martes, 31 de agosto de 2010

El informe de todos tan temido


Pertenezco a una de esas generaciones a las que nos tocó padecer aquellos informes presidenciales pantagruélicos, elefantiásicos, exuberantes, monstruosos. Era la época del esplendor burocrático del Partido Revolucionario Institucional, una era en la cual la figura del Señor Presidente era omnímoda, omnipresente y omnipotente. En ese entonces, los informes duraban varias horas y se transmitían en cadena nacional por todos los canales de radio y televisión. Eran ceremonias horriblemente solemnes, acartonadísimas, a las que asistían, sin faltar uno solo, los integrantes de una disciplinada clase política, en la que la oposición resultaba prácticamente decorativa. Al final, ya en Palacio Nacional, los políticos formaban largas filas para saludar y felicitar al primer mandatario en turno, en lo que se conocía con el vergonzoso mote de “El besamanos”. En fin, son tiempos que hoy nos parecen tan remotos como la Era Mesozoica y de los cuales, sin embargo, nos separan apenas unas cuantas décadas.
Vendría luego un cambio de calidad respecto a los informes, cuando la figura presidencial empezó a disminuir en su absolutismo y los partidos de oposición ganaron poder dentro del poder legislativo. Fue Porfirio Muñoz Ledo el primer diputado que encaró a un presidente de la república, al interpelar a Miguel de la Madrid Hurtado, durante el informe de 1988. Luego las interpelaciones se convertirían en franco relajo, en tomas de tribuna, en kermeses de pena ajena, hasta llegar al punto actual, en el que el presidente ya ni siquiera acude al Palacio Legislativo, sino que envía el informe por escrito. Lo que podría ser (en un país con una clase política civilizada) una oportunidad inmejorable para que los poderes ejecutivo y legislativo debatieran con respeto, inteligencia e ideas, hoy día es un mero trámite oscuro y que a muy pocos interesa en verdad.
Respecto al informe presidencial de este año, basta con ver los spots que inundan a la televisión para darnos cuenta de que uno es el México de la publicidad gubernamental y muy otro el de la realidad real, la que todos vivimos en carne propia. Mientras que para el presidente Calderón estamos en algo así como el mejor de los mundos posibles, en una especie de país de las maravillas, para el resto de los mexicanos es todo lo contrario. Con la violencia de las balas que se enseñorea cada vez más, con cerca de treinta mil muertos producto de una narcoguerra que tiende a extenderse, con un crecimiento del empleo que sólo parece existir en las estadísticas oficiales, con una incertidumbre que no desaparece, el informe presidencial del 1 de septiembre de 2010 luce como un documento vacío, deprimente, surrealista… y lo peor es que aún nos faltan dos informes más con este gobierno.

lunes, 30 de agosto de 2010

Otra sentencia para reflexionar


... y para meditar en este lunes lluvioso. No sé de quíen es, pero de todos modos la hago constar: "El universo no tiene centro. El universo no tiene límites. La realidad es arbitraria".

domingo, 29 de agosto de 2010

Frase felina para un domingo


Me encuentro con la siguiente línea poética del gran José Emilio Pacheco y me parece buena para hacer constar que transité por este domingo tranquilo: "¿Qué es un gato?: la oportunidad de acariciar al tigre". Como dice Román Revueltas: pues eso.

sábado, 28 de agosto de 2010

Elogio de Porfirio Díaz*


… o para ser más preciso: elogio de la forma como el presidente Porfirio Díaz celebró, en 1910, las fiestas del Centenario del inicio de nuestra guerra de Independencia. Aquello fue otra cosa. Aquello tuvo clase, solemnidad republicana y verdadera monumentalidad. Se hizo del Paseo de la Reforma una bellísima avenida a la altura de los Campos Elíseos de París, se inauguró la columna de la Independencia (nuestra entrañable Ángela, obra de Antonio Rivas Mercado), se construyó el actual Palacio de las Bellas Artes (aunque no pudo ser inaugurado ese año). Las naciones extranjeras nos colmaron de regalos como el reloj chino de Bucareli o la estatua del barón Von Humboldt de Isabel la Católica y Uruguay. Hubo miles de banquetes, bailes de salón, fiestas populares. Por todas partes se sentía que el Centenario era algo importante para los mexicanos.
Hoy se perdió todo aquel boato y se nos anuncia una serie de festejos llenos de vacía parafernalia, efectos especiales y dudoso patriotismo, cuyo fondo musical será la aguada tonadita de Aleks Syntek (me cuesta trabajo creer que la letra sea del gran Jaime López), con sus horrendas percusiones gruperas, sus cursis shalalas, su sonsonete mariachesco y su infaltable grito de borracho patriotero en el clímax (es un decir) de la canción. ¿Por qué en todo caso no se la encargaron a Juanga, Café Tacuba o hasta Alex Lora? Seguro habría salido algo menos pasteurizado y más auténtico, en lugar de un tema tan desechable y sin ganchos que se queden en la memoria.
Por eso estamos como estamos. Por eso Christian Castro explica indirectamente la existencia de los ninis con declaraciones sobre sus héroes favoritos del Bicentenario (“Octavio Paz… y esa chica De la Cruz”). ¡Ah, si el presidente Calderón hubiese declarado una guerra frontal contra la ignorancia y a favor de la educación y el empleo, en lugar de apostar por el actual infierno de violencia en que está envuelto el país!
Este 15 de septiembre tendremos una celebración nini de la Independencia: ni republicana ni memorable ni nada.
¡Ay qué tiempos, señor don Simón!

*Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.

viernes, 27 de agosto de 2010

Un repugnante empaque


Lo que sigue pueden dedicarlo a mucha gente, sobre todo a ciertas personas dedicadas a la contabilidad, la administración, la burocracia y demás actividades híper cuadradas. Es un fragmento de la novela La tregua de Mario Benedetti (que ya casi termino de leer):
"Son personas. No lo parecen, pero son. Y personas dignas de una odiosa piedad, de la más infamante de las piedades, porque la verdad es que se forman una cáscara de orgullo, un repugnante empaque, una sólida hipocresía, pero en el fondo son huecos. Asquerosos y huecos. Y padecen la más horrible variante de la soledad: la soledad del que ni siquiera se tiene a sí mismo".

jueves, 26 de agosto de 2010

El disco duro y La Gloria


En la mañana me fui al centro con mi querida M. Como desde hace exactos cinco meses "me debía" mi regalo de cumpleaños, nos dirigimos a la plaza de la computación, donde me compró un disco duro externo para mi compu. De regreso, pasamos a la librería del Fondo de Cultura Económica que está en Eje Central (alguna vez llevó el bello nombre de San Juan de Letrán) y nos regresamos como nos fuimos, en metro, a la colonia Condesa, donde me invitó a comer a uno de mis restaurantes favoritos: La Gloria. Todo rico: la comida, la charla, la compañía de mi entrañable M, a quien agradezco sobremanera por este lindo día.

miércoles, 25 de agosto de 2010

El apartamento de Denisia


Hoy al mediodía conocí el apartamento donde desde mañana vivirá Denisse, junto con dos compañeros de la Casa del Teatro. Está muy bonito y, además, ubicado a tan sólo tres o cuatro cuadras de su escuela. Aún le faltan los muebles y demás enseres, pero de aquí al lunes que empiecen las clases, casi todo estará listo para habitarlo con comodidad. Bien iluminado, cálido, en un edificio tranquilo y acogedor cercano a Miguel Ángel de Quevedo. Me dio mucho gusto verla tan contenta y poder compartir con ella su emoción. Fuimos a comer al centro de Coyoacán, en una fonda de comida oaxaqueña, luego caminamos un rato por la zona y al final tomamos un taxi hacia mi casa, donde se quedó y donde disfrutamos de la divertida película Zombieland que ella no había visto. Un lindo día en verdad con mi querida niña.

martes, 24 de agosto de 2010

lunes, 23 de agosto de 2010

Una imagen vampiresca


Hoy me la pasé preparando el programa de mañana de La Mosca en la Radio. No hay mucho más que decir, así que me limito a subir esta amorosa imagen que me gustó mucho.

domingo, 22 de agosto de 2010

sábado, 21 de agosto de 2010

Morir por la Patria no está chido*


Dijo el presidente Felipe Calderón el domingo pasado, durante el traslado de los restos de catorce héroes de la guerra de Independencia a Palacio Nacional, que “la Patria se defiende con la vida y hasta la muerte”. Así, en primera instancia, la frase suena muy bonita, con su buena dosis de dramatismo y solemnidad. Pero la verdad, a estas alturas de la historia, no estoy muy seguro de que el concepto de Patria signifique lo mismo para las nuevas generaciones de mexicanos que para las que vivieron en los dos siglos pasados.
Hay una frase genial de Mark Twain que viene muy al caso: “¿Morir por mis ideales… y qué tal que estaban equivocados?”. Hoy, la idea de morir por la Patria no sólo suena anticuada, demodé, sino que resulta horrible. En un mundo cada vez más globalizado e integrado, en el que las fronteras se borran y todo apunta, a largo plazo, hacia una gran confederación mundial, sentencias como “La Patria es primero” o, peor aún, “Patria o muerte”, suenan a hueca demagogia reaccionaria cuando no a necrofilia pura.
Pronunciado por el presidente Calderón, en pleno año de falso Bicentenario (que debería celebrarse en 2021, ya que México se hizo independiente a partir de 1821) y en medio de una guerra que oficialmente no es guerra pero que ha costado más de 28 mil víctimas en tres años, eso de “la Patria se defiende con la vida y hasta la muerte” me parece un dicho bastante desafortunado.
En todo caso, hay que vivir por la Patria y eso sería, en estos momentos, luchar por la seguridad, la salud, la educación, el empleo, la integración internacional. Para mí ese vendría a ser el verdadero patriotismo y no el de “va mi espada en prenda, voy por ella” que en un contexto decimonónico estaba muy bien, pero que en pleno siglo XXI y en un país ahogado por la violencia resulta un sinsentido, algo que dice absolutamente nada y que no hace sino echar más gasolina a la hoguera.
La neta, eso de morir por la Patria no está chido. Sobre todo si los representantes de esa Patria son los inefables patricios de la clase política actual.

*Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.

viernes, 20 de agosto de 2010

Fidel y Porfirio


Me estaba bañando el otro día y alcancé a escuchar que mi celular sonaba con persistencia hasta tres veces. Al salir vi, en efecto, que había tres llamadas perdidas de un número sin identificación. Marqué por si se trataba de alguien conocido a quien le urgía hablar conmigo. No fue así: "Soy Fidel, quería hablar con Porfirio, pero creo que me equivoqué de número". Eso me dijo antes de colgar. ¿Fidel? ¿Porfirio? Tal vez el primero quería intercambiar impresiones con el segundo, sobre los muchos años de gozar del poder más absoluto e incontestable o quizá Fidel pretendía presumirle a don Porfis que mientras éste apenas duró treinta años en la silla, aquel ya superó el medio siglo, más lo que se acumule. Lo que provoca una llamada perdida.

jueves, 19 de agosto de 2010

Soñar o no soñar


A Denisse le gusta soñar. Seguido me cuenta sus sueños, mismos que suelen ser como historias perfectamente estructuradas, no sé si porque es actriz y una buena escritora en ciernes o si porque, una vez despierta, les agrega algo de su cosecha para redondearlos y darles coherencia narrativa. A mí, en cambio, no me gusta soñar. En absoluto. Al menos de unos años a la fecha, mis sueños suelen ser incómodos, perturbadores, Es rara la vez que tengo sueños agradables y los sueños eróticos brillan por su ausencia. Peor aún es el momento en que entro de la vigilia al sueño, ese lapso en el cual uno no está del todo dormido o del todo despierto. Ahí las imágenes son más extrañas e inquietantes. No sé si sean exactamente pesadillas, aunque muchas veces lo parecen. En definitiva, no me agrada soñar. Si pudiera, eliminaría mis sueños durante cada noche y seguramente dormiría más tranquilo. ¿Soñar o no soñar? De plano me quedo con la segunda opción.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Un Bicentenario de 189 años


Como que por más que le hago, nomás no me salen las cuentas. A ver, si en este 2010 estamos celebrando de manera oficial el Bicentenario de nuestra Independencia, es decir, doscientos años de ser un país supuestamente libre y soberano, ¿cómo es que la entrada del Ejército Trigarante a la entonces Ciudad de México y hoy Distrito Federal sucedió en 1821, es decir, hace ciento ochenta y nueve otoños? Porque así fue: el 27 de septiembre del mencionado año, el ejército encabezado por Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero, el mismo cuerpo armado que había vencido finalmente a las fuerzas realistas españolas, tomó posesión del país y con ello inauguró nuestra vida como nación independiente del yugo virreinal. Entonces, si la aritmética no me falla, el Bicentenario debería festejarse en 2021, dentro de exactos once añitos, cuando el presidente de la república no sea el actual o el que lo suceda, sino el que le siga a éste y quien estará justo a la mitad de su mandato, en el sexenio 2018-2024 (que júrenlo también será impugnado por un Peje ya bastante chochito, quien pedirá por enésima vez el recuento voto por voto).
Seguramente no soy el primero en hacer notar esta incongruencia, pero no deja de sorprender que todo el mundo, desde el gobierno hasta los medios de comunicación y desde los académicos e historiadores hasta la gente común y corriente, haga caso omiso de algo tan obvio y se disponga a celebrar con mexicana alegría un Bicentenario que no es tal.
Claro que resulta más vistoso y hasta más cabalístico festejar años terminados en cero. O sea, no es lo mismo un 1810 o un 1910 que un 1821 o un 1929. ¿1929? Pues sí, porque en el caso del Centenario (al que por cierto casi nadie pela) tampoco estamos ante algo muy exacto. A ver: el movimiento al que llamamos revolucionario estalló, en efecto, el 20 de noviembre de 1910, pero la victoria del mismo, si es que alguna vez la hubo, no aconteció ese mismo año como para que hoy queramos conmemorar sus primeros cien otoños. De hecho, Francisco I. Madero fue derrotado y asesinado tres años después, por el golpe de Estado de Victoriano Huerta. Luego vinieron los levantamientos contra el Chacal y la tremenda lucha de facciones y de traiciones que llevó a la tumba a Emiliano Zapata, Francisco Villa, Venustiano Carranza y Álvaro Obregón. Hasta que la sapiencia mañosa de Plutarco Elías Calles decidió terminar con las pugnas, al fundar, justo en 1929, al Partido Nacional Revolucionario (antecedente directo del PRI) y dar por terminada a la mal llamada revolución (que nunca fue tal) e iniciar la etapa de las instituciones. Ese pues debería ser en todo caso el año que se celebrara: 1929, no 1910. Pero a los mexicanos nos gustan las fechas míticas, aunque no se ajusten a la verdad de la historia.
Así pues, tenemos un Bicentenario de ciento ochenta y nueve años y un Centenario de ochenta y uno. Claro que eso a nadie le importa. Lo chido es festejar y echar desmadre. Lo demás, como siempre, es lo de menos. ¡Salud!

