lunes, 31 de agosto de 2009

Mis hijos según mi sobrino



Mi talentoso sobrino Axel Rangel realizó estas dos ilustraciones de mis hijos Alain y Jan (sus primos) en plena acción como diyéis. Se las comparto.

domingo, 30 de agosto de 2009

Garibay


“Aquí es donde hay que joderse. Leer o escribir es un acto de humildad, de devoción, de reverencia”. Lo dijo el gran, el enorme escritor que fue Ricardo Garibay (1923-1999), quien justo hoy cumple diez años de haber partido de este mundo. De personalidad en apariencia ruda y altanera (curioso que en su frase mencione a la humildad), Garibay fue uno de los literatos mexicanos de escritura más intensa, pulida y perfecta. Hombre culto a más no poder, dueño también de un extraordinario don para la palabra hablada (cómo no recordar sus múltiples intervenciones en la televisión, cuando Canal 13 era una emisora oficial), don Ricardo me impactó siempre desde sus libros y sus trabajos periodísticos, especialmente en la revista Proceso (antes de que ésta se convirtiera lastimosamente en un medio propagandístico de la supuesta ultraizquierda). Crítico rabioso de la mala literatura y de la realidad socipolítica que le tocó vivir, escribidor y lector apasionado que sabía trasmitir sus conocimientos y sus gustos, artista de las letras que lo mismo escribía novelas prodigiosas que reportajes maravillosos en los que retrataba como nadie al habla popular (su serie de entrevistas al boxeador Rubén Olivares, Las glorias del gran Púas, son un hito del encuentro entre la literatura y el periodismo), segador implacable de la paja y los adornos escriturales (su estilo era austero, seco, muy influenciado por la novelística estadounidense del siglo veinte), Ricardo Garibay nunca se sintió intelectual y jamás formó parte de las mafias de escritores. Quizá por eso no se le recuerde y sus libros no sean hoy tan mencionados como los de otros literatos de mucho menor nivel que el suyo. Busquen los libros de este hombre nacido en Tulancingo, Hidalgo. Lean sus novelas (en especial las esplendorosas Beber un caliz y La casa que arde de noche), aprecien a un autor alejado del estilo híper recargado del realismo mágico. Diez años ya que se nos fue el maestro Garibay. Qué mejor homenaje podemos hacerle que leerlo, releerlo y difundirlo.

sábado, 29 de agosto de 2009

Juanito y el canto de las sirenas *


Homéricamente (por Homero el griego, no por Homero Simpson, aunque quién sabe), Andrés Manuel López Obrador se refirió al “canto de las sirenas”, en referencia a la manera como Rafael Acosta, mejor conocido por la perrada como Juanito, cambió de opinión en aquello de renunciar a su cargo como delegado en Iztapalapa y pasarle la estafeta a Clara Brugada y pejistas que la acompañan. “Ojalá no escuches el canto de las sirenas”, le mandó decir AMLO al hijo desobediente y retobado que no quiere dejarle a su mentor, por medio del Partido del Trabajo, el botín de tres mil millones de pesos que significa aquella populosa delegación del oriente defeño.
Caray, pero qué ingrato es este Juanito que de pronto me hace recordar al Púas Olivares (imagino la entrevista que le hubiera podido hacer el gran Ricardo Garibay). En lugar de acatar con sumisa actitud y la cabeza gacha las órdenes del Gran Mesías y conformarse con el oscuro puesto que se le ofrecía y los sesenta mil pesitos mensuales que éste representaba (Agustín Guerrero dixit), el personaje de la banda tricolor en la frente decidió creérsela y, constancia de elección en mano, pensar en la posibilidad de gobernar a los iztapalapenses durante tres-añotes-tres.
De poco han servido amenazas e improperios en su contra. Juanito se mantiene incólume y parece reír socarronamente de quienes pensaron que sería un títere al que podrían manipular a sus anchas. Todos esos que lo miraban como a un tipo simpático y pintoresco, ahora lo contemplan como a un demonio traicionero y sin palabra, a quien mal aconsejan unas sirenas de presunta filiación ultraderechista.
Quién sabe en qué vaya a terminar todo este merequetengue en el que el supuesto enano se le creció al dueño del circo. Igual la presión termina por doblegar al buen Juanito y acaba por entregar la plaza. Como sea, este Ulises Región 4 que –dicen- escuchó el canto de las sirenas ha logrado algo de lo que muy pocos pueden vanagloriarse: poner a sudar frío al mismísimo Gran Mesías.

*Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.

viernes, 28 de agosto de 2009

Joyas del Twitter


Un diálogo
Jairo Calixto Albarrán: Vi al Sax de la Maldita Vecindad, se parece a Ofelia Medina.
Salvador Mendiola: Vista de cerca, Ofelia Medina es toda La Maldita Vecindad y los Hijos del Quinto Patio y Caifanes y Real de Catorce.

Una frase
Bienaventurados sean los que viven amorosamente cerca de las mujeres que es como vivir en las orillas del mar de la sabiduría.

Otra frase
Cuando un humano aborta es una tragedia y cuando un pollo aborta es una omelette.

jueves, 27 de agosto de 2009

Más o menos ocupado


1. Escribo mi columna semanal "Cámara húngara" para Milenio Diario.
2. Escribo de vez en vez para "El ángel exterminador" de Milenio Diario.
3. Escribo de vez en vez para Milenio Semanal.
4. Escribo para dos revistas diferentes (la una semanal, la otra mensual), con seudónimos distintos (por obvias razones no puedo revelar el secreto).
5. Coordino Acordes y desacordes, el blog de música de la revista Nexos y escribo algunos textos ahí de vez en vez.
6. Dirijo, edito, coordino, corrijo las colaboraciones de lo que será La Mosca en la Red.
7. Preparo, dirijo y conduzco en la estación 2RadiOnLine el programa semanal por internet La Mosca en la Radio.
8. Escribo todos los días el blog El rojo y el negro que ustedes están leyendo (y que a veces se atrasa un poco).
9. Ensayo, compongo canciones y toco cuando menos una vez al mes con mi banda Los Pechos Privilegiados (y estoy a punto de iniciar un nuevo proyecto musical).
10. Atiendo a mis diferentes redes sociales (Facebook, MySpace, hi5 -ésta muy poco, la verdad- y ahota Twitter.
11. Me doy mi tiempo para estar con Denisse, ver a mis hijos, visitar a mi mamá, leer, escuchar música, ver la tele, saludar a amigos y amigas, etcétera. Vida social que le dicen.
Con todo esto, deben comprender que no he tenido ocasión de meterme a mis otros cuatro blogs (Bajo presupuesto, Pretérito imperfecto, Futbol Bizantino y Matar por Ángela 2). Pero ya los retomaré.

miércoles, 26 de agosto de 2009

Porque no hay octavo malo


En nuestro concierto número ocho de este 2009, los Pechos Privilegiados regresamos al querido hoochie coochie bar Ruta 61, en otra dulce noche de blues, soul, funk y rock original en español en la que habrá una sorpresa muy especial y el estreno de una nueva canción: “Sólo he venido a decirte adios”.
La cita es este jueves 3 de septiembre, en punto de las nueve y media de la noche, en Baja California 281, casi esquina con Avenida Nuevo León, en la colonia Hipódromo Condesa. Colaboradores de La Mosca (y lectores que se identifiquen como tales) no pagan cover.

