miércoles, 27 de abril de 2011

Un hombre lobo gringo en Texas


Ya muy noche me soplé completa una película tan mala, pero tan mala, que se volvió divertida; una delirante historia de hombres lobo realizada en 2009 y llamada Dark Moon Rising (no recuerdo el título en español -era algo así como Bajo la maldición de la luna- ni el canal de cable en el cual di con ella). La única actriz (es un decir) conocida que aparece en ella es María Conchita Alonso (quien es la productora también). Los demás actores son de tercera, salvo Billy Drago, quien suele hacer papeles de villano en otras cintas y aquí la hace brevemente de cazador de hombres lobo (digo brevemente porque se lo echan al plato a los pocos minutos de su aparición, en la segunda parte del filme). Con todo, me divertí con los chafísimas "efectos especiales" (después de los en su momento asombrosos efectos de Un hombre lobo americano en Londres de John Landis, filmada en 1981, resulta increíble ver la manera como en Dark Moon Rising se lleva a cabo la transformación de un ser humano en wolfman: en una imagen lo vemos como persona, dejamos de verlo dos segundos y vuelve a aparecer ya convertido en "temible" hombre lobo. ¿Recuerdan al lobo que interpretó el Loco Valdés en aquella Caperucita Roja (1959) que aun sigue pasando de vez en vez por el Canal 2? Pues estos están peores, para no hablar de la manera como aúllan: de un modo más lamentable que como lo hace Shakira en su horrenda canción "She Wolf". Un churro tan infecto como lleno de humor involuntario en el que, a final de cuentas, lo único que realmente vale la pena es la preciosa figura de la joven protagonista (Ginny Weirick).

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