martes, 17 de agosto de 2010

Cuatro series


Me agrada ver televisión. No soy de quienes dicen que es nefasta y que sólo estupidiza y el rollo ese de la caja idiota, etcétera. Hay varias series que me gustan, pero cuatro en especial, cada que las veo, me ponen muy de buenas y lleno de contento: Californication, Modern Family, Two and a Half Men y, por supuesto, Seinfeld. Pues eso, ja.

lunes, 16 de agosto de 2010

El retorno de la Joan Jett viviente*


“Las mujeres no tocan la guitarra eléctrica”, le dijo el maestro de música a aquella muy joven estudiante de secundaria, al impedirle conectar su instrumento a un amplificador para echarla en seguida de su clase. Al menos así lo cuenta en una de sus primeras secuencias la película The Runaways (2010), de la videoasta y realizadora Floria Sigismondi, que aún no se estrena en nuestro país y que narra la historia de una de las primeras bandas femeninas de rock cuyas integrantes tocaban sus instrumentos y escribían la mayor parte de sus canciones.
Basada en el libro autobiográfico Neon Angel de Cherry Currie, la rubia y explosiva vocalista del grupo, la cinta describe cómo se formó ese quinteto californiano en 1975 y todo lo que sus integrantes tuvieron que sufrir (desde la tiranía de un manager egomaniaco, interpretado estupendamente por Michael Shannon, hasta los excesos explícitos de la sentencia sex, drugs and rock’n’roll) para alcanzar la cima –efímera pero cima al fin y al cabo– de la popularidad, en plena época del movimiento punk.

Los dos personajes centrales del filme, Joan Jett y Cherry Bomb, fueron interpretados por un par de actrices a quienes en principio parecería improbable imaginar como tales: Kristen Stewart (la famosa dama joven de la vampírica y cursi saga cinematográfica Crepúsculo) y Dakota Fanning (de larga trayectoria como actriz infantil en ocasiones bastante irritante). Contra todos los pronósticos, sus actuaciones resultaron fantásticas, absolutamente creíbles (la escena lésbica entre ambas está llamada a convertirse en clásica). Uno las ve y en verdad se cree que son Joan y Cherry, aparte de que ambas cantan los temas de The Runaways y sus voces no tienen mucho que envidiar a las de las originales (para ser sincero, prefiero la versión del tema “Cherry Bomb” con la Fanning que con la híper junkie vocalista de la vida real).
La filmación de esta película significó mucho para Joan Jett, quien aparece como productora ejecutiva de la misma. Gracias a la cinta, la creadora de “I Love Rock n’ Roll” y “Bad Reputation” ha sido revalorada por el público que la conoció en su momento y está siendo descubierta por las generaciones más jóvenes (las mismas, por cierto, a las que pertenecen Kristen Stewart y Dakota Fanning). Al mismo tiempo, la líder de The Blackhearts ha tomado un muy merecido segundo aire y la reciente aparición del álbum doble Greatest Hits (Blackheart Records, 2010) no ha hecho sino reconfirmar su virtual resurrección artística. Con veintiún tracks imperdibles, entre los que se incluyen piezas clásicas de la Jett como “Do You Wanna Touch Me (Oh Yeah)”, “I Hate Myself for Loving You”, “Love Is Pain”, “I’m Gonna Run Away” y sus memorables covers a “Crimson and Clover” de Tommy James & The Shondells y “Everyday People” de Sly Stone, el álbum resulta perfecto para introducirse en la obra de una de las rocanroleras más puras y auténticas que ha dado el género y que a sus casi cincuenta años continúa tocando y cantando como una quinceañera (busque en YouTube su reciente aparición en el programa de David Letterman y comprobará lo que le digo).

Joan Jett nació en la ciudad de Philadelphia en 1960 (el próximo 22 de septiembre cumple medio siglo de vida), aunque se mudó con su familia a Los Angeles cuando tenía doce años de edad. En 1975 formó a su primera banda, conformada exclusivamente por chicas adolescentes como ella y fue descubierta por el productor discográfico Kim Fowley, quien al ver el potencial del grupo lo bautizó como The Runaways y reclutó a una jovencita rubia y sensual para que se convirtiera en su voz principal y front girl: Cherry Currie, quien no tardó en cambiar su nombre a Cherry Bomb.
Las Runaways firmaron con Mercury Records, casa para la que grabaron tres discos que no tuvieron mucho éxito en los Estados Unidos pero sí en Japón, en donde realizaron una demencial gira que está muy bien registrada en la película de Sigismondi. No obstante, en el área de Los Angeles, específicamente en los circuitos del hard rock, el garage y el punk, la banda fue muy popular hasta que sobrevino su separación, en 1980. Otra integrante de The Runaways, la guitarrista Lita Ford, tendría una fructífera trayectoria como solista.
Mientras Cherry Curie intentó convertirse en actriz de cine (participó de hecho en una aceptable producción, al lado de Jodie Foster: Foxes, dirigida en 1980 por Adrian Lyne), Joan Jett se mudó a Nueva York para iniciar su carrera en solitario. Allá conoció al productor Kenny Laguna, con quien conformó una alianza que duraría muchos años y resultaría muy fructífera. Por lo pronto, ese mismo 1980 Joan Jett grabó de manera independiente un disco homónimo que al principio tuvo un éxito bastante discreto, hasta que fue tomado por la disquera Boardwalk para relanzarlo con el título de Bad Reputation y lograr sorprendentes ventas.

