Tal como yo lo veo, en primera instancia y sin un análisis más profundo, los importantes triunfos de la oposición partidista este 6 de junio no se debieron tanto a méritos propios de los partidos, sino a deméritos del propio Morena y su jefe máximo. La oposición partidista no había aparecido durante tres largos y terribles años. Fue el electorado el que decidió rescatarla de algún modo y, al mismo tiempo, castigar a la 4T; lo hizo de manera ejemplar, por medio de la democracia del voto. Toca ahora a PAN, PRI, PRD y quizás MC ponerse las pilas (perdón por la chocante expresión) y aprovechar el envión para resurgir y prepararse, con el fin de quitarle en 2024 la presidencia al obradorismo y a todas las calamidades que ha traído. Eso es lo que veo el día después de las elecciones.
PD: Lo que sucedió electoralmente en el ex DF me parece algo fantástico. Un esplendoroso y sublime triunfo de la ciudadanía.
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