Algo ha quedado clarísimo después de que los tres grandes (es un decir) partidos políticos de este país han escogido a su respectivo candidato para contender en la campaña por el gobierno del Estado de México. Es un algo que los hermana, los asocia, los asemeja de manera por demás escalofriante: los tres eligieron a su gallo mediante el más viejo y arcaico de los métodos conocidos en este país: el método del dedazo.
Tras una década de gobiernos panistas, queda claro que nada nuevo hay bajo el sol. Luis Felipe Bravo Mena fue impuesto por un dedazo, de la misma manera como fueron impuestos Alejandro Encinas y, por supuesto, Eruviel Ávila. Enrique Peña Nieto, Andrés Manuel López Obrador y Felipe Calderón Hinojosa pueden estar tranquilos al respecto: sus delfines se encuentran en donde ellos, de buena o de mala gana, quisieron. ¿Encuestas, consultas a los militantes, modos democráticos? Eso, en un país como el nuestro, no funciona. Que nos quede claro: en el fondo –y no tan en el fondo también–, todos, de una u otra manera, llevamos incrustado en el cerebro el chip del priismo.
Se dice, por ejemplo, que el presidente Calderón está obsesionado con la idea de que el Partido Revolucionario Institucional no regrese a Los Pinos. No obstante, cada vez que lo necesita acude al manual de usos y costumbres priistas para conseguir diversos fines políticos, como acabamos de ver en el affair Edomex.
Cuenta la historia nacional que el PRI dominó al país a lo largo de siete décadas. Sin embargo, el pensamiento mágico del partido tricolor lleva en realidad más de ochenta años de control absoluto. Por eso no ha habido cambios reales, a pesar de la llegada de gobiernos panistas y perredistas, porque nuestros políticos responden y corresponden a ese pensamiento mágico.
Si como todo parece indicar, el PRI vuelve a sentar sus reales en Palacio Nacional a partir de 2012, sólo será un cambio de forma. Como lo fue cuando llegó el PAN. Como lo sería si arribara el PRD.
Cantemos juntos: ¡Todos somos Eruviel!
*Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.
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