El siguiente paso fue que Jett formara a su propia banda (The Blackhearts), con la que produjo su segundo larga duración, I Love Rock’n’Roll (1981), un plato de contundente hard rock que la lanzó a la estratósfera con su tema-himno homónimo, el genial e irresistible “I Love Rock’n’Roll” que todos conocemos de sobra. Dos elepés más (Album, 1983; Glorious Results of a Misspent Youth, 1984) habrían de reconfirmar el talento de Joan Jett, su facilidad para escribir canciones con sensacionales riffs y su compromiso con los movimientos feministas (es un icono de las riot grrrls). No habría sin embargo más cumbres como las que logró sobre todo en 1981, aunque su disco de covers, The Hit List (1990), es una absoluta delicia.
Joan Jett se convirtió en un símbolo para varias de las bandas femeninas de rock que aparecieron después de ella. Desde L7, Bratmobile y Bikini Kill hasta The Gits, Babes in Toyland y Sleater-Kinney, quienes reconocieron en dos de los discos más modestos de Jett (Notorious de 1991 y Pure and Simple de 1994) su más grande influencia.
Ojalá que The Runaways llegue pronto a las salas mexicanas de cine. Es una película que tuve oportunidad de ver y que vale mucho la pena. Sólo espero encarecidamente que los distribuidores nacionales no le sorrajen un título como Chicas perversas, Sexo, drogas y chavas rebeldes o Loca academia de rockeras. Por los ovarios de la divina Joan Jett… que no lo hagan.

*Publicado hoy en la sección "El ángel exterminador" de Milenio Diario.

domingo, 15 de agosto de 2010

Veintidós meses


Hoy es 15 de agosto de 2010, lo que significa que Denisse y yo cumpliríamos (¿o cumplimos?) un año y diez meses de estar juntos. Cierto, en este momento no estamos tan juntos como lo estábamos, digamos, antes de junio pasado, pero tampoco estamos separados. Para explicarlo en terminología facebookera, lo que era una relación a secas se convirtió en una relación abierta (aunque en su Facebook ella aparezca como "en una relación" y yo como "soltero"). En fin. Lo importante es que nos seguimos amando, nos seguimos llevando de maravilla y aunque no viviremos bajo el mismo techo, Denisse sabe que esta sigue siendo su casa y yo sé que en la que ella está a punto de rentar, allá por los rumbos coyoacaneros, de algún modo también seré bien acogido (sin albur). Lo nuestro sigue, pues, simplemente con mayor distancia geográfica y sin que se trate de una relación cerrada (para llamarla de algún modo). Por lo tanto, el menos para mí, hoy cumplimos un año y diez meses: veintidós más o menos cómodas mensualidades. ¡Felicidades, churri!

sábado, 14 de agosto de 2010

¡Legalicemos al Chicharito!*


Tan ahogados como estamos por las malas noticias, parece que lo único bueno que le sucede a nuestro país es la carrera vertiginosa y triunfante de Javier El Chicharito Hernández.
En medio de la guerra contra el crim…, ah no, perdón…, de la lucha por la seguridad; de las matazones de cada día; de las discusiones bizantinas sobre la legalización de la marihuana; de los exhortos del clero para que todos los heterosexuales, etereosexuales y estereosexuales adopten niños antes de que lo hagan los homosexuales; del eterno conflicto del SME; de la delirante hiperactividad intrusiva de Chente Fox; de las declaraciones gagás de Fidel Castro sobre Andrés Manuel López Obrador; de las broncas y los apagones en la Línea 3 del Metro; de las argucias de Marcelo Ebrard para no tener que saludar de mano a Felipe Calderón en las reuniones en que coinciden; de los inútiles foros monologantes sobre la seguridad en el Campo Marte; de lo que se viene el próximo martes en la noche de los cuchillos largos del PAN… En medio de todo eso (nada de qué sentirnos orgullosos), el Chicharito parece ser la única luz al final del túnel, así sea un túnel pambolero.
Hablo en serio: para las personas comunes y corrientes, aquellas que abominan de la política y se dedican a la sobrevivencia cotidiana, el flamante número 14 del Manchester United es alguien que les permite ser un poquitín optimistas, alguien que les brinda alegrías en medio de la tristeza y una leve chispa en plena oscuridad. Lo escucho con mucha gente de a pie: el Chicharito Hernández es la antítesis de todos los personajes nefastos que controlan al país; se trata de un joven que proyecta bonhomía, sencillez, calidez, honestidad, entereza, ilusión, voluntad de cambio, esperanza en un futuro mejor. Suena cursi y exagerado, pero es la percepción de una buena cantidad de mexicanos. Por eso tantos lo han adoptado rápidamente como ídolo, algo que debería hacer reflexionar a todos los que aspiran a hacerse del poder a partir de 2012.
Así pues, ya que se habla de legalizar…, ¡legalicemos al Chicharito!

*Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.

viernes, 13 de agosto de 2010

Viernes 13


Algunos dicen que es un día de mala suerte. Otros opinan que no, que el de mala suerte es el martes 13. Para mí fue tan sólo un día común y corriente. No mucho notable que contar, pero bastante productivo. Un viernes 13 sin sustos o sobresaltos.

jueves, 12 de agosto de 2010

Una charla con Fray Servando Teresa de Mier


Controvertido aún hoy día, a 183 años de su muerte, Fray Servando Teresa de Mier es uno de los grandes precursores del movimiento de Independencia que este próximo 16 de septiembre cumple 200 años de haberse iniciado. Sacerdote con nombre de avenida, revolucionario y anticolonialista, el nativo de Monterrey, Nuevo León (1765), estuvo siempre al lado de las causas populares y se enfrentó con valor y temeridad a sus enemigos políticos –desde la Santa Inquisición hasta los iturbidistas-, para ser encerrado siete veces (aunque algunos historiadores hablan de catorce) en diferentes prisiones, de las cuales casi siempre se escapó. Vivaz, inteligente, irónico, el fantasma de Fray Servando sigue flotando por ahí y fue con él con quien conversamos… en un Sanborns.

¿Por qué era usted tan terco, tan empecinado, tan rebelde?
Yo creo que las circunstancias del país exigían ser empecinado, terco, rebelde. Alguien tenía que asumir una actitud categórica, definitiva, y yo lo hice, pero siempre con mucho sentido del humor. Hay cosas en las que no se puede ceder y yo nunca transigí.

¿Cómo hacía para escaparse de las cárceles?
La verdad es que ya soy más leyenda que otra cosa. Se habla de que realicé catorce escapatorias. Conque la mitad fueran verdad, sería suficiente para ser leyenda. Yo recuerdo que uno de mis grandes escapes, quizás el más espectacular, sucedió una vez que estuve en una de las cárceles de la Santa Inquisición, que de santa nada tenía. Los barrotes estaban separados lo suficientemente como para que una persona muy delgada pudiera escaparse. Entonces dejé de comer. A la comida que me daban, le quitaba toda la grasa y la untaba en la parte de abajo de mi cama y así la estuve juntando durante una buena temporada. Al no comer grasa, adelgacé enormemente y quedé lo suficientemente delgado como para caber entre los barrotes. Con la grasa que había almacenado, me unté todo el cuerpo y así fue más fácil traspasarlos. Pero había un problema: mi celda estaba en una parte alta. Por suerte tenía una sombrilla que me había regalado un arzobispo y con ella abierta me lancé desde arriba y caí en un carruaje que me aguardaba. Así que puede decirse que también soy precursor de los paracaídas.

¿Por qué negaba la existencia de la Virgen de Guadalupe?
Nunca negué la existencia de la Virgen de Guadalupe. En lo que jamás creí fue en la leyenda de las apariciones a Juan Diego. Lo interesante es que acabo de ver por la televisión –porque entre las actividades que podemos hacer los que ya estamos muertos está el ver lo que hacen ustedes los vivos- a un sacerdote católico, cuyo nombre no recuerdo y que trabajó con el abad Schulemburg en la Basílica de Guadalupe, quien hablaba de las apariciones con un sentido totalmente moderno, diciendo que éstas no eran como una proyección cinematográfica, sino que se trataba de apariciones de tipo interior. Yo soy el precursor de esos planteamientos modernos sobre la Guadalupana que hoy hacen algunos prelados, sin que ello signifique una traición a su fe. Yo diría que la Virgen, más que la madre de Dios, es la Diosa madre, esa madre universal, cósmica, que refieren todas las religiones, la Tonantzin de quien hablaban nuestros indígenas.

¿Valió la pena tanto luchar por la independencia para terminar en un falso imperio y en largos años de caos?
Bueno, no. Porque al final todo terminó en una república, encabezada por el mediocre de Guadalupe Victoria, un hombre honesto pero demasiado deteriorado por los tres años que vivió en la selva. No hizo grandes cosas, pero a fin de cuentas era un repúblicano que luchaba por la democracia. Es muy lamentable que la gente, incluso en la época de ustedes, se siga fijando más en los principitos que se ponían todo tipo de medallas, como Iturbide o Santa Anna o Maximiliano, en lugar de centrarse en todos los héroes republicanos como Juárez, Altamirano, todos los grandes hombres de la Reforma… o como yo mismo.

Al ver lo que es hoy nuestro país, ¿cree usted que valió la pena toda esa lucha, todos esos enfrentamientos?
Yo creo que la lucha por la democracia siempre valdrá la pena. La democracia es una porquería, pero de todas las porquerías es la menos mala.

¿Desde su punto de vista somos hoy un país independiente?
Evidentemente no. Cada ves somos más dependientes. La globalización amenaza con hacer que no existan países independientes. Por eso toda la lucha que puedan dar los jóvenes y todas las nuevas izquierdas globalifóbicas me parece muy importante.

¿Es la corrupción un mal inevitable, consustancial a la política mexicana?
No. Yo creo que es evitable. Lo que pasa es que tiene tal cantidad de subterfugios que no se ha podido evitar. Por ejemplo, recuerdo un momento de la historia de México, cuando estaba ese presidente que se llamó José López Portillo, en que se hablaba de que “la corrupción somos todos”, parodiando su frase de campaña de “la solución somos todos”. Entonces el actor Héctor Ortega hizo una película, Cuartelazo, que hablaba de Belisario Dominguez, para demostrar que no todos son corruptos. O personajes como Guillermo Prieto, ministro del gabinete de Juárez, a quien cuando murió le faltaban botones en su chaleco, porque no tenía dinero para comprarse unos, y así lo enterraron. Eso demuestra que la corrupción no somos todos. Habemos héroes nacionales que no somos corruptos ni transigimos con la corrupción.