Los Pechos Privilegiados son:
Leyla Rangel: Voz y coros
Giuliana Vega: Voz y coros
Jorge González: Bajo
Carolina Reyes: Batería
Mauricio Mayén: Guitarra líder
Hugo García Michel: Voz, guitarra y armónica

Invitados especiales:
Pelusa: Armónica
Nancy Zamher: Voz

martes, 25 de agosto de 2009

Arctic Monkeys en La Mosca en la Radio


Séptima emisión de La Mosca en la Radio y segunda en su horario nocturno (de ocho a diez de la noche). La audiencia aumenta. Denisse fue conmigo y el programa fluyó bien. Presenté completito el álbum Humbug de los Arctic Monkeys, además de algunos temas del reciente disco en concierto del mismo grupo y un par de canciones de The Last Shadow Puppets, el proyecto alterno de Alex Turner (líder de los Monos del Ártico) y Miles Kane (de The Rascals). La mejor opinión es la de ustedes. He aquí la liga para escuchar (y en algunos casos descargar) la emisión de hoy.

La Mosca en la Radio 7: zSHARE - La Mosca en la Radio 07 _agosto 25_ 2009_.mp3

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lunes, 24 de agosto de 2009

Algo sobre La Mosca en la Red


Mucha gente se pregunta -me pregunta- qué pasa con el proyecto de La Mosca en la Red. Incluso hay quienes piensan que lo he abandonado. Nada de eso. Lo que sucede es que ha habido más dificultades de las esperadas. Esto no lo he contado, pero estamos arrancando prácticamente sin un centavo, con la colaboración desinteresada de decenas de personas que se han sumado de diferentes maneras. Ya cuento con las suficientes colaboraciones escritas y gráficas como para iniciar una muy buena página moscosa. El noventa por ciento de los colaboradores de la trevista en papel sigue con lo que será la revista en línea y a ellos se ha sumado gente nueva. La bronca ha estado en la parte operativa. Dos web masters que se ofrecieron a trabajar con nosotros al final fallaron, debido a diferentes e incluso comprensibles motivos. Por ahora no hay forma de pagarles y tuvimos que tomar al toro por los cuernos y trabajar, por nosotros mismos, en la lenta administración de contenidos. Pero ya llevamos subidos muchos artículos y es cuestión de pocos días para dar de alta al sitio. Ojalá hubiera un web master que se ofreciera a colaborar bien y -al principio- por amor a La Mosca. Pero entiendo que es difícil. Gracias doy a colaboradores y lectores por su paciencia y también por su impaciencia. Es la cuestión operativa la que ha determinado tanta lentitud. Sólo eso. Pero La Mosca en la Red va.

domingo, 23 de agosto de 2009

¡Noooooo!


El viernes perdieron los Pumas (llevan de cinco, cinco) y ayer ganó el América. ¿Es una señal del Apocalipsis?

sábado, 22 de agosto de 2009

¡Ay, Juanito, no te rajes!*


Nadie de quienes lo vieron aquella tarde de finales de junio lo hubiera esperado. El hombrecito se veía tan dócil y tan manso, tan sumiso y tan fácil de manipular, que ninguna persona en su sano juicio habría apostado por el menor atisbo de desobediencia. El Gran Mesías lo había elegido para protagonizar lo que éste, el Gran Mesías, con su clásica sonrisa socarrona, consideró sin duda una ideota, un genial movimiento de ajedrez que le daría un incontestable jaque mate.
La estrategia era perfecta: el hombrecito sería apoyado para obtener el triunfo y una vez que lo consiguiera, renunciaría para dejar su lugar a la consentida del Gran Mesías. Así de simple, así de sencillo.
Pues he aquí que de tal modo sucedió. Como en un cuento de Las mil y una noches, el hombrecito ganó y se convirtió en el mandamás de su demarcación y cuando el Gran Mesías esperaba que aquel dejara sumisamente su cargo para que la consentida lo asumiera, el hombrecito decidió rebelarse y decirle a ambos (o sea, al Gran Mesías y a la consentida): “¡ni madres!”.
Eso fue lo que aconteció entre Juanito, Clara Brugada y el Gran Mesías de todos (los perredistas) tan temido. El primero se ha mostrado reacio a abandonar el jugoso hueso que representa ser delegado político en Iztapalapa y ahora pone condiciones a quienes se creían sus titiriteros. “Yo tenía todo para ganar solo y sin la ayuda de nadie” ha dicho Rafael Acosta, Juanito, y aunque sabemos que eso no es verdad, lo cierto es que venció legalmente en las elecciones y está en su legítimo derecho de quedarse en la silla durante los tres años que dura el cargo.
Ojalá lo haga. Sería una ejemplar lección y un invaluable servicio a la izquierda mexicana que este ex gladiador se atreviera a desafiar al mismísimo Andrés Manuel López Obrador, algo que no osan hacer todos esos pusilánimes dirigentes del PRD que cada vez que ven al tabasqueño bajan la mirada acobardados.
Querido Johnny: no renuncies, no le hagas el caldo gordo a la Brugada y al doctor Pejestein. ¡Ay, Juanito, no te rajes!

*Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.

viernes, 21 de agosto de 2009

El sexto programa de La Mosca en la Radio


Al fin pude subirlo. He aquí el programa del pasado martes 18 de agosto, dedicado a los cuarenta años del festival de Woodstock. Espero que lo escuchen. También espero opiniones.

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jueves, 20 de agosto de 2009

Dos avisos


1. La siguiente emisión de La Mosca en la Radio estará dedicada a Humbug, el nuevo disco de los Arctic Monkeys. La cita es el próximo martes 25 de agosto (día en que el álbum se presenta a nivel mundial) a las ocho de la noche (y hasta las diez) en la frecuencia de 2RadiOnLine (http://2radionline.gmro.com.mx/).

2. La siguiente presentación de Los Pechos Privilegiados será el jueves 3 de septiembre, a las diez de la noche, en el Ruta 61 (Baja California 281, casi esquina con Nuevo León, Colonia Condesa).

miércoles, 19 de agosto de 2009

La casa en pequeños segmentos

Les comparto esta maravilla de animación: La Maison en Petites Cubes de Anton Cherednichenko. Dulce, conmovedor, triste, bellísimo corto.

