Si la resumimos en pocas líneas, la cinta trata sobre un joven de 20 años (François, interpretado por Philippe Marlaud, quien poco después de su participación moriría trágicamente) que tiene una relación con una mujer un poco mayor que él (Anne, la peculiar actriz Marie Rivière) y de la que está muy enamorado. Un día muy temprano, la ve salir de su casa acompañada de un hombre y se dedica a seguir al tipo por las calles de París. He ahí la línea central del filme.
Siguiendo el estilo de las comedias de enredos, pero aderezada con algo de cine de espías (aunque el espía es un joven celoso que sigue a quien considera su rival de amores), la trama parte de un equívoco, pues el hombre a quien ve François con su novia en realidad acaba de romper con ella, debido a que está casado y quiere conservar su matrimonio, ya que su esposa acaba de quedar embarazada. Pero el muchacho no lo sabe y decide, sin saber bien a bien por qué y para qué, ir obsesivamente detrás de Christian (Mathieu Carrière), quien de hecho es el aviador del título.
Durante su misión de espía (que nos permite disfrutar de las hermosas calles del París ochentero), el chico se topa con una jovencita de 15 años, se hablan y ella decide acompañarlo en la aventura. La aparición de la preciosa Lucie (Anne-Laure Meury) le da un giro de gran frescura a la cinta, pues se trata de una muchacha llena de simpatía, inteligencia y belleza. Los largos y chispeantes diálogos entre ella y François resultan una delicia y no rompen en absoluto con el ritmo de la historia. Uno, como espectador, espera que entre los dos jóvenes "investigadores" se dé algún tipo de relación amorosa, pero sólo están juntos unas horas y ella termina por despedirse, ya que tiene que llegar a su casa para hacer las tareas escolares.
Al final, François visita a Anne, le cuenta todo lo sucedido y ella lo trata de manera muy ambigua, en un curioso estira y afloja que termina haciendo que él se vaya del apartamento de su ¿novia? y decida ir a buscar a Lucie, sólo para toparse con una sorpresa que no esperaba y que no revelaré.
Otra bella y sutil obra de Rohmer,
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