De los partidos del México actual, ¿con cuál se identifica?
Me identifico con el futuro. Evidentemente soy una persona de izquierda. Ser de izquierda significa estar con la justicia, con la libertad y con la democracia. Esos tres valores siguen siendo defendibles y deberían seguirlo siendo siempre. Son valores eternos, son el sol que me guía y no se puede tapar el sol con un dedo.

¿Admira a algún personaje del México de principios del Siglo XXI?
Me gustan mucho las actitudes políticas de Rosario Robles –a pesar de todo lo que se diga de ella-, del mismo Cuauhtémoc Cárdenas. Incluso con todos sus errores, Marcos sigue siendo una bandera que es valiosa y que ha demostrado muchos valores positivos. Pero a lo largo de estos largos años de ser alma errante, he admirado a gente como Darwin, como Marx, como Freud, como Stanislavski, como Gaudi, como Duchamps.

¿Qué futuro le augura a México desde su visión decimonónica?
Qué barbaridad, qué pregunta tan difícil… Yo diría que es el mismo futuro de muchos países del Tercer Mundo. No nos queda más que dar una gran lucha. Ahora que tanto se habla mal de la Patria, yo creo que uno tiene que luchar por ella. Porque la Patria es como un escudo con el cual podemos defendernos de la enajenación, de la manipulación. A lo mejor la Patria es un concepto anticuado, ridículo, pero es una forma de identidad. Tal vez en el futuro tengamos una democracia global y abandonemos a la Patria para tomar decisiones colectivas a nivel planetario. Entonces tendremos una Patria mundial.

¿Persisten los rencores en el más allá?
Por supuesto. Los rencores no desaparecen ni desaparecerán nunca, porque nos nutren cuando estamos vivos. Los asimilamos, los tomamos del pasado y los seguimos haciendo vivos, aun después de muertos.

¿Algún mensaje para los mexicanos de hoy?
Bueno, no soy de la Western Union. No me gusta dar mensajes. No hay mejor mensaje que la vida propia. Nada más.

*Entrevista publicada en la revista Milenio Semanal en septiembre de 2003. La charla la hice con el actor Héctor Ortega, quien en esos días interpretaba a Fray Servando Teresa de Mier en la obra teatral 1822. El año que fuimos imperio que se presentaba en el teatro Juan Ruiz de Alarcón del Centro Cultural Universitario. Algunas fechas han sido actualizadas.

miércoles, 11 de agosto de 2010

martes, 10 de agosto de 2010

The Baseballs en La Mosca en la Radio


He aquí el programa de esta noche de La Mosca en la Radio, dedicada al disco Strike! del trío alemán de rockabilly, especializado en covers, The Baseballs. A ver qué les parece la combinación entre las canciones poperas originales y las versiones rocanroleras de estos singulares y divertidos germanos.

lunes, 9 de agosto de 2010

Sólo fue lunes 9


Día tranquilo, de trabajo, de preparar el programa de radio, de trabajar en el sitio de La Mosca en la Red, de coordinar el blog musical de Nexos, de escribir, leer y darme tiempo para platicar por internet y por teléfono con mis hijos, con Denisse, con algunas amigas. Un día normal, muy calmo y relajado. Sólo fue lunes 9 de agosto de 2010.

domingo, 8 de agosto de 2010

Lápida


Epitafio en la lápida de una recién nacida. Es poético pero al mismo tiempo terrible:
"La mayor parte de mi vida la pasé en el vientre de mi madre”.

sábado, 7 de agosto de 2010

Las Chivas y el megafiestón del Bicentenario*


Todos somos Chivas y todos somos bicentenaristas. Hoy el ánimo en México es de celebración y guateque. No es para menos: los rojiblancos del Guadalajara hicieron la hombrada de derrotar a la Universidad de Chile en el mismísimo Estadio Nacional de Santiago (ese mismo que en 1973 sirvió como campo de concentración y ejecución de tantos chilenos simpatizantes de Salvador Allende, hecho del que nadie pareció acordarse en medio de la euforia pambolera) y el secretario de Educación, Alonso Lujambio, anunció con entusiasmo patriótico de qué tamaño va a ser el súper reven del 15 de septiembre próximo, fiestononón que incluirá conciertos, coreografías aéreas, carros alegóricos, juegos pirotécnicos y una ceremonia del Grito “como jamás se ha visto”. Órale pues.
Jorge Ibargüengoitia decía que los mexicanos solemos confundir a lo grandioso con lo grandote y me temo que por ahí vaya la cosa en estas megacelebraciones. Al menos esa impresión me dio al ver las imágenes que se presentaron en la tele de lo que será el magno desfile por Paseo de la Reforma, Avenida Juárez, Madero y el Zócalo. De lo que va a costar la pachanga para los héroes que nos dieron Patria mejor no hablo; digo, para no parecer amarguetas y aguafiestas.
Pero el ánimo fiestero no termina ahí. Hay que celebrar también, por ejemplo, que la Suprema Corte de Justicia haya calificado como constitucionales a los matrimonios gay y, por supuesto, tenemos que estar felices luego de la liberación, sanos y salvos, de los reporteros secuestrados en Gómez Palacio, Durango. Ojalá pudiéramos festejar muy pronto, de la mejor manera, el fin de la guerra contra el narco. Pero eso parece que aún está muy lejos.
Para terminar y ya que en estos días se está alentando el debate sobre la despenalización de las drogas, creo que de nada serviría legalizar sólo a la marihuana. Tendría que incluirse a todas las sustancias hoy prohibidas. Si no, sería como cerrar una parte del negocio y dejar abiertas todas las demás. No sé por qué de pronto me acordé del tío Lolo.

*Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.

viernes, 6 de agosto de 2010

Frase porfirista


A principios del siglo pasado, cuando la moral era tan cerrada y el sexo era visto como una cosa del demonio y una amenaza contra la estabilidad social, en años cuando se usaba aquello de la sábana santa (se abría una hendidura en una sábana para que la esposa se cubriera con ella y su cuerpo desnudo no fuera visto por el marido: la hendidura servía para que por allí pasara el pene y penetrara a la doñita), antes de poseer a sus conyuges, los hombres píos pronunciaban la siguiente oración: "Esto que hacemos, Santo Señor, no es por vicio ni es por fornicio, sino por hacer un hijo en tu santo servicio". Es verdad, aunque usted no lo crea.

jueves, 5 de agosto de 2010

Cuando mucho significa poco


El otro día me di cuenta de lo diferente que resulta decirle a alguien "te quiero mucho" a decirle sencillamente "te quiero". En el primer caso, no hay carga pasional, es más bien una frase de cariño, de afecto, de querencia bella y sincera, pero querencia al fin y al cabo. En cambio, decir "te quiero" es como decir "te amo". Hay ahí un peso amoroso, apasionado, de entraña y de víscera. Curioso y paradójico que es nuestro idioma, porque la palabra "mucho" en este caso funciona para disminuir la intensidad, para convertirla no en mucho sino en poco. "Te quiero mucho": bien, se lo puede uno decir a muchas personas cercanas, sin compromiso alguno. "Te quiero": eso ya es cosa seria, implica alguna liga mucho más fuerte y densa, no necesariamente un compromiso si se quiere, pero sí un acercamiento bastante más íntimo y exaltado. Cosas del idioma, cosas de los sentimientos.

miércoles, 4 de agosto de 2010

martes, 3 de agosto de 2010

Arcade Fire en La Mosca en la Radio


Este es el podcast del programa de La Mosca en la Radio que trasmitimos esta tardenoche en Tu Radio on Line, dedicado al álbum The Suburbs de Arcade Fire que justamente hoy apareció a nivel mundial. Espero que les guste.

lunes, 2 de agosto de 2010

Ser como el amigo gay


De tres años y pico a la fecha, mi suerte con las mujeres ha cambiado significativamente. Ha cambiado para bien, por supuesto. Nunca había tenido tantas buenas amigas como hoy día y seguido conozco a nuevas camaradas. Con la mayor parte platico muy bien y sé escucharlas y hablar de lo que les interesa. Casi todas se abren y me cuentan cosas que guardo como secretos, mi forma de agradecerles por tenerme tanta confianza. Creo que en ese sentido soy como el amigo gay que todas gustan tener, con la ventaja -al menos para mí- de ser heterosexual. Aparte, por alguna razón, casi siempre se despierta un gran cariño de ellas hacia mí y de mí hacia ellas, lo que crea un vínculo maravilloso de amor y respeto. Por supuesto, yo también me abro y les confío muchas cosas. Puede ser que en eso estriba el que ellas me sigan frecuentando y quieran seguir viniendo a mi casa, lo cual les agradezco sobremanera. Love'em all.

PD: Mi primo Gustavo García Arróyave cumplió hoy cincuenta y siete años. Es sin duda, de todos mis primos, aquel por quien más entrañable afecto siento. Pronto escribiré de él en mi blog Pretérito imperfecto.

domingo, 1 de agosto de 2010

El regreso de Denisse


Cuatro largos meses pasaron y, de pronto, Denisse terminó su propedéutico en Pátzcuaro y está de regreso en el Distrito Federal. Muchas cosas cambiaron para nosotros en ese lapso. Nuestra relación cambió de estatus (para decirlo en términos de Facebook) y de novios (whatever that means) pasamos a solteros y ahora estamos en una especie de relación abierta mutuamente acordada. Ella no vivirá conmigo y se instalará en un departamento con dos compañeros de escuela, pero nos seguiremos viendo seguido y bien, porque el amor que nos une es muy grande y sincero, aunque para conservarlo pienso que lo mejor es no atarlo y no imponerle exigencias de propiedad privada y exclusividad. Tenemos que darnos más aire, vamos. No sabemos qué pueda suceder en el futuro próximo, pero por ahora los dos estamos contentos por esta forma de extender lo nuestro (como en la foto de este post). On verra.