La Maison En Petites Cubes from Anton Cherednichenko on Vimeo.

martes, 18 de agosto de 2009

Woodstock en La Mosca en la Radio


Ese fue el tema de hoy en el programa La Mosca en la Radio que se trasmite todos los martes (desde ahora con su nuevo horario, de ocho a diez de la noche) por la emisora en línea 2RadiOnLine y al cual tengo la fortuna de conducir y dirigir. Programé diecisiete canciones, todas ellas provenientes de aquella Feria de música y artes celebrada entre el 15 y el 18 de agosto de 1969 en el condado de Bethel, estado de Nueva York, en los Estados Unidos, y que se ha convertido en hito y mito, a veces con argumentos que lo sobrevaloran casi todo y a veces con críticas que lo menosprecian, también, casi todo. Conté diversas anécdotas y puse música de Country Joe McDonald, John B. Sebastian, Richie Havens, Tim Hardin, Bert Sommer, Canned Heat, Creedence Clearwater Revival, Mountain, Janis Joplin, Jefferson Airplane, The Band, Joe Cocker, Country Joe and the Fish, Johnny Winter, Crosby, Stills and Nash (foto), Sha Na Na y Jimi Hendrix. Creo que salió bien. Aún no tengo en mi poder la grabación del programa, pero en cuanto me lo hagan llegar, lo subiré aquí y en mi página de Facebook.

lunes, 17 de agosto de 2009

La revolución interrumpida de Abbie Hoffman


A principios de los setenta, uno de los objetos editoriales más inconseguibles era Steal This Book (“Roba este libro”) de Abbie Hoffman. Editado por Pirate Editions, se trataba de un volumen prohibido, condenado por las buenas conciencias de los Estados Unidos de Norteamérica. Para un joven mexicano de diecisiete años, hacerse de semejante título -del que tanto había escuchado hablar- era prácticamente un imposible. Por eso, cuando en 1972 mi amiga Rose Marie Amore, una hermosa rubia de quince años que por aquel entonces me traía rebotando, me dijo que iba a ir de vacaciones a Nueva York y que si no quería encargarle algo, lo primero que se me ocurrió fue pedirle el Steal This Book de Hoffman. Ella lo anotó con afabilidad y a los pocos días viajó a la Gran Manzana. Entonces me arrepentí de habérselo pedido. ¿Qué tal que tenía problemas al buscar un texto perseguido? Ella, quien con su larga y sedosa cabellera, sus pecas y sus ojos de profundo azul parecía una típica gringuita promedio (aunque en realidad era una mexicana de origen británico-holandés). Sin embargo, ya era demasido tarde.
  Rose Marie regresó a los dos semanas y cuando nos vimos, lo primero que puso en mis manos, con una gran sonrisa -nótese cómo uno tiende a idealizar los amores de adolescencia... y también los de la supuesta madurez-, fue aquel libro negro, con el título calado en blanco, el nombre del autor en letras rojas y a un lado de éste, la efigie de un tipo de larga cabellera rizada, nariz ganchuda y ojos de loco: Abbie Hoffman. Cuando le pregunté cómo demonios lo había podido conseguir y traer a México, me contó que había entrado a una librería de Manhattan, lo había pedido al encargado, éste la había mirado sorprendido, se lo había dado y ella lo había pagado. Así de sencillo. Sobra decir que desde entonces guardo el Steal This Book como una de mis más preciadas joyas bibliográficas y aunque jamás pude poner en práctica sus literalmente explosivas enseñanzas, lo leí de cabo a rabo en mi por entonces mediano inglés. Porque se trata de un verdadero manual de la subversión, una guía para vivir de a gratis en los países primermundistas (con aplicaciones prácticas al tercer mundo), un catálogo de sobrevivencia en el interior del Monstruo (John Kay dixit).

  Pero, ¿quién fue Abbie Hoffman? Nacido el 30 de noviembre de 1936, en la tranquila comunidad de Worcester, Massachusetts, este inquieto militante de origen judío fue uno de los líderes más importantes del llamado Partido Internacional de los Jóvenes (Youth International Party), cuyas siglas en inglés (YIP) dieron origen al radicalísimo movimiento yippie. Al contrario de los hippies, caracterizados por su pacifismo, su flower power y sus consignas de "Paz y amor", "Haz el amor y no la guerra", etcétera, los yippies eran activistas que golpeaban en la yugular del Sistema con acciones que si bien no llegaban al terrorismo oi a la violencia abierta, sí alcanzaban a trastornar al Estado norteamericano, al grado de ser considerados como individuos fuera de la ley.
  Jerry Rubin y Abbie Hoffman fueron los dos más conocidos líderes del yippismo, y Hoffman mantuvo su militancia toda la vida. Ambos se dieron a conocer con sus intervenciones en la célebre Convención Demócrata de Chicago, en 1968, la cual terminó con una brutal represión policiaca. Junto con otros seis líderes del YIP, Hoffman y Rubin fueron arrestados y se les acusó de conspiración, sublevación y amotinamiento. Al poco tiempo quedaron libres, pero Abbie no tardaría en ser encarcelado en múltiples ocasiones (más de treinta) por los más diversos motivos: desde haber usado una camisa con los colores de la bandera gringa hasta haber colaborado con el movimiento en pro de los derechos civiles de los negros, pasando por sus participaciones en marchas contra la guerra de Vietnam y su famoso exorcismo al Pentágono, cuando junto a cincuenta mil jóvenes formó un círculo humano para tratar de hacer levitar (¡en serio!) al edificio orgullo de la US Army. Otra famosa acción que le costó pasar algunas semanas en prisión fue aquella en la cual arrojó billetes de dólar en el interior de la Bolsa de Valores de Nueva York, enloqueciendo a los presentes -desde empleados hasta corredores y agentes- e interrumpiendo con ello las actividades de ese importante centro financiero mundial.

  Otra anécdota muy célebre sucedió durante el festival de Woodstock, en 1969, cuando Hoffman logró subir al estrado y apoderarse del micrófono para lanzar un inflamado discurso en favor de la libertad del músico (era parte de la banda MC5) y militante preso John Sinclair. Cómo seguía hablando y no había forma de acallarlo, Pete Townshend, guitarrista de The Who, tomó su guitarra y propinó al líder yippie un sólido golpe en la cabeza que casi lo manda al hospital.
Para 1970, Abbie Hoffman era una leyenda, un verdadero antihéroe cuya aureola persiste hasta el día de hoy. Autor de varios libros en los cuales atacaba abiertamente al sistema capitalista e híper corportativo de los Estados Unidos (Revolution for the Hell of It con su apéndice Fuck the System, Woodstock Nation, el ya mencionado Steal This Book), muchos recuerdan a Hoffman por su ocurrencia de lanzar como candidato presidencial por el YIP a un cerdo llamado Pegasus.
  Abbie reconocía como sus padres espirituales lo mismo a Antonin Artaud que a Groucho Marx, al Che Guevara que a Lenny Bruce, a Mao Tse Tung que a Robin Hood.
  A mitad de la década de los setenta, Hoffman era un tipo tan perseguido que se vio obligado a huir de su país con un nombre falso. Con el apelativo de Barry Freed, se estableció en Montreal, Canadá, donde se inició en una nueva clase de militancia: la pugna en favor del ambiente. Convertido en ecologista, el otrora líder contracultural y luchador político encabezó desde el exilio un exitoso movimiento para salvar de la contaminación industrial a las aguas del río Saint Lawrence, en Fineview, Nueva York.

