Nacido el 14 de agosto de 1941 (dentro de poco menos de cinco meses cumplirá 80 años), en la ciudad de Los Ángeles, California, Crosby es un sobreviviente, una figura señera de la historia del rock, tanto como integrante de dos agrupaciones fundamentales –The Byrds y Crosby, Stills & Nash (& Young en algunas ocasiones)–, como por su propia carrera solista (su esplendoroso álbum debut, If I Could Only Remember My Name, de 1971, podría considerarse dentro de los mejores cien discos de todos los tiempos en el género).
Pocos saben que fue Crosby quien convenció a Jimi Hendrix de incluir en su repertorio una canción folclórica que hablaba sobre un hombre que asesinaba de un tiro a su mujer por engañarlo (“Hey Joe”) o que cuando él mismo quiso incluir una composición acerca de un amoroso ménage a trois (“Triad”) en un disco de los Byrds, sus compañeros se negaron y él decidió abandonar al grupo o que mientras grababa el álbum Déjà Vu (1970) con Stephen Stills, Graham Nash y Neil Young, su novia (Christine Hinton, a quien le escribiera la bellísima “Guinnevere” del primer disco de CS&N) se mató en un accidente automovilístico y David entró en una profunda depresión que lo llevó a consumir alcohol y heroína en cantidades industriales, hasta el punto en que, por temor a que intentara suicidarse, durante semanas Graham Nash no se separó un instante de su lado.
Las drogas fueron un terrible problema a lo largo de la vida de Crosby. También el alcohol y asimismo su idea de andar armado (en más de una ocasión fue arrestado por poseer armas de fuego sin permiso). No obstante, a pesar de todo, fueron muchos los momentos luminosos en su vida. Uno de ellos (o más bien dos), cuando a fines de la década de los noventa donó su semen en un par de ocasiones a la pareja lésbica que conformaban la cantante Melissa Etheridge y su mujer, Julie Cypher, fruto de lo cual fueron los hijos gemelos de la singular pareja-trío. Los tres, junto con los pequeños, fueron en una ocasión sonriente portada de la revista Rolling Stone.
Después de su poco brillante álbum Thousand Roads (1993), el músico se ausentaría del mundo discográfico por más de veinte años y no regresaría sino hasta 2014, con un larga duración de absoluta belleza: Croz (Blue Castel Records).
El autor de maravillas sesenteras como “Eight Miles High”, “Almost Cut My Hair” y “Long Time Gone” tenía 72 años cuando retornó y lo hizo en plenitud de forma artística e interpretativa, mostrando una vitalidad a toda prueba y una creatividad sin límites como compositor y arreglista. Al escuchar hoy día esta joya, uno se da cuenta de que a esas alturas de su vida su voz continuaba intacta y seguía sonando tan aterciopelada y melódica como cuatro décadas atrás.
Croz es un disco elegante, sutil, muy grato, sin concesiones comerciales o acercamientos al pop. El estilo sempiterno de Crosby está ahí, intacto, con su característico juego de armonías intrincadas y sus arreglos vocales que de repente coquetean incluso con ciertos visos jazzísticos.
Once canciones conforman al plato. Desde la inicial “What’s Broken” (con Mark Knopfler como guitarrista invitado) sabemos que el buen David es el mismo de siempre y que su congruencia musical permanece inmaculada, como lo muestra en la etérea, reflexiva y a la vez desafiante “Time I Have” o en esa delicia acústica que es “Holding on to Nothing”, solo de trompeta de Wynton Marsalis incluido.
En Croz, David Crosby contó con la colaboración invaluable de su hijo James Raymond, cuyas aportaciones como productor y multiinstrumentista hacen maravillas con piezas como la intrincada “The Clearing”, la muy crosbystillsandnashiana y brillante “Radio”, la suntuosa “Slice of Time”, la poderosa “Set That Baggage Down”, la melancólica “If She Called”, la muy bella “Dangerous Night”, la radioheadiana (lo digo en serio) “Morning Falling” y la sofisticada “Find a Heart” con que culmina el disco.
El genio de este enorme y mítico músico prometía dar aún mucho más de sí y así fue: en 2016 saldría su álbum Lighthouse, en 2017 lo haría Sky Trails y en 2018 aparecería el finísimo Here If You Listen.
¿Nos tendrá David Crosby preparada una nueva sorpresa para festejar su octogésimo cumpleaños? No me extrañaría en absoluto. Después de todo, cumplir 80 años y seguir componiendo, tocando y grabando, muy pocos lo logran. Que así sea.
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