Hace un par de semanas terminé mi octavo libro del año, una joya inesperada cuya lectura me resultó no sólo atractiva sino instructiva y amena. El volumen se estructura en diez relatos que narran los últimos momentos de figuras relacionadas con la Revolución Francesa antes de enfrentarse a la ejecución. Así, vemos a personajes como Georges Danton —cuya célebre frase da título al libro—, María Antonieta, Charlotte Corday, Maximilien Robespierre, el poeta André Chénier o el científico Antoine Lavoisier en sus últimas horas antes de ser trasladados a la guillotina. Désérable nos muestra las emociones, contradicciones y reflexiones de estos condenados. Cada historia está escrita con distintos estilos (monólogos, cartas, testimonios) y en ellas el autor captura no sólo el drama personal de los protagonistas sino también el sinsentido de una revolución que, bajo el lema de "Liberté, égalité, fraternité", derivó en un baño de sangre en el cual más de tres mil personas fueron guillotinadas.
El gran acierto de Désérable radica en su habilidad para entrelazar hechos históricos con elementos de ficción, para crear narraciones que no sólo nos informan de lo sucedido históricamente sino que además nos emocionan desde lo literario. Con una prosa rica y precisa y un lenguaje que evoca la época del terror jacobino, logra sumergir al lector en el ambiente caótico del París revolucionario. De esa manera, los episodios ponen en evidencia las debilidades humanas, los ideales traicionados y las paradojas y contradicciones de los movimientos revolucionarios.
François-Henri Désérable es un autor joven (nació en 1987) y este, su primer libro (tiene otros dos posteriores), a mi modo de ver es una joya. No en balde ganó con el Premio Amic de la Académie française, el Premio littéraire de la Vocationy el Premio Jean d’Heurs de novela histórica.
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