  En 1980, a los cuarenta y cuatro años de edad, Abbie Hoffman escribió Soon to Be a Major Motion Picture, una autobiografía que a la larga resultaría profética, ya que en el año 2000 se filmó la película Steal This Movie, con el actor Vincent D'Onofrio en el papel de Abbie y Janeane Garofalo como su esposa Anita. Establecido en el condado de Bucks County y ya sin ser un perseguido político, se convirtió en militante antinuclear. Por otra parte, de 1984 a 1986 se dedicó a recorrer, al lado de Jerry Rubin, una cincuentena de universidades norteamericanas.  Para ese entonces, Rubin había abjurado del yippismo y era lo que hoy llamamos un yuppie.   Lejos del anarquismo que profesara dos decadas atrás, Jerry era ahora un defensor a ultranza del sistema capitalista, el consumismo y el american way of life. Asesor de importantes firmas trasnacionales, Rubin daba sus puntos de vista y Hoffman los contradecía en largas, apasionadas y fársicas polémicas que llegaron al punto de parecer un circo.
  Con todo, Abbie Hoffman logró mantener la congruencia. Apoyó a Jesse Jackson en su campaña por la presidencia estadounidense y a los sandinistas nicaragüenses. Sin embargo, su vida amorosa y familiar no era buena y sus ingresos económicos lo eran menos. En 1988 sufrió un accidente automovilístico del cual jamás se pudo reponer del todo.
  El 12 de abril de 1989, fue hallado muerto en su apartamento, acostado sobre la cama de su habitación. Se había suicidado.
  Hoy día, a veinte años de su fallecimiento, Hoffman permanece prácticamente olvidado. Su legado ideológico, si es que existe alguno, es incierto y confuso. Quedan sus libros como un testimonio de una década en la cual se llegó a creer en las posibilidades del cambio revolucionario y en la transformación de los seres humanos hasta llegar a una utópica sociedad ideal. Paradójicamente, las generaciones actuales se ríen de semejantes ideales.

domingo, 16 de agosto de 2009

Woodstock: lo que no se vio*


2009 es el año del 40 aniversario de la Feria de Música y Artes celebrada en Woodstock, estado de Nueva York, del 15 al 18 de agosto de 1969. Eso es bien sabido y muchos medios alrededor del mundo se han encargado de recordarlo a lo largo de este año. Sobran los textos que hablan sobre lo archiconocido de dicho acontecimiento: que se reunió cerca de medio millón de personas, que Pete Townshend estrelló su guitarra en la cabeza del líder yippie Abbey Hoffman, que la gente se divirtió con la música pero también con las resbaladillas de lodo, que hubo cánticos para exorcizar a la lluvia, que Jimi Hendrix tocó una versión alucinante del himno estadounidense, que Santana fue la revelación de aquellos tres días de amor, paz, pasones y basura, etcétera. No obstante, hay algunos aspectos poco conocidos del festival que valdría la pena rescatar a cuatro décadas de distancia.
Michael Lang se convirtió en una leyenda por ser el organizador principal de aquellas memorables jornadas y es quien más datos guarda acerca de lo que se vivió detrás de los escenarios, en la intimidad del backstage, de lo que no se vio del festival de Woodstock. Así, por ejemplo, en recientes entrevistas para publicaciones como la británica Mojo y otras más, cuenta que se esperaba una afluencia de doscientas mil personas y que las expectativas fueron ampliamente superadas, lo que obligó a dejar entrar a miles de personas de manera gratuita. Esto hizo que las autoridades giraran una orden de detención en su contra, pero logró burlarla con facilidad, “ya que mi aspecto no era el de un ejecutivo de traje y corbata, sino el de un hippie más; así pude mezclarme entre aquellos cientos de miles de iguales, sin que la policía pudiera dar conmigo”.
Lang comenta también que quien estaba programado para abrir el festival era el cantautor folk Tim Hardin, pero dado que en esos días éste tenía serios problemas con las drogas, los organizadores prefirieron no arriesgarse y optaron por Richie Havens como acto inicial, lo cual sin duda resultó un acierto, dada la conexión que el autor de “Freedom” logró de inmediato con el público. Lo irregular fue que Havens debió tocar durante casi tres horas, ya que Country Joe McDonald, el siguiente participante, no llegó a tiempo. Incluso fue necesario echar mano de John B. Sebastian (líder de The Lovin’ Spoonful), quien no estaba programado, pero como andaba por ahí (en medio, por cierto, de un viaje de estupefacientes) accedió a subir con su guitarra acústica para cantar sus hoy famosas (gracias a aquella impensada actuación) “Rainbows All Over Your Blues” y “I Had a Dream”.

The Who y The Grateful Dead no querían presentarse si antes no se les pagaba, por lo que Michael Lang tuvo que negociar con ambas bandas para que aceptaran tocar. “Sí tenía el dinero para liquidarles su parte”, narra Lang, “pero de haberlo hecho, el resto de los grupos me hubiera exigido lo mismo y aquello habría sido desastroso. Entonces les dije que si no actuaban, diría a la gente la razón de ello y ya no se atrevieron a cumplir su amenaza”.
Entre los músicos que no estuvieron en Woodstock pero con quienes Lang hubiese querido contar se hallaban Bob Dylan, los Rolling Stones y John Lennon. Sin embargo, el organizador se convenció de lo bueno de no haberlos buscado, “porque si así hubo medio millón de asistentes, con ellos tres las cosas se habrían desbordado por completo”.
Crosby, Stills, Nash & Young estuvieron a punto de no salir al escenario, ya que Stephen Stills tenía mucho miedo de que el trío hiciera, ante casi quinientas mil personas, la que apenas era su segunda presentación en concierto. Por suerte, finalmente venció sus temores y la actuación resultó memorable (“We’re scared shitless”, se le oye decir en el álbum triple Woodstock). En cambio, los integrantes de Iron Butterfly (sí, los de “In-A-Gadda-Da Vida”) se quedaron sin participar en Woodstock por sus exigencias de divas: “Ustedes envían un helicóptero al aeropuerto, nos trasladan a Woodstock, tocamos de inmediato y nos regresan al punto de origen o no actuamos”. La respuesta fue un contundente “Fuck you!”.
Una última anécdota curiosa (aunque hay muchas más): a Grateful Dead le avisaron en forma intempestiva que debía presentarse tres horas antes de lo establecido y en esos momentos sus miembros estaban en pleno vuelo de LSD. Así y todo, fueron conducidos al escenario y cada vez que su guitarrista Jerry García se acercaba al micrófono, recibía una descarga eléctrica que le hacía exclamar alucinado: “¡Ah, chingá: me pegó un rayo!”.

