
En México, la cosecha de humorismo nunca se acaba. Llevamos varias semanas con
Juanito como protagonista principal de la gran carpa políticómica nacional, cuando de pronto aparece en escena un nuevo bufonazo, de origen celestial y boliviano (dije boliviano, no bolivariano, para que no piensen que me refiero a ese otro gran histrión fársico que es mi tocayo –chale– Hugo Chávez), quien se aventó la puntada de secuestrar a un avión de Aeroméxico con no más armas que una
Biblia y dos latas de jugo de frutas.
En la tele y diversos medios se desgarran las vestiduras frente a este “acto de terrorismo”, cuando a mi modo de ver fue nada más que un
performance genial y psicodélico que nos trajo un poco de distracción en estos momentos de tantas malas noticias (bueno, el resurgimiento de la selección nacional, de la mano del
Vasco y el
Cuauh, también ha servido para alivianarnos –enajenarnos, dicen los radicales
de gauche– un poco).
Pero volvamos con Josmar Flores, pastor evangélico que ni pintado para que
ipso facto lo contraten en
Pare de sufrir,
12 corazones o el nuevo
talk show del presidente Calderón. “Fueron tres los secuestradores del avión: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo”, dijo el religioso, en una declaración de antología que debe incluirse en los libros de texto gratuito, para fomentar el sentido del humor entre los estudiantes mexicanos.
Hay algunos malpensados, como lo leí en
Twitter, que andan diciendo que fue la empresa Jumex la que organizó todo el numerito, como parte de una campaña publicitaria, ya que Josmar llevaba con él dos latas de jugo de esa marca, pero no creo que sus
creativos tengan tanta imaginación.
Lo que sí espero con toda el alma (ya que estamos en terrenos místicos) es que Josmar no le robe cámara a nuestro
Juanito, sobre todo ahora que las negociaciones con Clara Brugada están en su punto más caliente y que hasta Marcelo Ebrard dijo que hablará con el delegado electo en Iztapalapa para que piense bien las cosas. O sea…, ¡gulp!
*Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de
Milenio Diario.