¿Por qué vale la pena vivir? Es una buena pregunta... Mmmm... Bueno, hay varias cosas que creo que hacen que valga la pena... Eh, ¿como cuáles? Bien, para mí... Mmmm... Yo diría... Los Hermanos Marx... por decir una... Mmmm... Manhattan y Annie Hall de Woody Allen... El cine de Francois Truffaut y el de Eric Rohmer... Las películas de James Cagney y de Jimmy Stewart... Mucho del cine hollywoodense de los años treinta… Algo del cine mexicano de la Época de oro… Marilyn Monroe... Tin Tan... La música de Mozart y de Haydn... El blues... El buen rock... El jazz... Frank Zappa... Los Beatles... Los Kinks... The Who... Los Rolling Stones… Bob Dylan... Donovan… Led Zeppelin… The Warning… Oscar Wilde... Voltaire... Jorge Ibargüengoitia... Borges y Rulfo… Rojo y negro de Stendhal... Madame Bovary y La educación sentimental de Flaubert... Los hermanos Karamasov de Dostoievsky… Anna Karenina de Tolstoi… La pintura de Modigliani y de Magritte y de Paul Klee... Seinfeld... Shameless US… Mis hijos Alain y Jan... Los libros que he escrito y los que aún quiero escribir… Mis canciones… El Barça, los Pumas de la UNAM y el futbol como una de las bellas artes... Messi... Tlalpan... París… México... Las tardes de noviembre... Mis guitarras… Las mujeres amigas… Las mujeres amantes… La posibilidad de amar como si uno siguiera siendo un adolescente y, en ese sentido: la pasión, la entrega, la ternura, la libertad amorosa... Por eso y sólo por eso, sí que vale la pena vivir.
(Paráfrasis de mi escena favorita de Manhattan, mi película favorita de Woody Allen, en la que el personaje de Isaac Davis –Allen mismo–, recostado en un sofá, dicta en una grabadora los motivos por los que él siente que vale la pena vivir)
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