*Publicado hoy en "El ángel exterminador" de Milenio Diario.

sábado, 15 de agosto de 2009

Ese antigringuismo en todos tan metido*


Cuando estudiaba primaria y secundaria, allá por los lejanos años sesenta -¡ay!- del siglo pasado, a los estudiantes se nos inculcaba un antigringuismo basado, sobre todo, en la afirmación sin matices de que los estadounidenses “nos robaron la mitad de nuestro territorio”. Los ingenuos alumnos veíamos los mapas de lo que era México antes de 1847 y suspirábamos al imaginar la potencia en que se habría convertido nuestro país (ajá) de no ser por la maldad de los gabachos y la traición de ese hipervillano de nuestra historia patria que es Antonio López de Santa Anna.
En la etapa setentera en que abracé la causa ultraizquierdista, dicho antigringuismo se me volvió odio mortal contra el llamado imperialismo yanqui. Sí, los imperialistas eran aborrecibles porque sojuzgaban al mundo con sus malditas empresas trasnacionales, con sus marines que invadían a países del Tercer mundo, con su propaganda asquerosa en favor del american way of life, pero sobre todo… “porque nos robaron la mitad de nuestro territorio”.
No se trata aquí de exculpar a los Estados Unidos por creerse los gendarmes del mundo o de colocarlos en el bando de los buenos, sencillamente porque en la realidad histórica no existen los buenos-buenos y los malos-malos. Como principal potencia planetaria, esa nación ha cometido toda clase de tropelías, pero también ha influido positivamente en múltiples aspectos. Lo que me interesa apuntar es cómo ese maniqueísmo antiyanqui, con el que los mexicanos fuimos alienados, no sólo nos ha restado oportunidades para asociarnos en forma beneficiosa con el país más rico del orbe, sino que se ha traducido en patrioterismo y xenofobia a ultranza a la hora de jugar un simple partido de futbol, lo cual lleva a la gente a comportarse en forma vandálica, agresiva y racista ante la sola presencia de congéneres a quienes identifica como “gringos”. Lo acabamos de ver en el juego del miércoles pasado en el estadio Azteca y en todas sus secuelas: somos terriblemente antigringos…, cuando nos conviene.

*Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.

viernes, 14 de agosto de 2009

Cleo y Denisse



Desde que la conocí, siempre pensé que Denisse se parecía a Cleo, la pescadita que aparece en Pinocho de Walt Disney. La semejanza es enorme cuando tengo su rostro de frente, a milímetros del mío, y me encanta. Helas aquí.

jueves, 13 de agosto de 2009

30 razones para extrañar a París


Hace cerca de un año que estuve en París (once meses exactos de hecho) y quise reproducir treinta de las sesenta razones por las cuales una ex estudiante norteamericana de ascendencia rusa (Julia Alekseyeva) extraña a esa maravillosa ciudad, ahora que ha regresado a vivir a su natal Chicago. Las anotó en su blog Letters from Paris (http://discontentparisienne.blogspot.com/), mismo en el cual escribíó acerca de su estancia en Francia y que dejó el 21 de diciembre de 2008, al retornar a los Estados Unidos. Escogí pues la mitad de sus razones y en algunas hice algunos apuntes entre paréntesis.

1. El pâté.
2. La Orangina (el refresco de naranja emblemático de la ciudad).
3. Las crepas callejeras de nutela (yo agregaría las de mantequilla y azúcar).
4. Las máquinas de café de a cuarenta céntimos el vaso.
5. Las galletas Madelaine (o magdalenas).
6. Notre Dame de París.
7. La arquitectura haussmanniana (con sus emblemáticas partes altas de los edificios).
8. Los boulevards.
9. Las baguettes de ochenta céntimos.
10. Los croissants de un euro.
11. Las cuatrocientas variedades de quesos.
12. El rápido y sorprendente metro.
13. Las distancias cortas y caminables.
14. Los expendios de fruta en los barrios.
15. La estación Concorde del metro.
16. El jardín de Les Tuileries en el verano y el otoño (me consta, estuve ahí en septiembre).
17. El Museo de Orsay (la neta en materia de museos de arte impresionista y del siglo XIX).
18. El Centro Georges Pompidou (la neta en materia de arte contemporáneo).
19. Las salas de cine que exhiben películas antiguas.
20. Botellas de vino Beaujolais a dos euros veintisiete céntimos.
21. Almacenes de comida que cierran hasta muy tarde (como los geniales Monoprix).
22. La moda parisina.
23. Los músicos callejeros (¡y los del metro!).
24. La cordialidad de los parisinos (contra lo que se dice, yo también la disfruté).
25. El sabor de la Coca-Cola europea (humm, no la probé).
26. La torre Eiffel (por supuesto).
27. Los grandes anuncios (affiches) en los andenes del metro.
28. Los libros de bolsillo.
29. Exposiciones y conciertos de todo tipo todo el tiempo.
30. Mirar el Sacre Coeur cada vez que se camina por Pigalle.

miércoles, 12 de agosto de 2009

La RAE se pone laxa


Tan rígida e inflexible que era antes, hasta niveles de ortodoxia extremos y de un mamonerismo y un tradicionalismo insoportables, y en los últimos tiempos la Real Academia Española de la Lengua (la famosa RAE) se ha vuelto tan laxa que se le podría aplicar aquello de "flojita y cooperando". No sé si fue por la llegada de las nuevas tecnologías, con su cauda de terminajos provenientes del inglés, pero de pronto los otrora severos académicos españoles han empezado a aceptar cualquier término sin muchos inconvenientes y han dejado entrar a palabras verdaderamente horrendas. Ahí están los casos de los verbos posicionar y promocionar, verdaderos adefesios lingüísticos que hoy están dentro del diccionario de la RAE sólo porque se les usa extensiva (y asquerosamente) en el habla común, sobre todo en los terrenos de la publicidad y de algunas disciplinas como la sociología. Si el único criterio para aceptarlas es su utilización generalizada, allá la Madre Academia y sus decisiones. En lo personal, me niego a emplear ambos verbos y mis criterios básicos son dos: uno, porque son feísimos (criterio estético); dos, porque hay una gran cantidad de verbos hermosos y llenos de riqueza etimológica e idiomática que podemos seguir usando (criterio opcional). En el caso de posicionar (y su aún más desagradable participio: posicionado), mucho mejor me parece seguir usando colocar, situar, instalar, distribuir, acomodar, etcétera. Para el mil veces pavoroso promocionar, la alternativa directa es el bello verbo promover, hoy casi olvidado por la ignorancia de muchos hablantes, aunque también podemos utilizar otros como impulsar o fomentar.
Nuestra lengua recibe a diario agresiones que la socavan y la empobrecen, todo en aras de una supuesta apertura y de una adecuación a los tiempos que corren. No digo que nos cerremos a todo (por ejemplo, me parece bien que ya se acepte la palabra evento como sinónimo de suceso o acontecimiento), pero si algo debemos preservar es la belleza de un idioma que llegó a nuestras tierras hace más de quinientos años y que aquí se enriqueció gracias a las lenguas indígenas americanas. El español es uno de los idiomas más ricos en vocabulario de cuantos existen en el mundo. Cuidémoslo con inteligencia... y con buen gusto.

