domingo, 11 de julio de 2010

España


Este día, la selección española de futbol ganó la Copa del Mundo Sudáfrica 2010. Muy merecidamente. Venció a unos desconocidos y descosidos holandeses que se dedicaron a golpear y patear a sus adversarios, con una táctica destructiva que por poco les deja dividendos. Por fortuna, se hizo justicia y triunfó el equipo que se propuso jugar al futbol y que a lo largo de cuatro o cinco años ha practicado un estilo de juego que, sólo en aparente paradoja, se parece más al de la Holanda de Johan Cruyff y la famosa Naranja Mecánica que el que practica el propio seleccionado de las Netherlands.
Pero no es del partido de lo que quiero hablar en específico, sino de las reacciones que se están dando en México luego de la victoria española. Por un lado, están los infaltables villamelones que se ponen la camiseta del ganador –sea quien sea– y que hasta de sangre española nos salieron (en Twitter circula un chiste muy bueno que maldice al cura Hidalgo y a los Insurgentes por liberarnos de España y privarnos de ser campeones del mundo). Por el otro, están aquellos que han sacado a relucir su odio contra todo lo hispánico, ese odio que desde siempre se nos ha inculcado a los mexicanos y que muestra a nuestra historia como una lucha entre buenos y malos.
Instruidos por la versión liberal y decimonónica de tal historia, hemos crecido con la idea fija de que los españoles eran unos infames que llegaron a destruir a la civilización prehispánica; que Hernán Cortés era un hijo de puta y que el Rey Cuauhtémoc era la encarnación misma de la bondad, la nobleza y la heroicidad; que la Malinche y los tlaxcaltecas fueron unos traidores; que los trescientos años de virreinato fueron una época oscura; que el grito “¡Mueran los gachupines!” debería ser nuestra insignia como mexicanos. Esa es la muy maniquea ideología que heredamos durante generaciones, desde que los liberales vencieron a los conservadores en la segunda mitad del siglo XIX e impusieron su visión del pasado.
A estas alturas y ya que estamos en pleno Bicentenario, sería hora de revisar esa versión oficialista de la historia y poner en su lugar a cada quién. Después de todo, los mexicanos actuales somos producto del mestizaje cultural que heredamos por igual de españoles y pueblos indígenas (para no hablar de las influencias anglosajonas que tan metidas tenemos en nuestros cerebros). Nuestro idioma es el español, la religión mayoritaria sigue siendo la católica, nuestra gastronomía tiene mucho de hispánica, los mexicanos de origen criollo siguen siendo casi tantos como los de origen mestizo o indígena, en fin. Somos hijos de Hernán Cortés y de Malintzin. Odiar a los españoles (cuyo pueblo actual por cierto no fue el mismo que “nos” conquistó) es una soberana idiotez xenófoba. De hecho, mucho tenemos que admirar y que aprender de la actual España, no sólo en lo futbolístico o lo deportivo, sino en lo cultural, en lo político y en varios otros aspectos.
Yo también crecí con ese rencor contra los “gachupines”. Me deshice de él desde hace mucho tiempo. Tal vez desde que vi por primera vez a Penélope Cruz.

9 comentarios:

Charro Negro dijo...

Hoy ya casada con el varonil de Javier Bardem!!! jajaja

erich obed dijo...

No es que se odie a los españoles solo por el argumento oficial de que son los malos del cuento en nuestra bizarra independencia, sino tambien tiene que ver lo que recientemente ha hecho su sociedad contra los inmigrantes (legales e ilegales), españa es una de las naciones mas xenofobas de europa y del mundo, y luego que el deporte se va de la mano con politica y sociedad es inevitable apartarlas.

En lo personal no me gusta su futbol mucha tactica y poco juego y un misero gol en sus partidos (aparte de la decepcion holandesa) me fue la final mas aburrida que he visto.

Unknown dijo...

Admito que tengo ese odio. Gracias a este post estoy pensando al respecto.


Saludos.

Anónimo dijo...

Pues he escuchado a varias personas decir con un tono bastante arrogante y pomposo de origen español decir que acá es el viejo mundo, no se si lo anterior es bueno o malo. Aún así, estamos a años luz de ser una civilización parecida. Mención aparte merece el hecho de que los españoles que yo he conocido son un pinche higadito. Vaya suerte la mía. Saludos.

MoLaRoCk dijo...

A erich....
México es uno de los paises más racistas, y no con los de afuera, con sus propios miembros.
Claro ejemplo, lo que ocurre con Monterrey, cooperamos mas para nuestros hermanos Haitianos, y no pra nuestros "hermanos" Regios?
Y si bien , España ganó por un gol en sus partidos, hay que ver el juego, y contar el número de llegadas claras que hubo.

Hugo, para mí, tmabién goce el triunfo de España, y no por villamelón, ganó el futbol.
Si España se enfrenta a un equipo abierto, la final no hubiera sido tan friccionada.
Saludos

Tatacho dijo...

todos andan muy densos, pero sr. michel deveras ¿penelope antes que paz vega?

Su Satánica Majestad dijo...

Yo aún no logro comprender cómo la poderosa Alemania perdió ante estos españoles. Para mí la final de este mundial fue Alemania-Uruguay; ese sí fue un partido con sabor.

Los españoles no me caen mal. En una de esas hasta se me hacen simpáticos. Pero el futbol de su selección no es apasionante.

Su Satánica Majestad dijo...

Yo aún no logro comprender cómo la poderosa Alemania perdió ante estos españoles. Para mí la final de este mundial fue Alemania-Uruguay; ese sí fue un partido con sabor.

Los españoles no me caen mal. En una de esas hasta se me hacen simpáticos. Pero el futbol de su selección no es apasionante.

Antonio Martínez dijo...

Algunos me miraron feo cuando grité: "España" "España" ¿por qué no decirlo? Somos hijos del trigo y del maíz.

Pero qué hermoso gol en segundo tiempo extra.