lunes, 18 de abril de 2011
El verdadero Don Ramón*
Recuerdo haberlos visto por allá de 1993, durante su presentación en el gimnasio Juan de la Barrera, a un lado de la Alberca Olímpica de División del Norte y Río Churubusco. Ya eran legendarios para entonces como fundadores del rock punk, incluso antes que ese invento de Malcolm McLaren que fueron los más o menos artificiosos aunque contundentes Sex Pistols.
El sonido en el gimnasio era pésimo. Les había abierto El Tri y el lugar lucía abarrotado de jóvenes que se azotaban en esa especie de violenta danza tribal y catárticamente oligofrénica que es el slam. Desde un sitio privilegiado, al lado de mi amigo y colega Jorge R. Soto, mi entonces pequeño hijo Alain y la en ese momento jefa de prensa de Ocesa, Marcela Gómez Zalce (quien muy amablemente le regaló a mi chilpayate una gorra alusiva al concierto), pude atestiguar la breve actuación (no más de una hora) de los Ramones.
Ciertamente el grupo no era un espectáculo en escena, dada la estatuaria rigidez de sus integrantes, muy especialmente de su front man y vocalista, Joey Ramone, quien canción tras canción no variaba su postura: la pierna izquierda adelantada y flexionada, la pierna derecha atrás, rígida; los lentes oscuros y los cabellos negrísimos sobre el rostro oculto e inexpresivo: la voz siempre igual (con pocos matices) y el mismo inicio de los brevísimos y vertiginosos temas (de no más de tres minutos cada uno) con un seco y contundente “one, two, three, four!”. Me acuerdo que, entre otras, tocaron las clásicas “Blitzkrieg Bop ”, “Judy Is a Punk ”, “Beat on the Brat ”, “Sheena Is a Punk Rocker ” y, por supuesto “I Wanna Be Sedated ”.
Ninguno de los ahí presentes podía imaginar que el grupo se desbandaría en 1996, que a Joey Ramone se le detectaría el mismo año un cáncer linfático y que fallecería en 2001, exactamente el 15 de abril.
Con el nombre real de Jeffrey Ross Hyman, Joey Ramone nació en Queens, Nueva York, el 19 de mayo de 1951. Miembro de una familia disfuncional (en la que se inspiraría para componer la irónica “We’re a Happy Family”), desde chico se interesó por la música y se volvió seguidor de los Beatles, los Stooges y David Bowie, además de desarrollar un gran amor por los girl groups que producía Phil Spector a principios de los sesenta. Sin embargo, su verdadera idolatría estaba centrada en The Who y sobre todo en la figura de Pete Townshend, con quien por cierto compartía la fecha de nacimiento, aunque con seis años de diferencia.
En 1974, Hyman fundó a los Ramones junto con John Cummings y Douglas Colvin, sus compañeros de la secundaria Forest Hills. Desde un principio, los tres adoptaron el apellido “Ramone” (inspirado en el nombre falso que alguna vez usara Paul McCartney con los Beatles: Paul Ramón), por lo que Cummins se convirtió en Johnny Ramone, Colvin en Dee Dee Ramone y Hyman en Joey Ramone. También decidieron ataviarse con ajustados pantalones de mezclilla y chamarras de cuero.
Inicialmente, Joey era el baterista y Dee Dee el cantante, pero al ver que el primero tenía una mejor voz, el productor Tommy Erdelyi (mejor conocido como Tommy Ramone) decidió invertir los papeles y desde el primer disco fue Joey quien llevó, literalmente, la voz cantante.
El rock seco y elemental, casi minimalista, que hacían los Ramones variaría muy poco a lo largo de los años y aunque su influencia como la banda prototípica del punk estadounidense es hoy reconocida de manera amplia, la realidad es que durante su existencia tuvieron muy poco éxito comercial y las ventas de sus cerca de quince álbumes nunca fueron muy altas. Con todo, el grupo permaneció unido hasta 1996, justo cuando a Joey se le detectó el cáncer que lo llevaría a la tumba cinco años después.
No sería sin embargo el único que tendría una muerte trágica. Apenas en 2002, Dee Dee Ramone falleció por una sobredosis de heroína y en 2004, Johnny Ramone también fue víctima del cáncer, en su caso prostático.
En un lapso tan breve como lo son tres años, los tres Ramones fundadores abandonaron al mundo. No deja de ser triste saber que poco antes del deceso de Joey Ramone, se hablaba de una posible reunión de la banda y había planes para llevarla a cabo. Pero la enfermedad y la droga se interpusieron.
A diez años de la muerte del inventor de palabras como “Gabba Gabba, hey!” o de frases emblemáticas como “Hey ho, let’s go!”, el legado de los Ramones permanece intacto y su contribución como los generadores iniciales del rock punk es algo que nadie les puede disputar.
*Publicado hoy en la sección "El ángel exterminador" de Milenio Diario. Ilustración: Román
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