(Imagen tomada de la página Hazme el chingado favor.com)

martes, 11 de agosto de 2009

La Mosca en la Radio en su quinta emisión


Dicen que no hay quinto malo y en el caso del programa número cinco de La Mosca en la Radio, quienes lo escuchen serán los mejores jueces. La de hoy fue la última emisión en el horario de las cuatro de la tarde. A partir del próximo 18 de agosto, estaré todos los martes de ocho a diez de la noche en la misma frecuencia de radio en línea (http://2radionline.gmro.com.mx/). Esta tarde, dediqué el programa a dos temas: primero, al Octavo Festival de Cine Macabro que se llevará a cabo en la Cineteca Nacional, Cultisur y algunas otras salas, a partir del 19 de agosto, y, segundo, a la memoria del gran Willy DeVille, fallecido apenas el viernes pasado. En la primera parte, entrevisté a la directora del festival, Edna Campos, y a Lissette Jassan, encargada de la produción y la coordinación del mismo. La parte musical estuvo a cargo de las bandas sonoras de dos películas: The Crow y The Texas Chainsaw Masacre 2. La última media hora la dediqué a hablar de Willy DeVille, ese gran músico estadounidense surgido en los años ochenta (al frente de la banda punk Mink DeVille), siempre ignorado en su país y de verdadero culto en Europa, especialmente en Francia. Obviamente, puse canciones suyas. Los invito a escucharlo y a darme su opinión.

La Mosca en la Radio. Programa No. 5:

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lunes, 10 de agosto de 2009

Miénteme


Hacía algún tiempo que no me enganchaba a una serie de televisión (la última había sido tal vez The Tudors en sus dos primeras temporadas) y ahora ha vuelto a suceder con Lie to Me, un estupendo programa que se trasmite todos los lunes a las diez de la noche por Fox. Protagonizada por ese gran actor que es el londinense Tim Roth -¿cómo no recordarlo con sus delirantes personajes en Perros de reserva de Quentin Tarantino (1992) o Everyone Says I Love You de Woody Alen (1996)?-, Lie to Me trata sobre un investigador (el Dr. Cal Lightman) y su equipo, quienes resuelven crímenes y otros delitos por medio del análisis del lenguaje del rostro y el cuerpo de las personas involucradas en los casos. Cada emisión resulta toda una lección para conocer la manera como nuestros sentimientos y actitudes más recónditos salen a relucir por medio de gestos visuales y corporales casi imperceptibles y que estos especialistas descubren con su ojo agudo y prácticamente perfecto e imposible de engañar. La serie es apasionante y muy divertida, pues maneja un sentido del humor fino y en ocasiones bastante negro. Se trata de una propuesta inteligente y hasta interactiva y didáctica, pero sobre todo muy entretenida. La recomiendo ampliamente.

domingo, 9 de agosto de 2009

Merce Cunningham: la danza transformadora*


Uno de los más grandes coreógrafos y bailarines de todos
los tiempos falleció el pasado domingo 26 de julio,
aunque su obra imperecedera nos hace pensar
que en realidad sigue danzando en el éter.


Tenía noventa años al morir y ya llevaba las alas puestas. De hecho, las llevaba perfectamente fijas desde muchos años atrás. Eran las alas que le permitían volar con una ligereza que hacía parecer que pesaba menos que el aire. Volaba en el escenario y volaba en el estudio donde ensayaba y volaba dentro de su cabeza, cada vez que creaba una de sus revolucionarias y desafiantes coreografías. Ahora que murió, el pasado domingo 26 de julio, esas misma alas le sirvieron para alzar un nuevo vuelo hacia otras dimensiones, desde donde es seguro que seguirá ideando la manera de conmover a quienes quieran mirarlo.
Merce Cunningham, el grandioso bailarín y coreógrafo nacido en Centralia, en el estado de Washington, el 16 de abril de 1919, nos sorprendió con la noticia de su muerte, de la misma manera como sorprendió al mundo a lo largo de siete décadas, con su obra dancística anticonvencional y comprometida con la belleza que puede encontrarse en lo inesperado y lo azaroso.
“Tienes que amar a la danza para sumirte en ella. Nada te dará a cambio: ningún manuscrito que puedas atesorar, ninguna pintura que puedas colgar en una pared y hasta mostrar en los museos, ningún poema que pueda ser publicado y vendido; nada te dará, salvo ese momento único y efímero en el cual te sentirás vivo. La danza no es para almas vacilantes”, decía Cunningham, quien gustaba de colaborar con toda clase de músicos para idear sus obras. Era un tipo ecléctico y desprejuiciado. Por eso trabajó lo mismo con el compositor de música concreta John Cage que con grupos y solistas de rock como John Paul Jones, Radiohead, Sigur Rós y Sonic Youth, al igual que con artistas plásticos como Robert Rauschenberg, Andy Warhol y Jasper Johns.
Antes de ser reconocido como el más grande coreógrafo vivo, ya había logrado una sólida fama como bailarín. Curiosamente, no comenzó como estudiante de danza clásica o contemporánea, sino que sus primeras incursiones en este arte fueron en géneros tan mundanos como el tap y los bailes de salon. De ahí saltó a la danza formal y muy joven aún, ingresó a la escuela Cornish de la ciudad de Seattle. Sus avances y su talento eran tan notables que a los veinte años fue admitido en la compañía de Martha Graham, donde permaneció como solista hasta 1945. Ocho años más tarde, en 1953, logró conformar su propia compañía (la Merce Cunningham Dance Company), con la cual creó más de doscientas coreografías y obtuvo celebridad internacional.

