viernes, 25 de septiembre de 2009
Informes sobre mi pingüino
Juro que eso decía un aviso muy formal colocado al lado del chofer de un microbús que abordé esta mañana, por los rumbos de Miguel Ángel de Quevedo: "Informes sobre mi pingüino". Era una fotocopia en blanco y negro, con la foto de lo que parecía en verdad un pingüino (aunque con las plumas bastante desordenadas) y dos números telefónicos para reportar a la pequeña ave en caso de que alguien la viera por ahí. No me atreví a preguntarle al conductor si aquello era en serio. ¿Un pingüino extraviado en el Distrito Federal cual vil perro callejero? ¿Un pingüino que podía estar a la mitad del Viaducto o en algún rincón de Álvaro Obregón o Iztapalapa (¡saludos, Juanito!)? Luego dicen que esta ciudad no es surrealista y fascinante.
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