Justo también a inicios del año, una amiga iba a mudarse temporalmente a mi casa pero algo extraño sucedió y no pudo ser. Me entristecí por el hecho, pero al final resultó en algo positivo, ya que surgió algo que haremos juntos este 2023 y que difícilmente hubiera sucedido si se hubiera quedado. Es un proyecto precioso para la segunda mitad del año.

En lo familiar, todo tranquilo y sin mayores sobresaltos con mis hijos, mis hermanas y el resto de la familia. Lo mismo puedo decir de mis amistades. Como siempre sucede, algunas se alejaron (sin desaparecer) y otras nuevas llegaron. En lo sentimental, como no estoy enamorado de alguien en particular (desde 2016, año en que digamos que sí me enamoré fuertemente de cierta mujer), puedo decir que fue este un año lleno de paz y tranquilidad emocional (el enamoramiento suele traerme sobresaltos y a estas alturas de mi vida no sé si se me antoja ya eso, creo que no). Lo que sí es que amo enormemente a muchas personas, sobre todo de mi familia más cercana, y amo también a mis amigas más entrañables, cuatro de ellas en particular). 

En el trabajo todo resultó estable también. Espero lograr más cosas y ampliar lo laboral en este nuevo año.

En los terrenos del arte y la creatividad, siguieron saliendo más canciones de mi disco “Nunca es tarde” (sólo faltan dos de las 16 que lo conforman y hay 14 que ya se pueden escuchar en plataformas como Spotify, Apple Music, Tidal, iTunes y otras similares). Gracias absolutas doy a Jehová Villa Monroy y a Iris Bringas, mis generosos socios en este proyecto. Por otra parte, con la ayuda invaluable de mi maravillosa y espléndida amiga Paulina de la Vega, logré publicar dos libros por medio de Amazon (ya explicaré otro día por qué me incliné por esa opción y no por las editoriales tradicionales). Los libros en cuestión son mi novela “La suerte de los feos” y el recopilatorio “El rockcito y yo” que ya se pueden adquirir precisamente por medio de Amazon. Ojalá gusten adquirirlos y leerlos, amigas y amigos. Para 2023 espero sacar otros dos libros: la reedición de “Matar por Ángela” o de “Emiliano” (aún no lo decido) y otro volumen recopilatorio con reseñas de discos que he escrito a lo largo de más de 30 años. Al mismo tiempo, estoy trabajando en dos nuevas novelas (una de vampiros y otra sobre París) y en otros proyectos librescos y musicales para los años venideros.

Un año, 2022, que debo calificar entonces como bastante bueno en lo personal, lo familiar y lo laboral. Ya en lo nacional e internacional, todos conocemos el desastre del actual gobierno y los mil conflictos mundiales que siempre existen. 2023 será un año clave para definir muchas cosas que vendrán para México y el mundo en el futuro cercano y desde un punto de vista periodístico e histórico sin duda serán de enorme interés.

PD: Dos cosas que me ayudaron a sobrellevar el año con buen ánimo y alegría: The Warning y su música y el Barcelona y su futbol (a pesar de lo irregular que ha sido este último). También espero muchas cosas buenas de ambos en este año que comienza, aunque el empate del sábado pasado en el derby contra el Español resultó un tanto decepcionante. Bueno, pero fue todavía en 2022.

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