“Si un bailarín baila –lo que no es lo mismo que tener teorías sobre la danza o desear bailar o tratar de bailar o recordar la forma de bailar de otros-; insisto: si un bailarín baila, todo está ahí… Nuestro éxtasis dancístico proviene del don de la libertad que se vuelve posible, del momento exultante que esa revelación de enorme energía puede darnos. Eso no significa ser licencioso, sino ser libre”, dijo el coreógrafo en 1952 y cumplió con ello a lo largo de su vida como artista y como maestro.
Su colaboración con John Cage fue larga y fructífera y duró de mediados de los años cuarenta a 1992, cuando sobrevino el deceso del compositor. Juntos, propusieron una gran cantidad de propuestas que en su momento fueron más que innovadoras, sobre todo en el tema de la relación existente entre música y danza. Dado que ambas artes son temporales, Cage y Cunningham llegaron a la conclusion de que las dos deberían existir de manera independiente, que aun cuando ocurrieran en el mismo instante, no era necesario que se apoyaran o que estuvieran conectadas entre sí, al menos del modo en que era usual. Esa desconexión entre lo que se escuchaba y lo que se danzaba (en la que se rompió con convenciones como la narrativa escénica o las relaciones entre causa y efecto o entre climax y anticlímax) fue quizá la mayor contribución de esta mancuerna de genios artísticos del siglo pasado.
Como el mismo Cunningham profesaba, él no estaba interesado en contar historias o en efectuar exploraciones psicológicas acerca de las relaciones humanas. Por eso afirmaba que la única razón de su danza era la danza misma y aunque muchos piensan que sus coreografías se basaban en la improvisación, en realidad era todo lo contrario: cada movimiento, cada paso estaba perfectamente preestablecido y los bailarines de su compañía sabían con exactitud lo que debían hacer.
Influido en los ultimos años por el budismo zen y la lectura y consulta del I Ching (el libro chino de los cambios), Merce Cunningham abandonó a este mundo como una más de las transformaciones -de los cambios- que tuvo a lo largo de sus días, tal vez determinado por la consulta del hexagrama 64 que tanto gustaba citar durante sus clases de danza.

*Publicado hoy en la sección "El ángel exterminador¨de Milenio Diario.

sábado, 8 de agosto de 2009

Zelaya y los preciosos ridículos*


Lo que se vivió el pasado miércoles en el seno de nuestra clase política fue todo un vodevil, una farsa esperpéntica en la que perredistas, panistas y priistas quisieron elevar al depuesto presidente hondureño Manuel Zelaya a la altura de un Salvador Allende. El espectáculo fue de pena ajena, desde el recibimiento de Jefe de Estado que le dio Felipe Calderón (yo sé que formalidad obliga, ¿pero qué necesidad había de otorgarle ese trato de excelencia a un personaje tan poco presentable y que esa misma tarde iba a reconocer en el Teatro de la Ciudad a Andrés Manuel López Obrador como virtual y “sentido” presidente?) hasta la recepción que le brindó el Jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, quien llegó al extremo de entregarle las llaves de la ciudad y declararlo huésped distinguido. Eso para no hablar de su visita al Senado de la República, donde habló desde la máxima tribuna, y de su ya referida intervención en un Teatro de la Ciudad pletórico de frenéticos pejemaniacos. Fue una jornada redonda para Zelaya y un día realmente penoso para los políticos mexicanos, rendidos ante el anticarisma del bigotudo catracho.
Todo sucedió como en una serie de sketches escritos no por Moliere (autor de Las preciosas ridículas), sino por Manuel Rodríguez Ajenjo o Mauricio Kleiff. Fue una verdadera ensalada de locos, un revoltijo de delirantes polivoces, un torneo de torpezas bananeras que situaron a México no como el gigante, sino como el enano de la Concacaf. ¿A qué viene esta absurda pleitesía disfrazada de democratismo y que en el fondo no hace sino buscar la complacencia de Hugo Chávez y sus compinches sudamericanos? ¿Qué necesidad había de convertir a Zelaya en mártir de la democracia, sin tomar en cuenta el contexto histórico en el cual se dio su derrocamiento? Que los perredistas le besen los pies, se entiende; que el gobierno mexicano haga lo mismo, resulta bochornoso.
Para Oscar Lewis éramos los hijos de Sánchez, ¿para nuestros políticos somos los hijos de Chávez?

*Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.

viernes, 7 de agosto de 2009

Mi Denisse


Quién iba a decirlo. Poco antes de irme con ella a París, Paulina Chávez (sí, la alguna vez famosa P) me dijo que mi problema con las relaciones sentimentales era que yo me enamoraba de manera demasiado intensa, demasiado apasionada, demasiado arrebatada, demasiado obsesiva. No fueron esas exactamente sus palabras, pero sí el sentido de su comentario. Me puso como ejemplo a su propia relación, la que tenía con su novio, y me confesó que al principio no estaba enamorada de él, que el tipo ni siquiera le gustaba mucho que digamos, pero que poco a poco lo fue queriendo más y más y que era de ese modo paulatino como las cosas funcionaban mejor. No le creí en ese instante. Quise seguir pensando que no, que la manera como yo siempre había caído en el enamoramiento era la mejor o la única que podía darse. No importaba el sufrimiento, pensaba yo, si lo que había detrás era un sentimiento genuino, absoluto, imbatible, etcétera. Ahora me doy cuenta de que no necesariamente es así y que Paulina tenía mucha razón. Lo sé, porque con Denisse me pasó algo diferente a lo que había sucedido a lo largo de mi vida. Cierto, desde que la conocí, hace ya casi diez meses (a los pocos días –vaya ironía- de mi regreso de París y de mi virtual rompimiento con P), la joven mujer de dieciocho años me encantó y lo que hubo entre nosotros fue un amor a primera vista que se tradujo en el casi inmediato inicio de nuestra relación. Sin embargo, era claro para mí que lo que sentía por Denisse no era lo mismo que alguna vez sintiera por Y, por M o por la propia P. Me faltaba aquel fuego desgarrado, aquella furia angustiante, aquella desmesura que me hacía estrellarme una y otra vez contra las paredes que aquéllas oponían, ese sentimiento de angustia, esa enajenación enfermiza que me hacía pensar en ellas día y noche, noche y día. Con Denisse todo resultaba distinto, todo era demasiado bueno, demasiado relajado, demasiado terso y hermoso, demasiado tranquilo. ¿Demasiado? Eso llegué a pensar. De pronto extrañaba aquellos momentos de exasperación que viviera con las otras cuando me rechazaban (disimulada o abiertamente) y me decían que con ellas no había manera. Con Denisse, en cambio, no existía el sufrimiento y eso me parecía raro. Con Denisse no existía el dolor y ello me era desconcertante. ¿Acaso no me gustaba estar a su lado? ¿Era posible que no estuviera enamorado de ella? Lo llegué a considerar en más de una ocasión; así de mal estaba, así de confundidos se hallaban mis sentimientos. Hoy puedo responder que lo que estaba viviendo era un proceso de cambio, un reacomodo de lo que sentía, de la manera que tenía de vivir y, sobre todo, de sufrir el amor. Hoy puedo decir que lo que siento por Denisse es el amor más puro que he sentido en mi vida y que ese amor y ese enamoramiento se han ido construyendo paso a paso, a lo largo de estos casi diez meses. En Denisse he encontrado a una mujer que me ama por lo que soy y que lo hace de la manera más desprendida, generosa, sincera, auténtica que puedo concebir. Con ella no tengo la menor duda: me quiere, me adora… y yo he aprendido a quererla, a adorarla, a amarla. Todo es perfecto con ella. Tanto que ni siquiera hemos tenido una pelea en los cerca de trescientos días que llevamos juntos. Jamás hemos discutido, simplemente porque no ha existido motivo alguno para ello. Juntos reímos todo el tiempo, juntos sonreímos todo el tiempo. Nuestros besos, nuestros abrazos, nuestras caricias, todo ello está impregnado de pureza, de dulzura, de ternura, de pasión, del amor más auténtico que he conocido jamás en una mujer. Me ama, la amo, nos amamos...

