Antonio Garci, un servidor, América Navarrete y Porfirio Romo. |
Allá coincidí con el buen Pablo Majluf (platicamos breves momentos) y con mi cuata, la guapa América Navarrete. De hecho, en la hora extra que estuve ahí luego de la presentación, ella permaneció conmigo y le presenté a mis cuates (menos a Fedro porque ellos dos ya son cuates).
Porfirio me obsequió un ejemplar del libro. Espero entrevistar pronto a don Guillén.
Salí junto con América, a quien afuera esperaba su actual novio.
Regresé en metrobús y llegué aquí como a las nueve. Mi mamá ya se había dormido.
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