miércoles, 22 de julio de 2009

El juego de las sillitas


Hacía mucho que no entraba a una oficina de la Tesorería del DF. Hoy tuve que ir a pagar la tenencia (ligeramente atrasada) de este año y el recargo respectivo. Acudí a una oficina cercana al metro San Antonio, debajo de las monstruosas estructuras estalinistas del segundo piso. Como no sabía el modo de realizar el trámite y no me percaté en ese momento de una mesita de atención al ciudadano, pregunté a una cajera qué debía hacer, si tendría que tomar alguna ficha, y malencarada me dijo que no había fichas y que me formara. No vi fila alguna pero sí varias hileras de sillas ocupadas casi en su totalidad. Deduje que era el mismo sistema que se emplea en las oficinas de la Compañía de Luz para realizar un trámite de reconección o para protestar por un pago indebido y me aterró la idea de estar ahí varias horas (era casi la una de la tarde). Me resigné y fui a sentarme a la silla situada junto a un señor que, en efecto, ocupaba el último lugar. Es un sistema premoderno pero puede ser divertido si se toma como juego, ya que a lo largo de casi una hora me la pasé avanzando de silla en silla (a veces tres o cuatro de un solo golpe), mientras intentaba leer Lotería, el entretenido libro de testimonios biográficos de Vicente Leñero (Joaquín Mortiz, 1995). Por fin me tocó ser atendido, con bastante amabilidad por cierto, y me dijeron cuánto iba a pagar. ¿Las cajas? Había que pasar a otro grupo de sillas y repetir el juego. Así lo hice. Fue más rápido esta vez y salí de la Tesorería pasaditas las dos de la tarde. Pero me divertí, no tanto con el juego de las sillitas sino con ese viaje al universo burocrático del Gobierno del DF, el cual sigue instalado en los años sesenta del siglo pasado.

2 comentarios:

Alex dijo...

Ni te aguites, en todo México es lo mismo, acá en Juárez es igual, tendremos que seguir esperando a que se modernice nuestro sistema burocrático

Perro Zombie dijo...

señor... y qué pasó con la reproducción de tu columna del Milenio Diario ?