Lo paradójico del caso es que ahora que estoy seguro de ello, de que somos una pareja cuya diferencia cronológica (hay treinta y cinco años de distancia entre la una y el otro) desaparece ante nuestras similitudes interiores, ahora que todo transcurre con una aterciopelada perfección de comedia romántica hollywoodense, se aproxima un cambio que nos llevará a separarnos durante un muy largo periodo. Dentro de seis meses, Denisse estará a miles de kilómetros de aquí. Eso me alegra, porque será algo muy bueno para su desarrollo profesional y personal, porque va a estudiar aquello que realmente la apasiona y yo la apoyo y la apoyaré siempre. Pero conforme me doy cuenta de lo que esa separación significa, comienza a entrarme una desazón y una sensación de vacío que por lo pronto me llena de desconcierto. Cuando mi Denisse parta, a principios del próximo año, nuestra relación proseguirá a distancia. Eso es lo que ambos nos hemos propuesto. Pero sabemos que las cosas serán difíciles y cuando menos yo soy consciente de que todo puede cambiar. Lo hemos hablado y preferimos no pensar mucho en ello. Parte del éxito de nuestro noviazgo (sigo sin acostumbrarme a esa palabra) se ha debido a que hemos vivido en el día a día, sin tratar de forzar cosa alguna, y a que nos hemos dejado conducir por donde nos lleva la vida. Así será cuando ella se vaya a estudiar lejos. La vida decidirá. El destino dirá la última palabra. Lo único claro en estos momentos y a medio año de su partida es que la amo con toda mi alma y que lo que ella me ha dado hasta ahora es una de las mayores felicidades de mi existencia, sólo comparable al nacimiento de mis dos hijos. El tiempo dirá. No hay que preocuparse. Al menos habrá que intentarlo.

jueves, 6 de agosto de 2009

Por si las flies


La verdad es que no estoy seguro de haber subido a este blog el primer programa de La Mosca en la Radio, mismo que se trasmitió el 14 de julio pasado. Con todos sus defectos, falta de ritmo y buenas intenciones, helo aquí para quienes gusten escucharlo, denostarlo o coleccionarlo.

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miércoles, 5 de agosto de 2009

Radio con cámaras en La Mosca


Ayer olvidé mencionar que a partir de la emisión número cuatro de La Mosca en la Radio ya hay cámara de tele en el estudio, por lo que el programa puede escucharse y verse de manera simultánea. Es cosa de que cada martes se metan a la página de la emisora y den clic en TV para que lo puedan ver y escuchar, aunque siempre con la opción de sólo oírlo. En la imagen podrán darse una idea de cómo se mira el programa.

martes, 4 de agosto de 2009

Donovan y el cuarto programa de La Mosca en la Radio


Hoy emitimos el cuarto programa de La Mosca en la Radio, por la estación en internet 2RadiOnLine y para algunas personas que lo escucharon ha sido el mejor hasta ahora. Quise dedicarlo en esta ocasión a Donovan, ese casi olvidado personaje del rock de los sesenta y los setenta, y su influencia en el actual rock alternativo escocés. Programé varias canciones del propio Donovan, así como de sus discípulos y paisanos Belle & Sebastian, The Reindeer Section, Snow Patrol y Camera Obscura. También hablé sobre la relación entre Donovan y los Beatles y Bob Dylan y puse un par de canciones de los mismos. En fin, menos palabras y mejor escúchenlo con sólo dar clic en el enlace que está debajo de la foto de Donovan.

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lunes, 3 de agosto de 2009

Los Pechos regresan al Foro del Tejedor


Luego de algunos meses, Los Pechos Privilegiados vuelven a presentarse en el hermoso Foro del Tejedor de la librería El Péndulo de la Zona Rosa.

La cita es este sábado 8 de agosto, en punto de las nueve y media de la noche, en Hamburgo 126, colonia Juárez, a un ladito del Vips de Hamburgo.

Ven con nosotros a una nueva noche de blues, rock, soul, funk y otras músicas. Canciones originales en español con el lácteo sabor de Los Pechos.

¡Estrenaremos tres-nuevos temas-tres!

domingo, 2 de agosto de 2009

La Mosca en la Radio, el segundo programa (con cierto retraso)


He aquí el segundo programa de La Mosca en la Radio, mismo que no había podido subir a este blog. Se trasmitió el martes 21 de julio y está dedicado al Festival de Música Pitchfork (para escucharlo sólo denle un clic). Espero que les guste. Este martes será el cuarto programa y estará dedicado (parece nombre de tesis universitaria) a Donovan y su influencia en el alt-rock escocés actual.

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sábado, 1 de agosto de 2009

Perredistas en peligro de extinción*


Ayer viernes, al mediodía, pasé en un taxi por Paseo de la Reforma y vi en las banquetas una exposición callejera muy colorida y diversa sobre diferentes especies en peligro de extinción (vayan a verla, vale la pena). Diversos artistas crearon esculturas de rinocerontes, ballenas, tucanes, jaguares, tortugas marinas, osos panda y otros animales a los que la estupidez humana ha puesto es serio riesgo de desaparecer del planeta. Sin embargo, por más que me fijé desde la ventanilla, no vi a un solo individuo de una de las especies que en muy poco tiempo ha visto su existencia en grave predicamento y que a pasos agigantados se aproxima a su fatal evaporación y a un destino más triste que el del pájaro dodo. Me refiero, claro está, a ese integrante -aún vivo (aunque cada vez menos)- del reino animal, de la clase politicus semierectus, orden de los izquierdiformes, familia tribudesmembrae, género sectaridus y especie perredistus vulgaris. Dicho en cristiano: el perredista común.
¿Por qué se están extinguiendo los perredistas con mayor rapidez que las águilas calvas o los manatíes (sin alusión personal a algún dirigente del partido del sol azteca en particular)? ¿Qué los ha llevado a una actitud suicida más delirante que la de los lemmings que periódicamente se tiran en masa hacia el precipicio? Ayer mismo, el Consejo Nacional del PRD se reunió en Morelia (of all places) para tratar de salvar el pellejo, luego de una de las más desastrosas elecciones a las que ese instituto político se ha enfrentado a lo largo de su accidentada historia. Según dijeron sus principales voceros, iban a buscar la unidad partidista, en una nueva edición de ese juego que tanto les gusta: el del tío Lolo.
Aterrados (y ateridos) por Andrés Manuel López Obrador (ese gran tigre de papel), víctimas de su ser mediocre y pusilánime, los líderes perredistas no ven que están acabando con su partido y con su más valioso activo: el perredista común.
Que Greenpeace los salve de la extinción.

*Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.